El estrellado Jesé toca fondo en Brasil y le señalan como un "estafador andante"

La imagen de Jesé en Brasil está por los suelos con críticas en la prensa y de los aficionados del Coritiba que califican el fichaje como un fiasco. Jesé llegó al equipo brasileño el 9 de septiembre como un revulsivo para evitar el descenso y la situación ha ido a peor. Cuando se incorporó, el Coritiba estaba a 8 puntos de la salvación. Hoy ocupa la penúltima posición de la clasificación del Brasileirao y la distancia se ha incrementado hasta los 11 puntos. La permanencia está muy complicada, el canario no cuenta para el entrenador y los aficionados lo pagan con Jesé.

Llegó al equipo brasileño con la esperanza de convertirse en un salvador y su rendimiento tiene un impacto nulo. Las críticas están siendo duras. Le califican como “estafador andante”. En los medios de comunicación ya no tiene foco, deja de generar interés, cae en el olvido y no esperan nada de él. Los aficionados más decepcionados cargan contra el canario, que entrena, pero no juega. No es el único problema que tiene el Coritiba para estar en una situación delicada, pero con Jesé hay un malestar con él y las personas del club que decidieron incorporarlo.

Ha disputado solo cinco partidos tras casi tres meses en el equipo brasileño, con un total de 78 minutos y no ha marcado ninguno gol ni ha dado una asistencia. Ha desaparecido de los planes del entrenador Thiago Kosloski, que lo relega al banquillo y no le considera un futbolista desequilibrante, capaz de marcar las diferencias. Si en algo destacaba y podía aportar era por acciones de velocidad y su regate. El técnico ha dejado de contar con él en los dos últimos partidos y ha manifestado que pone a los jugadores que ve mejor preparados. No lo considera determinante.

Los problemas de Jesé no son físicos. No ha sufrido ninguna lesión, entrena, trabaja en el gimnasio, pero no demuestra que es un jugador diferencial. Su fútbol ha perdido vivacidad y sus acciones son menos eficientes. La falta de minutos repercute en una pérdida de ritmo competitivo.

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Se incorporó a un club con una mala planificación deportiva, un equipo en dinámica negativa, sin hacer pretemporada y le ha pasado factura. Las expectativas entre los dirigentes y los aficionados del Coritiba eran altas, se imaginaban a un jugador eléctrico, capaz de llegar y tener un rendimiento inmediato. Pero a Jesé le costó adaptarse al fútbol brasileño y a sus compañeros. No tenía más opciones que elegir esta oferta con todos los mercados cerrados y la cogió como un reto.

De la ilusión ha pasado al ostracismo y los ataques de los aficionados que claman por un fichaje que no fue bien evaluado por el club y que venía de fracasar en Europa. En Brasil se preguntan quién fichó a Jesé y hablan de la crónica de una muerte anunciada. Le ridiculizan hasta el punto de llamarle el "rapero". El contrato que firmó es hasta final de año y ya se le despide con burlas e indiferencia. Nadie le echará de menos, escriben en los medios.

Siete países y no se reivindica

Es el séptimo país en la carrera de un jugador que se ha convertido en un trotamundos y que ha hecho varios intentos fallidos para relanzar su carrera desde que salió del Real Madrid en 2016 con destino al PSG. Ha competido en España, Francia, Inglaterra, Portugal, Turquía, Italia y Brasil. Su participación va a menos.

En Las Palmas llegó a jugar 41 partidos en la temporada 2021-22, un pico en su carrera en el que se volvían a ver brotes verdes. Parecía que había recuperado la punta de velocidad, el desborde y la definición. Duró poco. En Turquía se volvió a truncar su carrera: 16 partidos en el Ankaragucu (solo ocho de titular y ninguno completo). En Italia se estrelló: solo jugó 11 partidos en la Sampdoria (uno titular). En Brasil toca fondo. En el fútbol turco marcó cinco goles, en el italiano solo uno y el equipo descendió.

La situación de Jesé, a sus 30 años, va a peor y en la ventana de invierno volverá a estar en el mercado con el objetivo de encontrar un equipo que le quiera, un país en el que adaptarse y una afición que le respete. Los fracasos se acumulan en un futbolista que llegó a ser uno de los mejores canteranos del Real Madrid, marcado por una grave lesión en la rodilla, una cabeza que no ha estado centrada en el fútbol y la mala fama. En siete países, con campeonatos diferentes, le han dado oportunidades y en ninguno ha podido reivindicarse.

Una joya del Real Madrid perdida

La carrera de Jesé ha ido en paralelo a la de Morata, dos de los delanteros más prometedores de la cantera del Real Madrid que fueron traspasados por el club. Para ellos era imposible jugar en un equipo que tenía a Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo, la BBC. Es inevitable comparar como los dos canteranos han tenido diferente recorrido.

Morata está en su mejor momento a los 31 años, con el rol de titular en el Atleti. En la Selección española es el capitán y uno de los líderes del grupo que ha formado Luis de la Fuente. Morata pasó por una época difícil en lo deportivo y lo anímico con el traspaso al Chelsea. Sufrió con la presión de las altas expectativas y una lesión en la espalda. Cayó en una depresión. Pero consiguió salir de ella, remontar y relanzar su carrera.

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Buscar el éxito fuera del Real Madrid fue duro para Jesé y Morata, pero el segundo ha tomado decisiones más acertadas. Las cesiones en la Juventus han servido para que se revalorice y en el Atleti está en un momento de madurez. Le ha costado ser aceptado por la parroquia rojiblanca y vive un momento dulce tras ganarse la confianza de Simeone. A Jesé le sigue faltando tomar mejores decisiones para encontrar un equipo y sentirse futbolista. Encadena demasiados errores y le costará demostrar que no está acabado.