Raimundo sale de la cárcel y Matilde se imagina un futuro con Íñigo en 'La Moderna'

• Avance del capítulo 57 de La Moderna del lunes 18 de diciembre
• Avance semanal de La Moderna: una revelación inesperada, un rechazo amoroso y una encerrona

Aguirre lleva unas semanas siendo fiel escudero de Doña Carla y sus intenciones no han resultado nada agradables para Don Fermín, el principal perjudicado de sus ataques. Ni siquiera para la propia villana que ya no soporta sus aires de superioridad. En el capítulo anterior, el enemigo de Íñigo se ha presentado en el despacho del propietario de La Moderna para amenazarle con una sutileza encomiable.

Además, Teresa ha anunciado a Miguel que Aquiles ha muerto y ha culpado al librero por no haber cuidado a su pájaro como debía. Matilde ha estado a punto de ser descubierta por Doña Carla en el apartamento de Íñigo. El capítulo del lunes comienza con un despiste de la dependienta: ha perdido su broche ¿Lo encontrará la señora de Morcuende?

Doña Carla e Íñigo comparten una velada única en el Madrid Cabaret. La pareja comparten recuerdos sobre su pasado y dejan de lado sus negocios. El empresario intenta indagar sobre el plan de su amiga y Aguirre. Sin embargo, la villana de La Moderna cambia de tema y prefiere hablar sobre el destino. El dueño del local más distinguido de la capital es incapaz de mantenerse al margen del negocio que trae de cabeza a la viuda de Morcuende, mientras ella sueña que se acaban de conocer y que su relación acaba de empezar.

Doña Carla no se fía de Íñigo

Luisa comparte su pasión por el dibujo con Marta. La joven se interesa por el trabajo de la ilustradora. "Es una gran familia", confiesa la sobrina de Higinio que echa de menos a su madre y quiere hacerle saber que está muy bien cuidada en la corrala. La dibujante le sugiere que le escriba una carta a su madre. La muchacha no sabe cómo decírselo y Luisa se ofrece a ayudar a su vecina.

Emilio se siente orgulloso de su trabajo en el Madrid Cabaret, un oficio donde no puede permitirse fallar. El joven cuela a Pablo que se sorprende por la elegancia del establecimiento. Por su parte, Inés sigue disfrutando de una charla distendida en el local de moda. En el salón de té, Trini se queja de la torpeza de los hombres en las tareas del hogar.

Esperanza insiste en que necesita unos zapatos más pequeños y amenaza a Pietro con contar la verdad sobre el nombre de los helados. Por otro lado, Matilde está preocupada, pero no puede contarle a Trini de qué se trata. Don Fermín está completamente contrariado por Doña Carla y Aguirre, su socio. Los empresarios no se parecen en nada al buen hacer que destilaba Don Jaime.

Raimundo ha salido de la cárcel. Emilio quiere celebrar la buena noticia con su hermano. El acusado de asaltar el cine asegura que no tiene ninguna intención de volver a la delincuencia. Mientras, el camarero le cuenta al mayor de los Peña que le han readmitido en el Madrid Cabaret.

Elías propone a sus amigos apuntarse a una academia de baile, algo que aprueba Miguel, pero no parece hacer demasiada gracia a Cañete que sigue enfrentando su mal de amores. El trío calavera vuelve a la carga. Teresa se muestra altiva con el que era su mayor ilusión en el salón.

Don Fermín le cuenta a Doña Carla la presión que está sufriendo por parte de Aguirre en su propio nombre. El empresario se presentó en su despacho con formas muy poco ortodoxas. En ese momento, el socio de la villana vuelve a aparecer por sorpresa. El propietario de La Moderna no quiere compartir ni un solo momento de su tiempo con un hombre de tal calaña. La señora de Morcuende recrimina su actitud y exige que no vuelva a dar un paso sin su permiso.

La familia Garcés se ha enterado de que han soltado a Raimundo, algo que no hace ninguna gracia a Rosario que esta vez sí prohíbe a sus hijos juntarse con un muchacho que no demuestra ninguna virtud y en el que solo ve maldad.

La familia de Laurita organiza un encuentro con un pretendiente que puede ser el futuro marido de Inés. Sin embargo, la reunión de casamiento se aleja mucho del deseo de la joven que casi desvela sus verdaderas intenciones frente a Don Fermín. El propietario debe ejercer de padre de la joven. Íñigo casi desvela las visitas de Inés al Madrid Cabaret. Por su lado, Miguel le cuenta a Trini que está pensando en apuntarse a una academia de baile, lo que no sabe es que la idea es ir con sus amigos del salón.

Marta se siente en deuda con Antonia y cuida a la dependienta como si fuera su madre. La joven ha lavado la ropa y ha fregado los suelos. Ahora, la muchacha se siente liberada al poder plasmar sobre un papel todos los sentimientos que tenía guardados. La antigua dependienta tiene la sensación de que Antonia y Pietro pueden ser más que amigos.

Laurita e Inés se preparan para la reunión con una familia adinerada que podría solucionar el futuro del ojito derecho de Gabriela. Matilde sigue muy pendiente de Doña Carla. La pareja intentará descubrir la aventura empresarial que planea junto con Aguirre. La dependienta ya se imagina casándose con Íñigo, pero habrá que esperar. Los besos protagonizan los encuentros secretos de los jóvenes enamorados.

Inés pretende alejar a Conrado, su pretendiente. La joven admite que quiere tatuarse. Por su parte, Elías se muestra emocionado ante la posibilidad de apuntarse a la academia de baile. En el salón de té, Teresa descubre que Miguel nunca ha sido cura, lo que acaba por decepcionar por completo a la encargada. Finalmente, Doña Carla encuentra el broche de Matilde y no aguantará una mentira más por parte de Íñigo.