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El verano en el que el Barça iba a por Verratti y terminó sin Neymar y sin enterarse de nada
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El verano en el que el Barça iba a por Verratti y terminó sin Neymar y sin enterarse de nada

El club ha ido en todo momento a contrapié, sin llevar la iniciativa y esperando que Piqué y compañía pudieran convencer a Neymar. Pero ya era demasiado tarde. Un desastre

Foto: Neymar durante un entrenamiento con el Barcelona en Nueva Jersey.
Neymar durante un entrenamiento con el Barcelona en Nueva Jersey.

El FC Barcelona ha sufrido un desgaste terrible este verano. El verano que comenzó con las portadas de los diarios deportivos catalanes anunciando la ofensiva azulgrana por Verratti y terminó con la marcha de Neymar y con el club sin enterarse de nada hasta que ya era demasiado tarde. “El Barça es la envidia del mundo” declaró Josep María Bartomeu muy ufano en una entrevista al diario Sport el pasado 7 de julio. Por entonces ya llovía sobre el tejado de las oficinas por las informaciones de TV3 respecto al negocio con los asientos liberados por los socios y el presidente decidió no dar la rueda de prensa que estaba anunciada y en cambio ofreció entrevistas individuales a algunos medios. Se las prometía muy felices, encerrado en su propio mundo de colorines donde el Barcelona era un oasis maravilloso al que todo el mundo estaba deseando ir… hasta que se dio de bruces con la realidad en plena gira del equipo por Estados Unidos cuando, por fin, se dio cuenta de que las informaciones sobre Neymar y el PSG no eran un cuento de la caverna, sino una amenaza real ante la que no podía hacer absolutamente nada.

Neymar se despidió estre miércoles de Ernesto Valverde, de sus compañeros -de algunos de manera fría y de otros, como Messi, más afectuosamente-, condujo hasta el club donde se reunió con Raúl Sanllehí (Bartomeu no estaba) y posteriormente se dirigió a una notaría en la Avenida Diagonal y de ahí al aeropuerto con destino a Oporto. Todo, en menos de cinco horas. Adiós muy buenas, ahí os quedáis. Así de fácil. Y de crudo.

No. El Barça ya no es ese equipo en el que cualquiera sueña con poder jugar, “la envidia de todo el mundo”, sino un club desnortado por una dirección caótica que se agarra más que nunca a Leo Messi como si fuera una tabla salvavidas y en el que ni siquiera Iniesta, que lleva toda su vida aquí, ha aceptado la oferta de renovación que le han hecho.

placeholder Neymar dejó de entrenarse el miércoles con el FB Barcelona. (Reuters)
Neymar dejó de entrenarse el miércoles con el FB Barcelona. (Reuters)

Del 200% a congelar la prima de renovación

Lo peor no es que Neymar se haya ido, sino la sensación, que se convirtió en certeza después, de que el presidente Bartomeu y su Junta no han tenido en ningún momento la situación controlada. Se enteraron por los medios, lo negaron con contundencia -al vicepresidente deportivo Jordi Mestre le va a perseguir ya para siempre la frase de “Neymar se quedará al 200%- y hasta que no lo tuvieron delante de sus narices, en la primera parada de la gira en Nueva York, no se dieron cuenta de que iba en serio. Entonces, fueron los jugadores, no el club, los que tomaron el mando e intentaron convencer al brasileño, que tuvo momentos de duda. De ahí el ya célebre tuit de Piqué con el “Se queda”. Pero el ‘pai do craque’ llegó a Washington y le explicó a su hijo que ya no se podían echar atrás con el PSG; no estaba solo hablado, estaba hecho.

Piqué salió entonces, en Washington, a recular y decir que “expresaba un deseo, Neymar es un niño y tiene dudas”, mientras las portadas en Barcelona empezaron a virar y a dar por cierto lo que ya había adelantado el diario ‘As’, el lunes 17 de julio. Unos días después en Miami Bartomeu y el central, en sendas entrevistas a ESPN ya daban por hecho su marcha. Total, solo les había costado dos semanas caerse del guindo. Al central le movió su amistad con Neymar y el deseo de poder solucionarlo -igual que solventó el patrocinio con Rakuten- a Bartomeu el quitarse de en medio un problema que no había visto venir. Su inmediata reacción fue la de enfadarse, sentirse engañado después de haberle renovado el pasado mes de octubre y congelar la prima de renovación de 26 millones de euros al padre del futbolista el pasado lunes en una notaría de Barcelona.

El club ha ido en todo momento a contrapié, sin llevar la iniciativa y esperando que Piqué y compañía pudieran convencer a Neymar. Pero ya era demasiado tarde. Un desastre.

placeholder Neymar brilló en Estados Unidos durante la pretemporada con el FC Barcelona. (EFE)
Neymar brilló en Estados Unidos durante la pretemporada con el FC Barcelona. (EFE)

El dinero y la sombra de Messi

Se da por seguro que Neymar cobrará unos 30 millones de euros netos por temporada, que su padre ya tiene en el bolsillo una prima de fichaje de 40 -la misma cifra que le pagó el Barça, por cierto- y que la presentación en París será al estilo superstar, con Torre Eiffel incluida y lo que haga falta. El dinero, por supuesto, ha sido clave en su marcha, igual que lo fue cuando fichó por el Barça, pero no la única razón. La sombra de Messi era demasiado alargada y el brasileño quiere que los focos le apunten sólo a él, ser el ’10’, que nadie le tosa.

La relación con el argentino ha sido buena. Cuando llegó se postró ante él y era una broma recurrente entonces repasar las veces que, incluso sin venir a cuento, el brasileño soltaba que Messi era el mejor del mundo en cuanto tenía un micrófono delante. Leo tuvo el miércoles en público, en instagram, una reacción muy cariñosa y le despidió deseándole lo mejor y con un ‘TKM’ (te quiero mucho). El crack sabe que tenía en Neymar a un gran aliado dentro del terreno de juego y siente sinceramente su marcha. Ahora le preocupa, a él y a los demás, qué hará la directiva.

222 millones para fichar

Según adelantó ayer la 'Cadena Ser', el Barça comunicó al Atlético que no iba a por Griezmann. Debe ser el único club en Europa que respira tranquilo a estas horas. El Liverpool con Coutinho, el Borussia de Dortumd con Dembélé, el Mónaco con Mbappé y la Juve con Dybala están a la espera de movimientos. Los 222 millones de cláusula que depositará el PSG por Neymar, el fichaje más caro de la historia, deja al Barça con liquidez y la obligación de contratar a una estrella para contrarrestar el golpe. Tampoco se descarta que Di María entre en la operación PSG-Barça.

Ya no se trata solamente de reforzar el equipo, sino de hacerlo bien. Con un nombre que ilusione a la afición y convenza a la plantilla, alguien a quien todos reciban con los brazos abiertos. La entidad culé no se puede permitir ni un tropiezo porque la gestión del ‘caso Neymar’ ha erosionado absolutamente al club. Ya no son la envidia del mundo, son simplemente uno más, donde los jugadores se marchan mientras la directiva se queda en pelotas. Con 222 millones de euros, sí, pero con una imagen desgastada y siendo objeto de mofa en las redes, esas redes sociales que tanto les preocupan y que hasta el último momento Neymar ha usado para hacer bromitas y demostrar que estaba muy por encima de Bartomeu y compañía.

Terminó la temporada con una raquítica Copa del Rey y apostando por Verratti sin tener ni pajolera idea de que Neymar había comenzado a marcharse. Ahora les toca mover ficha. Y ya pueden acertar.

El FC Barcelona ha sufrido un desgaste terrible este verano. El verano que comenzó con las portadas de los diarios deportivos catalanes anunciando la ofensiva azulgrana por Verratti y terminó con la marcha de Neymar y con el club sin enterarse de nada hasta que ya era demasiado tarde. “El Barça es la envidia del mundo” declaró Josep María Bartomeu muy ufano en una entrevista al diario Sport el pasado 7 de julio. Por entonces ya llovía sobre el tejado de las oficinas por las informaciones de TV3 respecto al negocio con los asientos liberados por los socios y el presidente decidió no dar la rueda de prensa que estaba anunciada y en cambio ofreció entrevistas individuales a algunos medios. Se las prometía muy felices, encerrado en su propio mundo de colorines donde el Barcelona era un oasis maravilloso al que todo el mundo estaba deseando ir… hasta que se dio de bruces con la realidad en plena gira del equipo por Estados Unidos cuando, por fin, se dio cuenta de que las informaciones sobre Neymar y el PSG no eran un cuento de la caverna, sino una amenaza real ante la que no podía hacer absolutamente nada.

Neymar Josep Maria Bartomeu