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El Real Madrid se regocija en su autodestrucción y vuelve a hacer el ridículo
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el leganés remonta y echa a los blancos

El Real Madrid se regocija en su autodestrucción y vuelve a hacer el ridículo

El Leganés se fue al descanso ganando 0-1, pero pudo sentenciar mucho antes su histórico pase a semifinales, ya que el campeón de Europa ha renunciado a competir esta temporada

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Cada caída esta temporada del Real Madrid, ya fuera un empate absurdo o una derrota incomprensible, se decía que el campeón de Liga y Champions había tocado fondo. Que si en Girona, que si en Wembley, que si en el Clásico o contra el Villarreal. Se sucedían las vergüenzas en los encuentros de los blancos y en todo momento se esperaba que hubiera un punto de inflexión, que de un puñetazo en la cara se levantase, sacase el coraje intrínseco a su ser y luchase más fuerte que nunca, que cada derrota le tocase el orgullo y se pusiera 'gallito'. No ha habido reacción, se ha escarbado en el fondo del océano para ver qué más puede descubrir en las profundidades. Por ahora, lo que ha visto es cómo se le va su segundo título de la temporada contra el (históricamente) quinto club de la Comunidad de Madrid. Otro ridículo (1-2) para una de las peores temporadas de las últimas décadas de un club hasta hace seis meses insuperable.

Foto: mantovani lucha con Benzema en el Real Madrid-Leganés de Copa del Rey jugado este miércoles. (EFE)

Se empezaba a comentar por las redes sociales antes del encuentro que qué necesidad tendría Zidane de relegar a la grada a Gareth Bale y a Cristiano Ronaldo en la Copa del Rey, con una eliminatoria por cerrar, si en la Liga el Real Madrid no se juega más que mantener un puesto Champions. No solo ellos, no estaban Marcelo, Kroos, Casemiro, Keylor... Los titulares no juegan esta competición secundaria, disputada por secundarios. El entrenador mantuvo su filosofía, va a morir con ella sin importar las consecuencias, aunque ello signifique completar un año vergonzoso.

placeholder Benzema marcó el gol del Real Madrid. (Reuters)
Benzema marcó el gol del Real Madrid. (Reuters)

Quizá lo más sangrante no sea que el Madrid esté eliminado, que eso es por supuesto intolerable con la diferencia palpable de calidad (por no hablar de lo demás) con respecto al Leganés, jueguen la segunda unidad o los 'buenos'. La deshonra nace de la desidia, de la aparente falta de voluntad de los presentes en el campo por jugar mejor que el contrario y marcar más goles. Decía Axel Torres, periodista de beIN Sports, este fin de semana en una retransmisión, que se habla mucho sobre los tiros a puerta de un equipo y ello no tiene por qué representar la superioridad. Cuentan más las aproximaciones al área, los centros puestos, los pases de gol, finalizados o no. El Madrid no tuvo ni una cosa ni la otra. Luego que si simplemente "la pelota no ha querido entrar". Para ello tienen que poder (o querer) los futbolistas.

El Leganés se fue al descanso ganando 0-1 porque Nacho, el que siempre juega bien, también falló, se la dejó en la frontal a Eraso y el ex-rojiblanco la clavó en la escuadra con un disparo realmente precioso. Y se fue ganando 0-1 porque fue la única aproximación que acertó a introducir en el marco de Casilla. Tuvo dos disparos al palo, dos intervenciones de mérito del portero canterano y sucesivas llegadas con cierto peligro. En el Bernabéu, deseoso de abroncar a su equipo, todavía corría por la espina dorsal de cada aficionado madridista la sensación de la remontada, tan merengue siempre, y por eso no animó, pero sí esperó. El 'Lega' les pudo ahorrar la fantasía tan solo en el primer tiempo...

No se crean que porque no hubiese indiscutibles, el Madrid jugó con el Castilla. Nada más lejos de la realidad. En el césped del Bernabéu estaban Isco, Asensio, Lucas, Benzema, Kovacic... Había calidad para dar y regalar. Y el balón lo disfrutaron más Eraso, Beauvue, Brasanac, Gabriel Pires... El Madrid tuvo un poco de sangre después del descanso, como si hubiera necesitado que le echara la bronca el entrenador para entender que ese partido valía para algo, que no estaban clasificados solamente por llevar ese escudo en el pecho. Salen, marcan el empate por medio de Benzema y otra vez a creerse que todo estaba resuelto, que no había por qué luchar más, que ya estaban en semifinales y casi levantando la Copa en la final, incluso.

placeholder Los jugadores del Leganés regresaron al césped para celebrar la victoria con sus aficionados. (EFE)
Los jugadores del Leganés regresaron al césped para celebrar la victoria con sus aficionados. (EFE)

Asier Garitano no tiene un pelo de tonto. Es un entrenador consciente de su realidad, sabedor de sus poderes y sus limitaciones, muchas más las segundas que los primeros. Entrena al Leganés, no al Manchester United. Y sabe que el Madrid es muchísimo mejor que él. Esto, sin embargo, no le hace dar por perdido nada. No le asusta la posibilidad de salir goleado, pero no a nivel Setién, él no arriesga si no considera que va a sacar provecho de ello. Entendió que este Madrid es más que vulnerable, le acumuló hombres en posiciones ofensivas y lo atacó al cuello. Jugó con un solo pivote y prácticamente cinco atacantes. Ni una contra se comió, varias pudo tener. Hizo dos goles a su manera, potenciando errores rivales y aprovechando jugadas a balón parado. Eso es el Leganés, uno de los equipos mejor trabajados de toda la Primera División.

Eso parecía ser el Madrid el año pasado. No hay gracia ya, ni una intervención divina de esas que ansiaba la grada, aunque fuera contra el Leganés en cuartos de Copa y no en una final de Champions. Las alegrías valen en cualquier caso. Y al final, tras tantos títulos que han cegado la vista, va a resultar que el Madrid dependía más de lo que creemos de los suplentes que se fueron, que los titulares que estaban no creaban el mejor equipo del mundo y que el técnico no tiene una capacidad de reacción, como sí aparentó al sustituir a Benítez. Al Madrid se lo ha cargado el Leganés de la Copa. Ahora lo único que le queda es la Champions y tiene que eliminar primero al Paris Saint-Germain, que incluso si ahora se llamara Kayrat Almaty daría tanto miedo como el propio Belcebú vestido de futbolista. A este ritmo, Sevilla y Villarreal se pueden emocionar incluso por entrar entre los cuatro primeros...

Ficha técnica

1 - Real Madrid: Casilla; Achraf (Carvajal, m.69), Nacho, Sergio Ramos, Theo; Marcos Llorente (Modric, m.69), Kovacic, Isco (Borja Mayoral, m.77); Lucas Vázquez, Marco Asensio y Benzema.

2 - Leganés: Champagne; Tito, Siovas (Mantovani, m.58), Bustinza, Diego Rico; Brasanac, Eraso; El Zhar (Naranjo, m.80), Amrabat (Raúl García, m.70), Gabriel; y Beauvue.

Goles: 0-1, m.31: Eraso. 1-1, m.47: Benzema. 1-2, m.55: Gabriel.

Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó a Ramos (79) por el Real Madrid; Tito (27), Champagne (75) por el Leganés.

Incidencias: encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 46.400 espectadores.

Cada caída esta temporada del Real Madrid, ya fuera un empate absurdo o una derrota incomprensible, se decía que el campeón de Liga y Champions había tocado fondo. Que si en Girona, que si en Wembley, que si en el Clásico o contra el Villarreal. Se sucedían las vergüenzas en los encuentros de los blancos y en todo momento se esperaba que hubiera un punto de inflexión, que de un puñetazo en la cara se levantase, sacase el coraje intrínseco a su ser y luchase más fuerte que nunca, que cada derrota le tocase el orgullo y se pusiera 'gallito'. No ha habido reacción, se ha escarbado en el fondo del océano para ver qué más puede descubrir en las profundidades. Por ahora, lo que ha visto es cómo se le va su segundo título de la temporada contra el (históricamente) quinto club de la Comunidad de Madrid. Otro ridículo (1-2) para una de las peores temporadas de las últimas décadas de un club hasta hace seis meses insuperable.

Zinédine Zidane
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