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Este español ha derribado la puerta laboral más inaccesible de EEUU: "Se ganó el respeto"
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Causas de un hito deportivo

Este español ha derribado la puerta laboral más inaccesible de EEUU: "Se ganó el respeto"

Jordi Fernández, nuevo entrenador de los Brooklyn Nets, es solo el tercer extranjero en asaltar los banquillos de la NBA. ¿Por qué? Un desencuentro cultural con motivos de peso

Foto: Jordi Fernández, en 2023, cuando era ayudante en los Sacramento Kings. (EFE/EPA/John G. Mabanglo)
Jordi Fernández, en 2023, cuando era ayudante en los Sacramento Kings. (EFE/EPA/John G. Mabanglo)

Con los dedos de una mano. Igor Kokoskov, Darko Rajovic y Jordi Fernández. Punto pelota.

Tres entrenadores extranjeros en 77 años de NBA. Una cifra tan raquítica para el país de las oportunidades como para que el fichaje de Fernández (Barcelona, 1982) por los Brooklyn Nets merezca una pequeña reflexión cultural.

Lo escribió Jordi Fernández, hace once años, en su blog en Solobasket, revisando sus progresos desde su aterrizaje en EEUU para formarse como entrenador a los 24 años:

“Las oportunidades a veces tardan un tiempo en llegar… El verano de 2009 fue la tercera vez que dedicaba mi postemporada y vacaciones a ir a trabajar en las Vegas, como entrenador de técnica y táctica individual de jugadores profesionales de baloncesto para la empresa Impact Basketball. En ese momento me llegó la oportunidad de volver a coger las maletas, dejarlo todo y empezar de nuevo. Esta vez era Cleveland… donde el baloncesto estaba en boca de todos, ya que su máxima figura era Lebron James, y habían fichado a Shaquille O’Neal, cuatro veces campeón de la NBA… Mi tarea en aquella primera temporada en los Cavaliers fue la de asistir a los entrenadores y entrenar individualmente a muchos jugadores. Mucho trabajo de vídeo y preparación de partidos… Actualmente estoy disfrutando mi cuarta temporada en Cleveland, ocupo la posición de Player Development Coach, he pasado de no viajar a viajar, de ver los partidos desde la sala de vídeo a verlos desde el banquillo, para mi todo son pequeños pasos adelante pero firmes”.

Resumiendo: aventura americana, pasito a pasito e hito final: el pasado verano, Fernández entrenó a la selección canadiense en el Mundial, donde logró un histórico bronce tras batir, ojo al dato, a EEUU.

placeholder Jordi Fernández tras un partido con Canadá. (EFE)
Jordi Fernández tras un partido con Canadá. (EFE)

“Los tres entrenadores extranjeros que ha tenido la NBA tienen asterisco”, cuenta David Sardinero, director de Gigantes del Basket, revista pionera del basket en España. El asterisco/truco es que “los tres tuvieron que formarse durante años en EEUU para ganar el suficiente pedigrí y respeto para ser entrenadores jefe”.

Lo que “no ha ocurrido todavía”, por tanto, es que “la NBA fiche a un entrenador europeo de prestigio sin pasar antes por los escalones inferiores de la liga estadounidense”, añade.

"Los tres entrenadores extranjeros que ha tenido la NBA tienen asterisco"

Detengámonos en esa palabra: respeto. Dos de los entrenadores más respetados de Europa, los italianos Ettore Messina y Sergio Scariolo (actual míster de la selección española), fueron asistentes en la NBA, pero nunca lograron el puesto de entrenador jefe y se cansaron de esperar. Entre Messina y Scariolo suman todos los títulos que uno pueda imaginar (Euroligas, Europeos, Campeonatos del Mundo), al contrario que Fernández, que, cuando aterrizó en EEUU, era un desconocido entrenador de divisiones inferiores catalanas. Fernández subió lentamente en el escalafón, pasó por casi todos los puestos antes de ganarse el respeto de la industria.

“Jordi Fernández es un entrenador español 100% estadounidense”, resume Carlos Jiménez, fundador del portal Solobasket.

Por explicarlo de un modo gráfico y figurado: Fernández empezó vendiendo perritos en la calle y acabó cumpliendo el sueño americano. ¿Por qué él sí y no otros? ¿Por qué es tan difícil?

placeholder Partido reciente de los Nets. (Reuters)
Partido reciente de los Nets. (Reuters)

Las dos filas

A diferencia de Europa, donde los entrenadores de élite pueden tener unos tres asistentes, en los banquillos de la NBA hay dos filas de ayudantes, cada uno con su rol: ataque, defensa, análisis del rival, etc. En los Golden State Warriors, por ejemplo, hay once técnicos, uno de ellos dedicado solo a los tiros de Stephen Curry (sí, Curry también necesita que alguien le enseñe a, ejem, tirar).

Pero el nivel de ultraespecialización técnica solo es una pequeña causa de que banquillos europeos y estadounidenses sean compartimentos estancos, también hay cuestiones culturales de peso.

Para empezar, hay un punto de arrogancia deportiva. El baloncesto estadounidense llevaba décadas siendo superior al del resto del mundo cuando, en los años ochenta, la NBA emergió como producto de éxito planetario. Primero, llegaron a la NBA los telespectadores internacionales; años más tarde, los jugadores de otros países: en los noventa, todavía era extraño que un extranjero triunfara en la NBA, algo que cambiaría en el siglo XXI, sobre todo en los últimos años, con los internacionales copando los títulos de mejor jugador del año (MVP). Pero ese flujo no llegó a los banquillos, donde aún prevaleció la “antigua infravaloración del baloncesto europeo”, recuerda Sardinero.

El buen patrón

Otro aspecto de la falta de movilidad laboral entre banquillos europeos y estadounidenses es lo que Sierra llama "la falta de capital social". O las relaciones sociales necesarias para subir en la pirámide. “Cuando uno ha jugado en la NBA y conoce a los directivos de los equipos, tiene parte del trabajo hecho. Eso explica, en parte, que entrenadores europeos con palmarés alucinante sean adelantados por exjugadores estadounidenses sin experiencia en los banquillos, pero mucho más bagaje social que ellos”.

"Son dos culturas baloncestistas muy diferentes: en Europa, mandan los entrenadores; en Estados Unidos, los jugadores"

Las jerarquías en la pista también son distintas. “Son dos culturas baloncestistas muy diferentes: en Europa, mandan los entrenadores; en EEUU, los jugadores”. Este argumento lo repiten casi con las mismas palabras Carlos Jiménez y Jorge Sierra, fundador del portal NBA Hoopshype.

"La brecha entre los salarios de los jugadores y los entrenadores se ha hecho cada vez más grande, también la duración de los contratos, detalles que han desequilibrado la correlación de fuerzas en favor de los jugadores. Para los grandes entrenadores europeos, no es fácil encajar en esa mentalidad, donde el jugador manda mucho, mientras Fernández se ha ido adaptando a ella poco a poco y desde abajo", razona Sierra.

“Los entrenadores tienen mucho poder en Europa. En la NBA hemos visto a Kobe Bryant diciéndole a Phil Jackson, entrenador estrella, cuándo ponerle y quitarle”, añade Jiménez.

El tema del poder interno es fundamental. Una figura mitológica y folclórica de los grandes banquillos europeos es la del entrenador intenso (escuela antigua Yugoslavia) que abronca a los jugadores en los tiempos muertos cuando las cosas van mal, o simplemente cuando detecta un mínimo relajamiento. No hay ninguna duda de quién manda ahí. “Esas escenas, tipo Obradovic dirigiéndose a los jugadores rojo y fuera de sí, son impensables en la NBA, los jugadores no permitirían que ocurrieran a diario”, señala Sierra.

El entrenador 'metepetas' es una rara avis en la NBA, aunque hayamos visto meter rapapolvos a figuras reverenciadas (y que se lo pueden permitir) como el muy respetado patriarca Gregg Popovich (28 años entrenando a los San Antonio Spurs, ganador de cinco anillos), aunque “Popovich ha ido aflojando con los años”, recuerda Sierra.

No parece casualidad que un tipo específico de 'coach' estadounidense -el de poderes plenipotenciarios- haya tenido problemas parecidos a los de los europeos para triunfar en la NBA. Hablamos de los entrenadores universitarios. Pese a contar con un enorme prestigioso profesional en EEUU, donde el deporte juvenil está a años luz del español, los entrenadores universitarios, dueños y señores de sus equipos, siempre han sido vistos con recelos en la NBA. La relación tocó fondo en 1997, cuando T.J. Carlesimo, uno de los entrenadores universitarios más laureados, entonces en los Golden State Warriors de la NBA, fue agredido salvajemente por su jugador franquicia, Latrell Sprewell, tras pedirle insistentemente que lo diera todo en un entrenamiento. Sprewell, que intentó estrangular a Carlesimo, fue sancionado con 68 partidos sin jugar. De Bobby Knight, el míster universitario más famoso de la historia, se decía que nadie sabía más de baloncesto que él, pero también que era el fulano con menos mano izquierda de EEUU. Knight no entrenó nunca en la NBA

Foto: Bobby Knight, en una imagen de 2016. (Reuters/Carlo Allegri)

En la NBA no se trataría tanto de disciplinar como de convencer, dos vías de motivación bien distintas.

“Como dice el tópico, los entrenadores no meten canastas, pero pueden convencer a sus estrellas de que, cuando están cubiertas, le pasen el balón al compañero que está libre para que tire él a canasta. En una liga en la que hay muchos unos contra unos, y menos sistemas que en Europa, conseguir eso de tus estrellas no es poca cosa. La motivación y el control de las individualidades es fundamental”, resume Jiménez.

El entrenador más importante de la NBA los últimos treinta años, Phil Jackson, destacó por dos cosas: su pericia técnica (su célebre triángulo ofensivo) y su capacidad para domar los egos de superestrellas como Michael Jordan y Kobe Bryant, a los que logró involucrar en las necesidades del equipo.

El futuro

Jordi Fernández, en definitiva, hizo una mili estadounidense de casi dos décadas antes de tirar la puerta abajo. Se ganó el respeto. Lo que no quiere decir que las cosas sean ahora fáciles para él: aterriza en uno los equipos inestables de la NBA, los Nets, en la zona media/baja, en crisis de identidad desde que, hace dos años, juntó a tres grandes estrellas de la NBA (Harden, Durante e Irving) y la cosa no salió bien.

"Fernández tiene un control emocional brutal"

“El fichaje de Fernández es un éxito, pero los Nets no eran el mejor banquillo disponible, porque están en tierra de nadie, ni tan bien como para disputar el título, ni tan mal como para elegir a los mejores jóvenes del draft los próximos años. De entrada, no se le pueden pedir muchas victorias, debería ser una apuesta paciente a medio plazo”, aclara Sierra.

Los Nets parten con dos déficits. Siempre han estado a la sombra del otro equipo de la zona, los Knicks de Nueva York [los Nets se mudaron de New Jersey a Brooklyn en 2012], y ahora mismo son una franquicia en proceso de reconstrucción. No será tarea sencilla”, zanja Sardinero.

Más difícil, no obstante, fue llegar a donde ha llegado.

“Jordi Fernández tiene un control emocional brutal y se hace respetar”, zanja Jiménez.

Respeto máximo.

Con los dedos de una mano. Igor Kokoskov, Darko Rajovic y Jordi Fernández. Punto pelota.

Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB)
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