Carlos Sainz y Ferrari, entre el fracaso de 2022 y la presión por no dar la talla en 2023

En épocas de inactividad crece el volumen de bulos, rumores y conjeturas de Ferrari respecto al resto de equipos. Sin noticias en el terreno deportivo, crecen las especulaciones de lo más variado y casi siempre con la Scuderia protagonizando los titulares. Y a menudo, no para bien. En el caso de Carlos Sainz incluso pidió que cesara todo ese ruido que tanto incordia por su negatividad. Después de tres semanas de parón, todos los equipos prometen grandes avances para el Gran Premio de Azerbaiyán. Lo más probable, es que las cosas no cambien demasiado respecto al orden establecido en la última carrera de Australia.

Sin embargo, si ninguno de los equipos perseguidores cierra la brecha respecto a Red Bull, el foco se pondrá mucho más en Ferrari que en Mercedes o en Aston Martin. Pero al menos se hablará estrictamente de carreras y no de la rumorología extradeportiva que históricamente llena de sobresaltos la hora del desayuno en Maranello. Ferrari se habría centrado de forma especial durante este período en nuevas configuraciones de aerodinámica y suspensión. También, aparentemente en la unidad de potencia para defenderse bien en la larguísima recta del circuito de Bakú.

En teoría, las pruebas de las distintas configuraciones han dado con una combinación satisfactoria. Según a quien se quiera creer, todo ello supondría una mejora de aproximadamente un segundo y dos décimas respecto al Gran Premio de Azerbaiyán del año pasado. Respecto a lo visto esta temporada en Baréin, Arabia Saudita y Australia, la mejora se cifraría alrededor del medio segundo.

Mejor ser realista

"Los objetivos son claros, -afirmaba Carlos Sainz en un acto de un patrocinador estos días-. Queremos volver al podio lo antes posible y volver a ganar. Es verdad que, con la ventaja que tiene ahora mismo Red Bull, vamos a tener que mejorar mucho si queremos estar en la lucha por la victoria, lo cual no quiere decir que en alguna carrera le pueda pasar algo a los Red Bull y a Aston Martin y nos podamos colar primeros, pero de momento vamos a necesitar su ayuda y habrá que centrarse en lo que tenemos", explicaba el español.

Sainz no se mostraba derrotista, pero sí realista y evita precisar la posible mejora en datos, esquivando como siempre esa euforia siempre tan contraproducente con todo lo que rodea a Ferrari. Una honestidad no siembre bien vista con el sector mediático y de la afición más forofa. "La verdad es que no ha sido un comienzo de temporada fácil", proseguía Sainz en su entrevista. "Todos en Ferrari esperábamos mucho más; después haber estado luchando por poles y victorias el año pasado, creo que hemos ido a las carreras con esa intención. Nos ha sorprendido lo rápido que está yendo Red Bull y lo que han mejorado otros equipos como Aston Martin. Hay que esforzarse mucho en la fábrica en Maranello, traer mejoras para volver al podio y luchar por la victoria". La victoria se antoja muy difícil, según el piloto español. Pero, sobre todo, será clave no repetir los abandonos por avería mecánica del año pasado que dejó a los dos coches italianos fuera de combate antes del ecuador de la prueba.

Mejoras sí, pero sin definir objetivos

Como resalta el propio Carlos, en este inicio de temporada el objetivo principal es minimizar daños a la espera de tiempos mejores, que está convencido que llegarán: "Sigo saliendo a todas las carreras pensando que, hasta que sea matemáticamente posible, hay que intentar ganar carreras, maximizar los puntos y mejorar, que es a lo que hemos salido en estas primeras carreras. Si no hubiéramos tenido la sanción de Australia, ahora tendríamos otros doce puntos importantes, que al final no me dejan sumar, pero es lo que hay". Mejorar pero sin definir públicamente objetivos. Está claro que el madrileño tiene desde hace tiempo muy claro el terreno que pisa y la forma de evitar meterse en charcos.

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Lo importante para Ferrari, es que, como ha dicho su jefe de equipo, Frederic Vasseur, se trabaje no fijándose en los demás, sino en ir haciendo ellos bien sus deberes. El problema es que entre las urgencias deportivas y el ansia informativa, siempre se busca anunciar ese dato o esa mejora que ponga a los de Cavallino de nuevo con opciones a victoria. En muchas ocasiones, el pasado enseña que esa información acerca de evoluciones y su cuantificación en segundos y décimas surge de filtraciones dentro del propio equipo. Y así, es francamente difícil trabajar con orden y tranquilidad. Si se acierta en la predicción no habrá mérito, porque era lo que todo el mundo esperaba. Si, por el contrario, la mejora se queda por debajo de la expectativa, enseguida se empezará a exigir responsabilidades. La vita é cosí en Italia.

Al final, ese hipotético calendario de hasta 30 carreras que sugería el jefe de la Fórmula 1 no le vendría mal del todo a Ferrari. Aunque la rumorología en torno a todo lo que sucede al equipo italiano no cesaría, al menos habrá menos tiempo entre carreras para evitar que la rumorología se dispare. Algo así como evitar aquello que dijo Carlos cuando se le vinculaba con Audi a partir de 2026. "¡Pero si aún no tengo contrato para 2025!", -exclamó el madrileño-. Un ejemplo que ilustra perfectamente que la falta de actividad es el peor enemigo de Ferrari.