Así es el nuevo Pixel 8a: Google repite la fórmula del móvil que mejor le ha funcionado hasta ahora

Quedan exactamente siete días para que arranque la Google I/O, la gran cumbre en donde la multinacional californiana y responsable del buscador o del sistema operativo más utilizado del mundo anuncia todas sus novedades de software. Cualquier año es una de las grandes citas del calendario del gremio de la tecnología, pero en esta ocasión es todavía más relevante.

Los de Mountain View tienen la imperiosa necesidad de seguir respondiendo ante el pulso feroz que mantiene con Microsoft y OpenAI por la inteligencia artificial generativa. Este año esta conferencia llega marcada por el hecho de que los de Sam Altman han incorporado un buscador a ChatGPT, algo que puede seguir poniendo en cuestión el reino de Google en eso de ser la principal forma de buscar información en internet. No es lo único. La compañía también anda preparando una apuesta propia para competir en la industria de la realidad mixta, un mercado en el que todo parece estar por hacer. Pero por muy tierno que esté el negocio, otros rivales como Meta y Apple ya han movido ficha.

Los de Sundar Pichai tienen, como se dice popularmente, mucha plancha pendiente. Por esa razón y porque probablemente no quieran distracciones, ni propias ni ajenas, en el I/O, han adelantado la presentación de una de sus principales apuestas de hardware de cada año: la presentación de su smartphone asequible, el Pixel 8a. Al igual que a otros tantos fabricantes de Android, los teléfonos de más quilates son los que más focos captan, pero a la hora de la verdad son esta clase de opciones económicas las que le permiten ganar cuota de mercado.

El Pixel 8a no cambia la filosofía frente a lo que ya vimos con el Pixel 7a o el Pixel 6a. Es una versión desnatada (no mucho) del Pixel 8. Muchas veces, por culpa de las ofertas del modelo superior, ambos terminales confrontan directamente. Al igual que lo que ocurrió con sus predecesores, que ahora bajan notablemente su precio de partida, este terminal es carne de promociones.

La apuesta es la misma: una experiencia de Android puro y limpio y una cámara que puede medirse, al menos en fotografía, con terminales 200 o 300 euros más caros. El Pixel 8a sigue la línea de diseño de sus hermanos mayores. Un teléfono con líneas curvas, atravesado en su parte trasera por el módulo de la cámara, muy reconocible a simple vista. La parte trasera es cristal con acabado mate y los bordes de aluminio.

El teléfono tiene resistencia IP67 y un nuevo recubrimiento para la pantalla frontal que promete reducir los daños por arañazos. No es ni la primera ni la última marca que anuncia algo por el estilo.

Pero al igual que Apple y su Ceramic Shield, si se quiere una pantalla inmaculada con el paso del tiempo, lo mejor es optar por un protector (y no llevar el móvil en el mismo bolsillo que las llaves). En esta ocasión, el color rojo coral del pasado año da paso a una versión en una suerte de verde fluor. Además de esa versión, el Pixel 8a llegará en azul, negro y blanco crema.

Google ha vuelto a apostar por una relación de pantalla de 20:9, una decisión que en el pasado le permitió crear uno de los terminales Android más cómodos de manejar, a pesar de tener una pantalla de 6,21 pulgadas. Un panel OLED (1800 x 2400 pixeles) que mejora sus prestaciones para ofrecer una tasa de refresco adaptativa de 120Hz y hasta 2.000 nits de brillo máximo. Unas especificaciones de pantalla atípicas por el precio de este terminal.

El motor de sus pata negra

Una de las fortalezas del Pixel 8a, al igual que ocurría con el iPhone SE hasta hace poco, es que monta el mismo procesador que los teléfonos insignia de la casa. Al igual que en el Pixel 8 y el Pixel 8 Pro, tenemos el Tensor G3, un procesador diseñado por Google y fabricado por Samsung.

La compañía decidió prescindir de los Snapdragon para poder personalizar sus chips para ofrecer un mejor rendimiento en lo que se refiere a funciones basadas en el aprendizaje profundo y la inteligencia artificial. Aunque en la gama alta no luzca tanto, lo cierto es que es un componente de altos vuelos para un teléfono de gama media. Le acompañan en este caso 8 gigas de RAM y un almacenamiento interno (UFS 3.1, lo que asegura una buena lectura de escritura y de lectura) de 128 o 256GB. 5G, Wifi 6e, Bluetooth 5.3 y USB tipo C 3.2 completan la carta de conectividad. Hay posibilidad de usar doble SIM, siempre que una de ellas sea un eSIM. De cara a las llamadas, el micrófono cuenta con una función de reducción de ruido que promete ayudar a mejorar la claridad.

Una de las cosas que Google ha llevado a su modelo asequible es la promesa de que estará actualizado durante 7 años. No solo en actualizaciones de seguridad, sino también de sistema operativo y nuevas funciones. Esto significa que la compañía promete que un teléfono comprado en 2024 recibirá paquetes de software hasta 2031. Esto es una cifra tremendamente superior a lo que prometen otros terminales de gama media alta. Que un Pixel 8a pueda durar hasta entonces dependerá en buen grado del cuidado del usuario, pero también de cómo la compañía haga el trabajo de optimización durante todo este tiempo.

La batería se queda al borde de los 4.500 mAh, que Google asegura más que suficientes para cubrir 24 horas de uso y 72 horas en caso de que se utilice única y exclusivamente el modo extremo de ahorro energético. Nadie va a utilizar un teléfono todo el rato con esta función activada, pero esta clase de referencias y brindis al sol sirven para hacernos una idea de qué ganaremos cuando vamos justos de autonomía. El dispositivo cuenta con carga rápida y carga inalámbrica.

El punto fuerte de este Pixel 8a vuelve a ser su cámara de fotos, compuesta por dos lentes. La lente principal cuenta con sensor de 64 megapíxeles (de un tamaño de 0,8 micras) y su lente cuenta con una apertura de f/1.89, así como un campo de visión 80 grados. Este objetivo cuenta tanto con estabilización óptica como electrónica.

Aunque no tenga telefoto, Google asegura que esta lente, gracias a las virtudes de la fotografía computacional y la IA, puede ofrecer un zoom de alta resolución de hasta 8 aumentos. Como pareja de baile, un ultra gran angular de 13 megapíxeles (1,12 micras), con apertura de f/2.2 y campo de visión de 120 grados. Prestaciones muy similares a la de la cámara frontal, cuya principal diferencia es que su campo de visión se queda en torno a los 90 grados.

En lo que se refiere al video, la cámara trasera permite grabación en 4K y 1080p a 30 o 60 frames por segundo. La frontal sólo permite grabación a 30 fps. Entre otras funciones, ofrece la estabilización mejorada de video, zoom digital de cinco aumentos así como la función de borrador mágico del audio, que permite modificar el sonido ambiente, las voces, la música que se oye de fondo en las grabaciones.

Una función propulsada por inteligencia artificial, uno de los grandes argumentos de venta de este terminal. Google incluirá en su modelo asequible otras herramientas como el editor mágico, la transcripción y traducción instantánea, mejor versión o rodea para buscar, que permite hacer un círculo sobre cualquier web, foto o video para hacer una consulta del objeto. Otra característica es la del filtro de spam, que nos señala con mucho acierto cuando una llamada entrante es en realidad una llamada comercial.

Aunque se temía que pudiera sufrir un importante incremento, la compañía ha dejado el precio en los 549 euros, 40 más de lo que costó su predecesor al llegar al mercado. Se puede comprar desde hoy mismo y si se entrega un terminal antiguo, se recibirá un bono de descuento de 150 euros más el valor que Google asigne al terminal.

Lo más interesante es que este lanzamiento provoca automáticamente una bajada del Pixel 7a, que es un teléfono muy competitivo y una cámara muy a tener en cuenta todavía en 2024. Si la renovación no corre prisa, es probable que en algún momento, más pronto que tarde, sea objeto de promociones que dejen el Pixel 8a con una relación-precio mejor.

Un año después, llega la Pixel Tablet

El Pixel 8a no llegará solo, porque Google ha aprovechado y ha matado dos dispositivos de un tiro. La compañía presentó en el pasado I/O la Pixel Tablet y doce meses después ha decidido traerla a España. Se trata de un aparato con el que volvía a un mercado que hace tiempo abandonó y que viene con una característica bastante peculiar.

Este dispositivo se convierte en pantalla y altavoz inteligente cuando no se está usando. Para ello hay que adquirir la base de carga que además ofrece un altavoz mucho más potente que multiplica por cuatro las capacidades acústicas del dispositivo. Muchas veces la tableta es un aparato compartido en los hogares y es el público al que quiere atacar la compañía.

La Pixel Tablet es una tablet de gama media alta, con un panel de 11 pulgadas, con una proporción de 16:10 y un brillo de hasta 500 nits. Es compatible con lápices ópticos USI 2.1. Pesa 493 gramos y está disponible en negro, blanco y verde.

En su interior cuenta con el Tensor G2 como motor y cuenta con 8GB de RAM y 128 o 256 de almacenamiento interno. La biometría, en este caso, corre a cargo de un sensor de huellas en el botón de encendido. La autonomía, según la compañía, da para 12 horas de reproducción de vídeo en streaming. En este caso, prometen 4 años de actualizaciones de seguridad y funciones de Pixel. Tras su presentación en California pudimos tener un breve contacto con la Pixel Tablet y la verdad que nos dejó un buen sabor de boca, pero dentro de unos días publicaremos nuestra reseña al igual que la del Pixel 8a.

Una de las cosas que tiene que demostrar Google es que es capaz de optimizar un gran volumen de aplicaciones de Android para este formato, uno de los problemas que tradicionalmente han arrastrado las tabletas que funcionan con este sistema operativo frente a los iPads de Apple. Este dispositivo, al igual que el Pixel 8a, estará a la venta a partir de la próxima semana. El combo que incluye la base para convertirla en pantalla inteligente y la funda costará más un total de 700 euros. Por separado, la tablet costará 500 euros.