Así fue el reparto de la herencia millonaria de Rosario Porto de la que no se habla en la serie de Netflix

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Tras el estreno de la serie El caso Asunta, que ha sido un éxito arrollador en España y ha arrasado en países como Turquía, hay algunos temas referentes a los condenados que empiezan a resolverse, despejando las dudas del público y el conjunto de la sociedad.

La ficción de Bambú Producciones hace un repaso condensado a la cronología del crimen de Asunta, la primera niña de origen chino adoptada en Galicia que fue hallada muerta el 21 de septiembre de 2013 en la pista forestal del municipio coruñés de Teo. El caso conmocionó a la población gallega, después de que saliera a la luz que los responsables del crimen fue un matrimonio muy conocido en la zona formado por la letrada Rosario Porto (que ostentaba un rico patrimonio heredado de sus padres) y Alfonso Basterra, periodista de origen bilbaíno.

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La pareja, que llevaba varios años divorciada, fue condenada a 18 años de cárcel. El único que sigue cumpliendo condena es Alfonso Basterra, ya que Rosario Porto no soportó más tiempo entre rejas y se quitó la vida durante la pandemia en la que sería su última parada penitenciaria, la prisión de Brieva, en Ávila, donde ya no tenía ni siquiera el sustento de su abogado José Luis Gutiérrez Aranguren.

Los herederos del legado de Rosario Porto

Rosario Porto Ortega era el motor económico de la familia. Hija única de Socorro Ortega, una profesora de universidad de Historia del arte, y Francisco Porto, un prestigioso abogado, la gallega tuvo una vida despreocupada y una educación ejemplar. La familia ostentaba un opulento patrimonio valorado en tres millones de euros, entre propiedades y dinero en metálico.

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Tras reservar una parte importante a su defensa durante el juicio por el que fue acusada de asesinato, Porto vio reducido su patrimonio, pero aun así la cantidad seguía siendo cuantiosa. El reparto de la herencia quizás sea uno de los detalles más desconocidos por el público que el productor Ramón Campos quiso plasmar en el documental Operación Nenúfar, disponible en Netflix.

Antes de la celebración del juicio, Rosario Porto preparó el testamento. María Teresa Sampedro Portas, a la que apodaba cariñosamente como "La Nena", una amiga de su madre, fue la heredera inesperada, una de las pocas que fue noble e incondicional a Rosario hasta incluso después de su muerte. La abogada quiso agradecerle así su lealtad, ya que fue la única que se mantuvo a su lado tras lo sucedido.

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Sampedro fue la encargada de recoger las cenizas de la pequeña Asunta. Sus visitas a Porto en la cárcel eran asiduas, excepto en la de Ávila, donde se prohibió cualquier tipo de comunicación a causa del coronavirus. Tras el suicidio de Rosario Porto, "La Nena" asumió los gastos de su entierro, por lo que tuvo una despedida digna. Sus restos descansan junto a los de su hija en el camposanto de Boisaca, en Santiago de Compostela.

Además, la herencia fue repartida con el amigo de su padre, Juan Guillán, el primer abogado que le acompañó cuando fue detenida en el tanatorio de Asunta. El resto de herederos fueron José Luis Gutiérrez Aranguren, su defensor en el juicio, al que legó varias obras de arte, dos presas con las que hizo amistad durante su estancia en Galicia, a las que les dejó algunas joyas, y una prima lejana. Los letrados decidieron renunciar a la herencia, por lo que el patrimonio pasó a ser legado a la amiga de la familia.

Rosario tenía en su poder un total de cuatro propiedades: su residencia familiar en Santiago, la finca familiar de Montouto, donde asesinaron a Asunta y otras dos viviendas heredadas de sus padres. Además, Porto manifestó su deseo de donar parte de su herencia a causas benéficas, concretamente a la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional, SOS presos de Galicia y Human Rights Watch.