Apple tenía un as guardado en la manga, pero no era el que todos esperábamos

Hacía bastante tiempo que Apple no organizaba unos fastos como los de este martes para presentar única y exclusivamente tabletas. Aunque sigue siendo la empresa que más dispositivos de este tipo vende en el mundo, el iPad no es el negocio que parecía antaño.

Hace poco más de una década, suponía dos de cada diez euros que entraban en la hucha de los de Cupertino. Ahora los ingresos relacionados con esta división son menos de la mitad. En 2023, apenas supusieron 70 céntimos de cada diez euros. Han corrido ríos de tinta sobre por qué no ha tenido la adopción masiva que muchos auguraron en su primer momento.

Probablemente, todo tenga que ver con que la promesa inicial de que iba a ser capaz de desplazar al portátil no ha terminado de cumplirse y el iPad, al igual que otras tantas tabletas Android, se han quedado a caballo entre el móvil y el PC, creando una tercera vía que no ha satisfecho a tantos como parecía.

Sea como sea, tras año y medio sin lanzar ningún tipo de tableta, Apple convocó un sarao que desde el minuto uno se sabía de lo que iba a tratar. Eso empezó a levantar bastante expectación, teniendo en cuenta que muchos de los modelos en los últimos tiempos habían sido presentados con otros aparatos o comunicados mediante. Mark Gurman, analista de Bloomberg y una de las personas con mejores oídos dentro de los cuarteles generales de la compañía, infló un poco más el globo con la filtración de que los nuevos iPads, concretamente los Pro, iban a estrenar una nueva generación de procesadores, los M4.

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Albert Sanchis

El dato no pasaba desapercibido porque los M3 enseñaron la patita el pasado mes de noviembre. A todas luces parecía demasiado pronto para cambiarlo. La razón, aparentemente, era que la unidad de proceso neuronal del nuevo chip era mayor y más capaz, lo que todos interpretaron como un guiño a la tecnología de moda: inteligencia artificial generativa. Teniendo en cuenta que muchos de sus rivales ya han movido ficha, parecía el momento idóneo para dar un aperitivo sobre qué tenía entre manos.

Pero como suele ocurrir en la previa de los eventos de Apple ha vuelto a ocurrir el efecto microondas. Se ha calentado mucho, pero a la hora de la verdad, se ha cocinado lo justo. ¿Se acuerdan de cómo Jordi Pujol cortaba las preguntas incómodas con un ‘Hoy no toca’? Pues eso mismo ocurrió ayer.

El evento de los iPads resultó ser lo que parecía en un primer momento: un evento para presentar los iPads y accesorios para hormonarlos. Eso sí, la compañía dejó alguna pista, pocas, de esa IA tan diferencial que Tim Cook aseguró estar trabajando y que debería desvelar en la WWDC del próximo mes. Aquí van las claves de la presentación y las dudas que deja tras de sí.

El giro del iPads que adelantó el iPhone. ¿Funcionará?

En el evento de este martes se vieron un total de cuatro iPads. Dos de ellos fueron la renovación de los iPad Pro, que hasta ahora estaban disponibles en 11 y 12,9 pulgadas. El tercero fue la renovación del iPad Air, el modelo más exitoso y vendido de la compañía. El cuarto fue la sorpresa de la noche. Un iPad Air que se estiraba hasta las 12,9 pulgadas.

Aunque parecía un giro de guion inédito, la verdad que este golpe de volante ya se vio hace un par de años con el iPhone. Aunque es cierto que cada mercado tiene sus particularidades, la multinacional ya hizo esto con sus teléfonos hace un par de años. Entendió que el formato de gran pulgada no podía estar únicamente en el formato Pro y se sacó de la manga el iPhone Plus, una versión remozada del modelo más básico. Ahora lo aplica a las tabletas.

En sus móviles lo cierto es que ese modelo pasó algo desapercibido. Primero porque la escala de precios lo hace confrontar directamente con el modelo Pro estándar. Aunque sea más caro, el teléfono de más quilates tiene cosas que al común de los mortales le pueden empujar a gastarse más cuartos en un móvil: una cámara con un sensor extra, mejor procesador o mejor pantalla.

¿Por qué puede ser diferente? Una tableta no es un móvil. Y hace tiempo que los beneficios y las mejores de los iPads Pro parecen dirigidos a usuarios más de nicho (editores de video, grafistas, ilustradores…) que al común de los mortales, que difícilmente podrían sacar provecho de ese extra de potencia que cada renovación traía. Aunque no sea un M4, el M2, el chip que montan los nuevos Air, tiene músculo de sobra para atender las peticiones de muchísimas personas y la diferencia de precio es notable.

El modelo Air de 12,9 se queda en 999 euros. Irse al Pro de 11 pulgadas supone sumar a la factura 200 euros más. La pregunta es si esta fórmula reciclada se traducirá en nuevos compradores y mejorará las cifras de venta de los iPads o será mayoritariamente un trasvase entre los que apuestan por un formato y otro. No es lo único que Apple ha reutilizado. Cuando quiso dar más enjundia a sus teléfonos más caros, una de las primeras cosas que hizo fue poner paneles OLED en la parte más alta del catálogo.

Algo que, con el paso del tiempo, acabó llegando a toda la gama. Otros cambios que se han producido han sido un rediseño del cuerpo de los Pro, que ahora son un dispositivo finísimo con marcos de pantalla más ajustados. La novedad más comentada: la cámara ahora está en uno de los laterales más largos, de manera que cuando se pone en horizontal queda en la parte superior, lo que mejora el ángulo de visión en las videollamadas, entre otras cosas.

¿Por qué jubilar un chip tan fresco?

Una de las razones que podría hacer que algunos apuesten por la familia Pro en lugar de la familia Air es saber qué herramientas necesitan del músculo extra que supuestamente ofrece el nuevo M4. La propia Apple vendió ese chip como un componente “escandalosamente poderoso” para la IA generativa, pero no detalló mucho más. Sin embargo, las funciones que vendrán no son la única pregunta que queda en el tintero. La otra es la razón real que ha llevado a dejar el M3, un chip fresco, fuera de juego. Porque el M2 se ha salvado de la quema, pero la familia de procesadores presentados el pasado mes de noviembre difícilmente volverá a formar parte de la hoja de especificaciones de un nuevo producto que se lance a partir de ahora. Han pasado poco más de 6 meses desde su puesta de largo. En anteriores generaciones, llegó a transcurrir el triple de tiempo.

Hay tres hipótesis sobre la mesa. Probablemente la razón exacta no sea solo una de ellas. La primera de estas especulaciones es que la unidad de procesamiento neuronal del M4 va a ser mucho más capaz para gestionar la IA que viene.

El nuevo chip ofrece 38 TOPS de potencia, algo en línea con los Ryzen Pro y los Meteor Lake de Intel pero ligeramente por detrás del Snapdragon Elite X de Qualcomm. Sin embargo, este discurso choca en parte con uno de los argumentos de venta del MacBook Air lanzado al mercado hace pocas semanas, cuya principal novedad era incorporar el M3 y que fue presentado como “el mejor portátil para la IA”. La segunda vía, explicada por Apple en la presentación, es que el M4 estaría mejor optimizado para manejar las pantallas OLED de los nuevos iPad Pro.

La tercera vía, menos comentada, tendría que ver con el proceso de fabricación de estas piezas. Para dar forma al M3, TSMC (la fundición con la que Apple trabaja) utilizaría un proceso y un nodo más costoso que el utilizado para el M4 o el M2. Incluir el M3, por tanto, en uno de los nuevos iPad Air le supondría a la compañía estar anclada a ese procesador durante año y medio o incluso más. La cuestión que queda ahora es saber cuánto tiempo pasará hasta que veamos nuevos MacBooks equipados con los M4 y sus variantes.

Se habló de IA, pero quizá te suene a chino

No es verdad que Apple no hablara de IA en el evento. El asunto es que lo hizo de tal forma, que para muchos habrá pasado completamente desapercibido. La compañía nunca había utilizado esta expresión en una keynote (preferían el término aprendizaje profundo, para no generar expectativas que no se cumpliesen) y este martes por fin terminó ese tabú. Pero se hizo para presentar nuevas características de Final Cut y Logic Pro, dos de las aplicaciones más populares de la compañía… para creadores de contenido.

Por ejemplo, en el primero de estos programas incluirá una función para mejorar la iluminación y el color con un solo clic.

En Logic Pro, por su parte, se podrá añadir un nuevo tono a una canción también solo con una acción o se podrá dividir las pistas de una canción (instrumentos, voz, coros) también de forma especialmente rápida. La última aplicación de IA anunciada servirá para aquellos que utilicen la cámara de un dispositivo Apple para fotografiar documentos. Cuando el sistema detecte alguna sombra o algún brillo, lo que hará es tomar varias imágenes simultáneamente y crear una reproducción del documento sin ese ruido visual.

Esto confirma que la manzana está trabajando en ello. La cuestión es que enseñar tan poco solo aumenta la expectación de cara a la WWDC. El listón suele estar alto para Apple pero ahora que todo el mundo ha enseñado tantas cartas, tiene que hilar muy fino para no ver algo que no se haya visto. Hay mucho interés por ver qué puede hacer la IA en el iPhone, en el iPad, en los Mac… pero también en Siri.

El adiós y la noticia que pasó desapercibida

Entre tanto iPad Air, iPad Pro, M4 e IA generativa que iba a venir y que solo asomó el hocico, una de las noticias de la tarde del martes pasó algo desapercibida. El diseño clásico del iPad, el que todavía mantenía los bordes de la pantalla, el Touch ID en la parte frontal y el cable Lightning, pasará a mejor vida. Apple aprovechó para poner un poco de orden en su catálogo y eliminar el iPad de novena generación, que era la opción más barata, con un precio de 429 euros.

Ahora el iPad de décima generación toma ese relevo. Y lo hace adoptando ese mismo coste, que es 150 euros más barato del precio con el que llegó al mercado en 2022. ¿Qué diferencias hay? Pues más de las que parece, porque además de un procesador o una pantalla más moderna, el iPad de décima generación estrenó el nuevo diseño (bordes reducidos, Touch ID en el botón de desbloqueo…) que ya se había visto en los iPad Pro.

La mala noticia, eso sí, es que esta tableta sigue ofreciendo solo 64GB en su configuración más básica. Es probable que este abaratamiento haga más por levantar las ventas que cualquiera de las estrategias puestas en marcha con los Air y los Pro.