Por qué voy a ver las uvas con Ibai Llanos y Ramón García

Cuando Ibai Llanos anunció que este año dará las campanadas con Ramón García en su canal de Twitch, las redes de la estrella de internet se llenaron de seguidores preguntándole quién era ese. Ni siquiera por la foto reconocían a Ramontxu, el presentador que empezó a dar las uvas desde la Puerta del Sol en 1995. Muchos, por su juventud; otros, porque viven en Latinoamérica, donde el 'youtuber' español tiene millones de seguidores y allí no se veía el 'Gran Prix'.

Esta mezcla intergeneracional tiene mucho morbo en la España actual, en la que últimamente hasta nos estamos echando a la cabeza la nostalgia. Los españoles de la edad de Ibai, que tiene 26 años, son los últimos que recuerdan a Ramón García siendo una celebridad televisiva. También los últimos que crecieron sin ‘streamers’, porque esto de ganarse la vida retransmitiendo videojuegos desde su habitación en su canal 'online' es una profesión que más o menos se han inventado ellos.

A las generaciones de adolescentes que vienen detrás, ni les suena el presentador que ha estado recibiendo el año con su capa en la Puerta del Sol a lo largo de tres décadas, y con esta van a ser cuatro. Están empatados con buena parte de los mayores de 40, que lo que no saben es quién es Ibai y si lo saben, como servidora, es porque lo han leído en los periódicos. Hasta 'The New York Times' se hizo eco este año de la sonada entrevista de Ibai a Messi y los negocios de eSports que ha montado con Piqué, preguntándose si el español marcará el futuro de la prensa deportiva.

Ibai es hoy la celebridad del momento en internet y Ramontxu, un presentador de 60 años que trabaja en la televisión de Castilla-La Mancha. El veterano tiene la experiencia. El 'youtuber', la audiencia. La unión de este año tiene el morbo de saber hasta qué punto puede competir este formato con la televisión generalista. El año pasado, Ibai dio las campanadas por primera vez en su canal de Twitch y reunió en el minuto de oro más de 550.000 espectadores, superando a La Sexta y Cuatro.

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Por eso ha sido tan audaz por parte de Ramón García proponerle a Ibai montar juntos una gala de Nochevieja en su Twitch. Según le contó a Luz Sánchez-Mellado, juntarse ha sido idea del veterano, fascinano por el fenómeno del ‘streamer’ Ibai y, por qué negarlo, porque tampoco parece que tuviera una oferta mejor para dar las uvas en las principales cadenas. Juntos quieren romper los esquemas, pero está por ver los de quiénes. ¿Será este encuentro un antes y un después para la España analógica o para la digital? Apuesto por un triunfo de la analógica, pero en Twitch.

Me explico. Más que la reconciliación entre generaciones, más que un encuentro revolucionario de la España analógica y la digital, la aparición de Ramón García en Twitch para dar las campanadas puede suponer el fin de un experimento. En las campanadas del año pasado, Ibai Llanos montó en su canal de Twitch un programa de Nochevieja de cuatro horas que consistía en una reunión de andar por casa con tres amigos comiendo Doritos y bebiendo Colacao (que para eso eran los patrocinadores) y comentando vídeos virales. Contaban, por toda escenografía, con una mesa, un poco de confeti y una pantalla en la que primero se veía el chat con los espectadores de Twitch y luego las campanadas.

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Fue un éxito arrollador. Ibai ni siquiera se comió todas las uvas ni explicó lo de los cuartos. La informalidad era la clave del éxito del formato. Nada que ver con las tradicionales galas de Nochevieja, de 'glamour' sobreactuado. Su canal de Twitch ofrecía al espectador que venía de hartarse de Zoom en el primer año de la pandemia algo tan cercano como asomarse a una reunión entre amigos en el salón de una casa. Como gala de Nochevieja, fue un formato realmente innovador.

Así que será interesante ver quién lleva a su terreno a quién. Si las uvas con Ramón García desde la Puerta del Sol adoptan la estética de las retransmisiones tradicionales, entonces, por mucha nueva audiencia que atraiga Ibai a Twitch y por más público intergeneracional que sume, más que una victoria de las nuevas generaciones, resultaría indirectamente un triunfo de los formatos tradicionales, que permean ya las nuevas redes en cuanto se profesionalizan. Algo así como lo que les pasa a los partidos antisistema, que al llegar al poder acaban acatando las normas de Bruselas y pactando reformas laborales con la CEOE.

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El intento de Ibai de llegar a un público masivo y no solo a los jóvenes sería un verdadero antes y después si lo que el ‘streamer’ logra es que Ramón García sea el que adopte los códigos de Ibai y no viceversa. Al fin y al cabo, ver la retransmisión por Twitch en vez de en un canal tradicional puede ser un cambio de época y una faena para la industria televisiva, pero no será tan diferente para el espectador de toda la vida si con las smart-TV basta con conectar el móvil a la pantalla grande para que allí aparezca Ramón García en un balcón de la Puerta del Sol.

Cuesta creer que las uvas con Ibai Llanos y Ramón García juntos por primera vez sean una gran revolución si a medianoche los más mayores no notan mucha diferencia con lo que llevan viendo toda la vida, es decir, dos señores en un balcón comiéndose las uvas. Es más, como entre los mayores se ponga de moda ver las uvas en Twitch, no descartemos que los adolescentes acaben terminando por preferir verlas en la tele para llevar la contraria.

A la espera de ver qué pasa, no se me ocurre mejor lugar para ver las uvas este año que con Ibai Llanos, porque con Twitch me pasa como con 2022, que todavía no sabemos de qué va.