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Los verdaderos pecados del Barcelona (que Gerard Piqué conoce)
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los motivos de un bache profundo

Los verdaderos pecados del Barcelona (que Gerard Piqué conoce)

El juego no convence, las lesiones se acumulan, el bajón físico es preocupante, hay debilidad defensiva y Ernesto Valverde no encuentra soluciones tácticas a los problemas del Barcelona

Foto: Gerard Piqué es consciente de los problemas del Barça. (Reuters)
Gerard Piqué es consciente de los problemas del Barça. (Reuters)

Cualquier tiempo pasado fue mejor en el Barça que el actual donde el equipo de Ernesto Valverde presenta un diagnóstico enfermizo. Basta con escuchar a futbolistas como Gerard Piqué (con peso en el vestuario) cuando hace autocrítica por el mal juego: "Los pecados los sabemos, pero no es fácil cambiar las cosas". Derrotas que escuecen como la de Granada y la baja forma física provocada por una mala pretemporada, como reconoce el central culé cuando asegura que esta "no ayudó". El cúmulo de problemas se hace más grande y enciende las alarmas en el club con una nueva lesión de Messi. La estrella abandonó el partido contra el Villarreal con molestias en el aductor izquierdo.

El argentino no ha jugado completos ninguno de los siete partidos de esta temporada entre Liga y el de Champions en Dortmund. Sale de una lesión en el sóleo de la pierna izquierda y regresa a la enfermería. Es una de las averías más graves de un Barcelona que no encuentra el rumbo por diferentes motivos. A saber, los pecados a los que se refiere Piqué son estos: no controla los partidos, es vulnerable en defensa, las lesiones se acumulan (Jordi Alba, Messi, Dembéle, Luis Suárez...), la vieja guardia está desaparecida (Busquets, Rakitic, Arturo Vidal...), no sabe ganar fuera del Camp Nou y el entrenador pierde crédito.

placeholder Piqué disputa un balón a Cazorla en el partido contra el Villarreal. (Efe)
Piqué disputa un balón a Cazorla en el partido contra el Villarreal. (Efe)

Sin control del juego

Una de las señas de indentidad del Barça es dominar el juego con la pelota y activarse con una presión efectiva tras perdida para la recuperación. El déficit en este apartado penaliza a un equipo que no consigue controlar los partidos. Se pudo comprobar en el encuentro contra el Villarreal. Después de ponerse por delante con dos goles se relajó. Cedió metros, falló la presión por la falta de energías y el equipo se hizo largo. Las líneas entre la defensa y el centro del campo dejaron de estar juntas y esas grietas las aprovechó el rival. No es la primera vez que le sucede esta tempodada. Equipos como el Athletic, Borussia Dortmund y Granada también han desactivado el juego azulgrana con una altísima intensidad y saliendo con más determinación y concentración en el inicio del partido.

Las consecuencias de la pérdida de la pelota y las dificultades para recuperarla o hacer un buen repliegue de líneas son las de un equipo desestructurado al que le llegan con más facilidad al área. Ter Stegen es, en este inicio de temporada, lo mejor de un Barcelona frágil y sin frescura cuando le toca defender. El portero alemán evitó la derrota en Dortmund. El Barcelona encaja goles en todos los partidos, menos en el de la Champions gracias a que su portero detuvo un penalti.

El bajón de Busquets

El jugador que da equilibrio y cierra los espacios pierde fuelle. Busquets atraviesa por un bajón que paga carísimo la defensa del Barcelona. Es la pieza clave para dar consistencia y auxiliar a los delanteros cuando falla la primera línea de presión. A Busquets le faltan piernas, fuerzas y se le ve superado. Los rivales le cogen con facilidad la espalda y su distancia con los centrales la aprovechan los contrarios. No ha empezado bien la temporada el futbolista que tiene que dar sólidez al equipo en el centro del campo y proteger a los dos interiores. Ernesto Valverde no confió en él para el estreno de Liga contra el Athletic de Bilbao y el equipo perdió. Pero en los siguientes encuentros fuera de casa se ha comprobado que no gobierna el juego ni sujeta al equipo en las transiciones.

Valverde sigue probando en esa posición de ancla a Frenkie De Jong (de lo mejor del equipo por su polivalencia). El holandés tiene más piernas, pero está en fase de adaptación. Las diferentes pruebas en el centro del campo solo dejan dos buenas noticias: De Jong y Arthur. El resto no está dando la talla o el nivel que se les espera. Es el caso de Busquets y también el de Rakitic (cada vez más marginado), Sergi Roberto y Arturo Vidal.

placeholder Luis Suárez en el partido contra el Borussia Dortmund. (Efe)
Luis Suárez en el partido contra el Borussia Dortmund. (Efe)

Una mala pretemporada y las lesiones

"La pretemporada no ayudó a empezar bien la competición. Mucho viaje y poco entrenamiento. No fue la óptima. Muchos no tenemos el tono todavía", es una de las explicaciones que da Piqué y que ya escuchamos tiempo atrás, como una queja, en boca de Ernesto Valverde. El Barça hizo una gira por Japón y después por Estados Unidos. Demasiados cambios, poco descanso, entrenamientos de poca calidad y partidos ante equipos más rodados. En el vestuario de los jugadores y el cuerpo técnico se justifica la irregularidad del juego y las lesiones a la planificación del club que, como otros grandes, busca generar ingresos en el verano. Las consecuencias son las lesiones de Dembélé, Luis Suárez, Jordi Alba y la de Messi, que lleva dos, pese a que se incorporó más tarde de sus vacaciones.

Al equipo le falta frescura y los rivales que le aprietan, sobre todo cuando juega como visitante, le superan en intensidad. El Barça no ha ganado fuera del Camp Nou ningún partido (Athletic, Dortmund, Osasuna y Granada) por una alarmante falta de energía, profundidad y contundencia. Le cuesta generar ocasiones de gol (en Dortmund no disparó a portería) y uno de los señalados es Luis Suárez por su poca eficacia lejos de casa. Al uruguago se lo reprochó un sector del Camp Nou con pitos cuando fue cambiado por Ansu Fati en el partido contra el Villarreal. El goleador está señalado no solo por su sequía sino también por haber decidido operarse después de la debacle en Anfield y no haber jugado la final de la Copa del Rey.

El descrédito de Ernesto Valverde

Los jugadores no están atinados ni en una buena forma física y Ernesto Valverde está cuestionado por faltarle claridad para leer los partidos y tener soluciones cuando se bloquea el equipo. Pesan mucho las derrotas en Roma y Liverpool de la Champions. Se agrava su situación cuando no mejora el rendimiento en estos primeros partidos y el Granada le da un repaso y sirve de poco la entrada de Messi y Ansu Fati para jugar la segunda parte. No encuentra la mejor posición para Griezmann, que parece buscarse la vida por todo el campo. Y se hace un lío con Junior Firpo. Fuera de la convovatoria en Dortmund en el día que se lesiona Jordi Alba y no hay recambio y tiene que jugar Semedo en el lateral izquierdo. Ha dejado de contar con Rakitic, al que siempre ha considera uno de los más fiables. En las dificultades se ve la mano del entrenador y Valverde no tiene respuestas tácticas.

Cualquier tiempo pasado fue mejor en el Barça que el actual donde el equipo de Ernesto Valverde presenta un diagnóstico enfermizo. Basta con escuchar a futbolistas como Gerard Piqué (con peso en el vestuario) cuando hace autocrítica por el mal juego: "Los pecados los sabemos, pero no es fácil cambiar las cosas". Derrotas que escuecen como la de Granada y la baja forma física provocada por una mala pretemporada, como reconoce el central culé cuando asegura que esta "no ayudó". El cúmulo de problemas se hace más grande y enciende las alarmas en el club con una nueva lesión de Messi. La estrella abandonó el partido contra el Villarreal con molestias en el aductor izquierdo.

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