El impredecible efecto dominó (Alonso incluido) que provoca el terremoto de Hamilton y Ferrari
El inesperado fichaje del piloto británico por el equipo italiano abre las posibilidades a movimientos inesperados en cuanto a fichajes de pilotos por parte de otros equipos
Siguen notándose, un día después, las sacudidas producidas por el movimiento sísmico que ha llevado de forma inesperada a que Lewis Hamilton y Ferrari unan sus destinos. Cuando el propio Toto Wolff se enteró de que su piloto se marchaba de Mercedes la misma mañana del anuncio, se evidencia un hecho: nadie sabe nada a ciencia cierta y todo, absolutamente todo, puede pasar.
Hamilton tenía contrato en vigor hasta 2025, pero tenía una cláusula de salida anticipada en 2024. Ese tipo de cláusulas son las que va a marcar los siguientes pasos, porque esta revolución en el mercado de pilotos no ha hecho más que empezar.
Los teléfonos de los pilotos y sus managers echan fuego estos días valorando qué hacer. Pueden recibir una llamada inesperada de algún equipo y es necesario tener trazado un plan A, un Plan B y cuantos sean necesarios para estar preparado ante cualquier eventualidad.
No es descartable, incluso, que ante la perspectiva de una temporada 2024 sumamente incómoda de Lewis Hamilton en Mercedes y de Carlos Sainz en Ferrari, ambos equipos optaran por una rescisión anticipada de sus respectivos contratos y acaben intercambiando sus volantes. Es una posibilidad entre muchas otras y, lo que estamos viviendo estos días, nos demuestra que lo inteligente es no descartar ninguna opción.
En el management siempre hay dos claves fundamentales, que son la adecuada gestión de los tiempos y la información. A toro pasado es muy fácil decir que algo era fácil de predecir, pero los hechos demuestran que los grandes aciertos o errores tienen mucho que ver con circunstancias muy difíciles de controlar o adivinar. Una metedura de pata importante es, por ejemplo, la de Lando Norris firmando hace apenas unos días un contrato de larga duración con McLaren.
De haber esperado, su manager Mark Berryman tendría ahora a su piloto como una de las piezas más codiciadas del mercado. El británico sería un candidato claro a ocupar el asiento vacante en Mercedes o, como poco, podría haber pedido mucho más dinero a McLaren. Pero al final, ni lo uno ni lo otro, y fue Zak Brown el que manejó mejor los tiempos y la información.
Who will Mercedes choose to replace the outgoing Lewis Hamilton come 2025? 👀
— Formula 1 (@F1) February 1, 2024
We take a look at their options 👇 #F1 https://t.co/kr4ygPMLHE
Ahora bien, no demos por sentado que Lando Norris no tenga una cláusula de salida en su contrato. No sería la primera vez, ni mucho menos, que se firma un contrato de larga duración con una opción de rescisión si aparece la oferta de un equipo puntero.
No es descartable, que ante la llamada de un Red Bull, un Mercedes o un Ferrari (previo pago de una indemnización), McLaren se viera obligada a renunciar a su piloto. De nuevo, dependerá de la cantidad de esa cláusula de rescisión que la operación sea más o menos factible. Ahora mismo, sin ir más lejos, Fernando Alonso y Aston Martin andaban enfrascados en la prolongación de su actual contrato.
De repente, ¿quién dice que no existe incluso una cláusula de salida anticipada a Mercedes si la marcha de Hamilton se produce con efecto inmediato?
Las opciones de Sainz
Para Carlos Sainz no es el fin del mundo, aunque Ferrari le venga tomando el pelo desde septiembre. En Maranello le ocultaron que no querían renovarle y que su verdadero objetivo era fichar a Hamilton. Pero quizá no hay mal que por bien no venga. De entrada, no es ningún drama que te sustituyan por el piloto más laureado de la historia y, segundo, frente a un Frederic Vasseur que debe su puesto a Charles Leclerc, el madrileño siempre iba a llevar las de perder.
De repente, un posible fichaje por Mercedes, que antes se antojaba utópico, ahora se convierte en probable. Hamilton se suponía que no iba a dejar vacante su asiento hasta 2026 y el madrileño tenía que resolver un 2025 de transición en algún lugar a la espera de ese asiento disponible. En cuestión de un día, lo que era imposible se transforma en la opción más razonable y natural. Sin olvidar, por supuesto, la opción de futuro con Sauber y Audi.
Toto Wolff ha anunciado que maneja opciones "excitantes" para sustituir a Lewis Hamilton en Mercedes. Todo depende de qué entienda el directivo austríaco por excitante. Si lo que busca Wolff es un golpe de efecto e intentar dar la sensación de que no ha salido perdiendo con el cambio, solo hay un nombre: Fernando Alonso.
Excitante puede ser, por ejemplo, incorporar al equipo a Andrea Kimi Antonelli, la joven promesa italiana que aún no ha cumplido la mayoría de edad. Para enero de 2025, Antonelli ya tendrá carnet de conducir, una más que posible superlicencia y una temporada de Fórmula 2 a sus espaldas. Pero por mucho que apunte a crack, esa opción del piloto protegido por Toto Wolff habría que calificarla como temeraria, por decirlo de forma suave.
La opción de Carlos Sainz para Mercedes es quizá la más razonable, pero no excitante en los términos que da a entender Toto Wolff. Menos aún si fichas a pilotos del estilo de Alex Albon, Esteban Ocon o Daniel Ricciardo. Sin negar de que hablamos de buenos pilotos, carecen totalmente del aura que les hace representar un papel de revulsivo al equipo. Con ninguno de los mencionados puedes decir que sales ganando con el cambio.
Con Fernando Alonso es una incógnita, pero es exactamente eso, un espacio para la duda donde, en el resto de los casos, tal duda no existe. Wolff es de las personas más inteligentes del paddock y con toda probabilidad tendrá algún plan B en la recámara. Pero no hay que olvidar tampoco ese lado pendenciero del jefe de Mercedes que tan a menudo se ha visto en evidencia. Si quiere responder a lo bravucón, su única respuesta es Fernando.
Obviamente, en todos estos movimientos hemos descartado a Max Verstappen. El tricampeón mundial tiene un equipo y un coche ganador hecho absolutamente a su medida. Su única posible motivación para un cambio vendría de la mano de un fichaje por Ferrari por la mística que siempre encierra para cualquier piloto. Pero la llegada de Hamilton a Maranello aleja a muchos años vista esta posibilidad.
Gana todo el dinero que quiere y, mientras tenga a Adrian Newey a su vera, cualquier opción alternativa palidece. Ahora bien, ¿qué pasa con Checo Pérez? El bajón de rendimiento del mexicano tiene dos lecturas.
Por un lado, se abre una opción más que probable pero, por otro, es poco seductor para cualquier piloto ganador meterse en la boca del lobo. Cuando un equipo gira de forma tan acusada alrededor de un corredor, como es el caso de Red Bull, es un suicidio deportivo acudir allí.
"I would love to see Fernando Alonso [at Mercedes]" 👀
— Sky Sports F1 (@SkySportsF1) February 2, 2024
Jenson Button picks his choice to replace Lewis Hamilton at Mercedes in 2025 👇 pic.twitter.com/mhlJuNKHBA
Alonso, en muchas quinielas
Es evidente que algo raro sucede en el mundo Red Bull y Max Verstappen. No es comprensible que Pierre Gasly, Alex Albon y Checo Pérez hayan estado más cerca en rendimiento de SuperMax cuando pilotaban coches teóricamente inferiores que cuando compartieron monoplaza con el neerlandés. Eso lo sabe cualquier piloto de la parrilla y de ahí los problemas que va a tener Red Bull para fichar a un piloto medianamente cotizado.
No se trata de tenerle miedo a Verstappen, sino pocas ganas de arruinar tu reputación. Si por dos temporadas Checo Pérez disputa poles y victorias en las primeras carreras y luego se diluye hasta parecer un piloto mediocre, está claro que hay un patrón que espanta a cualquiera menos a pilotos como Ricciardo, que no tienen a estas alturas nada que perder. Fernando Alonso y Adrian Newey siempre han expresado su admiración mutua y ganas de trabajar juntos, pero se antoja difícil la opción.
Difícil es que Charles Leclerc no supiera de antemano que no iban a renovar a Carlos Sainz y que iba a venir Lewis Hamilton. Con toda probabilidad, cuando el monegasco hizo su renovación multianual, ya sabía de todo esto y, por tanto, dio su beneplácito. Ahora bien, si de repente las cosas no le salen, si Lewis Hamilton consigue desquiciarle, si se siente traicionado por su círculo íntimo de Frederic Vasseur y John Elkann, de repente aparece un peso pesado en el mercado.
De nuevo, parece difícil este escenario, pero si algo nos han enseñado estos días es que la palabra imposible no existe en Fórmula 1. En estos momentos, Leclerc en Mercedes o Leclerc en Red Bull es algo que raya en la esquizofrenia, pero el monegasco ve cómo su némesis Verstappen colecciona títulos y él aún está en blanco.
No hemos hablado de Oscar Piastri, que ha demostrado en 2023 que tiene hechuras de crack y todo el futuro por delante. Aunque está bajo contrato de McLaren quizá se presente una ocasión única para que un negociante nato como Zak Brown haga caja con una venta estratosférica.
La cuestión es que cualquiera de los movimientos posibles que pudieran suceder entre 2024 y 2025 en Mercedes y Red Bull, como es lógico, van a provocar efecto dominó en el resto de equipos de la parrilla. No deja de ser significativo que, cuando el mercado de pilotos se revoluciona, los nombres de Lewis Hamilton y Fernando Alonso, los dos pilotos más veteranos de la parrilla, pasan a estar en el epicentro del terremoto informativo. Algo tendrá el agua que la bendicen, dice el refrán.
Siguen notándose, un día después, las sacudidas producidas por el movimiento sísmico que ha llevado de forma inesperada a que Lewis Hamilton y Ferrari unan sus destinos. Cuando el propio Toto Wolff se enteró de que su piloto se marchaba de Mercedes la misma mañana del anuncio, se evidencia un hecho: nadie sabe nada a ciencia cierta y todo, absolutamente todo, puede pasar.
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