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La historia de las científicas españolas que se salieron del "camino marcado"
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DE LA ROBÓTICA A LA METÁSTASIS

La historia de las científicas españolas que se salieron del "camino marcado"

El periodista de El Confidencial Antonio Villarreal publica 'Sabias', una conversación con nueve investigadoras españolas que afrontan los grandes retos del siglo XXI

Foto: La investigadora Alba Cervera-Lierta (Cedida)
La investigadora Alba Cervera-Lierta (Cedida)

Aunque solo juega con nueve, la selección del periodista Antonio Villarreal (Córdoba, 1981) se parece mucho a la de Luis Enrique. Falta algún nombre importante, incluye a figuras consagradas y sobre todo convoca a unas cuentas jóvenes promesas, desconocidas para el gran público, pero que pueden tener un papel estelar. En ciencia, va a ser difícil que lleguemos a empatar con Alemania, pero el equipo de Sabias (publicado por geoPlaneta Ciencia, a la venta desde este miércoles), el libro del jefe de Reportajes de El Confidencial sobre investigadoras españolas que se enfrentan a los grandes retos del siglo XXI, da mucho juego.

Vayamos por líneas. Atrás hay que ser contundentes para responder a las grandes preguntas: Irene Valenzuela habla de teoría de cuerdas, Eva Villaver desgrana las sofisticadas técnicas para encontrar planetas y Alba Bossoms se ha entrenado con el reciente Premio Nobel de Medicina Svante Pääbo en el difícil arte de hallar e interpretar ADN antiguo. En el centro del libro jugamos con la precisión de la tecnología y sus límites: Alba Cervera está en la vanguardia de la computación cuántica, Elena García Armada fabrica exoesqueletos para niños y Cristina Romera analiza el impacto de los microplásticos en el mar. Finalmente, una apuesta por la veteranía para lograr las metas de la humanidad del siglo XXI: Gloria Calderón mejora la reproducción asistida, María Vallet regenera nuestras caderas y Ángela Nieto aporta claves fundamentales para acabar con el cáncer.

Foto: Ángela Bernardo, con el libro. (Foto cedida por la periodista)

En realidad, Villarreal no se dejó llevar por los nombres. “Empecé haciéndome las preguntas, pensando qué temas quería tratar y cuáles eran más relevantes e interesantes, y a partir de ahí busqué quién podía hablar de cada una de las disciplinas”. Si lo hubiera hecho al revés, “siempre te salen los mismos y esto ofrecía una perspectiva diferente”: mostrar las carreras científicas en distintas fases, con doctorandas que están empezando, jóvenes que comienzan a tener premios y publicaciones importantes, figuras consagradas que están en su cénit y otras más reconocidas. “Se puede ver la trayectoria de una investigadora a través de estos ejemplos. Son casos de éxito, no es lo que le sucede a todo el mundo, pero muestran los retos de cada una en cada momento”, añade.

El libro sobre mujeres que no existía

La idea de que todas fueran mujeres surgió sobre la marcha. Al plantearse que no debía incluir solo hombres, “¿por qué no vamos a tope y lo hacemos solo con mujeres?”, se preguntó el periodista. “Hay muchos libros sobre la mujer en la ciencia, pero este va sobre los grandes retos de la ciencia hablando solo con mujeres, algunas de las expertas más top en cada disciplina. Nos parecía más rompedor, diferente, era un libro que no existía”, comenta.

Lo cierto es que en algunas áreas más técnicas sigue siendo más difícil buscar. En las ingenierías, solo la cuarta parte son mujeres y estas cifras no están mejorando en los últimos años, a pesar de las actividades de divulgación que apuestan por dar más visibilidad a las científicas. ¿En qué fallamos? “No sé cuál es la respuesta. Quizás hay una parte cultural, pero en Occidente cualquier mujer puede estudiar cualquier carrera que se proponga siempre que cuente con ganas, talento y esfuerzo”, reflexiona Villarreal tras años dedicado al periodismo científico.

placeholder El exoesqueleto de Elena García Armada. (EFE)
El exoesqueleto de Elena García Armada. (EFE)

“El problema de la mujer en la ciencia tiene más que ver con el concepto de la tubería que gotea”, es decir, que se van perdiendo mujeres a medida que se progresa a lo largo de la carrera científica, por ejemplo, por la brecha que crea la maternidad. “Están muy bien iniciativas como el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, pero yo creo que habría que abordar la estabilidad de las carreras científicas, porque muchas mujeres pueden ser más proclives a abandonarlas si no ven una estabilidad para su familia”, comenta.

Del ordenador cuántico a las caderas

Así que, asumiendo que el foco está más puesto en los temas que en las protagonistas, ¿qué va a sorprender más al lector medio? ¿Saber que una española, Eva Villaver, ha descubierto un montón de exoplanetas pero que ninguno se parece ni remotamente a la Tierra? ¿O que la computación cuántica está relacionada con el futuro de los fertilizantes? “En cada capítulo hay alguna pequeña joyita escondida en forma de declaración. Por ejemplo, que Irene Valenzuela reconozca que quizá todo lo que pensábamos sobre la física teórica está mal”, comenta.

¿Con qué se quedaría el propio autor? “A mí me sorprendió el asunto del ADN de los sedimentos”. En su conversación con Alba Bossoms, esta investigadora del Instituto Max Planck de Alemania explica que en lugares donde aparentemente no hay fósiles humanos, podemos encontrar ADN que nos ayude, entre otras cosas “a trazar el misterioso avance de los denisovanos”. Cuando Villarreal terminaba de escribir el libro, este asunto saltó a los medios de comunicación: “Yo no tenía ni idea y coincidió con el Nobel a Pääbo”.

placeholder María Vallet recoge un premio a la innovación. (EFE)
María Vallet recoge un premio a la innovación. (EFE)

¿Eran estos los asuntos más relevantes de la ciencia de nuestro tiempo? ¿Qué criterios siguió para elegirlos? “Por un lado, puse la relevancia y, por otro, lo que a mí personalmente me resultaba más interesante. Hay temas más arduos, como la computación cuántica, que me resultó de los más complicados de escribir porque es difícil explicar en qué consiste un ordenador cuántico y cuáles son los avances, pero me parecía muy importante. Por el contrario, quizá otra persona no hubiera incluido el tema del envejecimiento y las roturas de cadera y cómo los biomateriales te pueden ayudar, pero a mí me resulta muy interesante; en nuestra sociedad nos vamos a enfrentar cada vez más a ello”, afirma. En resumen, un equilibrio entre atractivo y relevancia científica, probablemente, muy similar al que ha empleado durante más de una década como periodista a la hora de abordar estos temas.

De hecho, “el tema de la divulgación me abrumaba mucho”, reconoce, “he intentado hacerlo lo más periodístico que he podido en el sentido de que no soy yo el que habla, sino unas mujeres con mucha más autoridad”. Así que, a diferencia de lo que es habitual en este tipo de libros, “no es pura divulgación, pero tampoco es una colección de artículos periodísticos”. El salto a ser escritor implica disponer de más tiempo, pero “en esencia, es lo mismo”, añadiendo “mucho contexto” y siendo “más literario, más narrativo”. En este caso, ha indagado más en el pasado de las disciplinas y ha tratado de atisbar “hacia dónde va el futuro”, asuntos que suelen quedarse fuera de la información pura y dura.

placeholder El libro 'Sabias', escrito por el periodista de El Confidencial Antonio Villarreal. (Editorial GeoPlaneta)
El libro 'Sabias', escrito por el periodista de El Confidencial Antonio Villarreal. (Editorial GeoPlaneta)

Ese estilo más pausado de la escritura frente al periodismo hace que rezumen otras claves que explican cómo funciona la ciencia y que generalmente no son fáciles de comunicar. ¿Cómo explicar que Ángela Nieto comienza estudiando cómo se forma un individuo a partir de una sola célula y acaba por explicar la metástasis del cáncer? ¿Cómo entender que el caso concreto de una niña hizo que la carrera de Elena García cambiara por completo? “Los grandes científicos y científicas se guían por la búsqueda continua, por la curiosidad insaciable y, a veces, eso te lleva a cambiar de disciplina”, apunta el periodista de El Confidencial. “El gran ejemplo es Sara García, la nueva astronauta española. A mí me parece un caso flipante, cómo se pasa de estar investigando en oncología a convertirte en astronauta. Es casi de película, pero es parecido a lo que han hecho estas científicas, salirse del camino marcado para encontrar algo nuevo”, afirma.

¿El público informado es ‘hooligan’ de la ciencia?

Quizá los astronautas lo tienen más fácil, pero llegar a toda la sociedad hablando de física cuántica es un reto. La divulgación científica está para afrontarlo, pero ¿no habrá ya un público interesado que es siempre el mismo? “Es probable”, reconoce. “Uno se pone como meta llegar a todo el mundo y esa es mi intención con el libro, que alguien que no está tan metido en el mundo de la ciencia pueda ver al menos dónde está cada una de las disciplinas”. Sin embargo, a la hora de la verdad, “requiere mucho interés ponerte a leer sobre energía oscura y neutrinos, son cosas complejas que suponen un poco de esfuerzo, pero también pasa con la historia y con tantas otras materias. Siempre tienes que contar con el interés inicial del lector y luego tratar de ponérselo fácil, claro”.

placeholder El periodista de El Confidencial Antonio Villarreal. (Cedida)
El periodista de El Confidencial Antonio Villarreal. (Cedida)

No obstante, en ese afán por llegar a públicos masivos, como si la ciencia fuera un partido de fútbol, a más de un lector le sorprenderá la visión de Gloria Calderón, molesta por la forma en que los medios trataron y, a su juicio, contribuyeron a frenar lo que se popularizó como “técnica de los tres padres”, porque participan el padre, la madre y de una tercera mujer que solo aporta el 1% del material genético. Ella la usó en Grecia por primera vez en la historia para tratar problemas de fertilidad, pero por el momento la regulación impide hacerlo en España y en casi todas partes. Sin entrar en si lleva razón, “lo que dice Gloria es ‘yo no puedo dejar de investigar porque en algunos países no se considere adecuado”, y de alguna forma culpa al periodismo de haber usado un término que ha frenado el desarrollo científico.

¿La clásica idea de que si el público sabe más de ciencia va a apoyar en mayor medida la investigación está equivocada? De hecho, ¿no es demasiado ingenua? “Moldeamos mucho a la opinión pública, a veces es positivo y otras veces no sabemos cómo puede acabar”, apunta Villarreal. Aun así, conservar los nombres que los investigadores le dan a sus técnicas y desarrollos también “echaría para atrás a mucha gente”. Realmente, “hay más ciudadanos informados e interesados gracias a nuestra labor, pero a veces puede tener efectos secundarios no deseados, hay que ponerle la ciencia delante al público, pero luego no sabes lo que va a hacer con ella”.

Foto: EC Diseño.
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Según Villarreal, en los últimos 100 años, más que la propia ciencia, lo que ha cambiado es quién la practica, pero eso también implica que hay otras voces diferentes contándosela a la sociedad. “Todo se ha democratizado, la ciencia era una cuestión de clases altas en el siglo XIX y principios del XX y ahora, al menos en España, tenemos un sistema público que garantiza el acceso. Ocurre lo mismo en la comunicación científica y en la divulgación. Eso nos enriquece porque cada persona aporta algo diferente. Si una chica hubiese escrito este libro, lo hubiese contado de forma diferente, se habría fijado en otras cosas, quizá se hubiese hermanado más con las protagonistas. Desde luego, cuantas más voces se sumen y menos barreras de acceso haya, mejor”, asegura. La vieja imagen del científico aislado del mundo ya es historia. Las respuestas de estas nueve científicas revelan que las investigadoras de hoy en día saben contar “muy bien”, afirma Villarreal, al mundo lo que hacen.

Mientras, el autor ha ampliado el foco al pasar a la sección de Reportajes de El Confidencial. “Hacer periodismo de ciencia te ayuda ante otras cosas, porque quienes escribimos de ciencia recurrimos a los hechos, tienes que buscar datos, aunque sean de un preprint, o alguien a quien preguntarle”, señala. Al final, “hay papers de cualquier área y esto también te ayuda a encontrar expertos. Son prácticas muy higiénicas a la hora de ejercer el periodismo para hacer temas más sólidos, así que el periodismo científico nunca resta”.

Aunque solo juega con nueve, la selección del periodista Antonio Villarreal (Córdoba, 1981) se parece mucho a la de Luis Enrique. Falta algún nombre importante, incluye a figuras consagradas y sobre todo convoca a unas cuentas jóvenes promesas, desconocidas para el gran público, pero que pueden tener un papel estelar. En ciencia, va a ser difícil que lleguemos a empatar con Alemania, pero el equipo de Sabias (publicado por geoPlaneta Ciencia, a la venta desde este miércoles), el libro del jefe de Reportajes de El Confidencial sobre investigadoras españolas que se enfrentan a los grandes retos del siglo XXI, da mucho juego.

ADN Mujeres influyentes Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
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