Es noticia
Carlos Sainz y Charles Leclerc o el difícil arte de llevarte bien con tu compañero de equipo
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
CAMARADERÍA ENTRE AMBOS

Carlos Sainz y Charles Leclerc o el difícil arte de llevarte bien con tu compañero de equipo

Una guerra entre los pilotos de un equipo es lo último que se desea, aunque a menudo sea inevitable. En Zandvoort, se confirmó la buena sintonía entre los de Ferrari

Foto: Charles Leclerc y Carlos Sainz en el pasado GP de Hungría. (Reuters/Bernadett Szabo)
Charles Leclerc y Carlos Sainz en el pasado GP de Hungría. (Reuters/Bernadett Szabo)

Ferrari es el equipo de la Fórmula 1 que más esfuerzos pone en evitar una guerra entre sus pilotos. No solo porque a la prensa internacional, y a la italiana en particular, les guste siempre encizañar con los del Cavallino más que con cualquier otro equipo. La propia mentalidad latina también favorece, más que en los equipos anglosajones, que se creen bandos o camarillas afines a un piloto que a otro. Por supuesto, si en un equipo inglés cuenta con un piloto de su país, el extranjero lo va a llevar en general un poco más crudo. Sin embargo, de no ser el caso, suelen ser menos emocionales y más neutrales.

En Ferrari todo se magnifica más. Su historia está poblada de leyendas y polémicas porque, cuando el Cavallino anda de por medio, el interés, el morbo, o simplemente la mitología del equipo, se busca el momento de meter el dedo en el ojo y que se prenda la mecha. Carlos Sainz siempre ha evitado algo que, además, le ha distinguido en toda su carrera en Fórmula 1. La norma siempre ha sido tener buena relación con sus compañeros de equipo. Lo que no quita ser capaz de dar un puñetazo en la mesa cuando proceda, pero sabe hacerlo eligiendo bien el momento y la forma.

Ahí se nota claramente la experiencia de Sainz Sr., que se las sabe todas y ha vivido situaciones de todos los colores compartiendo equipo con incendiarios del tipo de McRae, Kankkunen, Auriol y compañía. Leclerc, sin embargo, no cuenta con esta ventaja. Se nota que es más impulsivo en sus reacciones tanto frente a su compañero como a su equipo. Sin embargo, precisamente por esto tiene buena parte del mérito que la armonía con Sainz a estas alturas siga intacta, porque para una buena relación entre dos gallos es preciso que los dos pongan de su parte.

Un buen rollo palpable

Un ejemplo del buen rollo existente entre ambos se dio el jueves, cuando el monegasco quiso sorprender al español con una broma por su cumpleaños. Leclerc se escondió en el armario de la habitación de Carlos para sorprenderlo con un bote de confeti, pero tuvo que estar allí durante 15 minutos mientras Carlos merodeaba antes de abrir su puerta. El video no tiene desperdicio, y muestra que entre ambos existe una relación mucho más fluida que la que tuvo Leclerc con Sebastian Vettel. Puede argumentarse que era el chico nuevo en la oficina, y que el tetracampeón alemán no llevó nada bien verse superado. No obstante, así sucedió el año pasado con Sainz cuando superó al teórico número uno y a pesar de ello la concordia se mantuvo.

Ciertamente, esto es algo dificilísimo de conseguir. Cuando un piloto se ve superado por su compañero, rara es la vez que admite que se deba a una simple cuestión de pilotaje. Inmediatamente, se buscan fantasmas sobre las diferencias en el monoplaza, el favoritismo en las estrategias, el mayor aplauso de los mecánicos a uno que a otro... La lista de recelos es interminable y en no pocas ocasiones rodeadas de una paranoia o un infantilismo que sorprende. Pero admitir que alguien es capaz de hacer cosas al volante que tú no eres capaz es el peor golpe a la autoconfianza, es la pérdida de una de las principales armas de cualquier deportista, pero que se hace más crucial en un deporte que implica asumir importantes riesgos.

placeholder Imola (Italy), 22 04 2022.- Spanish Formula One driver Carlos Sainz Jr. of Scuderia Ferrari reacts after an accident during the first practice session at the Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari race track in Imola, Italy, 22 April 2022. The Formula One Grand Prix of the Emilia Romagna will be held on 24 April 2022. (Fórmula Uno, Italia) EFE EPA SANNA
Imola (Italy), 22 04 2022.- Spanish Formula One driver Carlos Sainz Jr. of Scuderia Ferrari reacts after an accident during the first practice session at the Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari race track in Imola, Italy, 22 April 2022. The Formula One Grand Prix of the Emilia Romagna will be held on 24 April 2022. (Fórmula Uno, Italia) EFE EPA SANNA

Trabajar en lugar de sobreactuar

Cuando esta temporada Carlos Sainz se dio cuenta de que no era capaz de extraer la misma velocidad a su F1-75 respecto a su compañero, el error más habitual en el que se cae es el de sobre conducir, un impulso casi imposible de controlar para los pilotos a base de asumir más riesgos. El resultado inevitable es que la brecha incluso se amplía, porque no es una cuestión de conducir más, sino diferente. Alguno de los trompos del madrileño se justificaban en ansia de ir más rápido, pero rápidamente Carlos comprendió que la receta era trabajo hasta dar con la tecla que hiciera ir rápido el coche.

Es muy importante no perder la calma ante agravios evidentes como, por ejemplo, ver la mayor afinidad que tiene el cuerpo de mecánicos con Leclerc respecto a Sainz. Si la ausencia en la celebración del pódium de Silverstone se explicó como una razón técnica, en Spa-Francorchamps se pudo percibir claramente esa cierta indiferencia de la tropa con Carlos, pues apenas había miembros del equipo para aplaudir. Sainz se los tendrá que ganar, pero, de momento, está haciendo lo que debe: no echar leña al fuego y transmitir la mayor normalidad posible.

El origen de los recelos no solo tiene que ver con sentir que el equipo esté más de parte del otro lado del garage que del tuyo. A menudo la brecha surge por esa tentación que frecuentemente tienen los pilotos de reafirmarse públicamente por encima de su compañero. Véase el contraste del comportamiento de Lando Norris cuando compartía equipo con su buen amigo Carlos, a como ha perdido ahora toda su candidez con Daniel Ricciardo, (alguien por cierto con el que es difícil llevarse mal). "Yo también (Norris) tuve que readaptar mi pilotaje para las características de este McLaren, luego no es excusa lo de Daniel y sé que mucho me van a odiar porque lo diga, pero la verdad es que no siento ninguna pena por lo que le ha pasado". Las inoportunas e innecesarias palabras del piloto inglés, en la despedida de su compañero, ejemplifican perfectamente esa necesidad perenne de tantos pilotos de demostrar al mundo lo buenos que son.

En la situación actual de Ferrari, con el Mundial prácticamente perdido, la mejor noticia es que Leclerc y Sainz mantengan la camaradería, porque la única posibilidad que tiene Ferrari de recuperar el trecho perdido respecto a Red Bull es que el equipo sepa trabajar todos a una. Y no perderse en batallas internas estériles.

Ferrari es el equipo de la Fórmula 1 que más esfuerzos pone en evitar una guerra entre sus pilotos. No solo porque a la prensa internacional, y a la italiana en particular, les guste siempre encizañar con los del Cavallino más que con cualquier otro equipo. La propia mentalidad latina también favorece, más que en los equipos anglosajones, que se creen bandos o camarillas afines a un piloto que a otro. Por supuesto, si en un equipo inglés cuenta con un piloto de su país, el extranjero lo va a llevar en general un poco más crudo. Sin embargo, de no ser el caso, suelen ser menos emocionales y más neutrales.

Fórmula 1 Charles Leclerc Red Bull Carlos Sainz