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El Real Madrid sobrevive a dos palos y se aferra al liderato gracias a la cabeza de Rudiger (1-0)
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El Real Madrid sobrevive a dos palos y se aferra al liderato gracias a la cabeza de Rudiger (1-0)

El equipo de Ancelotti se llevó la victoria en una acción a balón parado rematada a la perfección por Rudiger. Gran imagen del Mallorca de Aguirre en el Bernabéu con dos palos

Foto: Rudiger celebra el gol del partido. (Reuters/Juan Medina)
Rudiger celebra el gol del partido. (Reuters/Juan Medina)

El día de la marmota en el Santiago Bernabéu: poco lujo, excelente botín. El Real Madrid disputó su primer partido de este 2024 ofreciendo un espectáculo que tantas veces se ha visto en el templo blanco y asegurándose terminar la jornada como líder de LaLiga, aunque igualado a puntos con el Girona de Michel, gracias a una importante victoria frente a un dignísimo Mallorca por un tanto a cero. Así cerró una primera vuelta que le convierte en campeón invernal. Un solitario gol de Rudiger en un córner en el tramo final decidió un partido sin demasiado brillo por parte del equipo de Carlo Ancelotti.

A punto hubo de haber susto gracias al buen hacer defensivo de los dirigidos por Javier Aguirre, que mandaron dos veces el balón al palo. El Madrid, con más oficio que fútbol, continúa con una gran racha de resultados que le permiten aferrarse al liderato de la competición local. Vinícius Junior regresó al once titular y el Bernabéu se quedó con las ganas de ver a Arda Güler. ¿La sorpresa? Jude Bellingham se quedó sin marcar en un encuentro gris para el inglés.

La mejor de las noticias para el Real Madrid en la primera mitad del encuentro fue que Vinícius había regresado de lesión y no se notó. El futbolista brasileño protagonizó las mejores jugadas de los pupilos de Carletto durante los 45 minutos iniciales. Sus chispazos, asociándose en todo momento con Rodrygo, eran la única forma que el conjunto blanco encontró para tratar de superar el muro del Mallorca.

placeholder Vinícius, el mejor de los blancos. (Europa Press)
Vinícius, el mejor de los blancos. (Europa Press)

Aguirre forma parte de esa gama de entrenadores que empiezan a extinguirse en el fútbol moderno, pero que, sin complejo alguno, presentó el fútbol idóneo para tratar de dar la campanada en el Santiago Bernabéu: ordenaditos atrás, líneas pegadas, casi todo el equipo siempre por detrás de la pelota, y ya llegarán las ocasiones. El plan le funcionó a la perfección. El problema es que esas oportunidades no se aprovecharon. Antonio Sánchez mandó un balón al larguero de un cabezazo (con amenaza de gol fantasma que las repeticiones desmintieron) en el que Lunin —elegido por Ancelotti para proteger la portería, con un Kepa que viene de lesión— solo pudo hacer la estatua en primera estancia, aunque repelió cualquier segunda jugada con buenos reflejos.

El Madrid jugó su típico partido en estos primeros minutos: a veces perezoso sobre el césped, pero siempre peligroso por la enorme calidad de sus futbolistas. La mejor ocasión llegó de las botas de Vinícius, que regaló un espectacular caño a sus aficionados seguido de un potente disparo desde fuera del área, colocado a la escuadra derecha; solo una gran estirada de Rajkovic pudo evitar el golazo. Al descanso se llegó con el público más caliente por las decisiones arbitrales —que si una posible segunda amarilla, que si un intento de Maffeo de engañar al colegiado por una supuesta agresión de Carvajal— que por un despliegue de fútbol. Lo peor para el aficionado madridista era la ausencia de protagonismo para Jude Bellingham.

Una segunda mitad con más sustos

No se puede criticar el carácter ofensivo del once de Ancelotti. El italiano colocó a Kroos de pivote, ya que Tchouaméni fue pareja de Rudiger como defensa ante la plaga de lesiones en los centrales. Una situación que, a juzgar por la declaración de Carletto, no preocupa lo suficiente al club como para recurrir al mercado de fichajes. Pero la presión colectiva de Modric, Valverde y Kroos no funcionó.

Samú Costa tuvo la mejor ocasión de la segunda mitad a los primeros minutos. Un zurdazo que se estrelló en el palo. Runrún en el Santiago Bernabéu. El Madrid no carburaba y el Mallorca, cada vez más cómodo. Ancelotti movió el banquillo con un cambio que parecía pactado, justo en el minuto 60, Vinícius abandonó el terreno de juego para ser sustituido por Brahim.

Foto: El inglés se convirtió en el jugador más decisivo del Real Madrid. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El mediapunta dio otro aire al Madrid, pero no era suficiente. Kroos cedió su puesto a Joselu, en busca de tener a un rematador contundente que pudiera hacer gol. Sobre el minuto 70 llegaría una oportunidad clamorosa para el conjunto local, a la par que extraña. Bellingham cedió de cara a Valverde dentro del área, el uruguayo, en vez de rematar, buscó el pase a Rodrygo, colocado de extremo izquierdo. El brasileño se perfiló y buscó la escuadra derecha y Rajkovic dejó el paradón de la jornada. La pelota se la encontró Brahim, con la portería vacía, se lanzó en plancha y el balón dio en el palo... para pasearse a escasos centímetros de la línea de gol y marcharse fuera. El rostro de Bellingham lo decía todo: ¿cómo no fue gol?

Las trompetas de la cabalgada retumbaron en el Santiago Bernabéu. Se entró en esos minutos en los que cualquier centro al área es una ocasión clamorosa para los madridistas. Y, en un córner botado de manera exquisita por Luka Modric, llegó el gol, o más bien golazo. Cabezazo de manual de Rudiger para poner la pelota en la escuadra, imposible para Rajkovic. Otra vez la pizarra dando puntos a Ancelotti.

Los minutos finales no tuvieron demasiada sorpresa, más allá de la ausencia de minutos de Arda Güler, quien tendrá que seguir esperando su oportunidad para debutar como jugador del Real Madrid. La perla turca, recuperado de sus continuos problemas físicos en la primera mitad de la temporada, genera expectativas a una afición deseosa de ver de qué es capaz. Otro día será.

El día de la marmota en el Santiago Bernabéu: poco lujo, excelente botín. El Real Madrid disputó su primer partido de este 2024 ofreciendo un espectáculo que tantas veces se ha visto en el templo blanco y asegurándose terminar la jornada como líder de LaLiga, aunque igualado a puntos con el Girona de Michel, gracias a una importante victoria frente a un dignísimo Mallorca por un tanto a cero. Así cerró una primera vuelta que le convierte en campeón invernal. Un solitario gol de Rudiger en un córner en el tramo final decidió un partido sin demasiado brillo por parte del equipo de Carlo Ancelotti.

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