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Según la ciencia, los jóvenes necesitan dormir más: ¿hay que retrasar la entrada al colegio?
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Según la ciencia, los jóvenes necesitan dormir más: ¿hay que retrasar la entrada al colegio?

El cerebro de los adolescentes tiene unas características diferentes al de los adultos. Por ello, no está preparado para seguir los mismos hábitos de sueño

Foto: La falta de sueño afecta muy negativamente a los más jóvenes (Pexels/John Mark Smith)
La falta de sueño afecta muy negativamente a los más jóvenes (Pexels/John Mark Smith)

Kyla Wahlstrom es una investigadora de la Facultad de Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Minnesota que, desde hace algunos años, está centrada en el estudio de las consecuencias de las políticas de educación en el aprendizaje de los más jóvenes. De hecho, lleva años abogando porque el horario de las clases en colegios e institutos de los Estados Unidos se retrase con el propósito de mejorar el rendimiento de los adolescentes.

Según ella, la falta de sueño en los adolescentes se vincula a peores calificaciones, consumo de drogas y ciertos problemas de salud mental, como es el caso de la ansiedad y la depresión. Incluso eleva la tasa de suicidio. Ha conseguido que algunos estados, como es el caso de California y Florida, tomen la decisión de retrasar la entrada a los centros educativos hasta las 8:30 horas, como mínimo. Una decisión que solo es respaldada por un tercio de los padres, a tenor de una encuesta realizada por la National Sleep Foundation. Aunque no duden de los beneficios científicos de la medida, experimentan incompatibilidades logísticas para adaptarse al nuevo horario.

En una entrevista concedida a Catherine Sweeney, del medio NPR, Wahlstrom explica a que se debe este problema. En ella cuenta que el cerebro de los adolescentes no se parece en nada al de los niños y, sobre todo, al de los adultos. Al menos, en lo que respecta al sueño. Fundamentalmente, debido a una sustancia llamada melatonina, la cual puede adquirirse en cualquier farmacia y que juega un papel clave a la hora de quedarnos dormidos.

La clave está en la melatonina

Según Wahlstrom, el cerebro de los adolescentes empieza a liberar melatonina, de media, entre dos y tres horas más tarde que el de los adultos. Esto hace que, por norma general, se queden dormidos bastante más tarde o que desarrollen problemas de insomnio si se les obliga a acostarse temprano. De igual forma, necesitan más tiempo de sueño, lo que les dificulta madrugar para acudir al instituto.

Foto: (iStock)

La propia investigadora afirma haber hablado con padres una vez experimentado el retraso del horario escolar. En este sentido, en la entrevista asegura que “muchos me han dicho que su hijo adolescente ha cambiado totalmente. Desde que duermen más pueden conversar con ellos durante el desayuno o en el coche y que sufren menos episodios de mal humor, lo que ha mejorado notablemente la dinámica familiar”.

Kyla Wahlstrom es una investigadora de la Facultad de Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Minnesota que, desde hace algunos años, está centrada en el estudio de las consecuencias de las políticas de educación en el aprendizaje de los más jóvenes. De hecho, lleva años abogando porque el horario de las clases en colegios e institutos de los Estados Unidos se retrase con el propósito de mejorar el rendimiento de los adolescentes.

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