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Miguel Ángel Portugal: "Di Stéfano sabía si íbamos a ganar el partido antes de jugarlo"
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Entrevista al entrenador y exjugador

Miguel Ángel Portugal: "Di Stéfano sabía si íbamos a ganar el partido antes de jugarlo"

El veterano técnico dirige actualmente al Royal Pari de la Primera boliviana. En su etapa de futbolista, militó en el Real Madrid, con el que perdió la final de la Copa de Europa de 1981

Foto: Miguel Ángel Portugal durante su etapa como técnico del Racing. (EFE/E. Cobo)
Miguel Ángel Portugal durante su etapa como técnico del Racing. (EFE/E. Cobo)

Cuando Boskov usó su hermenéutica sentencia "fútbol es fútbol", también se refería a la vida de Miguel Ángel Portugal (Burgos, 1955). Una persona ligada al balompié por vivencias y convicciones. Lo es mundial y atemporalmente. Y lo es desde el sótano hasta la buhardilla.

El burgalés ha jugado y entrenado en todas las categorías. Y ha dirigido en cuatro continentes. Jugó en el Real Madrid de inicios de los 80; entrenó al segundo equipo en las dos décadas siguientes. Además, dirigió en varios clubes de la Liga. Y también lo hizo en Brasil, Argelia y la India. Actualmente, está a cargo del Royal Pari, de la Primera boliviana. Allí lo llaman Profe.

Tras medio siglo en el mundillo, Portugal conoce lo prosaico y lo lírico del balón. Su ser huele a césped recién regado. A los 66 años, puede asegurarse que aún le queda cuero por patear. Por eso, para recordar un Real Madrid de época, puede que no haya alguien como él. El Confidencial ha contactado con el técnico porque, “aunque muchos piensan que han descubierto el fútbol, es solo porque no estuvieron en otras épocas o no han preguntado a otras generaciones”. "Ya que lo moderno suele ser solo algo olvidado".

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PREGUNTA. ¿Cómo pasó del humilde Burgos CF al notorio Real Madrid CF?

RESPUESTA. La temporada 1978/79 rendí muy bien en el Burgos. Boskov entrenaba al Zaragoza y me quería para ese equipo, pero lo fichó el Real Madrid y decidió que igualmente quería incorporarme. Yo había estado en el Madrid C y, por tanto, regresé.

P. En el Burgos usted fue dirigido por entrenadores históricos de la Liga, Marcel Domingo, Lucien Muller o Arsenio Iglesias. ¿Qué tomó de ellos?

R. Cada uno tenía su visión del fútbol. Muller era más de jugar el balón, Marcel nos insistía mucho en ser sólidos en defensa y jugar al contragolpe, como había hecho en el Atlético de Madrid. Y a Arsenio le gustaba mucho manejar los movimientos defensivos del equipo, sincronizándolos hacia el lado del balón. Eran todos grandes entrenadores. Sin embargo, el que aplicó ideas novedosas fue Boskov. Eso nos vino bien a todos los que luego hicimos la carrera de entrenador.

P. ¿En qué sentido?

R. Como Miljanic, Boskov trajo a España la corriente de los entrenadores del Este. Era una metodología de entrenamientos basada totalmente en el balón y en los espacios reducidos. Se trataba de un patrón diferente a lo que había entonces. En España, los entrenadores mayores tenían un segundo que adoptaba los métodos clásicos de aquel, como también hacían los jugadores que luego se dedicaban a entrenar. No se innovaba. Con el entrenamiento intenso y en espacios reducidos con balón, se notaba la preparación tanto en el físico como en lo técnico.

placeholder Portugal durante un entrenamiento en Bolivia. (EFE)
Portugal durante un entrenamiento en Bolivia. (EFE)

P. En el curso 1979/80, el Real Madrid ganó la tercera Liga consecutiva y también la Copa del Rey, en la famosa final del 6-1 al Castilla. Era el conocido como el "Madrid de los García"; García Remón, García Hernández, García Cortés, García Navajas y Pérez García. ¿Cómo jugaba aquel equipo?

R. Con Boskov priorizábamos el balón, la posesión y el ataque. Jugábamos con el sistema 4-3-3, que no existe desde Guardiola, como a veces se piensa, sino que ya estaba desde aquellos tiempos. Igual que el fútbol holandés, que creció tanto en los años 70, lo introdujeron los magiares en los 50. En ese fútbol, había mucho toque e intercambio posicional, con Hidekguti como falso delantero o incluso sin delantero centro.

"Algunos se piensan que el 4-3-3 existe desde Guardiola, pero no es así"

P. Aquel Madrid tenía extremos.

R. Sí, eran Cunningham y Juanito. También teníamos centrocampistas técnicos como Del Bosque y de contención como Stielike, un todoterreno alemán. Y Ángel, que mantenía más la posición. Y volantes de llegada, como éramos Paco García Hernández y yo. Los García y yo estuvimos peleando por los puestos, pero había mucha competencia. A mí me cerraba Ángel, aunque su perfil fuese distinto al mío.

P. ¿Y la marcación defensiva?

R. En defensa todavía se llevaba la marca al hombre de los centrales o del central. Por su parte, el líbero estaba pendiente de salir al corte del jugador del equipo contrario que llegaba a los últimos metros con el balón. Eran atenciones individuales, más que las zonales, que en aquella época se introdujeron poco a poco. Sin embargo, también defensivamente éramos un equipo acostumbrado a tener un ritmo alto, gracias a esa metodología de entrenamientos.

P. Era un fútbol ofensivo.

R. Sí, porque los laterales también iban al ataque, aunque se crea que ahora son más importantes que antes en esta función. Nosotros teníamos a Camacho en la izquierda e Isidro o San José en la derecha. Todos tenían mucha personalidad y llegada por banda. Los laterales han sido profundos en todas las épocas.

P. Aunque todo sea fútbol, supongo que habrá matices distintos en la concepción de los partidos en los 80 y la actual.

R. Ahora hay más posesión, se requiere más pase al pie y se arriesga poco en los pases y en los movimientos al espacio. Antes había más juego vertical y profundo, sin sobar tanto el balón. Los partidos eran menos rígidos tácticamente y se jugaba más abierto. Ahora los entrenadores medimos mucho las distancias y los movimientos, por lo que a veces resulta un juego muy horizontal.

P. Ahora hay más táctica.

R. Antes se entrenaba menos porque se entendía que los jugadores sabían lo que hacer por sí mismos. En los partidos, también se daba mucha permuta de jugadores, sobre todo a la hora de atacar. Por ejemplo, entre el lateral y el volante. O el centrocampista se abría a banda y desdoblaba al extremo, que entonces leía el movimiento y se metía por dentro. También el lateral destacaba por su profundidad. Por tanto, el extremo se metía y el volante hacía las veces del lateral. Había más movimiento que ahora en cuanto a buscar los espacios, y una conexión muy desarrollada entre los jugadores de cada zona del campo. Además, en los ataques, se buscaba mucho el centro al área. Por ejemplo, en nuestro Real Madrid había que buscar la cabeza de Santillana o la llegada del extremo del otro costado. O del mediocampista.

placeholder Miguel Ángel Portugal en su etapa como entrenador del Granada. (EFE/Miguel Ángel Molina)
Miguel Ángel Portugal en su etapa como entrenador del Granada. (EFE/Miguel Ángel Molina)

P. Usted integró el Madrid que perdió la final de la Copa de Europa de 1981 frente al Liverpol (1-0). ¿Cómo la recuerda?

R. Aquella fue una final que hubiéramos ganado a los puntos, pero en fútbol cuentan solo los goles. Ellos tuvieron dos ocasiones y metieron una tras un cúmulo de errores. El tiro de Kennedy sorprendió a Agustín.

P. Cunningham, una de las estrellas del equipo, no llegó en su mejor estado.

R. Laurie (Cunningham) se lesionó durante la temporada como consecuencia de un pisotón que le dio Bizcocho, un jugador del Betis. De hecho, a punto estuvieron de amputarle el dedo. Llevaba cuatro meses sin jugar, pero Boskov decidió que tenía que hacerlo porque era un fenómeno físicamente. No obstante, no estaba a tope y le pesó la falta de ritmo por la ausencia de partidos. Además, los dos extranjeros eran muy importantes en aquella época. El resto era mucha gente de la casa, no como ahora. Aunque para mí el mejor era Juanito, que ya me impresionó cuando coincidimos en el Burgos. A Juanito no se le ha dado la consideración de lo que realmente era porque, en aquella época, los jugadores no tenían la publicidad de hoy. Quizá Maradona y pocos más. Aunque los jugadores de ahora parezcan la leche en comparación con los de antes.

"Alfredo Di Stéfano te transmitía seguridad y te daba tranquilidad"

P. Tras esa temporada usted se fue cedido. El año siguiente regresó y el entrenador era Di Stéfano.

R. Me fui al Cádiz medio año, como parte del fichaje de Juan José. Volví con Di Stéfano e hice mi mejor temporada. No por ser mejor futbolista que antes, sino porque el míster te transmitía tranquilidad y te daba seguridad. Además, en los partidos de visitante, Alfredo usaba el sistema 4-4-2, que me venía mejor. Ahí no me usaba de volante, sino de mediapunta, la posición donde yo más a gusto jugaba, y que el 4-3-3 no tenía. En cualquier caso, eran dibujos más asimétricos que en la actualidad.

P. ¿Qué diferencias había entre Boskov y Di Stéfano?

R. En los entrenamientos, Di Stéfano era más tradicional que Boskov, pero a la hora de llevar los equipos tenía algo especial. Por cómo hablaba, te restaba impaciencia y tensión. De esa manera, al final, conseguía sacar lo mejor de ti. Por ejemplo, a mí me gustaba mucho pisar el balón. Entonces, para corregirme, en los entrenamientos me decía: "Ché, Portu, dejá de pisá la bola que vas a hacerla de 'ping-pong". Usaba muchos dichos. Si le pegabas un pelotazo a un compañero, te decía: "Ché, boludo, pasá bien la bola. ¿Qué querés, hacerle un agujero en el pecho?". Si fallabas un pase sencillo en el partido: "¡Ché, los nuestros son los de blanco!".

Boskov, sin embargo, era más pragmático entrenando. Di Stéfano era más jugador y hombre de fútbol. Te transmitía el juego a través de palabras, de experiencias y consejos, no a través de la metodología de entrenamiento.

placeholder Cruyff. (EFE/Koen Van Weel)
Cruyff. (EFE/Koen Van Weel)

P. Algo así se dice de Johan Cruyff, que tiene más títulos y también mejor prensa como entrenador. Se dice que fue un entrenador intuitivo.

R. Claro. Di Stéfano era alguien especial y espontáneo. Inteligente y elocuente, pero de la vida. No le sorprendía nada del fútbol. Creo que veía los partidos sabiendo ya si íbamos a hacerlo bien o no, a ganar o a perder. Tenía el fútbol y la intuición dentro de sí.

P. El Madrid de la temporada 1982/83 perdió cinco títulos, algo que desde fuera parece dramático. ¿Cómo recuerda aquello?

R. La Liga la perdimos por la mala fortuna, aunque tampoco estuvimos finos en el partido contra el Valencia. En la Copa perdimos contra el Barcelona. Menotti trajo la zona, pero al final el Barça era Maradona. Eso sí, los demás también eran importantes: Schuster, Migueli, Carrasco... Pero, como el de Messi, aquel Barça generalmente vivía a expensas de Maradona, que era el líder. En cuanto a la competición europea, así como contra el Liverpool fuimos superiores, contra el Aberdeen nunca tuvimos el control del partido y la perdimos bien, aunque fue un duro golpe porque nadie lo esperaba. Mientras que para nosotros el Aberdeen era un desconocido, Ferguson era un estudioso del fútbol y nosotros éramos el Real Madrid, por lo que nos tenía bien vistos. Antes no había tanto análisis, solo algún partido grabado que nos llegaba o algún informe que hiciese un observador 'in situ'. Ahora hay muchas fuentes y vídeos. Eso pudo ser decisivo. Al final, jugamos cinco finales y pudo ser un año histórico, pero no se recuerda porque fuimos subcampeones de todo.

Cuando Boskov usó su hermenéutica sentencia "fútbol es fútbol", también se refería a la vida de Miguel Ángel Portugal (Burgos, 1955). Una persona ligada al balompié por vivencias y convicciones. Lo es mundial y atemporalmente. Y lo es desde el sótano hasta la buhardilla.

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