Es noticia
Robert Koldewey, el alemán en busca de la Torre de Babel y los palacios babilónicos
  1. Cultura
LA AVENTURA DE LA ARQUEOLOGÍA II

Robert Koldewey, el alemán en busca de la Torre de Babel y los palacios babilónicos

Las excavaciones dirigidas por este arquitecto demostraron la veracidad histórica de la Torre de Babel, un monumento escalonado llamado zigurat por los habitantes de Mesopotamia

Foto: Historiador y arqueólogo Robert Koldewey. (Archivo)
Historiador y arqueólogo Robert Koldewey. (Archivo)

El orgullo de la pequeña y próspera Görlitz, la ciudad más oriental de Alemania, son los 169 escalones de la torre Reichenbacher Turm, una construcción del siglo XIII, de apenas 50 metros de altura, que sirve de emblema de la urbe y de museo, y que es una visita obligada por las bonitas vistas al ser el punto más elevado de la ciudad. Una bella construcción que no interesaba nada al profesor de la Escuela de Arquitectura de la ciudad, Robert Koldewey, que entre 1895 y 1898, soñaba, en cambio, con una torre construida para tocar el cielo… el texto tiene sus interpretaciones, pero está escrito así en el libro del Génesis del Antiguo Testamento, aunque haya otras traducciones: "Y aconteció que según iban hacia el oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.

Y se dijeron unos a otros: Vamos, fabriquemos ladrillos y cozámoslos bien. Y usaron ladrillo en lugar de piedra, y asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta los cielos, y hagámonos un nombre famoso, para que no seamos dispersados sobre la faz de toda la tierra".

Los habitantes de Bagdad hablaban del montículo Babil, y ya entonces advertían a los viajeros de su gran antigüedad

Koldewey, que además de arquitecto era historiador y arqueólogo, había excavado con anterioridad en la isla de Lesbos, en el sur de Italia, en Sicilia y en Siria, pero quería desenterrar Babilonia. ¿No habían hallado Paul Emille Botta y Austen Layard la ciudad de Nínive del imperio asirio y el palacio de Nemrod, confirmando aspectos del relato de la Biblia unos años antes? Quizás era descabellado imaginar el Arca de la Alianza, el Arca de Noé, el diluvio universal… pero se tenía constancia por el historiador griego Heródoto de la existencia de Babilonia, del rey Nabucodonosor y de la misma Torre de Babel: "La torre se levantaba formando terrazas inmensas, ocho torres colocadas una encima de la otra, cada vez más estrechas, hasta que en la más alta se hallaba el templo", según el griego.

A diferencia de Nínive, el lugar donde estuvo una vez la Babilonia del rey Nabucodonosor, en realidad nunca se perdió del todo, los habitantes de la cercana Bagdad llamaban al montículo Babil, según relata Koldewey, y ya entonces advertían a los viajeros de su gran antigüedad. ¿Pero eso quería decir que entre sus ruinas estaría la Torre de Babel? Pero Babilonia, en el XIX, solo se conocía por la información aportada por el relato bíblico y por los geógrafos e historiadores de la época clásica. Antes que Koldewey, "embriagados, sin duda, por la grandiosidad, el lujo y la exuberancia que emanaban de las fuentes antiguas, diversos viajeros europeos se lanzaron a la búsqueda de la renombrada ciudad". (Juan Luis Montero Fenollos en Breve historia de Babilonia).

Foto: Babelia Café
TE PUEDE INTERESAR
Babelia, una torre de Babel gastronómica
Luis C. De Gambe

Uno de los primeros occidentales que creyó haber localizado la célebre torre babilónica fue el rabino hispano Benjamín de Tudela, quien entre los años 1165 y 1170 realizó un largo periplo por el Oriente Próximo (Siria-Palestina, Mesopotamia y Egipto). No en vano, la Torre de Babel, cuya descripción era conocida por los musulmanes, fue puesta en relación con un versículo coránico (XVI, 26) por al-Bakri en el siglo XI. Según su relato la torre designada por el término hebreo migdal fue construida por Nimrud y se elevaba cinco mil codos por encima del suelo, es decir el equivalente a unos 2.200… Le seguirían John de Mandeville en 1322, el comerciante veneciano Cesare de Federici, que entre 1563 y 1581 viajó por la india oriental pasando por Mesopotamia lo identificó con los restos de Aqarquf. Les seguirían otros tantos durante tres siglos errando y confundiendo los yacimientos.

En 1811 el inglés Claudius Rich exploró el montículo y encontró algunos ladrillos de barro inscripciones cuneiformes con el nombre de Nabucodonosor, además de algunas vasijas y huesos humanos. Sin embargo, el lugar quedó sin excavar hasta que el propio Austen Layard, que desenterró Nínive, se decidiera a hacerlo 40 años después de Rich, sin que le impresionara lo suficiente: "Los descubrimientos tienen poca importancia y son mucho menos numerosos de lo que había pensado en un principio y desde luego no indican que merezca la pena excavar y retirar toda esa tierra y esos desechos… No se puede esperar nada de este yacimiento". (David. W. Ceram, Dioses, tumbas y sabios).

En el centro de Babel debía estar la torre, o más concretamente Etemenanki: el templo de la creación del cielo y de la tierra

Mientras que los palacios de Asiria se habían construido con piedra caliza y su excavación, por tanto, era sencilla, el sur de Mesopotamia, en cambio, era principalmente de suelo aluvial y no había piedra para los edificios, por lo que las ciudades de Sumeria y Babilonia se había levantado enteramente sobre ladrillos de adobe. Algunas construcciones eran de ladrillos cocidos, más sólidos, pero la mayoría de la arquitectura sumeria y babilónica era a base de sencillos ladrillos de adobe secados al Sol, lo que hizo que Layard fuera incapaz de distinguir el barro de las murallas del de los escombros. De esta forma, al excavar destruyó los muros junto al barro que lo rodeaba.

Las murallas fueron la maravilla de Babel y con el desciframiento de la escritura cuneiforme por parte de otro alemán, Georg Friedrich Grotefend, a partir de principios del XIX, se comenzaron a disponer de las propias fuentes babilónicas: Nabucodonosor escribió: "[…] Hice cercar a Babilonia con una muralla gigantesca, cavé un foso, y las pendientes las recubrí con ladrillos y pez; construí en su orilla interior, alta como una montaña, un muro poderoso; hice unas puertas anchas, cuyos batientes eran de madera de cedro, recubiertas con planchas de cobre, y, por si el enemigo mal intencionado quería atacar por los costados, llené el foso con aguas tan potentes por su abundancia como las olas del mar. Y como el agua del gran mar, era salada. Para que nadie pudiera perorar las defensas, amontoné tierra ante ellas y las circundé con diques de ladrillos. Hice bastiones trazados con arte y así convertí a la ciudad de Babilonia en una fortaleza".

placeholder 'La torre de Babel', cuadro de Pieter Bruegel.
'La torre de Babel', cuadro de Pieter Bruegel.

En el centro de la ciudad debía estar la torre, o más concretamente Etemenanki: el templo de la creación del cielo y de la tierra. Babel era ese templo: "Nuestra torre, no es sino la forma del antiguo recinto sagrado donde se elevaba el zigurat llamado Etemanki —escribió Koldewey—. La piedra fundamental del cielo y de la tierra, la torre de Babel circundada por una muralla junto a la cual había una gran cantidad de edificios relacionados con el culto". Lo que había desenterrado eran los enormes cimientos cuyas inscripciones atestiguaban que la torre había existido.

Las excavaciones alemanas dirigidas por Koldewey demostraban la veracidad histórica de la Torre de Babel, que en realidad era un enorme monumento escalonado llamado zigurat por los habitantes de Mesopotamia. La empresa fue posible por el creciente interés científico y la rivalidad entre las potencias europeas. Koldewey pudo llevar a cabo su labor porque en 1898 se había creado la Deustche Orient-Gesselschaft, patrocinada por el káiser Guillermo II para competir con ingleses y franceses, que les sacaban ventaja con los hallazgos de Layard y Botta.

Foto: Austen Henry Layard (1817-1894). (Wikimedia Commons)

Sobre la torre y el relato del Antiguo Testamento, lo cierto es que a pesar de algunas creencias, Dios no la destruyó, tan solo castigó a los hombres con la multiplicidad de lenguas: "Pero el Señor bajó para observar la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo. Entonces el Señor dijo: "Todos forman un solo pueblo y hablan un solo idioma; esto es solo el comienzo de sus obras y todo lo que se propongan lo podrán lograr. Será mejor que bajemos a confundir su idioma para que ya no se entiendan entre ellos mismos". De esta manera, el Señor los dispersó desde allí por toda la tierra; por lo tanto, dejaron de construir la ciudad. Por eso a la ciudad se le llamó Babel, porque fue allí donde el Señor confundió el lenguaje de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo".

El orgullo de la pequeña y próspera Görlitz, la ciudad más oriental de Alemania, son los 169 escalones de la torre Reichenbacher Turm, una construcción del siglo XIII, de apenas 50 metros de altura, que sirve de emblema de la urbe y de museo, y que es una visita obligada por las bonitas vistas al ser el punto más elevado de la ciudad. Una bella construcción que no interesaba nada al profesor de la Escuela de Arquitectura de la ciudad, Robert Koldewey, que entre 1895 y 1898, soñaba, en cambio, con una torre construida para tocar el cielo… el texto tiene sus interpretaciones, pero está escrito así en el libro del Génesis del Antiguo Testamento, aunque haya otras traducciones: "Y aconteció que según iban hacia el oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.

Historia Arqueología
El redactor recomienda