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Marcar solo un gol ya es un reto mayúsculo para un Real Madrid que renuncia a la Liga
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no aprovecha el pinchazo del barcelona

Marcar solo un gol ya es un reto mayúsculo para un Real Madrid que renuncia a la Liga

Kepa no tuvo que lucirse porque el Madrid no le probó prácticamente. Dos palos y muchos tiros fuera. Cristiano, Benzema, Isco... nadie acertaba y el Barça puede dormir tranquilo

Foto: Benzema no encontró forma de marcar. (Reuters)
Benzema no encontró forma de marcar. (Reuters)

Eran las seis de la tarde en un hotel de Bilbao y se corría la voz: el Barça ha pinchado. No se esperaba. Hoy pasaba por una de esas jornadas de supervivencia en las que el Real Madrid tenía que ganar para no distanciarse todavía más del liderato. El Celta hizo un favor al madridismo, como si fueran equipos hermanados, y le robó un empate al conjunto de Valverde. Siete horas más tarde, en un campo de Bilbao, se confirmaba la noticia: no había servido de nada. El Madrid no fue capaz de marcarle un gol al Athletic en San Mamés y se mantiene a ocho puntos, dos ahora por debajo del Atleti, incluso. La Liga, pese a lo que diga Zidane, está cerca de ser imposible.

Se ha hablado más en esta semana de Kepa Arrizabalaga y su potencial futuro en el Real Madrid, sobre cómo le iba a afectar tener enfrente al club que le quiere, sobre cómo le iba a recibir su propia grada (como si el chaval hubiera hecho algo para merecer un trato irrespetuoso de su gente), sobre si iba a ser baja. Sí, jugó Kepa todo el partido y lo hizo bien, pero no demasiado bien. No es que se luciera en ningún momento, no tuvo una estirada milagrosa que salvara un gol ya cantado en la esquina donde estaba la dichosa 'Grada Fans' del Madrid. Simplemente estuvo. No requirió de un esfuerzo extra, pues los delanteros que tenía enfrente tienen un problema gravísimo con el gol, una crisis que ya empieza a tener un nivel para ser analizada en profundidad y con sensible preocupación por los preparadores del campeón de Liga y Champions.

Foto: Mayoral y Theo celebran un gol. (EFE)

Jugó el Madrid este otro Clásico de la competición nacional con el equipo de Cardiff. Sí, no se había vuelto a juntar la alineación titular del Madrid (salvo Bale, que ya se sabe que está más tiempo en la enfermería que en el césped) desde que los blancos le metieran cuatro a la Juventus para ser el primer club en ganar la Copa de Europa dos veces seguidas con el formato actual. Lo que queda de aquel emocionante equipo es el esqueleto, los miembros del mismo, no su espíritu, que se ha esfumado, ha expiado sus pecados y ha alcanzado el cielo, mientras que en la tierra ha dejado los restos inertes que todavía tienen por delante meses y meses de competición con el miedo a que los objetivos se concentren en quedar segundo y poco más, viendo como un rival acérrimo gana otra liga sin ser, en absoluto, mejor.

Es increíble que en verano Gerard Piqué dijera eso de que por primera se había sentido "inferior" al Real Madrid en los nueve años que lleva en el primer equipo culé. 14 jornadas de liga después, sus compañeros le sacan ocho puntos y ni regalando puntos pueden echarse a temblar con una cada vez más impensable remontada madridista. Porque no nos engañemos, hasta que no avance el curso, el Barça no va a temer a Valencia y Atlético, solo temen al Madrid y no se creerán que ha tirado el campeonato hasta que las matemáticas no lo confirmen con rotundidad.

placeholder Kepa tuvo un partido intenso, pero cómodo. (EFE)
Kepa tuvo un partido intenso, pero cómodo. (EFE)

Comentaba Julio Maldonado en la retransmisión del Athletic-Real Madrid que hay demasiados jugadores del Real Madrid que no están en buen momento. La posibilidad de que esta racha negativa fuese porque uno o dos hombres estuvieran atravesando una fase valle física no es posible. Son muchos. Desde el portero, esta vez firme pero rara vez fiable al 100%, hasta todos los delanteros, se cuentan más rápido los que están en plenitud que los que, por el contrario, necesitarían o una pretemporada o unas vacaciones. Varane, Carvajal y Modric, el resto están a años luz de lo que fueron en primavera y verano. Y cuando la debilidad se generaliza, la responsabilidad no es individual, sino colectiva y ahí entra de lleno en la competencia del entrenador.

El Athletic tampoco es que esté especialmente contento consigo mismo. Una isla pequeña de Baleares les echó de la Copa del Rey hace tres días y por mucho que se laman esa herida va a tardar meses en curarse. En la Catedral pocos creen que el Cuco les vaya a sacar de esos puestos mucho más cercanos al descenso que a las mieles europeas a las que les había acostumbrado el Txingurri. Por supuesto, jugar contra el Madrid inspira una motivación superior y los esfuerzos que se realizan son mayores a los que se aplican en otros días menos llamativos, pero las ideas de juego se exponen tanto en un día como en otro y son escasas, limitadas, casi primitivas, lo cual se basa en hacer que se peleen Aduriz y Raúl García con todos y esperar que uno salga victorioso y sin cortes profundos, y ya de paso, soñar que en una carrera Iñaki deje atrás a todos los adversarios. No suele pasar, ni contra el Madrid ni contra nadie.

Los rojiblancos se equivocaron muchísimo. A partir del minuto 70 dar dos pases seguidos era altamente improbable para ellos. Todo eran precipitaciones, nervios, la pelota quema, como si les inquietase y les incomodase que lloviese en Bilbao... cuando un partido en San Mamés sin lluvia es casi antinatural. Al Madrid le pasó lo mismo pero a partir de los últimos metros. Hasta esos límites, jugaban, la tocaban, movían al contrario con paciencia para luego equivocarse siempre. Si decimos que Kepa no tuvo que lucirse es porque el Madrid no le probó prácticamente. Dos palos y muchos tiros fuera. Cristiano, Benzema, Isco... nadie acertaba. Luego a Ramos le expulsaron porque se le olvidó que sacar el codo al saltar es amarilla.

El Madrid ya tiene un problema mayor incluso que haber perdido su juego: es incapaz de marcar goles. Es un reto inmenso para ellos, cuando para todos ellos hacer goles es simplemente una profesión, una forma de vida, se comprende como algo intrínseco a su manera de jugar. Algo ha sucedido en sus mentes que les ha bloqueado la membrana del cerebro que les ayuda a empujar el balón hacia el lado correcto y por ahora no hay mayor explicación por parte de sus integrantes que la retahíla de "esto es fútbol", que "no quiere entrar" y no sé qué. Ningún argumento válido que justifique qué pasa, tampoco nada para entender por qué no hay ni la más mínima confianza en los jóvenes. Pero nada, que la liga no está perdida, dicen... para ganar las ligas hay que marcar, eso seguro.

Ficha técnica

0 - Athletic Club: Kepa; De Marcos (Lekue, m.72), Unai Núñez, Etxeita, Balenziaga; Williams (Córdoba, m.82), Iturraspe (San José, m.39), Mikel Rico, Susaeta; Raúl García y Aduriz.

0 - Real Madrid: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric, Isco (Kovacic, m.82); Cristiano Ronaldo, Benzema (Mayoral, m.82).

Árbitro: Mateu Lahoz (comité valenciano). Expulsó a Ramos, en el minuto 86, por doble amonestación. En ambos casos, en el 11 y el 86, por utilizar los codos ante Aduriz. Además, mostró tarjeta amarilla a los locales De Marcos (m.44) y Etxeita (m.56), y a los visitantes Casemiro (m.73), Carvajal (m.91) y Cristiano Ronaldo (m.92).

Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de Primera División disputado en San Mamés ante 44.884 espectadores, según datos oficiales. Varios centenares de ellos seguidores blancos. Hizo el saque de honor el pelotari guipuzcoano Jokin Altuna 'Altuna III', recientemente proclamado campeón del Cuatro y Medio y seguidor del equipo bilbaíno.

Eran las seis de la tarde en un hotel de Bilbao y se corría la voz: el Barça ha pinchado. No se esperaba. Hoy pasaba por una de esas jornadas de supervivencia en las que el Real Madrid tenía que ganar para no distanciarse todavía más del liderato. El Celta hizo un favor al madridismo, como si fueran equipos hermanados, y le robó un empate al conjunto de Valverde. Siete horas más tarde, en un campo de Bilbao, se confirmaba la noticia: no había servido de nada. El Madrid no fue capaz de marcarle un gol al Athletic en San Mamés y se mantiene a ocho puntos, dos ahora por debajo del Atleti, incluso. La Liga, pese a lo que diga Zidane, está cerca de ser imposible.

Zinédine Zidane
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