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El mosqueo de Florentino Pérez con el Bernabéu (y los pitos a Courtois, Lucas...)
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El mosqueo de Florentino Pérez con el Bernabéu (y los pitos a Courtois, Lucas...)

Preocupan la fragilidad del equipo en casa y los pitos. El Bernabéu se ha convertido en un campo hostil para los jugadores del Real Madrid. Al equipo le siguen faltando identidad y regularidad

Foto: Florentino Pérez, en la presentación de Courtois. (EFE)
Florentino Pérez, en la presentación de Courtois. (EFE)

El mosqueo en el palco del Real Madrid por lo que sucedió en la primera parte contra el Brujas es reseñable. A Florentino Pérez, en especial, y sus directivos les genera un problema ver cómo el Bernabéu pita a los jugadores. Existía la creencia de que con el regreso de Zinédine Zidane se iban a acabar este tipo de situaciones, que producen inestabilidad y están provocando que el Bernabéu se convierta en un campo hostil para los futbolistas del Real Madrid y, por contra, 'amigo' de los rivales. El malestar es importante por los silbidos a Courtois. El portero necesita confianza y tranquilidad y empieza a crecer una corriente crítica que reprocha su rendimiento. También se pitó a Lucas Vázquez en el cambio de Vinícius. Y también hay runrún cuando Eden Hazard no consigue hacer una de esas jugadas que marquen la diferencia. Al cúmulo de pitos y desaprobaciones se une la inquietud de los trastornos que tiene Zidane para dar una identidad al juego.

Desde la directiva, se comentan las urgencias de construir un equipo que atemorice a los rivales. En el mes de octubre se tiene que empezar a ver un Real Madrid más fiable y que sea capaz de recuperar, sobre todo, el buen juego y el poder de intimidación en el Bernabéu. Un fortín. Es lo que se exige y se lleva comentando con el entrenador y los jugadores desde hace meses. No se puede entender la cantidad de puntos que se pierden en casa. Esta fuga le ha costado al Madrid perder sus opciones en la Liga antes de las navidades y caer estrepitosamente contra el Ajax. Uno de los días en los que se ha visto el mayor enfado de Florentino. El partido contra los belgas se veía como una buena ocasión para quitarse el desconsuelo que produjo la derrota en El Parque de los Príncipes contra un PSG sin sus tres estrellas (Neymar, Mbappé y Cavani).

placeholder Benzema, en el partido contra el Brujas. (EFE)
Benzema, en el partido contra el Brujas. (EFE)

Lo que se vivió tras el segundo gol del equipo belga produce una sensación de desasosiego por la imagen de equipo superado que ofrecieron los jugadores y el entrenador. Surgen las preguntas sobre si el equipo sabe realmente a lo que juega y está lo suficientemente trabajado para soltarse y llevar la iniciativa. Los mejores resultados han llegado con un plan más defensivo que ofensivo en Sevilla y en el derbi contra el Atlético de Madrid. Zidane habla de recuperar la confianza en la plantilla después del varapalo que se llevó en París, pero la recuperación ha durado poco. Contra el Brujas, se vieron el desbarajuste táctico y la confusión de un equipo que convirtió el partido en un correcalles.

Preocupa Hazard

El liderato en la competición española no puede tapar el pobre rendimiento en Europa. Sigue siendo un Real Madrid irregular en juego y con una dudosa preparación física cuando se comprueba cómo no es capaz de tener continuidad en los esfuerzos. Le cuesta controlar los partidos. Cuando parece que alcanza un alto nivel con una buena primera parte (Valladolid y Levante en el Bernabéu) se desfonda en la segunda. Es difícil de explicar (también para Zidane) lo desactivados que salieron los jugadores contra el Brujas. No deja de preocupar la cantidad de lesiones y, sobre todo, que Eden Hazard todavía no haya cogido una mejor forma física que le permita tener más presencia en el juego. El belga transmite la sensación de estar desaprovechado por cuestiones físicas y tácticas.

La mala primera parte contra el Brujas produce intranquilidad en la directiva. La reacción en la segunda y los goles de Sergio Ramos y Casemiro se recibieron como un alivio. El miedo en el cuerpo de verse en serias dificultades para clasificarse para los octavos de la Champions está ahí. Se arregló con el empate, pero se buscan explicaciones. Florentino Pérez no admitiría un fracaso deportivo y económico si Zidane y los jugadores no muestran una mejoría en el próximo partido contra el Galatasaray y se enchufan en la Champions. Eso de que la Liga es el primer objetivo y lo que más le apetece ganar a Zidane está muy bien para el entrenador. Pero el presidente no comparte la misma idea. En la Champions están el prestigio y el dinero, y no quiere más sustos.

El mosqueo en el palco del Real Madrid por lo que sucedió en la primera parte contra el Brujas es reseñable. A Florentino Pérez, en especial, y sus directivos les genera un problema ver cómo el Bernabéu pita a los jugadores. Existía la creencia de que con el regreso de Zinédine Zidane se iban a acabar este tipo de situaciones, que producen inestabilidad y están provocando que el Bernabéu se convierta en un campo hostil para los futbolistas del Real Madrid y, por contra, 'amigo' de los rivales. El malestar es importante por los silbidos a Courtois. El portero necesita confianza y tranquilidad y empieza a crecer una corriente crítica que reprocha su rendimiento. También se pitó a Lucas Vázquez en el cambio de Vinícius. Y también hay runrún cuando Eden Hazard no consigue hacer una de esas jugadas que marquen la diferencia. Al cúmulo de pitos y desaprobaciones se une la inquietud de los trastornos que tiene Zidane para dar una identidad al juego.

Zinédine Zidane Lucas Vázquez
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