Cómo comer más y seguir alcanzando tus objetivos para adelgazar

“Si crees que puedes, tienes razón. Si crees que no puedes, también tienes razón”, decía Henry Ford el empresario y emprendedor estadounidense. Y no andaba mal desencaminado, porque está demostrado que la forma de pensar tiene un gran impacto a la hora de conseguir nuestras metas, ya sean profesionales, personales o de salud.

Si extrapolamos ese pensamiento a la mentalidad en torno a la dieta, esta actitud puede ser clave a la hora de conseguir los objetivos para perder peso que tanto deseamos. En este sentido, es aconsejable desarrollar un pensamiento enfocado en la abundancia alimenticia que nos ayude a mantenernos en equilibrio sin renunciar a comer lo que nos gusta.

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La naturaleza humana nos ha demostrado una y otra vez que las cosas que pensamos que no podemos tener tienden a ser las cosas que más deseamos. Tan pronto como algo está fuera de nuestro alcance, inmediatamente le prestamos más atención y se activa una mentalidad de escasez, dando mayor valor a aquellas cosas que percibimos como escasas o no disponibles para nosotros.

Evita dietas restrictivas

Por eso, en lugar de sufrir con dietas restrictivas que eliminan grupos de alimentos completos, resulta más beneficioso a largo plazo cambiar de mentalidad en torno a la comida, porque su privación no es un requisito indispensable para llevar una alimentación saludable.

Las cosas que pensamos que no podemos tener tienden a ser las cosas que más deseamos

Para alcanzar una mentalidad de abundancia en torno a hábitos alimenticios más sanos, existen cuatro formas de construirla. La primera consiste en abastecerse de alimentos integrales. Cuando nos enfocamos en alimentos que traen enormes beneficios a nuestro cuerpo, se abre un amplio mundo de oportunidades y opciones. Y esto es crucial a la hora de elegir los alimentos con los que vamos a seguir una dieta.

La segunda, se basa en cocinar más y ampliar nuestro espectro de alimentos en el plan de adelgazamiento, es decir, lo que viene siendo ampliar nuestro paladar. A medida que empezamos a cambiar nuestra dieta hacia alimentos integrales y comidas caseras, podemos seguir disfrutando, con moderación, de esas comidas que nos gustan y a las que nos cuesta tanto renunciar. Pero también es buen momento para expandir nuestra conciencia de todas las posibilidades disponibles para nosotros. Desde frutas y verduras nuevas a recetas diferentes y técnicas de cocina que hagan diferente nuestra forma de alimentarnos.

Encontrar apoyo en personas con ideas afines es la tercera vía de lograrlo. Cambiar nuestra mentalidad es más fácil cuando contamos con el apoyo de los demás. Ya se sabe, la positividad es contagiosa. Si te rodeas de personas que se centran en objetivos similares, puedes tener un mayor éxito a la hora de aprender sobre nutrición y perder peso. De hecho, un reciente estudio demostró que los participantes que se inscribieron en un programa de adelgazamiento con amigos perdieron más peso al principio y tuvieron mayor éxito a largo plazo que aquellos que se inscribieron solos. Así que, rodéate de gente que busque lo mismo que tú.

Alimentos con pocas calorías y que sacien

Por último, establece una actitud de gratitud. El simple hecho de estar agradecidos por lo que tenemos, nos hace valorar más aquello de lo que podemos disfrutar. La gratitud es esencial para construir una mentalidad de abundancia. Además, la ciencia señala que practicar la gratitud puede mejorar nuestra salud al reducir el estrés y la ansiedad.

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Una buena dieta basada en los principios de la abundancia incluye tres comidas al día y dos tentempiés que intentan crear un déficit calórico al incluir alimentos bajos en calorías que también llenan. Esto se complementa con planes diarios de comidas y listas de compras elaborados por especialistas para saber qué comer, cuándo comerlo y qué ingredientes son los mejores.

Por ejemplo, cinco alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías para incluir en abundancia en nuestra dieta son las judías (brindan una fuente de proteína de origen vegetal baja en calorías, baja o sin grasa y alta en fibra), los arándanos (una opción de fruta baja en azúcar y alta en fibra que aporta antioxidantes, vitaminas y nutrientes), el brócoli (fuente de fibra, vitamina C, vitamina K y ácido fólico y también incluye vitamina A, vitaminas B, manganeso y potasio), el salmón (contiene ácidos grasos omega-3) y las espinacas (gran cantidad de nutrientes con vitamina C, vitamina K, magnesio, calcio y ácido fólico).

Amplía tu paladar con frutas y verduras nuevas y recetas y técnicas de cocina diferentes

Por tanto, para aplicar la mentalidad de la abundancia en tu plan de adelgazamiento, incluye alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías, mientras aprendes a comerlos en gran cantidad para perder de peso, sin sentirte privado de comida. Al mismo tiempo, amplia la variedad de alimentos en la dieta y haz este viaje de la mano de un amigo o familiar.