Kroos encuentra el norte justo cuando Isco pierde la brújula y la confianza de Zidane
A Toni Kroos nunca se le ha encontrado un sustituto ideal en el Real Madrid, si bien ha habido veces que lo ha necesitado. Esta temporada apenas ha rotado ante la falta de relevos
En un momento en el que el Real Madrid se estaba sumergiendo entre su propia mediocridad, el talento más puro ha sido lo único que le ha hecho levantar un poco la cabeza y poder intuir la luz al final del túnel. Ese talento ha explotado en dos encuentros consecutivos en Liga, once goles los que se han conseguido en 180 minutos, una cifra lejos de la escasez que se extendía a lo largo de todo el curso. Entre medias, un día de perros, uno más, en el que el Leganés logró el mayor hito de su historia para ridículo madridista. Ahí no estaba Toni Kroos, sí estuvo en las recientes victorias, y se le vio mejor, con otra dinámica diferente, más parecido al Kroos de 2017, es decir, exactamente el que necesita su equipo para recuperar el buen juego.
A la vez que el Madrid se caía y empezaba a decir adiós a la Liga, lo mismo sucedía con Kroos. "En nuestra posición —cuartos— tenemos que clasificarnos para la Champions del próximo año y tiene que ser nuestro objetivo para el resto de temporada", dijo Toni cuando le preguntaron si podían seguir luchando por el título tras perder contra el Villarreal. El único madridista que reconoció la debacle que supone no mirar más allá del cuarto puesto.
El todavía campeón vigente de Liga sufrió mucho en Valencia. Montoya le regaló dos penaltis y vivía cómodo con esa renta de dos goles que parecía dispuesto a dejar escapar en un segundo tiempo en el que el conjunto che apretó mucho. El Madrid fue paciente y solo recuperó el control a base de juego, de la participación coral de todos sus miembros en el movimiento del balón para así someter al rival, es decir, lo mismo que hacía hace no tantos meses para ganar la Copa de Europa. Para ello es necesario realizar un movimiento de pelota a altísima velocidad y precisión y en ese juego es indispensable el alemán, como bien demostró en esos minutos de dominio desde la pelota del equipo blanco en Mestalla, donde Kroos se apoderó de la medular.
Si Kroos se encuentra en un momento dulce, también lo estará el Madrid. Es la balanza que hace que el Madrid se mantenga firme. La que ha sido, por títulos, la mejor temporada de la historia del conjunto merengue tiene mucho que ver con las estadísticas que dejó: en los 48 encuentros que disputó, repartió 17 asistencias de gol y marcó otros cuatro. Poco o nada tienen que ver esos datos con los que está dejando este curso, con tan solo cinco pases de gol entre la Liga y la Champions en 26 partidos, más otros tres tantos que también ha conseguido. Kroos es un excelente organizador en la creación, pero también es magnífico en el último movimiento, en la acción justo precedente al gol y eso estaba brillando por su ausencia últimamente. Sin embargo, dos asistencias y un gol en los últimos cuatro partidos son un signo claro de recuperación del '8' madridista.
Isco queda atrás y Ceballos ni cuenta
En el trío ya fijo en el mediocampo madridista, junto con Modric y Casemiro, no había un líder que recondujera la situación. El que cogía los mandos era Isco Alarcón, ubicado en posiciones más ofensivas, que se había incorporado a las alineaciones teóricamente porque había mantenido su fantástico estado de forma con el que terminó la pasada campaña, y en realidad, porque siempre faltaba un jugador de la delantera formada por Cristiano, Benzema y Bale. Isco hizo todo lo que pudo para que el Madrid no se alejase más de la cabeza, pero el cuerpo no le dio para más y en diciembre empezó a decir basta. Y Zidane dejó de confiar en él.
Isco pasó de ser el único que tiraba del carro del Madrid a quedarse en una tierra de nadie en la que ni era indiscutible con los titulares ni formaba parte del llamado 'Madrid B' junto con los Lucas, Asensio, Kovacic y otros suplentes habituales. Ahora mismo, Isco sigue sin ser ninguna de las dos cosas, pero está más cerca de regresar al grupo de los defenestrados que juegan los partidos menos importantes. No tiene hueco en el once. Zidane ha recuperado a la 'BBC' y pese a su buen hacer, Isco no tiene el peso específico necesario para perturbar la tranquilidad de Modric o Kroos, tampoco de Casemiro, pues para el entrenador es tan importante como sus dos interiores. Puede que sea el primer suplente, puede que ni eso, también está Asensio pidiendo minutos, aunque cada vez los exija con menos fuerza en el campo.
Con Ceballos ya ni se cuenta. Una vez acabada la participación del Madrid en la Copa del Rey, el andaluz se ha quedado sin esos minutos que tanto necesitaba para empezar a creerse capaz de jugar en este equipo. Para colmo, ese último choque contra el Leganés se lo perdió por problemas físicos. Lleva sin entrar en una convocatoria para un partido de Liga desde el 9 de diciembre, cuando jugó los últimos 17 minutos del 5-0 al Sevilla. Ceballos venía para ocupar el gran vacío que dejaba James Rodríguez, sin las obligaciones que sí se le exigían al colombiano, pero con la idea de que en un futuro no muy lejano, lograra espacio en las alineaciones de Zidane por méritos propios.
Por ahora, lo que necesita ya no es ni siquiera jugar, sino viajar, sentirse partícipe. Dani es una de las contradicciones de Zidane. Dice que confía en su plantilla, en todos, pero hay varios futbolistas a los que ha ido apartando del equipo ya que cuando les ha dado oportunidades, las han desaprovechado. El 'equipo A' del Madrid se ha impuesto, es muy superior a los chavales que esperan detrás...
En un momento en el que el Real Madrid se estaba sumergiendo entre su propia mediocridad, el talento más puro ha sido lo único que le ha hecho levantar un poco la cabeza y poder intuir la luz al final del túnel. Ese talento ha explotado en dos encuentros consecutivos en Liga, once goles los que se han conseguido en 180 minutos, una cifra lejos de la escasez que se extendía a lo largo de todo el curso. Entre medias, un día de perros, uno más, en el que el Leganés logró el mayor hito de su historia para ridículo madridista. Ahí no estaba Toni Kroos, sí estuvo en las recientes victorias, y se le vio mejor, con otra dinámica diferente, más parecido al Kroos de 2017, es decir, exactamente el que necesita su equipo para recuperar el buen juego.
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