Sainete español en Tailandia: los cinco graves errores que complican la existencia a Sancho

En la segunda parte de Resacón en Las Vegas, unos estadounidenses de boda en Tailandia se despiertan aturdidos en un hotel de Bangkok. ¿Qué pasó anoche mientras estaban en una playa paradisiaca? Lo siguiente es una sucesión de monos enloquecidos, budistas achicharrados y máxima destrucción de las costumbres tailandesas.

Pues bien: otra saga —en este caso española y familiar—- amenaza ahora con no dejar piedra sobre piedra en Tailandia: los Sancho. Descuartizadores alienados, tertulianos desahogados, abogados kamikazes y juicios surrealistas. Todo ello satinado con abuso verbal a las autoridades locales.

Bienvenidos al sainete del clan Sancho en Tailandia en cinco actos.

1. Embarrar la versión oficial

El interés por la televisión cae en verano. No es fácil encontrar contenidos para captar la atención del espectador, pero la detención de Daniel Sancho en Tailandia acusado de matar al cirujano colombiano Edwin Arrieta, en agosto de 2023, hizo que algunos programas hicieran sus mejores cifras de audiencia.

Y eso que el relato criminal, debido a la rápida confesión de Daniel Sancho, contaba con un hándicap importante: el misterio sobre quién lo hizo, elemento fundamental de estas tramas, parecía resuelto. No obstante, como ya mostraron el crimen de Alcásser o el 11-M, no hay relato al que no se pueda dar la vuelta, o al menos embarrar, con fuego mediático a discreción.

Bien porque a las tertulias siempre les interesa confrontar, bien porque el equipo legal de Sancho movió sus piezas, las teles españolas dieron cancha a teorías alternativas desde el primer minuto. La criminóloga y abogada Carmen Balfagón, que acabaría contratada por la familia Sancho, difundió la tesis de que en la habitación del crimen había una tercera persona: "Estoy convencida de que Sancho no estaba solo".

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Preguntada por este periódico, Balfagón cambia la versión de modo radical: "No, no, nunca he dicho que hubiera una tercera persona, eso lo han dicho otros".

No fue el único intento sembrar las dudas sobre la participación de Sancho y embarrar la versión oficial.

Tras filtrarse el vídeo de Sancho comprando cuchillos y productos de limpieza antes del crimen, el paparazzi Diego Arrabal aseguró que el hombre que aparecía en las imágenes no era Sancho: "Ese no es él". ¿Pruebas? Informe capilar random: "Sancho tiene una entrada muy pronunciada en el pelo. Es verdad que cuando tiene el pelo para delante no se nota, pero cuando tiene el pelo recogido, como en ese vídeo, la entrada tendría que notarse más".

Balfagón se sumó también a lo que empezó a conocerse como la "teoría del doble": "Nos han llegado rumores de que hay un chico en la isla que es igual que Daniel. Nos ha escrito muchísima gente a través de las redes sociales. Nosotros no despreciamos ninguna información, porque es un caso que no me cuadra. A mí lo que me están contando, no me lo creo".

Otro frente fue intentar desacreditar a la víctima. Según algunos tertulianos, cuando Sancho intentó cortar la relación sentimental, Arrieta le amenazó con airear su condición sexual. También se acusó al cirujano colombiano de tener un pie (o los dos) en la mafia. "Sancho fue presionado e intimidado por el otro [Arrieta]. [Sancho] estaba preocupado por la seguridad de su familia. Así que tuvo que... Porque el colombiano tiene parientes mafiosos y también tiene dinero. Era capaz de contratar a cualquiera para hacerle daño a Sancho y a su familia. El doctor de Colombia es famoso. Por eso no podía hacer esto en su país, así que vino a hacerlo a otro país", deslizó la defensa legal de Sancho en los medios. Según Juango Ospina, abogado de la familia Arrieta, se trataba de “culpabilizar a la víctima del crimen”.

Pero aunque las teorías conspiratorias sirvieron para llenar horas de televisión, no lograron calar del todo en la opinión pública española, y hasta la defensa de Sancho se acabó olvidando de ellas, al menos de las más locas. El intento de tumbar la versión oficial de la policía tailandesa vía medios de comunicación españoles, en definitiva, no acabó de fructificar.

2. El baile de abogados

Tailandia prohíbe que ningún abogado fuera de su sistema legal pueda participar en un juicio. Sin embargo, Rodolfo Sancho optó por crear un equipo de abogados en España dirigido por los penalistas Marcos García Montes, del Bufete García-Montes, y Carmen Balfagón de Balfagón-Chipirrás. Esta decisión ha generado problemas de coordinación, ya que las líneas estratégicas se marcan desde España, pero quienes las tienen que defender en la sala son tailandeses.

En primera instancia, Rodolfo Sancho contactó con Fernando Oca, director del bufete Siam Royal International Law, con sede en Bangkok. Oca ejerce las funciones de consultor y mediador para delitos que tienen que ver con los extranjeros en Tailandia y mantiene una relación fluida con la embajada española. Él fue quién recomendó la contratación del prestigioso abogado Khun Anan, especializado en delitos de sangre. Anan aceptó el caso —algo poco habitual en uno de los profesionales más demandados del país— y mantuvo varias reuniones con Daniel Sancho en la cárcel.

Todo iba bien, en palabras del abogado tailandés, hasta que Daniel empezó a tener contacto con el equipo legal de España. A partir de ese momento se produjo un choque en torno a la estrategia legal que terminó por dinamitar la situación. Anan quería centrar su defensa en evitar a toda costa la pena capital, asumiendo buena parte de las acusasiones de la fiscalía, mientras que desde España se prefería tratar de impugnar elementos básicos que presuntamente fueron admitidos por Daniel Sancho, como el origen de la pelea que acabó con la vida de Edwin Arrieta o la misma investigación policial.

Anan, perfecto conocedor del sistema tailandés, rechazó la estrategia de plano y continuó con su plan hasta que, una mañana de septiembre, Daniel Sancho le entregó un guion elaborado en España con las líneas maestras que debía que seguir en la defensa. Esta intromisión provocó que Anan presentase su dimisión en octubre del año pasado. El detonante fueron las declaraciones de García Montes en los exteriores de la prisión, donde dudó abiertamente de la capacidad de Anan: "Sorprende a cualquiera con una inteligencia media que la policía lleve varios días filtrando imágenes de la investigación y que nuestro abogado no tenga ni siquiera fotocopias del atestado policial", dijo ante las cámaras.

"El abogado español no respetó el procedimiento y criticó en público mi trabajo, intentando dañar mi reputación", declaró Khun Anan a Semana, quien también lamentaba el "espectáculo lamentable y bochornoso" de García Montes en la entrada de la prisión. La justicia tailandesa abroncó al abogado español por este episodio, dado que entró al país con un visado de turista cuando, a todas luces, iba a ejercer de abogado, para lo que es preciso un permiso de trabajo. Además, Anan adelantó que, de seguir la estrategia dictada desde Madrid, Daniel Sancho no evitará la pena capital, y que el episodio ha servido para que ningún penalista de prestigio quiera defender al chef español, a pesar de que en un primer momento muchos letrados se habían puesto en contacto con la familia.

Los Sancho hicieron de la necesidad virtud y se pusieron en manos de un abogado de oficio, el local Aprichart Srinual, que no cuenta con la experiencia ni el prestigio de su predecesor. Balfagón justificó el cambio de letrados porque buscaban uno "dispuesto a colaborar", cosa que, según ella, no hacía Anan, que les pidió liderar la causa. Con el abogado de oficio, por contra, tuvieron una "conexión absoluta". Nunca ha habido intención de esconder que la defensa se articula desde España.

Los Sancho reconocen abiertamente que su defensa se articula desde España

Pasar de prestigioso penalista experimentado a abogado de oficio manejable provocó estupor en ambientes legales, que ven motivos más mediáticos que judiciales en la decisión. Según fuentes conocedoras del proceso, en la estrategia de defensa de Sancho habrían pesado más "los egos y los platós" que las lógicas judiciales. "No querían perder el control español del caso", zanjan. Estas fuentes tampoco entienden que, dadas las pruebas en contra de Sancho, su defensa no optara por el control de daños: pactar asumir el crimen a cambio de una rebaja de condena.

La abogada penalista Beatriz de Vicente, uno de los pocos testigos del juicio como analista independiente, denunció en laSexta que Sancho está desatendido judicialmente: "Tiene asumido que su abogado de oficio es de pastel". De Vicente, que no ha querido hablar para este reportaje, aseguró que el letrado de Sancho "se durmió" durante el juicio. ¿La respuesta de los portavoces legales de Sancho? Su abogado tailandés "no se durmió", "es un señor budista que estaba meditando".

Nadie le preguntó si es normal que un abogado "medite" durante un juicio con la pena capital a la vuelta de la esquina.

3. El mal golpe

Contra lo que se ha publicado en algunos medios, el juicio no gira en torno a si Sancho acabó con la vida de Edwin Arrieta, algo que ha reconocido el propio chef, sino si lo hizo con premeditación. Las autoridades tailandesas, en el informe que elaboraron el verano pasado y al que ha tenido acceso El Confidencial, consideran que el cirujano falleció por decapitación. La hipótesis que defiende la Fiscalía indica que Sancho golpeó a Arrieta hasta dejarle inconsciente y que entonces acabó con su vida seccionándole la cabeza.

Daniel Sancho ha matizado su versión con el tiempo. En la reconstrucción que hizo junto a la policía, el español dijo que Arrieta y él habían tenido una pelea y que, en un momento dado, el cirujano se había golpeado la cabeza con el lavabo. Esta pelea se justificó en primera instancia como un desacuerdo por una ruptura de la pareja, pero en versiones posteriores, Sancho explicó que Arrieta había intentado abusar sexualmente de él.

La autopsia es un puzle por la siniestra razón de que no se han encontrado todas las partes del cuerpo de Arrieta. En la sesión del juicio del jueves, la forense respondió a preguntas sobre el cráneo del fallecido. Aceptó que el golpe en la nuca, en la región occipital, es compatible con la versión de Sancho, si bien la cabeza presenta otra serie de impactos y laceraciones que chocan con el relato de que solo se le propinó un puñetazo al cirujano. Faltan varios dientes, hay un ojo colapsado, la nariz rota, cortes en los lóbulos de las orejas... son hechos que hacen pensar más en una paliza que en un mal golpe.

Daniel Sancho cogió del cadáver una cadena de oro y diez mil dólares

En estas sospechas incide que no se haya encontrado el torso de Arrieta. Según Sancho, junto a esa parte iban su pasaporte y su móvil. Este último objeto es relevante, en tanto que la policía quería conocer el intercambio de mensajes entre ambos para conocer si Sancho llevó a Arrieta a los bungalows —estaban en otro hotel — con la idea de asesinarle. Según los datos del sumario, Sancho borró selectivamente algunos mensajes de su teléfono, por lo que no hay certezas de cuál fue la conversación premortem.

Se tambalea también la línea de la defensa que afirma que Sancho, una vez descubrió que Arrieta había fallecido, entró en un estado de disociación. Según esta teoría, Daniel habría entrado en un estado mental en el que no era consciente de sus actos, sino que los realizaba de forma automática, como si estuviera viendo a otro hacerlo. Fuentes de la acusación indican que se omiten acciones que señalarían que Sancho era plenamente consciente de la situación, en tanto que tomó del cadáver una cadena de oro y 10.000 dólares en efectivo. Sancho dijo a la policía que el dinero era suyo, aunque después admitió que era del cirujano y que había utilizado mil de esos dólares para alquilar el kayak con el que se deshizo de los restos de Arrieta.

4. La trivialización del horror

Marcos García Montes es uno de esos abogados que se conoce como mediáticos. Además de lo que pueda ofrecer en materia penal, el valor diferencial de García Montes pasa por ocupar horas de televisión y defender allí a su cliente. La teoría dice que, cuanto más ruido mediático, más presión social recaerá sobre el juez. Y esto es así cuando hablamos de casos nacionales, pero no tanto cuando el tribunal se encuentra a 10.000 kilómetros de Madrid. De hecho, en la isla de Ko Samui, nadie está hablando del asunto, sobre todo porque la isla vive del turismo y no interesa que se la relacione con hechos luctuosos.

"Si te soy sincero yo me enteré de todo esto leyendo la prensa española", explica Tong, un periodista tailandés que estudió unos años en la Complutense. "Un suceso entre dos ciudadanos extranjeros, y que además sucedió en Koh Samui", isla a casi 500 kilómetros al sur de Bangkok, al ciudadano medio tailandés le pilla muy lejos. Tong explica que en la prensa o televisión local "no ha salido prácticamente nada del caso, desde luego nada serio o en profundidad", más allá de la noticia original del asesinato y detención del pasado agosto, que no pasó de un suceso lejano.

Para este tailandés, sorprendido por el hecho de que la familia Sancho esté protagonizando un tour mediático en España con documental en HBO incluido, "dudo que nada de esto afecte al juicio, aquí nadie sabe nada de lo que se dice en España".

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Carlos Prieto

El documental de HBO marca un antes y un después en la percepción que teníamos de los Sancho. Durante una hora, desde su casa en Fuerteventura, Rodolfo Sancho habla a cámara sobre la situación que está viviendo. Lo centra todo en él: cómo se siente, qué planes tiene, cómo afronta la desgracia. Su relato se separa tanto de la cruda realidad, un homicidio con descuartizamiento y ocultación del cadáver en el mejor de los escenarios, que ha escandalizado a la mayor parte de los que lo han visto.

Estas son algunas de las frases que deja Rodolfo para el recuerdo:

- "Mucha gente tiene una relación tóxica, equivocada, solo que esto ha detonado en algo tremendo. Pero todo es un aprendizaje".

- "Me he entristecido en momentos, por supuesto. La situación no es la mejor del mundo, por supuesto. Las hay peores, mucho peores. Mucho peores".

- "Yo tengo la información real desde el principio. Este tipo le había amenazado de muerte, le había amenazado con hacer daño a su familia y él se defendió de las amenazas y de un intento de agresión sexual".

- "Llevo toda mi vida preparándome para esto. El proyecto de 'ser' es para mí lo importante".

- "No quiero decir la típica frase, pero venimos a aprender. Hostia, está clarísimo. Puedes tomártelo como aprender o no pero vienes a que la vida te de lecciones buenas, malas… qué coño sabe nadie de la vida".

- “Me he cuestionado… ¿fui un padre muy joven? ¿No tenía la madurez que tengo ahora? Sí. ¿Pero me tengo que culpar? Si uno no relativiza, te crees que te ha pasado a ti. ¿Por qué a mí? Pero vamos a luchar".

- "El animal no piensa a futuro, el animal actúa, al animal le acorralas y lucha".

- "Hay dos víctimas, uno de ellos ha fallecido y es terrible, pero quiero que salga la verdad y a partir de ahí todos tendremos que manejar nuestros sentimientos".

Es esta última frase, que cierra el primer capítulo del documental, la que más ha herido a la familia Arrieta. "Lo único que tengo que decirle a los padres de Daniel Sancho es que sean un poquito más respetuosos cuando se refieran a mi hermano. Que tengan empatía porque creo que no la han tenido", lamentaba Darling Arrieta, hermana del fallecido, a la prensa española. "Utilizar el término 'relación tóxica' deja mucho que desear. Estoy en shock, mi hermano era muy buena persona, no se merecía acabar así. Me siento triste y vacía porque no se merecía acabar así, descuatizado, desmembrado y regado por una isla".

Si el documental era parte de la estrategia de defensa, no le ha funcionado a ninguna de las partes. Los españoles han conocido una faceta de Rodolfo Sancho que les ha helado la sangre y HBO queda en una posición comprometida al estrenar solo el primer capítulo, en el que solo habla Sancho, antes del juicio. Para conocer la versión de la familia Arrieta, tendremos que esperar a que haya sentencia.

5. El abuso a Tailandia

Si algo ha marcado la estrategia de los Sancho desde el primer momento es el agravio a todo lo tailandés. Sin ir más lejos, la criminóloga Balfagón va a volar desde Madrid para explicarle a la policía tailandesa los errores que cometieron durante la investigación la próxima semana. Será el penúltimo episodio de un rosario de dudas, críticas y comentarios jocosos que se han vertido sobre las instituciones tailandesas y que abarcan desde el rey, a quien acusaron en televisión de estar obligado a firmar indultos para los extranjeros, hasta el aspecto "poco profesional" los policías que reconstruyeron el caso. Por el camino, las autoridades han tenido que amonestar al letrado García Montes, que viajó a la isla en labores de representación con un visado de vacaciones, y a los periodistas españoles destinados en Tailandia, que en ocasiones se han extralimitado persiguiendo los coches de miembros de la judicatura tailandesa.

Entrevistamos al corresponsal Luis Garrido-Julve, con 13 años de experiencia viviendo en Bangkok, sobre cómo pueden impactar estos comentarios en el desarrollo del juicio.

Pregunta. Críticas al rey, al sistema legal, a la policía... ¿cómo lleva Tailandia este ataque desde el exterior?

Respuesta. Vivimos en un momento histórico en el que en las últimas elecciones en Tailandia la lista más votada fue la de un partido político que quería reformar la monarquía. No obstante, que los medios de un país extranjero le falten el respeto a su monarca con piezas televisivas carentes de rigor y cargadas de inexactitudes puede irritar mucho a los tailandeses, pero aún más a sus autoridades. Ellos no dudan que sus instituciones tienen sus defectos, pero siguen siendo sus instituciones, y no les gusta que vengan desde fuera a meterles el dedo en el ojo y a decirles cómo han de actuar.

El nombre de Tailandia significa algo así como “la tierra de las gentes libres” en referencia a que nunca fueron colonizados por ninguna potencia occidental. Es parte de su orgullo histórico, y cuando una institución occidental quiere darle lecciones a un organismo gubernamental tailandés pueden verlo como una ofensa. El tribunal ya sabe cómo se las gasta su policía, no necesitan que nadie venga a contarle sus irregularidades, y si la defensa basa su estrategia en cuestionar la actuación de sus agentes puede identificarse por parte del tribunal como una afrenta innecesaria.

P. Dicen que los tailandeses responden con una sonrisa a las ofensas, pero que eso no significa que no se hayan ofendido ni que no vayan a hacer algo al respecto.

R. Habitualmente los tailandeses tratan de evitar el conflicto y cuando alguien les critica o eleva el tono lo que acostumbran a hacer es sonreír, mostrarse comprensivos y no enfrentarse a quien les ofende o cuestiona. Este es un país en el que un policía puede arrestar a un delincuente con una sonrisa y tratándole con respeto. Pero eso no significa que luego al detenido no se le aplique todo el peso de la ley. Ante todo, la sociedad siamesa trata de no vulnerar el honor y desea que se le trate con el mismo respeto.

"Ante todo, Tailandia trata de no vulnerar el honor y espera el mismo respeto de ti"

P. ¿Puede afectar esto a Daniel Sancho?

R. En prisión, es posible que estuviera obteniendo un mejor trato porque está en el foco mediático, y las autoridades tailandesas no desean que la prensa española pueda especular con abusos o agravios hacia el recluso. Si realmente muestra un comportamiento falto de respeto en el juicio no podemos saber si afectará a su vida entre rejas, pero quizás pueda empeorar su imagen ante el tribunal, ya que en Tailandia el respeto a las autoridades y el arrepentimiento frente a las víctimas es algo que tiene mucho peso.

P. ¿Cómo reciben las autoridades tailandesas que los extranjeros vayan a delinquir a sus paraísos tropicales? No es el primer caso.

R. Los casos como el de Daniel Sancho son una preocupación enorme para las autoridades tailandesas porque quieren evitar a toda costa que los turistas extranjeros puedan pensar que los viajeros pueden morir asesinados en islas paradisíacas como Koh Phangan o Koh Samui. Por eso tratan de frenar la presencia mediática provocada por dichos crímenes y resolver los casos cuanto antes. Igualmente, su obsesión por la premura en resolver cualquier crimen que involucre a extranjeros busca convencer de la efectividad de su policía y mostrar al mundo que la justicia funciona en su país.

La población local odia que un extranjero elija a Tailandia como un destino donde delinquir, no entienden por qué viene gente de fuera con dichas intenciones, y aplauden que caiga todo el peso de la ley sobre aquellos foráneos que aquí cometen crímenes. El auge del turismo provoca rifirafes constantes con extranjeros que cruzan la línea y la opinión pública es muy contundente contra ellos.

P. Para concluir, una hipótesis: ¿puede ser que la familia Sancho esté actuando tan a la ligera sabedores, ya sea por parte de la embajada o de Exteriores, de que Daniel no va a sufrir la pena capital?

R. Sin duda, la defensa asume que Daniel Sancho no será ejecutado en Tailandia aunque se le condene a la pena máxima, y es por eso que no han aceptado la conmutación de pena que se permite al asumir la culpabilidad. Al fin y al cabo no existen precedentes de extranjeros ajusticiados por el país y algo así originaría conflictos diplomáticos. No obstante, entre Tailandia y España no existe un acuerdo de extradición, y si confiaran en el ministerio de Exteriores para realizar la gestión del traslado del preso, primero Tailandia tendría que aceptarlo. Algunos expertos opinan que un traslado temprano podría poner en aprietos al gobierno español frente a su pueblo si se realizara en un tiempo menor al de otros presos en condenas similares.

Epílogo

Algunos expertos sostienen que el coco tailandés es el mejor del mundo. Dentro de ese no parar de aportaciones españolas a la sociedad tailandesa que está siendo este caso, destaca la innovación presentada por Daniel Sancho en el juicio: dijo que el cuchillo de sierra que compró cuando llegó a la isla era para cortar cocos. No sabemos si era la primera vez que alguien intentaba abrir un coco con un serrucho, pero al juez no debió convencerle ese método, pues, según algunas crónicas, le respondió: "Todos sabemos lo que hiciste con ese cuchillo". La defensa negó que el magistrado dijera eso, dejando la cita en la neblina, como casi todo en el juicio tras vetar las autoridades a la prensa española. Le parara o no los pies el juez, lo seguro es que Sancho hizo un cocosplaining a un país potencia mundial de esa fruta... Bonita metáfora del choque cultural España-Tailandia que caracteriza el caso desde su paradoja inicial: hay ciudadanos occidentales que, por lo que sea, creen que Tailandia es buen lugar para cometer un crimen que quede impune, pero, cuando les pillan, sus países de origen claman por la falta de garantías del sistema tailandés. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.