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El largo ninguneo a Ivan Rakitic y cómo endurece su relación con el FC Barcelona
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un quebradero de cabeza para bartomeu

El largo ninguneo a Ivan Rakitic y cómo endurece su relación con el FC Barcelona

Rakitic sobra en el Barcelona, pero lo peor es que tiene la sensación de haber sufrido un largo ninguneo del que pasará factura. Su preferencia, pese a ser difícil, es regresar al Sevilla

Foto: Ivan Rakitic, con gesto serio, durante un partido del FC Barcelona contra el Valencia. (Efe)
Ivan Rakitic, con gesto serio, durante un partido del FC Barcelona contra el Valencia. (Efe)

Está revoltoso en su confinamiento. Resulta difícil enfadar a Ivan Rakitic. Uno de esos jugadores a los que se le reconoce por su sonrisa. El FC Barcelona, en periodo de guerra civil, lo está consiguiendo. Del club salió mal Ernesto Valverde y el siguiente, según están las relaciones de estropeadas y cómo afectan los problemas financieros derivados del coronavirus, será Rakitic. El club, antes de la crisis, buscaba una estrategia para dar salida al croata. El plan era sacar una cantidad de dinero a falta de una temporada de contrato y ahorrarse los casi 8 millones de euros netos de su ficha. Los siguientes meses serán más tensos y el verano apunta a culebrón. Rakitic sobra en el Barcelona, pero lo peor es que tiene la sensación de haber sufrido un largo ninguneo del que pasará factura. Le comunican que no tendrá una mejora de sueldo y, a la vez, le buscan un destino que asegure un buen ingreso. Inaceptable para el croata.

Rakitic se planta y endurece su postura. El largo ninguneo empezó hace dos años cuando, después de la final del Mundial de Rusia, recibió una oferta del Paris Saint Germain. El Barcelona se negó a dejar marchar al croata. A cambio se le prometió una revisión de contrato y una mejora salarial que no se ha producido. Bartomeu la fue retrasando y se centró en el fichaje del joven holandés Frenkie de Jong. Desde este momento, Rakitic, su agente (Arturo Canales) y los dirigentes del club enfriaron sus relaciones. Hoy se puede decir que están rotas. El tira y afloja es saber quién se saldrá con la suya. Si el Barcelona metiéndole en una operación (necesita ingresar dinero para el fichaje del delantero del Inter de Milán, Lautaro) o el croata decidiendo su futuro (puede hasta quedarse un año más y marcharse libre en 2021).

Rakitic es un quebradero de cabeza para Bartomeu y será uno de los grandes perjudicados de las secuelas económicas que provocarán que el presidente no pueda cumplir con el presupuesto de los más de mil millones de euros. Si antes de la crisis el centrocampista se sintió maltratado ahora no va a poner de su parte para consensuar su salida con los dirigentes. Se irá donde tenga claro que va a ser útil, se sienta reconocido y su familia sea feliz. Todos estos requisitos los reúne el Sevilla. La ciudad de su mujer y el club con el que se identifica. Es la primera opción y en este periodo de confinamiento se ha encargado de enviar mensajes al club y el sevilismo. Sus mejores recuerdos están con esta camiseta. Tiene tiempo hasta para ponerse nostálgico con su etapa en Alemania y calificar al que era su compañero de equipo en el Schalke 04, Raúl González Blanco, como una leyenda. Entre esos buenos recuerdos reivindica cómo levantó la Champions con el Barça en 2015 (con Luis Enrique en el banquillo). Estas imágenes llevan un mensaje implícito que es fácil de interpretar. ¿Está cerrando su etapa en el Barcelona? ¿Quiere un regreso al Sevilla?

La 'papeleta' de Monchi

El gran problema de Ivan Rakitic está en que el que manda en la parcela deportiva del club hispalense, Monchi, duda de que su regreso pueda ser una buena operación. Con 32 años y pese a que podría rebajarse el sueldo es, en términos de amortización, una mala inversión para el Sevilla. Un club acostumbrado a comprar barato y vender caro. Rakitic, aún siendo un caso especial, tendría que buscar otras fórmulas para regresar al Sevilla. En este escenario es el Barça el que contraataca. Quiere aprovechar su excelente relación con el Sevilla y pescar en la plantilla. Se fija en dos de sus defensas: Diego Carlos y Koundé.

Rakitic no olvida lo mal que se lo han hecho pasar esta temporada hasta este parón de la competición por el coronavirus. “Puedo decir muy claro que han sido varias las cosas que no me han gustado. Han sido tiempos difíciles, pero he pasado página”, comentó el pasado 4 de febrero, tras el partido contra el Levante en el Camp Nou, para evidenciar que se siente dolido con el trato del presidente y los responsables de la dirección deportiva en la que se encuentran Óscar Grau y Eric Abidal.

Al Barcelona se le van a ir sumando los problema de planificación de plantilla con la gestión de la salida de Rakitic y dónde recolocar a su fichaje más caro: Coutinho. Otro asunto que preocupa una vez que el Bayern de Munich comunica que no está dispuesto a pagar los 120 millones de euros que se pusieron en la opción de compra. La cesión llegará a su fin y el Barça tendrá que resolver qué hacer con Coutinho. La masa salarial y la pérdida de ingresos asfixia al Barcelona y con Rakitic no encontrará facilidades si pretende hacer negocio.

Está revoltoso en su confinamiento. Resulta difícil enfadar a Ivan Rakitic. Uno de esos jugadores a los que se le reconoce por su sonrisa. El FC Barcelona, en periodo de guerra civil, lo está consiguiendo. Del club salió mal Ernesto Valverde y el siguiente, según están las relaciones de estropeadas y cómo afectan los problemas financieros derivados del coronavirus, será Rakitic. El club, antes de la crisis, buscaba una estrategia para dar salida al croata. El plan era sacar una cantidad de dinero a falta de una temporada de contrato y ahorrarse los casi 8 millones de euros netos de su ficha. Los siguientes meses serán más tensos y el verano apunta a culebrón. Rakitic sobra en el Barcelona, pero lo peor es que tiene la sensación de haber sufrido un largo ninguneo del que pasará factura. Le comunican que no tendrá una mejora de sueldo y, a la vez, le buscan un destino que asegure un buen ingreso. Inaceptable para el croata.

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