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El misterio de las bolitas de plástico que asolan las playas francesas y también sufre España
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¿DE DÓNDE SALEN LAS LÁGRIMAS DE SIRENA?

El misterio de las bolitas de plástico que asolan las playas francesas y también sufre España

La costa atlántica de Francia sufre una avalancha de pellets de plástico de origen desconocido. En España, activistas y científicos llevan tiempo estudiando el problema

Foto: Los pellets de plástico, o lágrimas de sirena, se han convertido en uno de los mayores contaminantes de las playas. (Flickr/@madicattt/Sustainable Coastlines)
Los pellets de plástico, o lágrimas de sirena, se han convertido en uno de los mayores contaminantes de las playas. (Flickr/@madicattt/Sustainable Coastlines)

Las costas francesas están sufriendo una extraña invasión. En las últimas semanas, las playas del noroeste del país se han llenado de diminutas bolitas de plástico blanco. Se trata de gránulos de plástico industrial o pellets, también conocidos popularmente como lágrimas de sirena, que miden menos de cinco milímetros y que se utilizan como materia prima para la fabricación de todo tipo de objetos. No es la primera vez que aparecen flotando en el mar, pero en esta ocasión las dimensiones de la catástrofe ambiental han movilizado a numerosos voluntarios para limpiar las playas y han hecho reaccionar a las autoridades.

El ministro francés de Transición Ecológica y Cohesión Territorial, Christophe Béchu, habla de “pesadilla ambiental” y anuncia acciones legales. Alcaldes y responsables regionales también han presentado denuncias. El problema es que el origen del vertido es un misterio, nadie ha podido identificar a los culpables y, de hecho, no parece fácil hacerlo. Una hipótesis es que procedan de algún gran buque portacontenedores que los transportara en el océano. Según las estimaciones de Surfrider Foundation Europe, organización que ha coordinado las labores de limpieza en Bretaña y otras zonas de la costa atlántica afectadas, cada año podrían estar dispersándose unas 230.000 toneladas de estos pellets de plástico en la naturaleza. En este caso, Europa se lleva un gran porcentaje, con unas 160.000. Y España no es ajena al problema, sino más bien todo lo contrario.

Foto: Frutas y verduras envasadas con plástico en un supermercado. (iStock)

Galicia vivió un episodio similar hace justo un año, aunque no fue tan llamativo ni generó tanta movilización como lo que está pasando ahora en Francia. En el Mediterráneo, existe un punto afectado por este problema de forma recurrente: los alrededores de Tarragona y, en particular, la playa de La Pineda. En 2018 saltaron las alarmas cuando todo quedó cubierto de pellets, entre 30 y 90 millones de unidades, según la ONG Good Karma Projects, que desarrolla proyectos de educación y concienciación medioambiental en la sociedad.

En aquella ocasión, tampoco estaba claro el origen: el polígono petroquímico de Tarragona alberga industrias que producen estos pellets y otras que los utilizan como materia prima, pero por el puerto también entran y salen en barco. En cualquier caso, el desastre movilizó a activistas y científicos y provocó la reacción de la industria. Tarragona y Barcelona concentran un 70% de la industria productora de plástico de España. La Asociación Empresarial Química de Tarragona (AEQT), que calcula la producción de plástico de sus socios en unas 19 toneladas métricas anuales, presentó en 2019 el programa OCS-Zero Pellet Loss. Recientemente, han asegurado que ya tienen resultados, pero hasta ahora no han cesado de aparecer más pellets.

Siguiendo la pista en Tarragona

En el aspecto científico, el Grupo de Investigación en Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona, que también colabora con Surfrider Foundation Europe, se alió con Good Karma Projects para estudiar la situación y tratar de responder a la pregunta clave: ¿por qué suceden este tipo de catástrofes? “Yo diría que, básicamente, es negligencia por parte de las industrias y, además, hay muy poca predisposición a elaborar protocolos para reducir este problema”, comenta en declaraciones a Teknautas el investigador Liam de Haan, asesor científico de la ONG en este proyecto. “Obviamente, no es deliberado, pero en toda la cadena de valor existen varios momentos clave, desde que se producen hasta que se transportan a otras industrias, en que los pellets pueden perderse, por ejemplo, volcándose de un camión o de un barco”, explica.

placeholder Microplásticos.
Microplásticos.

Su grupo de investigación estudia plásticos de todos los tamaños (microplásticos, mesoplásticos y macroplásticos, los tres rangos en que se divide el problema a la hora de estudiar su impacto). Sin embargo, en los últimos tiempos preocupan especialmente los microplásticos, precisamente por la dificultad de detectarlos y de intentar retirarlos. Por eso, con respecto al problema de los pellets, lo primero es “cuantificarlos, intentar observar cuántos hay”, destaca Liam de Haan. También es importante caracterizar bien cómo son, por su forma o su color. Estos pellets, derivados del petróleo, son el elemento básico a partir del cual se moldean todo tipo de productos plásticos, como botellas, envases y muchísimos utensilios. Generalmente, son redondos, como pequeños granos de arroz, pero también pueden ser tubulares o cuadrados. Aunque su apariencia es blanquecina, en realidad son transparentes. No obstante, a veces se les aplican otros productos químicos para que ya salgan con el color específico que necesita la siguiente industria.

Una vez caracterizados, es importante saber cómo se comportan. Los estudios de la Universidad de Barcelona evidencian que es muy complicado atribuir un origen a episodios como el que viven las costas atlánticas de Francia, pero puede ser más sencillo en otros casos. En el proyecto centrado en Tarragona, los investigadores realizaron un análisis temporal que abarca un año entero. “Queríamos ver cómo llegaban a la playa estos plásticos, saber qué factores influyen en su dispersión”, apunta el experto. El viento, las olas y episodios específicos como temporales y lluvias intensas son elementos clave.

No obstante, “el caso de La Pineda es muy específico, estamos al lado de una industria muy grande de producción de plásticos, así que es evidente que una gran parte proviene de ahí”. Es cierto que “también hay fábricas en las costas de Francia y de Italia, y que la contaminación puede proceder de rutas marítimas, porque las corrientes son capaces de dispersar los plásticos hasta zonas muy lejanas”, pero, en este caso, el tener una potente industria local parece un factor más determinante, según los científicos.

placeholder Playa de La Pineda, en Tarragona. (EFE)
Playa de La Pineda, en Tarragona. (EFE)

En particular, en Tarragona hay una factoría ubicada justo al lado de una rambla y, “cuando hay episodios de lluvia intensa, los plásticos bajan por la riera y acaban en el mar”. Así, los investigadores y los voluntarios ambientales han encontrado muchos pellets flotando en el Mediterráneo y en los sedimentos marinos, pero también en tierra, por donde pasa el cauce.

El peligro de los microplásticos

Técnicamente, estas lágrimas de sirena estarían encuadradas en la categoría de microplásticos, ya que por consenso científico se denomina así a los plásticos menores de cinco milímetros y, en su mayoría, estos son inferiores a esa medida, aunque no sean literalmente microscópicos. “Casi todos los que caracterizamos están justo ahí, entre cuatro y cinco milímetros”, apunta Liam de Haan. Uno de los problemas de los microplásticos es que cuesta distinguirlos a simple vista. Cuando son trozos inferiores a un milímetro, son más difíciles de identificar que estos pellets. Sin embargo, a la hora de retirarlos el problema es casi el mismo. De hecho, los voluntarios de Francia reconocen que su acción es más bien simbólica y que en realidad es imposible eliminar manualmente estos elementos mezclados con la arena de la playa.

Para muchos expertos, un vertido de estas bolitas de plástico es casi tan dañino como uno de petróleo, pero realmente pocos se lo habían planteado así hasta que un barco hundido en Sri Lanka provocó el mayor desastre ecológico de este país en 2021: 87 contenedores llenos de pellets de plástico asolaron sus paradisiacas playas. El “mayor derrame de plástico de la historia”, según fue calificado por un informe de la ONU, desató el interés y la preocupación.

placeholder Microplásticos en la microbiota intestinal. (CSIC)
Microplásticos en la microbiota intestinal. (CSIC)

¿Qué sabemos? “Realmente, no conocemos muy bien todo el impacto que puede tener el plástico”, reconoce el científico de la Universidad de Barcelona, “pero está claro que cuanto más pequeños, más especies los pueden ingerir, provocándoles asfixia o inanición”. El problema puede ser más grave si nos fijamos en los cambios hormonales que la ingesta de plástico parece provocar, un asunto sujeto a debate científico que aún requiere mucha investigación, sobre todo en la forma en que puede llegar a afectar al ser humano. Según este experto, un aspecto clave también es el tipo de polímero (polietileno, PE; polipropileno, PP; tereftalato de polietileno, PET; cloruro de polivinilo, PVC, o poliestireno, PS, se encuentran entre los más comunes). Los aditivos también pueden ser un factor letal. Por otra parte, estas bolitas de plástico, según algunos análisis, podrían actuar como “esponjas” para tóxicos y bacterias.

¿Qué se puede hacer? “El remedio es muy complejo una vez que están en el mar”, comenta el experto. Así que apuesta por evitar y prevenir los vertidos. En cualquier caso, es habitual limpiar las playas de grandes plásticos, como las botellas, pero ¿qué se puede hacer en este caso? “Hay que limpiar regularmente, pero es necesario utilizar filtros que puedan recoger pellets, es decir, que sean inferiores a los cuatro o cinco milímetros que suelen medir”, destaca.

Las costas francesas están sufriendo una extraña invasión. En las últimas semanas, las playas del noroeste del país se han llenado de diminutas bolitas de plástico blanco. Se trata de gránulos de plástico industrial o pellets, también conocidos popularmente como lágrimas de sirena, que miden menos de cinco milímetros y que se utilizan como materia prima para la fabricación de todo tipo de objetos. No es la primera vez que aparecen flotando en el mar, pero en esta ocasión las dimensiones de la catástrofe ambiental han movilizado a numerosos voluntarios para limpiar las playas y han hecho reaccionar a las autoridades.

ONG Tarragona
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