El primer podio de Carlos Sainz para escribir su versión de la parábola del campesino chino

Quién sabe si la historia de este último año de Carlos Sainz en Ferrari podría recordar a la parábola del sabio campesino chino y su hijo. A cada evento aparentemente desgraciado según el hijo, el padre contestaba: "¿Por qué le llamas desgracia? Veremos lo que trae el tiempo". Lo que parecía un contratiempo, en realidad abría las puertas de la fortuna.

Quién sabe si perder inesperadamente su asiento en favor de Lewis Hamilton colocará al español ante una narrativa distinta y hasta positiva en 2024. El piloto que debe luchar a la contra, quizás hasta capaz de batir a quien se queda. Porque la historia recuerda que el último año de un piloto en Ferrari suele ser dura.

Sainz logró su primer podio tras una carrera impecable, no lejos del segundo Red Bull, en una prueba que ganó Max Verstappen. Para los aficionados, el español podría ejercer este año de caballero sin señor, pero sin perder su espada. Como el bueno de las películas. De momento, ha sabido mantener el tipo fuera y dentro del coche tras un mes más duro de lo que muchos imaginan, respondiendo con un podio.

Una carrera al ataque

Sainz perdió una posición en la arrancada frente a Pérez, aunque se enganchó al tren de Leclerc, Russell y el mexicano. Pronto avisó a su equipo: "Soy más rápido que los pilotos de delante". Cierto, también porque el monegasco empezaba a tener sorprendentes problemas de frenos demasiado temprano.

En la vuelta 11, cayó el monegasco por primera vez, con evidentes problemas. "¿Qué pasa con mi delantero izquierdo? No puedo evitar bloquear en todas partes". Su ingeniero le respondía: "¡En todos lados! Temperatura en el [freno] delantero izquierdo más elevada", le confirmaba por la radio.

El español paró cuatro vueltas más tarde que Leclerc en el primer paso por boxes. Se quitó el blando y, rápida y nuevamente, a su compañero. "Teníamos un plan muy claro usando el compuesto blando y luego dos juegos de duros", explicaría después el español, con el objetivo de presionar a Pérez al final, que montaba blando usado. "Con el compuesto duro, nos sentimos un poco más cómodos porque se sobrecalienta menos y se degrada menos. Es un neumático un poco más complicado con el calentamiento y, una vez que lo hacemos funcionar en nuestro coche, puedes tirar".

Sainz era otro piloto al de la pasada temporada, con un monoplaza que le permitía atacar. Y solo conoce el fuego interior de reivindicación con el que afronta cada carrera de esta temporada. Atacó con decisión en todas las ocasiones, y las resolvió rápido.

El siguiente fue Russell, en la curva 4. El madrileño se fue a por Sergio Pérez. Llegó a estar a dos segundos, pero el mexicano controló sin problemas al Ferrari. De momento, el SF24 es otro monoplaza al de la pasada temporada. Carlos Sainz, parece que también.

"Estoy muy contento, cuando estábamos en la presentación del coche, recuerdo haber dicho: 'Este año espero tener un coche para adelantar y no para defender'. El año pasado, pasé todo el año defendiendo. Llegamos a la primera carrera y estoy atacando y adelantando", explicaba el madrileño que, para variar respecto a la pasada temporada, se felicitaba porque no padecía la degradación con el compuesto más duro, precisamente en una de las pistas más exigentes con el neumático trasero.

¿Dónde está Ferrari?

Pero Red Bull endosaba algo más de 20 segundos al primer monoplaza rival, Ferrari. Vasseur cuantificaba la diferencia por vuelta en 4/5 décimas entre el RB20 y el SF24. ¿Será el equipo italiano rival para el austríaco, cuando a Mercedes le endosaba el neerlandés algo más de siete décimas por vuelta? Sin saber la dinamita que Verstappen podría tener aún guardada, porque se marchó con un segundo de media en las primeras vueltas, hasta que decidió poner velocidad de crucero.

"Hay que ser claros, no empezamos bien en comparación con Red Bull, pero respecto al año pasado empezamos bien. En algunas pistas, mejoramos mucho y peleamos con Red Bull", admitía el responsable de Ferrari al terminar la prueba. "Estuvimos peleando con ellos y, si podemos evolucionar como en 2023, entonces será posible luchar con Red Bull". Vaso medio lleno, pero también medio vacío. Red Bull sigue en otro planeta.

Jugador de equipo, pero sin olvidarse de sí mismo

Ferrari y Sainz comparten objetivos, pero el español los tiene divergentes en 2024. Su futuro no está en el equipo italiano y aún debe ser asegurado fuera de Maranello. Cualquier actuación como la de Baréin mejora su cotización, aunque Sainz deba mantener el equilibrio entre disciplina profesional e intereses personales.

"Siempre he sido un gran jugador de equipo, siempre lo seré. He sido ejemplar en ese sentido como piloto de cualquier equipo. Ayudaré a Charles si es necesario, de la misma manera que espero que Charles me ayude si tengo problemas. Yo también me desafiaré a mí mismo", afirmaba rotundo en la presentación del SF24. Habrá muchas oportunidades de comprobarlo en 2024.

"Tuvo una reacción megaprofesional, pero yo sabía perfectamente que el viaje no ha sido fácil para él", reconocía Fred Vasseur esta semana sobre Sainz. "Fue la llamada más difícil de mi vida, pero también porque aprecio perfectamente lo que hizo el año pasado con nosotros. Desde el principio, está totalmente concentrado en la temporada y me dijo que presionará hasta la última vuelta de la temporada. Pero puede estar seguro de que también presionaré por él hasta la última curva, no la última vuelta, sino la última curva". Habrá muchas oportunidades de comprobarlo en 2024.

Es solo la primera carrera, pero quizá Carlos Sainz ha comenzado a escribir su propia versión de la parábola del sabio campesino chino.