Es noticia
La ivermectina es barata, segura y eficaz: recetarla contra el covid-19 es un peligro
  1. Tecnología
  2. Ciencia
FÁRMACO DE MODA EN LA 3ª OLA

La ivermectina es barata, segura y eficaz: recetarla contra el covid-19 es un peligro

La primera ola tuvo la hidroxicloroquina como protagonista y la tercera tiene la ivermectina, un antiparasitario cuya demanda está creciendo pese a que las evidencias aún son escasas

Foto: Caja de ivermectina. (Reuters)
Caja de ivermectina. (Reuters)

Hace ahora casi un año, el titular era que un viejo antimalárico parecía ser efectivo contra la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. Ahí empezó el 'boom' de la hidroxicloroquina, luego vinieron los ensayos clínicos por todo el mundo patrocinados por la OMS y multitud de hospitales. Cuando estos empezaban a señalar que este tratamiento no era tan eficaz como se pensaba, surgió una contrarreforma liderada por Trump y otros actores de la derecha populista ensalzando la hidroxicloroquina como la medicina del pueblo contra el covid-19, barata y accesible, en oposición al remdesivir o los anticuerpos monoclonales, fármacos carísimos que la industria farmacéutica alentaba y los gobiernos adquirían a manos llenas.

En algún momento, los resultados de docenas de estudios científicos señalaron que la hidroxicloroquina no mejoraba ni la letalidad ni la duración de la enfermedad —es más, hoy sabemos que causa daños en el oído o puede resultar perjudicial para el corazón cuando se combina con azitromicina— y estas voces, finalmente, se callaron.

Esto fue en la primera ola. Ahora, con el auge de la tercera ola, toda esta historia se está repitiendo con patrones similares y otros protagonistas, entre los que destaca muy especialmente la ivermectina. Esta vez, se trata de un antiparasitario usado desde hace años en países en desarrollo, y como la hidroxicloroquina es económico, poco tóxico y, según algunos estudios que han aparecido, moderadamente eficaz. Como la hidroxicloroquina, la ivermectina cuenta cada vez más con una base de seguidores que piden —exigen incluso— que el fármaco sea administrado en los hospitales cuanto antes. Como pasó con la hidroxicloroquina en Brasil, ahora países como Perú están ordenando incluir este medicamento en el tratamiento estándar contra el coronavirus.

Y como pasó con la hidroxicloroquina, muchos científicos que han trabajado con ivermectina están poniendo el grito en el cielo.

placeholder Chaccour (c), junto a los autores del trabajo. (Clínica Universidad de Navarra)
Chaccour (c), junto a los autores del trabajo. (Clínica Universidad de Navarra)

Carlos Chaccour (Caracas, 1979) conoce bien este fármaco. Este internista lleva años trabajando sobre el terreno, desde la Amazonía venezolana hasta Mozambique, con enfermedades tropicales y sus tratamientos. Recientemente, él y sus compañeros en el Instituto de Salud Global de Barcelona y en el Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra han publicado los hallazgos de un ensayo clínico piloto sobre la ivermectina que muestra indiciariamente resultados positivos.

Razón de más, dice Chaccour, para ser cautelosos con ella.

PREGUNTA. ¿Por qué está tanta gente ahora a tope con la ivermectina?

RESPUESTA. Yo trabajo con ivermectina desde hace 12 años, es un medicamento que se ha usado muchísimo. Se han repartido en los últimos 30 años igual 3.700 millones de dosis en el contexto de un programa de donación que lleva Merck, que dona anualmente para pacientes que tienen ceguera de los ríos o filariasis linfática, enfermedades parasitarias tropicales. Como es un fármaco tan usado y estudiado, se conocen mucho sus propiedades, entre ellas, que tiene cierta actividad antiviral, en concreto, contra varios virus de ARN de cadena simple similares al SARS-CoV-2. Es bueno saber que muchos fármacos tienen actividad para cosas que no están licenciadas, por ejemplo, hay antifúngicos que son en parte antibióticos y antibióticos que son en parte antimaláricos, pero esto no quiere decir que se usen.

Basado en esto, el año pasado, cuando comenzó la primera ola, se plantearon estudios. En abril, salió un estudio hecho in vitro, en Australia, en el que reportaban que cuando se incuba el virus en células y se pone ivermectina ahí, en 48 horas se reducía muchísimo la replicación viral. Qué sucede, que usaron unas concentraciones altísimas en esos cultivos, concentraciones que no se pueden alcanzar en el cuerpo.

El mundo se dividió en dos: unos dijeron que no se usara y otros que se diera de inmediato

Esto hizo que se dividiera el mundo en dos grupos. Uno que decía que no valía la pena para nada investigar este fármaco, porque estas concentraciones no se podían alcanzar en un pulmón, y creo que eso está mal, porque a un lado tienes un fármaco muy seguro a las dosis normales y del otro una enfermedad que no se puede tratar. No pierdes nada por hacer un estudio. Luego hay otro segundo grupo, también de iluminados, que decían que se lo diéramos a todo el mundo ya. Esto incluso causó que miles de personas en Latinoamérica se inyectaran con ivermectina veterinaria.

P. Los dos extremos.

R. Los dos mal, los sabelotodos y los iluminados. Entonces, nosotros decidimos hacer un estudio mucho más grande, pero encontramos resistencia de los financiadores. Nos costó mucho conseguir financiación, entonces hicimos un estudio más pequeño, financiado por la Universidad de Navarra e ISGlobal, para ver si había alguna señal y merecía la pena hacer estudios más grandes.

Entre medias, comenzaron a surgir estudios de debajo de las piedras, de todas las variables de calidad posibles: desde series de casos a reportes o experiencias personales de algunos médicos. Todo esto está sujeto a unos sesgos brutales.

P. Usted intervino pronto en este debate. En abril, sacó un artículo, con otros compañeros, en el que decía que la ivermectina podía ser útil pero que había que tener cuidado por su toxicidad y otras cosas.

R. Yo lo que decía era que había que mantener el rigor, porque hay un sentimiento de urgencia que me parece muy legítimo, pero no podemos saltarnos todos los pasos. Se puede acelerar, pero no saltarnos pasos, es como con la vacuna: "¡Queremos una vacuna!". "¿Para cuándo?". "¡Ya!". "¡Aquí la tienes!". "¡No, es muy rápido, no me fío!".

Empezaron a salir estudios de diversa categoría, incluso estudios no ciegos donde la variable eran los síntomas que la gente reportaba: le das a la gente el medicamento y ellos te reportan que tienen menos síntomas. ¡Claro!

P. De esos artículos más fiables, ¿cuáles son las conclusiones?

R. Ha habido pocos, pero hay listos. Hay estudios que han dado resultados positivos, como uno pequeñito en Argentina que incluso ha llegado a mostrar que a más concentración del medicamento en sangre, más rápida la caída del virus, hay un estudio en Bangladesh con resultados positivos en 400 pacientes, pero también hay un estudio de Colombia, también con 400 pacientes, que da resultados negativos. Otro de Brasil da negativos… En general, los resultados son mixtos, y el problema es que los estudios son muy variados: en algunos se da como profilaxis, en otros precozmente, en pacientes ya en la UCI, con factores de riesgo, sin factores de riesgo, en diferentes dosis… Sacar conclusiones de todo esto es difícil.

Yo creo que la totalidad de la evidencia, aunque no sea de la mejor calidad, claramente apunta a que habría que evaluarlo de forma seria. Estoy totalmente en desacuerdo con algunos dislates como que ya está todo comprobado y no hace falta hacer más estudios porque sería antiético —como dice un grupo norteamericano en respuesta a otro de Oxford que va a iniciar ahora un ensayo— dar placebo a la gente cuando ya está claro que funciona. Eso no es así.

P. Su estudio ¿dónde se sitúa en este debate?

R. El nuestro es un estudio piloto en el que hemos aleatorizado 24 pacientes sin factores de riesgo y sin neumonía, bastante sanos a pesar de un covid leve, a recibir la dosis máxima que se permite en Europa, que es una dosis única de 400 microgramos por kilo, en las primeras 72 horas desde el principio de la fiebre o la tos. Y los seguimos durante 28 días. Les hemos hecho PCR el día 4, 7, 14, 21, una serología al final del estudio y nos han hecho un diario de síntomas.

placeholder Un funcionario municipal reparte dosis líquidas de ivermectina en Bolivia. (EFE)
Un funcionario municipal reparte dosis líquidas de ivermectina en Bolivia. (EFE)

Vemos tres cosas, que la carga viral tiende a estar más baja en el grupo de ivermectina, y digo tiende porque al ser un grupo pequeño la diferencia no es estadísticamente significativa. También vemos una diferencia significativa en el tiempo que tarda en llegar a una Ct de 30, que es cuando se dice que uno ya no contagia más. Con la ivermectina llegan más rápido a esa Ct. Y por último, un número más bajo de anticuerpos el día 21, que puede relacionarse con una enfermedad más leve y mucha menos anosmia, que es un síntoma cardinal: pierden menos el olfato y lo recuperan antes. Esto se relaciona con un estudio que han hecho en Francia en el Instituto Pasteur en el que han infectado hámsteres y los han tratado con ivermectina, y luego les esconden la comida y ven que solo aquellos tratados con el medicamento eran capaces de encontrar la comida rápido, porque la huelen. Parece que algo hay.

P. En cualquier caso, su conclusión no es "hay que darle esto a la gente" sino, como mucho, "parece que funciona, por lo que habría que hacer un ensayo grande y en serio para estar seguros".

R. Que además se puede hacer muy rápido. Los datos que tenemos son muy alentadores, pero desde luego no son definitivos, desde luego, no para hacer lo que se ha hecho en Perú y Bolivia de meterlo en la guía nacional de tratamiento.

P. Pero muchos dicen que como la ivermectina es un fármaco probado, seguro y barato, no pasa nada por dárselo a los pacientes. ¿Cómo se les convence de lo contrario?

R. Ojo, que hay riesgos. Imagínese que funciona un poquito, que disminuye la replicación viral un poquito, que funciona pero no del todo. Y que además no acertamos bien con la dosis, por lo que hacemos que funcione parcialmente. La presión que puede tener sobre el virus es como la de un antibiótico mal probado.

La presión que puede tener sobre el virus es como la de un antibiótico mal probado

"No pasa nada, es un medicamento seguro". Ya, pero los riesgos van más allá de los efectos adversos de un medicamento. Podemos crear un bicho que escape más fácilmente al tratamiento, favorecer que salgan estas variantes nuevas… Hay otras cosas que hay que contemplar antes de usarlo a nivel poblacional. Una cosa es que alguien se lo tome individualmente, ¿pero podemos recomendar que lo tome toda la población europea? Mucho cuidado.

P. Todo esto tiene muchas similitudes con lo que pasó con la hidroxicloroquina, ¿no?

R. Un 83% de los enfermos españoles recibió hidroxicloroquina, ¿eh? Es muchísimo, para que luego digamos "ups, no funciona, bueno, no pasa nada". Y hay muchos otros riesgos, pero hay muchísima gente recomendando que se use. ¡Bueno, la gente estudia estas cosas por un motivo!

Por ejemplo, en Latinoamérica, es muy prevalente que haya parásitos intestinales, pues resulta que estos parásitos son un inmunomodulador, regulan la respuesta inmune ante ciertos virus. ¿Qué pasa si desparasitamos a toda esta gente al mismo tiempo con ivermectina? ¿Se hace peor la respuesta, o mejor, o provoca que la enfermedad sea más grave? Pues no lo sabemos, pero estaría bien tener algo de idea antes de darle esto a millones de personas.

P. ¿Cómo van a seguir a partir de aquí? ¿Van a tratar de comprobar con más gente si la ivermectina puede ser un tratamiento estándar?

R. Ahora, en España, va a empezar un estudio grande, de 800 personas. Y hay varios estudios internacionales, incluido el de Oxford, en marcha. Mucho trabajo haciéndose y muchos resultados que deberían salir pronto en Israel o Argentina. Empieza a acumularse evidencia.

A mí me encantaría que funcionara, y me dedico a esto, pero creo que tenemos que tener mucho cuidado porque hay mucho aficionado abogando por una cosa que no está probada del todo. Está en juego no solo la seguridad causada por el propio medicamento, sino el efecto que podría tener un tratamiento masivo sobre el virus, hay que tener cuidado.

placeholder Una farmacéutica sostiene ivermectina en Santa Cruz, Bolivia. (Rodrigo Urzagasti)
Una farmacéutica sostiene ivermectina en Santa Cruz, Bolivia. (Rodrigo Urzagasti)

Un tema que sale con mucha recurrencia es "solo quieren promocionar fármacos caros". Pues yo creo que es bueno recordar que ahora mismo el mercado son 7.000 millones de personas, aunque te ganes un céntimo por dosis, es un mercado lucrativo. Y hay otros modelos que no son solamente bajo volumen, alta ganancia. Cualquier empresa que quiera entrar a crear un medicamento barato y que funcione contra el covid tendría muy buen mercado. No se trata de leer siempre maldad en las farmacéuticas, en este caso, es que falta contundencia en la evidencia.

P. En la pandemia, está habiendo mucha desinformación, pero es cierto que el escrutinio que sale sobre cada nuevo fármaco candidato es brutal. También pasa ahora con la doxiciclina, en seguida salen muchos investigadores diciendo si funciona o no, por lo que esa narrativa de "nos quieren ocultar que hay un remedio barato" se desmorona.

R. Así es, y ahora van a comenzar con la colchicina también.

Hace ahora casi un año, el titular era que un viejo antimalárico parecía ser efectivo contra la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. Ahí empezó el 'boom' de la hidroxicloroquina, luego vinieron los ensayos clínicos por todo el mundo patrocinados por la OMS y multitud de hospitales. Cuando estos empezaban a señalar que este tratamiento no era tan eficaz como se pensaba, surgió una contrarreforma liderada por Trump y otros actores de la derecha populista ensalzando la hidroxicloroquina como la medicina del pueblo contra el covid-19, barata y accesible, en oposición al remdesivir o los anticuerpos monoclonales, fármacos carísimos que la industria farmacéutica alentaba y los gobiernos adquirían a manos llenas.

El redactor recomienda