Es noticia
¿Por qué el sueño no es igual entre adolescentes y adultos? La ciencia del desfase horario
  1. Alma, Corazón, Vida
Ocurre en todo el mundo

¿Por qué el sueño no es igual entre adolescentes y adultos? La ciencia del desfase horario

Contra todo pronóstico, cuando se trata de la cantidad de sueño que nuestro organismo necesita, esta tiende a disminuir a medida que envejecemos, pero no es que los jóvenes duerman más, es que duermen distinto

Foto: (iStock)
(iStock)

El ritmo de vida de un adolescente puede resultar agotador para quien conviva con él. Todo queda dicho en ese "quién pudiera" que suelen decir los adultos ante el aguante de los más jóvenes: pasar toda la noche en vela es para los primeros muy fácil, aunque solo si luego pueden pasar todo el día durmiendo.

Mientras tanto, a medida que se cumplen años, pasar toda la noche en vela no es sinónimo de lo mismo: ¿Si nuestro cuerpo no es capaz de aguantar tanto como cuando éramos jóvenes, por qué el sueño es más extendido en ellos y no en nosotros? O lo que es lo mismo, ¿por qué los adolescentes necesitan dormir tanto y los adultos duermen tan poco?

Foto: Fuente: iStock.

En un artículo previo, ya explicamos que cuando se trata de la cantidad de sueño que nuestro organismo necesita, esta tiende a disminuir a medida que envejecemos. De hecho, es habitual que el insomnio incremente con los años. Aunque a priori parezca que no muy bien, el cuerpo humano está programado para todo, y esto también tiene su explicación científica.

El momento de irse a dormir

Para empezar, si bien puede parecer que los adolescentes necesitan dormir mucho, tampoco es tanta la diferencia que les separa de sus análogos mayores. En concreto, según han podido demostrar numerosos estudios, los jóvenes de entre 14 y 17 años suelen necesitar de media alrededor de 8 a 10 horas por noche, y los adultos entre 7 y 9 horas. Es decir, algo así como una hora aproximadamente es lo que separa a unos y a otros en este asunto.

placeholder (iStock)
(iStock)

Poco a poco, el cuerpo va perdiendo la capacidad de aguantar en estado de reposo esa hora extra por diferentes motivos. Hay que tener en cuenta que durante la adolescencia, el momento de irse a dormir llega por lo general más tarde, lo que hace que acostarse temprano y despertarse antes se complique. Curiosamente, apunta la profesora de psicología Alice Gregory en Science Focus, de la BBC, que este cambio en el tiempo de sueño ocurre en adolescentes de todo el mundo e incluso se encuentra en otros mamíferos.

Vamos, que uno de los principales motivos no es tanto una reducción clara, sino una diferencia en el ciclo de sueño como costumbre: si unos se van a dormir antes que los otros, parece normal que unos permanezcan en la cama más que los otros. No obstante, esto también tiene su explicación científica.

Un "desfase del horario social"

Puesto que la sociedad moderna está orientada hacia unos horarios donde la jornada diaria se inicia temprano, apunta Gregory, "los jóvenes a menudo tienen que vivir fuera de sincronía con sus patrones naturales porque tienen que levantarse temprano para ir a la escuela durante la semana". Al final, eso mismo conlleva a una espiral en la que si no pueden conciliar el sueño temprano, puede significar que no pueden dormir. "Cuando llega el fin de semana, tienen más control sobre su horario, por lo que se duermen y se despiertan más tarde".

placeholder (iStock)
(iStock)

Este cambio en el tiempo de sueño se conoce entre los profesionales como 'desfase del horario social', ya que un cambio en el horario puede provocar síntomas similares a los del llamado desfase horario. Esta forma de 'jetlag' social no es poca cosa, pues ya se ha asociado con factores que incluyen la obesidad y la depresión.

Entonces, ¿dónde deja esto a los jóvenes que están confundidos en torno a si deben intentar "dormir lo suficiente" ocurra cuando ocurra o seguir una rutina más constante? Gregory, que trabaja en áreas de investigación en torno a las asociaciones longitudinales entre el sueño y la psicopatología, la genética del comportamiento, la parálisis del sueño y el síndrome de la cabeza explosiva, reconoce que aunque a veces se sostiene que dormir sin descanso durante todo un fin de semana en modo recuperar esas horas de sueño que no se han tenido el resto de días está bien, lo ideal es ir integrando esto durante la semana laboral y escolar.

El ritmo de vida de un adolescente puede resultar agotador para quien conviva con él. Todo queda dicho en ese "quién pudiera" que suelen decir los adultos ante el aguante de los más jóvenes: pasar toda la noche en vela es para los primeros muy fácil, aunque solo si luego pueden pasar todo el día durmiendo.

Sueño Trastornos del sueño Estilo de vida Adolescencia
El redactor recomienda