La rocambolesca historia del "secuestro" de un exfutbolista del Valencia a manos del marido de su amante

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El nombre de Marcelinho Carioca no le será muy familiar a las nuevas generaciones pero sí a todos aquellos aficionados al fútbol, y más concretamente a la liga española, en los años 90. El brasileño llegó al Valencia como un jugador a tener muy en cuenta, habiendo deslumbrado por entonces en Flamengo y Cortinthians antes de aterrizar en el viejo continente. Era otro fútbol, en el que los grandes jugadores sudamericanos se consolidaban en sus equipos y no eran seducidos por el dinero de Europa en cuanto realizaban un par de destellos.

Marcelinho Carioca firmó por algo más de 700 millones de las antiguas pesetas por un Valencia que tenía un ataque con Romario, el Piojo López, el Burrito Ortega o Adrian Ilie, un equipazo que estaba dirigido por Claudio Ranieri y también tenía en medio a futbolistas de la talla de Fernando Gómez-Colomer o Gaizka Mendieta.

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El centrocampista brasileño nunca acabó de convencer al técnico, que apenas le utilizó cinco encuentros antes de que decidiera poner de nuevo rumbo a Brasil, donde jugó la mayor parte de su trayectoria y ganó tres campeonatos, dos Copas y un Mundial de Clubes, en el 2.000 con Corinthians. También probó suerte en Japón, Arabia Saudí y Francia, en las filas del Ajaccio.

La rocambolesca historia del "secuestro" de un exfutbolista del Valencia a manos del marido de su amante

Casi tres décadas después, Marcelinho ha vuelto a ser noticia, pero esta vez por un suceso que nada tiene que ver con el deporte. De hecho, la historia es bastante surrealista, ya que el exjugador había sido secuestrado y obligado después a grabar un vídeo que tuvo bastante difusión en las redes sociales en el que explicaba que había tenido "un lío" con la mujer que aparece en la grabación a su lado, y que esta tenía marido, motivo por el que había sido secuestrado.

Al ser liberado, en Itaquaquecetuba, São Paulo, el brasileño, con un ojo morado, explicó lo sucedido: "Fue una de las peores cosas que he experimentado en mi vida. Me dieron un culetazo en la cabeza y cuando entré al coche me colocaron una capucha y ya no vi nada", explicó en el momento que fue secuestrado, el sábado 16, cuando salía de un concierto del cantante Thiaguinho que se celebró en el estadio de Corinthians.

"Yo no estaba preocupado por el dinero, sino por mi vida y la de mi amiga. Les dije que solo quería que me soltaran. No es fácil tener una pistola apuntándote a la cabeza todo el rato. Dijeron que tenía que colaborar para dar todo mi dinero. Le dije ‘no hay problema, puedes tomarlo, solo quiero que me dejes ir'. Fue una noche terrible", dijo Marcelinho Carioca, quien llegó a realizar dos transferencias a los secuestradores por un total de 42.000 reales (unos 7.800 euros).