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Podemos se rompe en Andalucía a las puertas de las elecciones generales

Teresa Rodríguez exige margen autonómico para la campaña electoral y vuelve a plantar a Sergio Pascual e Iñigo Errejón para mostrar su malestar con el rumbo impuesto desde Madrid

Foto: La secretaria general y portavoz parlamentaria de Podemos, Teresa Rodríguez. (EFE)
La secretaria general y portavoz parlamentaria de Podemos, Teresa Rodríguez. (EFE)

Ya se sabe cómo acaba lo de “las almas” de Podemos. Como en el resto de partidos, en fracturas internas y dimisiones. Como ejemplo, lo ocurrido en Cataluña, donde la líder regional ha dimitido tras el descalabro electoral con críticas por el excesivo protagonismo de Pablo Iglesias y las imposiciones desde Madrid. De momento la sangre no ha llegado al río en Andalucía pero las señales de enfrentamiento entre la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, y Sergio Pascual, secretario de Organización nacional, son cada vez más evidentes. Las bicefalias políticas casi nunca funcionan y Podemos no es una excepción. El pulso está abierto a las puertas de las elecciones generales. Mientras que el hombre de Iglesias en Andalucía quiere tener todo el control sobre la campaña electoral, la líder andaluza deja claro que la estructura autonómica tiene mucho que decir y pide su sitio.

Podemos ha dado el pistoletazo de salida a la precampaña con un gran acto en Córdoba. La líder andaluza no asistió. Alegó problemas de agenda pero es un plante. Pascual la invitó pero ella no piensa asistir a ningún acto de campaña hasta que no se aprueben definitivamente las listas del partido. Las diferencias no son nuevas. Teresa Rodríguez batalló públicamente por otra forma de configurar las candidaturas, más abierta, con más voz de los territorios y menos ordeno y mando desde Madrid. De hecho, para expresar su malestar frente a los nombres oficiales impuestos desde el despacho de Pablo Iglesias, se alineó en las primarias con la candidatura de Utopía y Dignidad, que integra a históricos del SAT y la CUT como Diego Cañamero o Juan Manuel Sánchez Gordillo. Fuentes próximas a la secretaria general lamentan que se estén celebrando ya actos cuando supuestamente las listas aún no están configuradas y los miembros de esta candidatura alternativa se sienten “agraviados” y ni siquiera saben qué sitio ocuparán. Hace una semana repitió el mismo esquema en Sevilla, en otro gran acto organizado por Pascual donde rescató a Juan Carlos Monedero. La andaluza también dejó su silla vacía.

Reivindica su mayoría de edad

Teresa Rodríguez, llegó a la secretaría general de Andalucía con la tutela de Iglesias y Sergio Pascual como contrapeso a su liderazgo. Meses después, este ‘duopolio’ sigue dando que hablar. Desde la cúpula andaluza se quejan de que Madrid esté organizando la campaña electoral sin contar con la dirección regional, sin haber dado sitio a los dirigentes regionales en el comité de campaña y sin hacerlos partícipes de la estrategia o el calendario. El malestar de la secretaria general andaluza, dejan claro desde su equipo, no es con Iglesias sino con Sergio Pascual e Iñigo Errejón, también presente en Córdoba este viernes.

El secretario de Organización de Podemos ejerce un control férreo sin espacio para otras voces y sin contar con la opinión de las bases, denuncian fuentes próximas a Rodríguez. “Siguen convencidos de que dar espacio a los territorios puede provocar improvisaciones, temen que la juventud del partido y la incorporación de muchos nombres nuevos de forma precipitada a las estructuras territoriales puedan restar solvencia al proyecto. Todo tiene que tener el certificado de Madrid. Al principio, vale. Pero ahora ya no sirve ese esquema”, advierten voces de la dirección andaluza. “En Andalucía ya somos mayores de edad y tenemos voces propias”, agregan estas fuentes. Teresa Rodríguez piensa compartir escenario en los mítines con Iglesias pero no está tan claro que lo haga con Pascual o Errejón.

Desde la cúpula andaluza subrayan la importancia del voto rural. La experiencia fallida de las catalanas, repiten, debería de servir para tomar nota

Andalucía será un territorio clave y manda 61 diputados al Congreso. El pistoletazo de salida a la campaña no coge a Podemos con buen clima interno. El último dato demoscópico al que se aferran lo arrojó el sondeo Egopa de verano elaborado por la Universidad de Granada, que apuntó a un crecimiento del 4,5% frente a los votos obtenidos en las andaluzas de marzo. En la cúpula andaluza, por ejemplo, no conocen datos desagregados de la encuesta que ha aireado Podemos asegurando un triple empate con PSOE y Ciudadanos. Un sondeo que difiere de otros publicados y que auguran un pinchazo del partido de Pablo Iglesias en caída hasta la cuarta posición. Con todo, insisten en mostrarse optimistas y descartan que el partido se esté desinflando “y en Andalucía menos”, añaden. Eso sí, desde la cúpula andaluza subrayan por ejemplo la importancia del voto rural y muestran serias dudas sobre que una campaña diseñada desde Madrid sepa conectar con estas capas de población. La experiencia fallida de las catalanas, repiten una y otra vez, debería de servir para tomar nota.

¿Diferencias o “pluralidad”?

El grupo parlamentario andaluz, con 15 diputados, también evidencia estas diferencias internas. En el próximo pleno no preguntará a la presidenta de la Junta Teresa Rodríguez. La interpelación, sobre el debate territorial, correrá a cargo del diputado José Luis Serrano. La oposición ha aprovechado para hurgar en la herida y se apresuraron a insinuar que es un síntoma más de las diferencias internas. Teresa Rodríguez ha enmarcado esa decisión en su idea de “pluralidad” y en un acto “de justicia histórica” por la trayectoria de este diputado, que fue quien “guardó la bandera de Andalucía en la gran manifestación del 4 de diciembre”.

La dirección de Podemos en Andalucía defiende una buena carta de presentación sobre el trabajo de estos meses, cuatro leyes presentadas en la Cámara y una estrategia de oposición “crítica y dura” frente al poder del PSOE y sus maniobras contra la oposición. Las insinuaciones de una pinza con el PP, lanzadas a diario por los socialistas, casi se toman a risa. De hecho, Rodríguez bromea con la intención de hacer un vídeo en la azotea de su casa mientras tiende la ropa. “Esas son las únicas pinzas que conozco”, asegura.

La animadversión de Teresa Rodríguez y Susana Díaz es patente. No se aguantan. La socialista no le perdona que bloqueara hasta el final su investidura

Desde fuera, el balance no es tan positivo. Miembros de PSOE, PP e IU coinciden en sus valoraciones sobre “la falta de coordinación interna”, la “excesiva bisoñez”, la “falta de preparación” de los diputados de Podemos o “su escaso interés por aprender cómo funcionan las instituciones”. Desde la formación morada replican asegurando que no piensan ajustarse a las formas de la vieja política y no muestran incomodidad por ese retrato de grupo ‘antisistema’ que les han colgado en la Cámara andaluza.

La animadversión de Teresa Rodríguez y Susana Díaz es patente. No se aguantan. La socialista no le perdona a Podemos que bloqueara hasta el final su investidura. Desde entonces, el diálogo no ha vuelto a existir entre ambas formaciones. El PSOE trabaja con comodidad en afianzar su alianza con Ciudadanos y se dedica a denunciar las imposiciones del ala más dura de Podemos en Andalucía. “Teresa no es Pablo. Podemos en Andalucía es una amalgama de personalidades muy difícil de tratar donde se imponen las posiciones más radicales de la Izquierda Anticapitalista. Lo vimos en la investidura. Frente a las posiciones de Pablo Iglesias, que quería una oposición más útil y llegar a acuerdos, se impuso el ala del diálogo imposible que abanderó Teresa Rodríguez. Con Podemos no se puede ir ni a la esquina”, asegura un dirigente socialista. Desde Podemos dicen que ha sido el PSOE el que no ha vuelto a abrir cauces de comunicación y ponen como ejemplo el Presupuesto andaluz, donde todavía no han sido invitados a participar. El veto a sus leyes, señalan, es el síntoma más claro de la “prepotencia” de Susana Díaz.

Ya se sabe cómo acaba lo de “las almas” de Podemos. Como en el resto de partidos, en fracturas internas y dimisiones. Como ejemplo, lo ocurrido en Cataluña, donde la líder regional ha dimitido tras el descalabro electoral con críticas por el excesivo protagonismo de Pablo Iglesias y las imposiciones desde Madrid. De momento la sangre no ha llegado al río en Andalucía pero las señales de enfrentamiento entre la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, y Sergio Pascual, secretario de Organización nacional, son cada vez más evidentes. Las bicefalias políticas casi nunca funcionan y Podemos no es una excepción. El pulso está abierto a las puertas de las elecciones generales. Mientras que el hombre de Iglesias en Andalucía quiere tener todo el control sobre la campaña electoral, la líder andaluza deja claro que la estructura autonómica tiene mucho que decir y pide su sitio.

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