El Espanyol amarga el fin de año al Barça en un derbi al rojo vivo en el Camp Nou (1-1)

El Barça-Espanyol de Camp Nou tuvo todos los ingredientes mágicos de un derbi. Goles, el de Marcos Alonso para abrir la lata en el minuto siete de la primera parte, y el de Joselu Mato en el 73 de la segunda mitad para empatarlo desde el punto de penalti... tras una falta del defensor español. Tres expulsiones en dos minutos, que se quedaron en dos. Jordi Alba por el Barça tras protestar y Vini Souza en el Espanyol por una falta que cortó una acción peligrosa. También gritos de "A Segunda, oé" y reivindicaciones en forma de celebración, como la de Joselu mandando callar al Camp Nou. El Barça, con Robert Lewandowski en la punta de ataque después de comprobar cómo el club azulgrana obtenía la cautelar para que jugase el derbi a última hora, perdonó demasiado y lo acabó pagando en un final de infarto (1-1) en el que llegó hasta el minuto 101. Los de Xavi Hernández, sin contundencia en el área, pierden los dos puntos de ventaja que tenían con el Real Madrid y ambos equipos están empatados a puntos al frente de LaLiga. Pinchazo muy doloroso.

Ya hace demasiadas temporadas en que la distancia entre FC Barcelona y RCD Espanyol de Barcelona es muy amplia, pero a veces suceden cosas extraordinarias en este deporte. Fue empezar el encuentro y la diferencia entre ambos equipos quedó en evidencia y eso que algunos futbolistas clave para Xavi Hernández como Jules Koundé, Ousmane Dembélé o Sergio Busquets estaban en el banquillo tras la resaca mundialista. Gavi tuvo la primera ocasión del encuentro al trazar una diagonal perfecta y cazar el envío de Jordi Alba al espacio. Solo la mano de Álvaro Fernández evitó el primer tanto del encuentro... que llegaría en la siguiente jugada, cuando Marcos Alonso inauguró el marcador en una acción donde hasta tres futbolistas distintos del Barça remataron de córner.

El gol local anestesió al Espanyol, cuyo plan de partido no contemplaba encajar un gol tan rápido. Pudo ser peor para los blanquiazules si Ansu Fati llega a marcar el 2-0 apenas cuatro minutos después, cuando se libró de su marcador, Óscar Gil, ajustó la rosca al palo largo del portero y su disparo se marchó cerca de la madera. Álvaro Fernández salvó el segundo tanto de Lewandowski y Raphinha también olía la sangre. El Barça dominaba a placer y el Espanyol hacía aguas por todos lados. Un equipo demasiado largo cuando defendía arriba, muy débil en el área y sin pegamento en el centro del campo. Jordi Alba pisaba línea de fondo, Pedri y Gavi imponían su ritmo y Raphinha corría al espacio.

Otra vez aparecería Marcos Alonso solo dentro del área periquita para empujar un centro maravilloso de Jordi Alba. En esta ocasión, el central zurdo azulgrana perdonó a quemarropa con cara de incredulidad. Los defensas del Espanyol se miraban unos a los otros sin entender a quién pertenecía la marca en la semana en que el mexicano César Montes se ha incorporado a la disciplina. Diego Martínez daba instrucciones a sus futbolistas, muy perdidos ante la avalancha ofensiva local. Solo Sergi Darder intentaba serenar el juego, pero era insuficiente. La mejor ocasión del Espanyol llegaría al contragolpe, cuando Melamed recibió la pelota pinchado en la banda, buscó desbordar a Sergi Roberto y solo una pierna providencial evitó el 1-1. Al filo del descanso, Raphinha se sacó un latigazo durísimo que Álvaro Fernández rechazó al límite. El Barça tenía el partido donde quería.

El Barça no tuvo contundencia

En la segunda parte, el Espanyol dio un paso hacia adelante al presionar más arriba. Pudo noquearle el Barça si Ansu Fati, al que no le salió nada, llega a cazar la dejada de Sergi Roberto nada más empezar el segundo asalto. El primer cambio se produciría en el Barça cuando Busquets entró por un tocado Gavi. El Barça siguió a lo suyo, buscando el 2-0... que se escapó por poco. Otra vez en un centro lateral de Marcos Alonso, el cabezazo de Lewandowski se marchó susurrando el palo. Diego Martínez tomó cartas en el asunto con la entrada de Edu Expósito y Javi Puado por Calero y Nico.

El 2-0 de la tranquilidad no llegaba, así que Xavi introdujo a Dembélé y Ferran Torres por un desaparecido Ansu Fati y Raphinha. Al futbolista español le falta potencia, velocidad y, por encima de todo, confianza en su fútbol. No regateó apenas y la sensación es que su estado físico y mental le limita a la hora de jugar en una posición que demanda verticalidad y electricidad. El fútbol siempre guarda giros de guion y tanto perdonar abrió la puerta al Espanyol. En una jugada aislada, donde Joselu elevó la pelota al tratar de adentrarse en el área, Marcos Alonso pisó al delantero del Espanyol en el corazón del área. Mateu Lahoz no dudó y señaló penalti.

Joselu no cayó en los juegos de distracción de ter Stegen y tiró la pena máxima al medio y... para adentro en el minuto 73. Gol del Espanyol en el Camp Nou. Joselu mandó callar al estadio, Darder celebró con rabia y Jordi Alba y Edu Expósito se encararon. El Camp Nou cantó a segunda. Por esa acción, el lateral izquierdo vio la tarjeta amarilla. Solo tres minutos después, Jordi Alba vio la segunda y el Barça se quedó con 10 efectivos. Mateu Lahoz ya había cogido carrerilla y expulsó en el minuto 80 a Vini Souza por segunda amarilla y a Cabrera por roja directa tras un pisotón sobre Lewandowski. Tras consultar el VAR, Lahoz no vio intencionalidad y retiró la roja a Cabrera.

Después de todo el caos arbitral, volvió a rodar la pelota. El Barça tuvo dos ocasiones de oro para ganar el partido, pero como ya había sucedido antes en innumerables ocasiones... perdonó. Primero Álvaro Fernández sacó un cabezazo ajustado de Christensen y más tarde, Lewandowski falló solo contra el portero. También replicó el Espanyol con una chilena de Joselu, quebradero de cabeza para la zaga azulgrana, que se fue a saque de esquina. El partido se alargó hasta el minuto 101, pero ni aun así Dembélé tuvo una buena toma de decisiones. Al final, un punto para cada uno y pinchazo de los gordos en el Camp Nou.