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La dura caída de Davide Brivio por la endogamia y los prejuicios en los despachos de Fórmula 1
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SE MARCHA DE ALPINE en la F1

La dura caída de Davide Brivio por la endogamia y los prejuicios en los despachos de Fórmula 1

No ha sorprendido la marcha del manager italiano de Alpine. Infrautilizado desde que fuera fichado hace 3 años, podría regresar a MotoGP donde cimentó su enorme prestigio

Foto: Davide Brivio no continuará en la Fórmula 1. (DPPI/Florent Gooden)
Davide Brivio no continuará en la Fórmula 1. (DPPI/Florent Gooden)

Cuando Luca de Meo ficho a Davide Brivio trayéndolo de MotoGP, donde era jefe de equipo en Suzuki, para convertirlo en el líder de Alpine, quizá le pudo el corazón y se precipitó en la decisión. Aunque Brivio sea un profesional de primera línea, De Meo quizá no contó lo mal que lleva el mundo de la Fórmula 1 que le pongan al mando a alguien que no consideran de los suyos.

El experimento duró apenas un año y su salida entonces del equipo puede darnos una idea del porqué el equipo francés no levante cabeza. Desde que llegó a la sede de Enstone, todo fueron palos en la rueda de Davide Brivio, empezando por el director técnico Marcin Budkowski. El ingeniero polaco posiblemente pensó que después de que Cyril Abiteboul fuera cesado en sus funciones, él sería el elegido.

La cosa empezó a chirriar cuando poco después del anuncio del fichaje de Brivio, se creó una especie de dirección bicéfala entre él y Brivio. A cada comunicado de prensa que se emitía, más obvio se veía que había una cuestión soterrada de ego por parte de Budkowski. Podría pensarse que por qué el problema de ego tenía que radicar en Budkowski y no en Brivio, pero el propio técnico polaco fue despejando (inconscientemente quizá) las dudas.

De entrada, declaró que después de la marcha de Abiteboul y antes de la llegada de Brivio, que no hacía falta un team principal como tal denominación. Sin embargo, luego visitabas su perfil de Linkedin y bien claro que lo destacaba. Nunca tuvo tal denominación su puesto de trabajo, pero no solamente escribió esa denominación que el encontraba redundante, sino que la mantuvo pública hasta meses después de ser cesado.

Al cabo de un año, Laurent Rossi el CEO de Alpine, a la vista que no funcionaba la cohabitación y que el equipo había rendido por debajo de lo esperado, prescindió de los servicios de Budkowski y reubicó a Brivio en otras funciones dentro del organigrama de Alpine. Es en ese momento, cuando se ficha a Ottmar Szafnauer, como Team Principal, replicando el modelo de gestión más común en la parrilla.

Una decisión inexplicable

Probablemente, Rossi, quiso poner fin a una gestión bicéfala que no funcionó y, sobre todo, poner un líder que fuera respetado por la tropa de Fernando Alonso de Enstone. Y quizá Szafnauer sea 'uno de ellos', pero a la vista está que su gestión al frente de la escudería francesa dejó mucho que desear. Ni el equipo progresó deportivamente, ni la pérdida de un plumazo de dos activos poderosos como son Fernando Alonso y Oscar Piastri dicen mucho en su favor.

Visto con perspectiva, lo suyo habría sido haber prescindido de Budkowski, fichar a un nuevo director técnico y dar plenos poderes a Brivio. Pero su imagen estaba ya muy quemada fruto de muchas desautorizaciones. Igual que hay equipos de futbol que no puedes poner sostener en el puesto al entrenador ideal, porque los futbolistas le hacen la cama, Laurent Rossi primero y Bruno Famin después, han debido de entender que más allá de la capacitación para ejercer el liderazgo en un equipo de Fórmula 1, hace falta que la fuerza laboral te acepte.

placeholder Davide Brivio fue, junto a Joan Mir, el gran artífice de hacer campeón a Suzuki. (Albert Gea/Reuters)
Davide Brivio fue, junto a Joan Mir, el gran artífice de hacer campeón a Suzuki. (Albert Gea/Reuters)

Y es que en Alpine, como en tantas otras empresas, el enemigo a menudo está en casa. Los reinos de taifas creados por personal que lleva muchos años dentro y su consiguiente resistencia al cambio, motivan que se le haga boicot al que viene de fuera y no es aceptado. La Fórmula 1 es muy endogámica y al final, se conocen todos. ¿Qué sabrá este de las motos?, dirían muchos ante la llegada de Brivio. Pero si había un equipo que necesitaba alguien del perfil del manager italiano, ese era Alpine.

En MotoGP, la cosa no crean que es tan diferente como en la Fórmula 1 y las mismas reticencias con la que los coches recibieron a moteros como Brivio, los de las motos recibieron con idéntica poca alegría a Max Rivola, que dejó atrás un puesto de director deportivo de Ferrari, para ser el jefe de equipo de Aprilia.

Rivola ha tenido que aguantar muchas tonterías y desplantes, pero gracias a su mano izquierda y buen hacer, ha hecho de Aprilia una escudería ganadora. Y es que cuando uno es buen profesional, da igual que hables de dos o de cuatro ruedas, porque las claves para liderar son las mismas: identificar el talento y crear el entorno ideal para que cada empleado dé lo mejor de sí.

Posible futuro en MotoGP

Se rumorea que Davide Brivio podría fichar por HRC Honda, el equipo número 1 a nivel histórico de MotoGP, pero que ahora pasa por las horas más bajas de toda su existencia. El nombre de Brivio es lógico que haya sonado en el proceso de reconstrucción del que fue el equipo de toda la vida de Marc Marquez. El italiano empezó de cero el proyecto de Suzuki en su retorno a la competición y lo dejó cuando se marchó a Alpine como campeón del mundo.

Suzuki era la marca más pequeña de todas, la que menor presupuesto disponía, pero con su olfato y pragmatismo, aprovechando con inteligencia el reglamento, poco a poco fue recortando la distancia con Honda, Yamaha y Ducati, que en ese momento dominaban la categoría. Suyo fue el acierto de identificar el talento emergente de Alex Rins y Joan Mir. Y no deja de ser significativo que después de lograr el título mundial en 2020, el equipo entrara en decadencia al punto de abandonar la marca japonesa la competición.

placeholder Marc Márquez, en acción. (EFE)
Marc Márquez, en acción. (EFE)

El puesto que ostentaba Brivio en el organigrama de Alpine contenía unas atribuciones muy difusas que iban de la identificación de joven talento a desarrollo de actividades alternativas. Tiene todo el aspecto de ser un cargo que obedece a la necesidad de cumplir un contrato de tres años con un sueldo determinado. Ni Brivio ni nadie, deja un lugar en el que está a gusto y cuenta con todo el reconocimiento profesional, para embarcarse en una aventura incierta como es la Fórmula 1 si no es con ciertas garantías.

Toda esta triste sucesión de acontecimientos, serviría para elaborar un caso de estudio en una escuela de negocios, que ejemplificaría los males que los prejuicios, los egos y la endogamia pueden provocar a una empresa. Con Davide Brivio, la Fórmula 1 ha perdido a un profesional de los mejores del mundo y Alpine su gran oportunidad de tener un líder que le catapultara a ser un potencial campeón del mundo

Cuando Luca de Meo ficho a Davide Brivio trayéndolo de MotoGP, donde era jefe de equipo en Suzuki, para convertirlo en el líder de Alpine, quizá le pudo el corazón y se precipitó en la decisión. Aunque Brivio sea un profesional de primera línea, De Meo quizá no contó lo mal que lleva el mundo de la Fórmula 1 que le pongan al mando a alguien que no consideran de los suyos.

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