Sueño polifásico: la vida de los que están despiertos más de 20 horas cada día
Los expertos siguen sin conocer bien sus efectos a largo plazo, pero sabemos que no es otra cosa que la falta prolongada de sueño dentro de los parámetros del sueño normal
Dormir es parte del funcionamiento del cuerpo humano. No podemos evitarlo, ni regularlo a nuestro antojo; más bien, es el sueño el que nos regula a nosotros. Todos dormimos, unos más que otros. Sea como sea, a la mayoría de la gente le encanta esta actividad porque, ¿a quién no le va a gustar desconectar de la realidad aunque sea por unos minutos sin hacer absolutamente nada? La vagancia es otra de nuestras grandes características, y aunque ir en contra de ella sea señal de nuestro tiempo (y tal vez de todos los tiempos), tampoco podemos evitarla. Sin embargo, más allá de en estos términos, el sueño se mide en otros muchos, como por ejemplo el ritmo.
¿Has oído alguna vez hablar de personas que duermen muy poco? No, nos referimos a personas que padecen insomnio, se trata de algo más allá: seres humanos que inconscientemente siguen un patrón de sueño polifásico. Su nombre no suena muy bien, sobre todo porque es bastante poco conocido aún, pero pronto lo vas a entender. Aviso: te quedarás ojiplático.
Se trata de un modo del sueño nocturno del que se lleva teorizando solo unos pocos unos años, por lo que aún faltan estudios científicos al respecto que hagan un esquema claro de sus causas y consecuencias. En este sentido, seguimos sin conocer bien sus efectos a largo plazo, pero sabemos que no es otra cosa que la falta prolongada de sueño dentro de los parámetros del sueño normal, así que los expertos intuyen que puede tener serios impactos en la salud.
Cómo dividimos el tiempo
Por supuesto, antes de empezar a hablar del sueño polifásico, vamos a ponernos en contexto. Recordemos el sueño y sus trastornos y las soluciones que existen cuando no llega, es importante familiarizarse con las palabras en torno a este, ya sabes que es una parte fundamental de nuestra existencia.
Para empezar, por un lado, tenemos el sueño monofásico, este concepto designa un "espacio" de sueño que, digamos, dura de manera seguida y más o menos "equilibrada". Por otro lado, el polifásico, que es aquel que se divide en varias secuencias. Dicho esto, el sueño polifásico significa, como en realidad su nombre ya podía ir advirtiéndonos, "sueño dividido en varios tiempos". Pero entonces, ¿significa eso que es suficiente para algunas personas con dormir un poco y muy poco a poco? No, en absoluto.
Este nuevo enfoque del sueño requiere ahora una disciplina de estudio férrea para tener llegar a conclusiones que sean también herramientas. El objetivo de dividir teóricamente el sueño es disciplinar el cerebro para alcanzar el sueño profundo (al que se llega en la denominada fase REM, la etapa más reparadora de todas) más rápido. Bueno, vale, esto quiere decir que en cierto modo sí podemos regular nuestro propio sueño.
Fuera de sintonía
Es decir, lo que podemos hacer es elegir qué tipo de siestas tomar a lo largo de nuestras jornadas, dependiendo del ritmo de descanso que cada uno quiera alcanzar. De todas formas, ya sabemos que cuando el sueño llega llegó, donde sea y como sea, y evitarlo no es nunca la mejor opción. De hecho, el objetivo general de este mecanismo es permitir que el cuerpo y el cerebro se recuperen. Sin eso, estamos perdidos.
Con esto aprendido, ahora sí, aquí están las diferentes familias de ritmos de sueño: Como su nombre indica, el sueño bifásico se tratará de dividir el sueño en dos etapas: por lo general, la noche es la de mayor duración y la siesta al comienzo de la tarde. En algunos países como España existe de manera extendida esta forma como costumbre. En realidad, es el más habitual en los entornos que conocemos.
Pero existen otros como el que consiste en acortar la noche en tantas siestas como se harían durante el día. Hablamos de los denominados ritmo Everyman 2, Everyman 3 o Everyman 4 en función del número de siestas. No obstante, existe aquí una pequeña trampa: en realidad, la fase Everyman 1 es un ritmo bifásico, porque la noche principal se completa solo con una siesta.
Además, otros aún más difíciles de establecer: Por una parte, el sueño superman, un ritmo que consiste en dividir tu sueño en 6 siestas de 20 a 24 minutos durante un ciclo circadiano. Por otra parte, el sueño dymaxion, en el que el tiempo de sueño se divide en 4 siestas de 30 a 35 minutos a lo largo de las 24 horas que dura un día.
Estos últimos últimos implica muchos desórdenes si se trata de llevar una vida al uso, incluido estar fuera de sintonía con el resto de la sociedad. Así, es muy raro que una persona que elige estos dos ritmos lo haga durante más de 6 meses. Pero sucede. Y hay quien no puede evitarlo. La ciencia sigue preguntándose cómo es posible...
Dormir es parte del funcionamiento del cuerpo humano. No podemos evitarlo, ni regularlo a nuestro antojo; más bien, es el sueño el que nos regula a nosotros. Todos dormimos, unos más que otros. Sea como sea, a la mayoría de la gente le encanta esta actividad porque, ¿a quién no le va a gustar desconectar de la realidad aunque sea por unos minutos sin hacer absolutamente nada? La vagancia es otra de nuestras grandes características, y aunque ir en contra de ella sea señal de nuestro tiempo (y tal vez de todos los tiempos), tampoco podemos evitarla. Sin embargo, más allá de en estos términos, el sueño se mide en otros muchos, como por ejemplo el ritmo.