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La morbosa doble pasada de Carlos Sainz sobre Leclerc para mandar un claro mensaje a Ferrari
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DOS ADELANTAMIENTOS IMPRESIONANTES

La morbosa doble pasada de Carlos Sainz sobre Leclerc para mandar un claro mensaje a Ferrari

El piloto español volvió a mostrar mucho más ritmo que su compañero de equipo y, en forma de dos pasadas de mucho nivel, mandó un aviso a Ferrari por 'cortarle' para el próximo año

Foto: Sainz, adelantando a Leclerc en Baréin. (Reuters/Rula Rouhana)
Sainz, adelantando a Leclerc en Baréin. (Reuters/Rula Rouhana)

Este sábado comenzaba el Mundial de Fórmula 1 y lo hacía con varias preguntas que deberían de ser respondidas durante las 57 vueltas al trazado de Sakhir. Una de ellas era ver cómo iba a gestionar Ferrari a sus dos pilotos, después de anunciar hace algunas semanas la incorporación de Lewis Hamilton al equipo la próxima temporada, ocupando el asiento de Carlos Sainz. O, dicho de otra manera, había que ver si el español tenía ganas de reivindicarse.

El piloto madrileño llegaba encendido al Gran Premio de Baréin. Sainz tuvo el honor de ser el único piloto terrenal capaz de ganar una carrera el pasado año, donde Red Bull lo dominó absolutamente todo. Y, a pesar de brillar en pista, siempre tuvo la sensación de que Charles Leclerc era premiado por encima de él como jefe de equipo de manera habitual. Al final del Mundial, el monegasco acababa con seis puntos que el español... y lo peor estaba por llegar.

Después de sentir en varias ocasiones que no se le había permitido luchar de tú a tú con su compañero, la llegada de Hamilton le cerraba la puerta a su continuidad y, por ello, Sainz encontraba en Baréin la necesidad de reivindicarse. Tanto en los libres como en clasificación, mostró que su monoplaza tenía gran velocidad y consistencia, mientras que Leclerc sufría... pero, al igual que el curso pasado, el monegasco era más rápido en la Q3 y salía por delante.

A pesar de ello, Sainz no se resignó lo más mínimo y, consciente de tener un buen ritmo de carrera, decidió trabajar poco a poco para ir creciendo en pista. Tras superar a varios monoplazas, se encontraba por delante con Leclerc. ¿Qué haría el español? ¿Respetaría la jerarquía o se lanzaría con todo para reivindicarse? No hizo falta ni preguntarlo pues, en la vuelta 11, no daba opciones al monegasco y le daba una pasada antológica.

Pocos giros después, era el momento de entrar en boxes a cambiar neumáticos y, después de que Ferrari volviera a recompensar de nuevo a Leclerc permitiéndole entrar primero en pos de una mejor estrategia, Sainz supo esperar. Así, cuando entró a su garaje, sabía que perdía de nuevo la posición con su compañero de equipo, pero no era un problema: se lanzaba a la caza del monegasco y, solo un par de vueltas después, le volvía a tener a tiro.

Sería en la vuelta 17 cuando, en la recta principal, se tiraba con todo y volvía a arrancarle las pegatinas a su compañero de equipo, demostrando que tenía mucho más ritmo que él y que volaba hacia el podio. Era la manera de Sainz de reivindicarse ante Ferrari: sin una palabra más alta que la otra, pero hablando en la pista, tratando de demostrarle a la Scuderia que no fue del todo justa con él... y, sobre todo, que en Baréin ha golpeado primero ante Leclerc.

Sainz demostró en la primera carrera de la temporada que no ha perdido un ápice de su capacidad al volante, siendo capaz de acabar en tercera posición y de subir al podio en la carrera inaugural del curso en la Fórmula 1. Un gran desempeño para el español que consigue un valioso resultado en Baréin y que, de nuevo, le sirve para reivindicarse y demostrarle a Ferrari cuáles son sus capacidades. Y, de momento, de ser el primer humano en la clasificación del Mundial.

Este sábado comenzaba el Mundial de Fórmula 1 y lo hacía con varias preguntas que deberían de ser respondidas durante las 57 vueltas al trazado de Sakhir. Una de ellas era ver cómo iba a gestionar Ferrari a sus dos pilotos, después de anunciar hace algunas semanas la incorporación de Lewis Hamilton al equipo la próxima temporada, ocupando el asiento de Carlos Sainz. O, dicho de otra manera, había que ver si el español tenía ganas de reivindicarse.

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