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A sumar títulos no le gana nadie: el Madrid, campeón del mundo por sexta vez
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un gol de falta de cristiano da el triunfo

A sumar títulos no le gana nadie: el Madrid, campeón del mundo por sexta vez

Para ganar, suele bastar con marcar un gol más que el contrario. Al Madrid le ha valido un gol de falta de Cristiano Ronaldo para ganar su sexto Mundial y completar el mejor año de su historia

Foto: Sexto título mundial del Real Madrid. (EFE)
Sexto título mundial del Real Madrid. (EFE)

El fútbol actual es tremendamente volátil. Más si hablamos del caso de un club grande, ganador. La costumbre de sumar títulos está reservada para unos pocos equipos en el planeta. Unos se encuentran siempre entre la terna de candidatos a levantar trofeos, otros los ganan con regularidad. El Real Madrid es regular. Ocho títulos entre mayo de 2016 y diciembre de 2017. Ni una final perdida. Una alegría después de otra en el espacio reducidísimo de año y medio y aun después de lograr algo nunca conseguido en la historia del club, cinco títulos en un año natural, hasta hace un par de semanas, la crisis de resultados dolía como una astilla entre la uña y la carne. Pues bien, a mediados del último mes del año, el Madrid es campeón del mundo.

El torneo que se supone que define al mejor conjunto del planeta en el año natural tiene poquísimo peso en la cultura europea reciente y al Madrid le costó casi celebrarlo al final del encuentro. Visto el marcador, puede aparentar una victoria pírrica, sufrida y tremendamente peleada hasta estar exhaustos, por lo que el triple pitido final daría paso a la exaltación de la alegría antes contenida. El Madrid, en cambio, se sintió campeón desde que empezó el torneo y en cierta medida, por ello le costó más que Ramos alzara la copa. La superioridad, eso sí, tan manifiesta pese a los marcadores apretados resta muchísima pasión al éxito conseguido.

Foto: Zidane y Cristiano, en el partido contra el Al Jazira. (Reuters)

El Gremio de Porto Alegre hizo un año sensacional en la Copa Libertadores, fue justo campeón, siendo el mejor del torneo con diferencia. Se habían ganado su derecho a estar en la final de Abu Dabi, por supuesto, después de superar a Pachuca. La cuestión es que toda esa virtud que les sirvió para ser campeones de Sudamérica se queda en muy poca cosa ante el campeón de Europa, que ahora mismo no está en la plenitud muy apreciable en verano. Durante 90 minutos el Gremio tiró una vez, un lanzamiento de falta desde unos 40 metros que rozó la parte superior de la red de Keylor Navas. Nada más en todo el partido. Aguantar al Madrid y desear que no cayeran goles como manzanas maduras del árbol.

Una pregunta que todavía no ha resuelto Zinédine Zidane es por qué el Real Madrid no marca más goles. Hacerle solo dos a un equipo tan débil como Al Jazira y apenas uno a Gremio es un registro escasísimo, teniendo en cuenta la considerable diferencia de calidad entre el Madrid y el conjunto emiratí y el brasileño. En la final Zidane no quiso bromas y jugó con los buenos, con todos los buenos. Es decir, jugaba Isco y no Bale de inicio. El resto, lo que todos ya sabemos de memoria. Vamos, la alineación de la final de Cardiff. ¿Qué le faltó al Madrid para redondear un buen Mundial? Marcar solo alguna ocasión más de las que tuvo en todo los 180 minutos de competición.

placeholder Cristiano celebra el triunfo ante los jugadores de Gremio. (Reuters)
Cristiano celebra el triunfo ante los jugadores de Gremio. (Reuters)

El juego, sin ser apasionante, sí fue resolutivo. Ante el Al Jazira hizo todo para golear, solo que no entraron entre el portero, los palos y el VAR; luego claro está tuvo un descosido en defensa a través del cual se veían a plena luz todas sus vergüenzas. Este enredo lo cosió el Madrid en la final, cerrando su defensa a cal y canto y permitiendo el partido más tranquilo para Keylor Navas desde hace muchísimos meses. Arriba fue otra historia. ¿Jugó mal el Madrid? No. ¿Gestionó mal el balón en tres cuartos? Tampoco. ¿Creó un río de ocasiones como contra el Al Jazira? Pues tampoco.

Cuenta por supuesto la subida de nivel defensivo del conjunto porto alegrense con respecto al rival de las semifinales, que pocas facilidades más podía ofrecer para que el Madrid marcase goles, otra cosa es que el acierto no esté de parte merengue últimamente. El Gremio se empleó con dureza en un inicio en el que no dejó jugar, hubo parones constantes y no hubo ritmo. A Modric estar parado le aburre. Con su aspecto de buenazo que toda madre quiere como hijo, es en realidad un hiperactivo que exige que la pelota esté siempre en movimiento. Si no lo está, va él a buscarla para sacarla de su letargo. A Isco eso le pasa también, solo que le dura menos la emoción de la actividad que a su colega croata. Isco duró una hora, Modric tiene más batería que el sable láser de Kylo Ren.

Con ellos el Madrid encontró la vía de escape a la presión y el agobio que le planteaba el buen posicionamiento tricolor. Empezaron a asociarse con Cristiano y Benzema, tan participativos como desacertados en la resolución de los ataques, y a partir de la combinación el Madrid se estiró y dominó ya hasta que acabó el partido. Lo que pasa es que no entraban. Ni a Modric, que le salía todo, acabó con un tiro en el palo. Otro más. Funcionó lo que casi nunca funciona: una falta disparada por Cristiano. Ya estuvo cerca con un libre directo en el primer tiempo, un lanzamiento perfecto que se fue mínimamente alto. Después, un disparo peor acabó dentro, ya que la barrera se abrió y justo por ese mínimo hueco pasó la pelota, que entró pegada al palo, donde nunca podía llegar Grohe.

No entraron más, no hizo falta. Para ganar, suele bastar con marcar un gol más que el contrario. Al Madrid le ha valido para ganar su sexto Mundial (tres Intercontinentales, tres Mundiales de clubes) y completar el mejor año de su historia. Desde Abu Dabi, con la quinta alegría de la temporada, ¿quién se acuerda de la Liga? Da igual, ahora solo importa el Clásico y otro parche en el pecho...

Ficha técnica

1 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric, Isco (Lucas Vázquez, m.73); Cristiano Ronaldo y Benzema (Bale, m.79).

0 - Gremio: Marcelo Grohe; Edílson, Pedro Geromel, Walter Kannemann, Cortez; Michel (Maicon, m.84), Jailson, Ramiro (Everton, m.70), Luan; Fernandinho y Lucas Barrios (Jael, m.63).

Gol: 1-0, m.53: Cristiano Ronaldo.

Árbitro: Marvin Torrentera (México). Amonestó a Casemiro (27), por el Real Madrid.

Incidencias: final del Mundial de Clubes disputada en el Zayed Sports City Stadium de Abu Dabi, lleno, con 35.500 espectadores en sus gradas.

El fútbol actual es tremendamente volátil. Más si hablamos del caso de un club grande, ganador. La costumbre de sumar títulos está reservada para unos pocos equipos en el planeta. Unos se encuentran siempre entre la terna de candidatos a levantar trofeos, otros los ganan con regularidad. El Real Madrid es regular. Ocho títulos entre mayo de 2016 y diciembre de 2017. Ni una final perdida. Una alegría después de otra en el espacio reducidísimo de año y medio y aun después de lograr algo nunca conseguido en la historia del club, cinco títulos en un año natural, hasta hace un par de semanas, la crisis de resultados dolía como una astilla entre la uña y la carne. Pues bien, a mediados del último mes del año, el Madrid es campeón del mundo.

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