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Fernando: "No entiendo por qué España era favorita en los 90 si no habíamos ganado nada"
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jugador con más partidos en el Valencia

Fernando: "No entiendo por qué España era favorita en los 90 si no habíamos ganado nada"

Últimamente, se ha convertido en el portavoz valencianista contra la gestión de Peter Lim, pero Gómez-Colomer es mucho más que eso. En esta charla repasa toda su carrera

Foto: Gómez-Colomer celebra un gol con el Valencia. (EFE)
Gómez-Colomer celebra un gol con el Valencia. (EFE)

"Perdona, perdona, que se me había pasado por completo. Llámame más tarde y hablamos tranquilos". Una confusión en la agenda demora la charla con Fernando Gómez-Colomer (Valencia, 1965). El jugador con más partidos en la historia del Valencia (553) solo ha hecho una paradinha, porque luego descuelga el teléfono y cumple su promesa al hablar largo y tendido de su trayectoria.

Fernando era un niño más de Valencia, del barrio de San Marcelino, que soñó con jugar en el club de sus amores algún día. No pertenecía a una familia de posibles y apenas fue a Mestalla durante su juventud, solo “una o dos veces al año”. Aquello no importó para que se enamorara del club y le jurara una lealtad eterna que solo se vio afectada por una efímera etapa en Inglaterra y en Castellón al final de su carrera.

Fue futbolista entre 1983 y 2000, pero luego ha hecho de todo: concejal de Juventud y Deportes en el Ayuntamiento de Chiva, director deportivo del Valencia, entrenador en equipos amateurs… Ha sido toda una vida relacionada con el deporte. Su última experiencia fue como director deportivo del Castellón, cargo que abandonó en octubre. Ahora disfruta de su tiempo libre después de años de frenética actividad.

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PREGUNTA. No sé si usted era el paradigma del fútbol de antes, opuesto a este tan físico. ¿Tendría sitio en el fútbol actual?

RESPUESTA. Es cierto que el fútbol es muy físico ahora. Por esa regla de tres, los jugadores están en mejor forma y, por tanto, yo estaría mucho mejor en esa faceta. En todos los equipos hay futbolistas que destacan por la técnica y por el aspecto ofensivo, como era mi caso. En esta época, hay más entrenadores que intentan jugar bien al fútbol. Por eso creo que tendría sitio en el fútbol actual.

P. ¿Cómo era la preparación física de antes?

R. Hasta que llegaron los entrenadores neerlandeses, Johan Cruyff, Leo Beenhakker, Guus Hiddink… el balón no estaba muy presente en el entrenamiento. Lo estaba, pero quizá solo para ejercicios específicos. Trabajábamos mucho la velocidad, la fuerza, la resistencia… sin la pelota.

Hasta que llegaron los entrenadores neerlandeses, Cruyff, Beenhakker, Hiddink… el balón no estaba presente en el entrenamiento

P. ¿Hacían mucho gimnasio?

R. Íbamos, pero no se controlan bien las cargas. Cuando al equipo nos comunicaban que teníamos que ir al gimnasio, cambiábamos la cara. Porque luego nos llevábamos cuatro días con dolores por todo el cuerpo.

P. ¿Les perjudicaba más que les beneficiaba?

R. Sí, aunque imagino que algún beneficio tendría. Lo malo es que eran demasiados días los que te llevabas dolorido. Ahora se hace un uso adecuado, porque fíjate que hay jugadores que van a diario. Es una labor complementaria a sus entrenamientos.

P. ¿Qué jugador de los actuales se parece a usted?

R. No lo sé. Yo jugué casi siempre un 4-4-2 en rombo y solía ayudar en la creación del juego, aunque también llegaba al área. Ahora los centrocampistas juegan casi siempre en paralelo, en una línea de cuatro. Algunos equipos practican el 4-2-3-1 y hay un mediapunta, alguien descolgado. Quizá yo jugaría en esa posición. En este fútbol no hay muchos mediocentros que marquen diez o 12 goles como era mi caso. Esa figura del centrocampista goleador se ha perdido. Por esta regla de tres, te podría decir Canales, pero él tiene una habilidad en el regate y un cambio de ritmo que yo no tenía.

Foto: El futbolista alemán, en uno de sus últimos partidos con el Real Madrid. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

P. ¿Qué utilizó en la élite de lo que aprendió en el barrio?

R. No lo sé. No te puedo decir qué cosas de la calle utilicé en el fútbol profesional, pero sí que la calle me ayudó a llegar a la élite. En mi familia no había antecedentes futbolísticos, solo mi tío Santiago, que jugó en Zamora y del que me hablaron mucho. Pero no lo tengo claro. En San Marcelino jugaba con mis amigos y me percaté de que se me daba bien, que tenía facilidad para jugar.

P. Me sorprende que un jugador joven y con proyección como usted se quedara en el Valencia en Segunda.

R. Todavía era muy joven cuando el Valencia bajó a Segunda, tenía 21 años. Solo llevaba tres años en Primera y no tenía una edad como para plantearme cosas. Quería jugar en el Valencia, progresar allí y devolver al equipo a Primera. Nunca se me pasó por la cabeza marcharme. No tenía todavía tanto prestigio ni valía. Una de las cosas que quería cumplir era pasar toda mi carrera en el mismo club. Al final no pudo ser, pero en aquellos años era uno de mis objetivos.

placeholder Mario Kempes fue compañero de Fernando en el Valencia. (EFE/Luis Díaz)
Mario Kempes fue compañero de Fernando en el Valencia. (EFE/Luis Díaz)

P. ¿Por qué finalmente salió del Valencia?

R. Tenía 32 años y veía que todavía podía divertirme jugando. Me quedaba un año más de contrato en el Valencia, pero con Claudio Ranieri solo jugué nueve partidos de titular. Hablé con el club y me dejaron marcharme. No pude completar toda mi carrera en casa. Pero fueron ellos los que pensaron demasiado pronto que ya no estaba para jugar allí. Año y medio antes habíamos sido subcampeones de Liga con Luis Aragonés y yo había hecho una de mis mejores temporadas.

P. ¿Qué tal la experiencia en Inglaterra?

R. Me adapté muy bien. Fue muy buena, aunque si me hubiera marchado antes podría haber sido mejor. Yo fui al Wolverhampton cuyo objetivo era ascender a la Premier. El entrenador (Marck McGhee) llevaba dos o tres años y yo fui una petición de él. Todo iba de maravilla, estábamos clasificados entre los seis primeros, pero despidieron al técnico. Con su sustituto, jugué menos.

P. ¿Cómo se manejó con el inglés?

R. Iba con cierta base, pero allí lo mejoré bastante. Hablábamos en todos lados: con el entrenador, los compañeros, en la ciudad… Desde entonces no lo he usado asiduamente, pero sí de manera esporádica.

P. Hábleme de aquel descenso a Segunda en 1987.

R. La situación se había complicado en 1982 y continuó durante cinco años. Había muchos problemas económicos, jugadores importantes dejaron el club… Las dificultades financieras se arrastraban desde el Mundial 82, cuando se construyó el Luis Casanova. Si esto ocurre, las plantillas suelen ser cada vez peores. Aquel año todo salió mal, incluso perdíamos cuando jugábamos bien. Los canteranos lo vivimos con muchísimo dolor. Afortunadamente, el regreso a Primera se consiguió con rapidez.

"A Kempes no le costaba nada hacer las cosas bien en el campo"

P. ¿Ve algún paralelismo con el Valencia actual?

R. Hay cosas parecidas, como la plantilla, porque ninguna de las dos eran para estar clasificados tan abajo. Además, les pasan cosas idénticas: juegan bien, pero no ganan. Ellos todavía están con opciones de evitarlo y ojalá que lo consigan.

P. Usted coincidió con Mario Kempes. ¿Cómo era?

R. Tuve la suerte de tener una buena relación con los veteranos del equipo. Yo subía a entrenar con ellos desde mi segundo año de juvenil y jugué algún partidito. Cuando subí definitivamente, se portaron muy bien conmigo y no noté esa diferencia a nivel jerárquico. Mario (Kempes) era más callado, más suyo, más de sus relaciones dentro del vestuario… El trato fue extraordinario. Cuando jugaba, no le costaba nada hacer bien las cosas: pasar, chutar…

P. ¿Cuáles eran las aspiraciones de aquel Valencia de principios de los 80?

R. El equipo había ganado títulos en el 80 y el 81, pero luego se salvó como pudo en el 83. Había que intentar que la temporada fuera aceptable y que el equipo no coqueteara de nuevo con los puestos de descenso. El objetivo era hacer una buena temporada sin que se produjera nada traumático.

P. En Segunda les entrenó Di Stéfano. ¿Qué tal con él?

R. Muy bien. Don Alfredo era una persona a la que tengo mucho cariño y que confió mucho en mí. En los primeros partidos, no jugué porque llegué lesionado a la pretemporada. No me conocía, porque entrenaba y me recuperaba al margen del grupo. A partir del tercer encuentro, donde sólo jugué cinco minutos, me convertí en titular indiscutible.

placeholder Alfredo Di Stéfano entrenó a Fernando. (Reuters/Vincent West)
Alfredo Di Stéfano entrenó a Fernando. (Reuters/Vincent West)

P. Luego tuvo a Víctor Espárrago, un tipo con mucho carácter.

R. Nos vino muy bien. El equipo acababa de ascender desde Segunda con mucha gente joven y de la casa. Y necesitaba disciplina, mejoras a nivel táctico… Era muy estricto y llevaba todo a rajatabla. Aquel Valencia asumió su forma de funcionar y tuvimos tres años fantásticos.

P. Usted es el jugador con más partidos en la historia del Valencia. ¿Qué le supone ese dato?

R. Mucho, porque soy un chico de Valencia y conozco bien al club. Con mucho sacrificio iba de vez en cuando a Mestalla a ver algún partido. Luego viví mi carrera con mucha disciplina y traté de llevarlo lo mejor posible. Poco a poco, le das menos importancia e incluso piensas en que haya otro jugador que bata ese récord. Yo ya lo he disfrutado mucho tiempo y no me importaría en absoluto. Quizá Gayá pueda conseguirlo, pero no sé si la situación del club invita a que continúe muchos años.

"Si el Valencia desciende, Gayá tendría que salir"

P. ¿Lo ve capaz de continuar en Segunda si el Valencia descendiera?

R. Si eso ocurre, Gayá debería salir. Es un jugador internacional y, además, el club tendría la necesidad de vender. Tendría una buena venta y el acuerdo sería beneficioso para todos. Luego está su voluntad, pero el contrato sería muy alto para un equipo de Segunda. No sé ni las intenciones del club ni del jugador.

P. Ha dicho que iba de vez en cuando a Mestalla. ¿No era usted un habitual cuando era pequeño?

R. Hasta los 15 años no. Mis padres no tenían posibilidades económicas para llevarme al fútbol ni para disfrutar de un abono. Iba a veces porque Manolo Mestre le daba un par de entradas a mi padre. Como mucho, iba una o dos veces al año. Veía los partidos del Valencia cuando lo televisaban los sábados por la noche. Al que sí veía con muchísima frecuencia era al filial, el Mestalla, los domingos por la mañana.

P. Usted jugó el Mundial de 1990. ¿Qué falló en ese torneo?

R. Me preguntaba muchas veces por qué se nos consideraba favoritos si nunca habíamos ganado nada. Decían que solíamos caer en cuartos… Tras la Eurocopa de 2008, hay que considerar siempre favorita a España. No es que ganara solo una vez, es que aquel ciclo fue fabuloso. Nosotros perdimos con Yugoslavia, cuyo equipo era fantástico. A un solo partido podía pasar cualquier cosa y nos eliminaron.

P. ¿Por qué cree que jugó tan poco en la Selección (solo ocho partidos)?

R. Por el cambio de seleccionador. Cuando regresamos a la Selección tras el Mundial de Italia, me convertí en titular. Jugamos un amistoso contra Brasil en Gijón y fui titular, el primer partido de clasificación para la Eurocopa de 1992 también… Llegué a ser titular con España, pero ese año tuvo muchas lesiones y hubo convocatorias a las que no pude ir. Luego Luis Suárez dejó de ser el técnico y llegó Javier Clemente, que solo me convocó una vez; él prefirió a Julen Guerrero.

P. Imagino que tendría pretendientes en esa época.

R. Sí, hubo equipos que quisieron ficharme esos años, pero mi respuesta siempre fue la misma. Antes de venir a ofrecerme nada, tenían que hablar con el Valencia porque yo no iba a forzar nada. Mis contratos siempre fueron largos y dejé en manos del club la respuesta. Nunca pusieron las cosas fáciles a los interesados y yo, tan contento.

placeholder Luis Suárez colocó como titular a Fernando. (EFE/Enric Fontcuberta)
Luis Suárez colocó como titular a Fernando. (EFE/Enric Fontcuberta)

P. ¿No hubo ningún equipo que empujara más de la cuenta?

R. Ofrecieron cantidades cercanas a la cláusula, que era baja. Pero el Valencia no quiso que me marchara.

P. En 1995 estuvo cerca de ganar la Copa del Rey. ¿Es la gran espina de su carrera?

R. Claro, claro. La segunda razón por la que me quedé tantos años en el Valencia fue porque quería ganar un título allí. Estuve cerca, pero no se consiguió.

P. Esa final fue frente al Deportivo, un año después de la Liga que perdieron frente a ustedes. Se habló de que les primaron ese día…

R. No pienso en ello porque no es verdad.

P. En 1996 se les escapó por poco la Liga. ¿Qué les faltó?

R. Nos quedamos a cuatro puntos del Atleti, que ese año ganó el doblete. Quizá tendríamos que haber hecho una mejor primera vuelta. La segunda fue extraordinaria, porque estábamos a 15 punto de los colchoneros y casi los alcanzamos. Pero no pudo ser. Además, en Copa también nos eliminaron ellos.

"Entendí que Luis se fuera, pero nos dejó colgados a los jugadores"

P. Luis Aragonés fue el entrenador ese año. ¿Cómo era?

R. Era un referente. El aprecio era mutuo, porque era una persona muy sincera y directa. Sabía tocar la tecla exacta en cada partido. Sus planteamientos eran extraordinarios, porque tenía muchas variantes tácticas. Fue una pena que se fuera en su segunda temporada por los problemas con el presidente. Entendí lo que hizo, pero nos dejó a muchos colgados. Yo fui subcampeón de Liga en junio y en octubre ya no servía para jugar en el Valencia.

P. ¿No le pareció acertada su decisión?

R. Entendimos su situación, pero dejó a un grupo de jugadores colgados. Lo apreciábamos y lo queríamos con nosotros.

P. En Valencia coincidió con Mijatovic. ¿Fue una traición su salida al Madrid?

R. No, no. Era un jugador extranjero que jugaba en el Valencia y vino el Madrid a por él. No era un futbolista valenciano y era comprensible que quisiera marcharse. Los blancos jugaban la Copa de Europa, ganaban títulos… Lo que pasó fue que Mijatovic visitó la agrupación de peñas cuando era todo un rumor y le preguntaron. Y dijo que no se iba a ir, pero se fue.

P. Romario imagino que no les dejaría indiferente.

R. Lo aceptamos muy bien. Él tenía un carácter muy callado y era buen tío, pero se relacionaba poco con el grupo. El juego de aquel Valencia no le beneficiaba porque era un jugador que dentro del área o en las inmediaciones era de los mejores del mundo. Pero nosotros no jugábamos en esa zona del campo. No fue una etapa demasiado gloriosa.

placeholder Romario coincidió con Fernando en el Valencia. (EFE/Luis Díaz)
Romario coincidió con Fernando en el Valencia. (EFE/Luis Díaz)

P. ¿Puede un futbolista jugar bien si ha salido la noche anterior?

R. Normalmente no. Quizá puedes jugar bien después de salir una vez, pero si sales muchas veces (risas)… En cuanto a Romario, nosotros sabíamos quién era. Eso sí, nunca se produjo en el seno de la plantilla una queja en ese sentido. Si juegas y lo haces bien, nadie va a abrir la boca.

P. Usted fue concejal de Juventud y Deportes en Chiva (Valencia). ¿Cómo surgió aquello?

R. Yo dejé de ser director deportivo del Valencia y el que era candidato del PP a la alcaldía me dijo que fuera con él en las listas. Completé la legislatura e incluso colaboré con el ministro de Juventud y Deportes de Georgia.

P. He leído que empezó Económicas, pero que no la acabó. ¿Lo echó de menos en esa etapa?

R. No, no. Los números los manejo muy bien. Económicas no era solo eso, porque había muchísimas otras cosas. La carrera no la pude terminar porque me quedé entre tercero y cuarto cuando estaba en activo, pero luego empecé a trabajar y no la acabé…

P. ¿Qué echa más de menos, banquillo, césped o los despachos?

R. Me gustan mucha todas, pero me sabe mal haber llegado tarde a los banquillos.

"Perdona, perdona, que se me había pasado por completo. Llámame más tarde y hablamos tranquilos". Una confusión en la agenda demora la charla con Fernando Gómez-Colomer (Valencia, 1965). El jugador con más partidos en la historia del Valencia (553) solo ha hecho una paradinha, porque luego descuelga el teléfono y cumple su promesa al hablar largo y tendido de su trayectoria.

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