Es noticia
Cómo el Museo Ferrari convirtió Maranello en lugar de peregrinación de la Fórmula 1
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
UNA VISITA IMPRESCINDIBLE

Cómo el Museo Ferrari convirtió Maranello en lugar de peregrinación de la Fórmula 1

Cualquier marca de coches que se precie, hoy día cuenta con su propio museo, cuida su historia y quiere exhibirla. Pero Ferrari fue pionera en este apartado y el modelo a imitar

Foto: Museo Ferrari en Maranello (PV)
Museo Ferrari en Maranello (PV)

Allá por 1992, el municipio de Maranello, la localidad italiana donde Ferrari tiene su sede oficial, se dio cuenta de que recibía un número enorme de visitantes cada año. Eran miles de peregrinos que acudían a su pequeña ciudad por el mero hecho de saber cómo era el sitio donde se fabricaban los coches de sus sueños. El problema es que esos turistas que hacían el viaje era hacerse una foto en la entrada histórica de la fábrica solo podian hacerse una foto. Un caudal enorme de visitantes desperdiciado por no dotarles de un atractivo turístico complementario.

El Ayuntamiento de Maranello se puso manos a la obra y creó el primer y modesto museo de la marca. La iniciativa contaba con el apoyo de la empresa más ilustre de su municipalidad, claro está, pero Ferrari estaba desligada de su gestión y control. Como tantas otras cosas que sucedieron en la marca italiana, el primero en ver el potencial que podía tener un museo y la importancia de cuidar la historia de la compañía fue Luca de Montezemolo. El avvocato entró en la compañía casi al mismo tiempo que la inauguración del museo y rápidamente comprendió que la instalación debía de formar parte de la compañía y no ser gestionado a través de un tercero por buenas que fueran sus intenciones.

Foto: El Concept car Ferrari Vision GT (Musei Ferrari)

Montezemolo quiso dotar de contenido al espacio expositivo... hasta darse cuenta de que Ferrari no tenía nada de patrimonio histórico. En la sede de Maranello no se había conservado ninguno de sus modelos más icónicos ni, por supuesto, casi ningún coche de Fórmula 1. En un modo de actuar muy típico de los equipos de competición hasta fechas muy recientes. Una vez acabados su ciclo de vida, los coches eran material sobrante. La mejor salida para un material amortizado era proceder a su venta para financiar el nuevo modelo o la siguiente temporada.

placeholder Michele Pignatti es el director de los museos Ferrari en Maranello y Módena. (PV)
Michele Pignatti es el director de los museos Ferrari en Maranello y Módena. (PV)

Todos siguieron la estela de Ferrari

Pero esta forma de actuar no era un mal exclusivo de Ferrari. Fue moneda común en toda la industria del automóvil. Si se echa un vistazo a la fecha de inauguración de los museos de la mayoría de las marcas, se puede comprobar que casi todos son de muy reciente creación. Montezemolo hizo en ese momento de la necesidad virtud. Con su especial carisma y el increíble magnetismo que produce la palabra Ferrari, convenció a los mejores coleccionistas de la marca para que temporalmente cedieran sus coches al museo. Algo que el resto de marcas trató de imitar, pero sin el mismo poder de seducción, tuvieron que abrir el monedero y gastar fortunas en adquirir su patrimonio histórico. ¿Recuerdan por ejemplo el famoso cheque en blanco a Patrimonio Nacional por parte de Mercedes-Benz para adquirir el modelo 6x6 de Francisco Franco regalo de Adolf Hitler?

El Confidencial pudo hablar con Michele Pignatti, el director del Museo Ferrari de Maranello, así como del Museo Enzo Ferrari inaugurado en 2012 en Módena, la localidad natal del Commendatore. El ejecutivo italiano es un hombre de la casa de toda la vida, que ha pasado por prácticamente todas las áreas de la empresa, incluida la gestión de los patrocinios del equipo de Fórmula 1. Pocas personas más indicadas que él para dirigir la gestión museística de la marca del Cavallino.

Foto: Ferrari impresionó a medio mundo en su presentación. (Scuderia Ferrari)

"Nos gusta decir, -explica Pignatti- que más que dirigir un museo, somos algo así como los custodios de la historia y la pasión por la marca. Hay que tener en cuenta que somos el único punto de contacto con los miles de aficionados que vienen de todo el mundo a visitar Maranello para vivir el mundo Ferrari. Es por esto que estamos abiertos todos los días del año, excepto Navidad y año nuevo. Siempre puede haber ferraristas que hayan venido desde cualquier parte del planeta y la decepción sería terrible, si no pueden tener una experiencia digna en su visita a nuestra casa".

El museo ha ido creciendo con el paso de los años y hoy día recibe la impresionante cantidad de 610.000 visitantes al año. Por poner una referencia, el Museo Mercedes-Benz de Stuttgart recibe apenas diez mil visitantes más que el de Ferrari, pero es preciso matizar que hablamos de una ubicación en una importante ciudad alemana, con un aeropuerto internacional y con la posibilidad de visitar también en la misma localidad el museo de Porsche. Maranello no es un núcleo de comunicaciones importante y no pilla de camino a ningún sitio. Hay que ir exclusivamente allí. Y otro detalle importante es que los tickets de entrada en los museos de las marcas alemanas cuestan entre 8 y 12 euros, mientras que en Ferrari el acceso no baja de los 22 euros. Pero la experiencia es inigualable y vale cada euro que se paga.

R

Disfrute sin barreras

"Nuestra ventaja obvia, -prosigue Pignatti- son los coches que exhibimos. Hace mucho tiempo nos dimos cuenta, que lo importante no es tanto la cantidad de coches exhibidos, sino dar el valor y espacio que merece cada joya que exponemos. Que la gente pueda disfrutar serenamente de los coches de sus sueños. Nada de lo que exponemos tiene barreras y queremos seguir así, porque jamás hemos tenido ningún problema. Queremos ser algo así como un hotel de cinco estrellas, pero donde pueda acceder y sentirse a gusto todo el mundo. Esto es algo inherente a la marca en sí, porque somos una marca de lujo, quizá la más exclusiva del mundo, pero a la vez contamos con la pasión de nuestros millones de seguidores. Una cosa alimenta a la otra y es muy bonito ver como gente de todo tipo comparte la misma pasión por nuestra marca".

Con precios en el mercado de las subastas que frecuentemente superan muchos millones de euros, adquirir de forma permanente estas exposiciones para el museo sería inviable para Ferrari. Pignatti reconoce que esto, lejos de ser un problema, en realidad se convierte en una ventaja: "El 70 por ciento de los coches que exhibimos son cedidos por sus propietarios y esto motiva que el contenido de museo esté en constante cambio. La gente sabe que si va a repetir visita, siempre se va a encontrar coches distintos. Lo que sí hacemos es tematizar las muestras, dedicándolas a efemérides de la marca como la que tenemos actualmente con los supercars. Los propietarios de los coches están felices de cedernos sus coches, porque después de su empeño y pasión por conservar en un estado impecable parte de la historia de la marca, es muy gratificante para ellos ver como tanta gente puede disfrutarlos".

Allá por 1992, el municipio de Maranello, la localidad italiana donde Ferrari tiene su sede oficial, se dio cuenta de que recibía un número enorme de visitantes cada año. Eran miles de peregrinos que acudían a su pequeña ciudad por el mero hecho de saber cómo era el sitio donde se fabricaban los coches de sus sueños. El problema es que esos turistas que hacían el viaje era hacerse una foto en la entrada histórica de la fábrica solo podian hacerse una foto. Un caudal enorme de visitantes desperdiciado por no dotarles de un atractivo turístico complementario.

Ferrari Fórmula 1