He probado el móvil plegable de Google, pero no puedo dejar de fijarme en este otro dispositivo

El I/O de este 2023 ha sido el de la obsesión de Google por meter funciones y herramientas de inteligencia artificial hasta en la sopa. Es lo que tocaba. Pero la compañía también ha aprovechado su evento anual para presentar algunas de sus novedades en la que es su faceta menos mediática, la de fabricante de dispositivos. Aunque su buque insignia, el Pixel 8 y el Pixel 8 Pro, queda reservado para la temporada de otoño, con su tradicional lanzamiento a las puertas de la campaña navideña, los de Mountain View han traido a esta cita un buen puñado de dispositivos: un nuevo teléfono asequible así como su primer móvil plegable y una interesante propuesta de tableta.

A España solo llegará por ahora, el Pixel 7A, que ya hemos analizado durante casi dos semanas, dejándonos una vez más un muy buen sabor de boca. Sin embargo, durante el evento hemos podido también meter mano al Pixel Fold y la Pixel Tablet meses antes de que lleguen a nuestro país. Se le acumulan a Google los lanzamientos pendientes en el mercado patrio, ya que el reloj inteligente que presentó hace meses todavía no se ha comercializado aquí.

El movimiento de Google no es sencillo. Con el Pixel Fold ha decidido entrar en un terreno que todavía es muy minoritario (algo probablemente que tiene que ver más por el precio, que por el interés que pueden levantar estos terminales) y tiene que competir con empresas como Samsung, Huawei u Oppo, que llevan bastante tiempo experimentando y trabajando sus propuestas.

No hay que olvidar que no tienen tanto currículum y tanta experiencia como fabricantes que tienen otros modelos en venta y están más acostumbrados a trabajar con algunos componentes de forma interna. Eso se nota y el terminal tiene algunas sombras pero también sus luces y cosas a destacar. El Fold ha sido el gran protagonista de la fiesta de los Pixel. Sin embargo, el aparato que personalmente más me llamó la atención fue la tableta, la Pixel Tablet, que irrumpe en el mercado con una propuesta muy interesante.

El Pixel Fold: ¿coco o melocotón?

La primera vez que tuve un Galaxy Fold de Samsung entre manos lo definí como un coco. Era la segunda edición y su diseño exterior me pareció francamente mejorable. Demasiado grueso, poco atractivo, pantalla secundaria mínima y con un formato terrible. Por fuera era una cosa dura, como lo puede ser un coco. Pero cuando lo abrías era otra historia. La pantalla se sentía imponente y muy acertada.

El Píxel Fold ha sido, en cambio, un melocotón. La primera impresión ha sido muy agradable. El diseño exterior me parece superacertado. Un buen panel con el que manejarse en el día a día sin abrirlo, se siente cómodo en la mano y se puede manejar relativamente bien sin tener que utilizar tanto la derecha como la izquierda.

La amarga cucharada de ricino viene cuando lo desplegamos. Lo primero que llama la atención son los marcos superiores de la pantalla. Son bastante gruesos. Es un problema que la competencia a este dispositivo ya ha resuelto. Aún así, creo que es un problema que se podría llegar a pasar por alto. Pero hay una cosa que me ha sorprendido todavía más y no precisamente para bien: la arruga de la pantalla. Se nota demasiado. Mucho. Tanto como en los primeros plegables.

Estos dos aspectos restan puntos a un terminal que llegará a Alemania con un precio de 1.800 euros, algo que lo aleja de muchísimas personas simplemente por el hecho de que no les da el presupuesto para pagar esa friolera por un móvil. Regalan un Pixel Watch, pero aún así sigue resultando carísimo. Y cuando pides rascarse tanto el bolsillo los errores tienen que ser mínimos y muy justificados. Ya no sirve eso de que es el primero que llega al mercado, que ya hemos visto unos cuantos.

Dicho esto, Google también ha hecho cosas bien, especialmente en la construcción del dispositivo. Llama mucho la atención lo fino que ha conseguido que resulte el terminal cuando está abierto. En esas circustancias, hablamos de menos de 6 milímetros de grosor. Cuando está cerrado, 12,1mm. Sus dimensiones ayudan y facilitan el gestionarlo solo con una mano cuando está cerrado y que no resulte ingobernable cuando está abierto.

Los de Mountain View han puesto mucho acento en la resistencia del terminal. 200.000 aperturas y cierres. Una cifra en línea con lo que promociona Samsung con su última generación. Con IPX8 tendremos resistencia al agua y no al polvo. Es el mismo problema que presentan los móviles de los coreanos y de otras marcas como Huawei.

El exterior, particularmente, me agrada mucho. Para gustos los colores, pero la línea de diseño que ha conseguido Google en los últimos años me convence bastante. Entre otras cosas porque tiene identidad propia y es algo diferente a lo que vemos en el mercado, que a veces se vuelve tan clónico como monótono. Es más, creo que después de Apple, los Pixel y los Samsung son los teléfonos que más rápido se pueden identificar a simple vista.

Cuando hablamos de los plegables tipo de libro, como es el caso, muchas veces se suele centrar la atención en la pantalla interior, esa que se despliega para convertir el móvil en una minitableta. Pero hay una pieza fundamental: la pantalla exterior. Y lo es simple y llanamente porque no siempre puedes abrir el móvil.En este punto, Google ha dado en el clavo. La parte frontal es todo pantalla. Lo consigue gracias a una OLED de 5,8 pulgadas, que hace que cuando lo utilizas cerrado no sientas que renuncias a nada. Cuando abres el móvil, el panel, también OLED, es de 7,6 pulgadas. Si no fuese por la maldita arruga, poco podría reprochar a este móvil.

Abierto el Pixel Fold un formato más apaisado y menos cuadrado que otros modelos que hay en el mercado. Me gusta más esta elección y me da la sensación que aprovecha mejor la pantalla dividida. Solo se pueden utilizar dos apps al mismo tiempo, pero sinceramente no creo que haya alguien que quiera meter tres o cuatro en un espacio tan reducido. Hablando de apps, Google asegura haber optimizado más de medio centenar para que encajen como un guante en el Pixel Fold. Las que he podido probar (Gmail, Spotify, YouTube, Disney Plus…) funcionaban sin fallo alguno.

Google ya ha dado algunas pistas de cómo aprovechará el formato con algunas funciones exclusivas. Por ejemplo, contará con un traductor dual, en el que el usuario podrá escribir algo en la pantalla interior y utilizar la exterior como panel para mostrar el mensaje en el idioma de su interlocutor. También se podrá utilizar para astrofotografía sin necesidad de trípode, ya que permite doblarlo y sostenerse en todos los ángulos.

En lo que se refiere al resto de apartados monta el procesador Tensor G2, diseñado por Google y fabricado por Samsung, así como 12GB de RAM y 256GB o 512GB de memoria interna. En lo que respecta a la batería, tiene 4,821 mAh repartidos entre dos piezas, que según la compañía, dan para pasar el día sin estrecheces. Cuenta con carga rápida y carga inalámbrica. En el apartado de conectividad, 5G, Wifi 6E y tecnología Ultra Wideband, así como NFC y BT 5.3. Sin sorpresas ni carencias en este punto. Son cosas que ya analizaremos cuando llegue a España, si es que lo hace.

Pensé que en este Fold me iba a encontrar con la misma cámara que tenemos en el Pixel 7 Pro, lo que hubiese sido una magnífica noticia. El buque insignia de Google es la mejor opción fotográfica a día de hoy, junto al iPhone 14 Pro y, probablemente, junto al P60 de Huawei recién presentado en Múnich. Sin embargo, el nuecvo dispositivo de Google no monta la misma cámara exactamente.

Apuesta por la misma fórmula de tres lentes (angular, gran angular y teleobjetivo) aunque cuenta con diferentes piezas. El principal cuenta con resolución de 48 megapíxeles y f/1.7, con estabilizador óptico. El telefoto se queda en 10,8 megapíxeles de resolución y f/3.05, ofreciendo 5 aumentos ópticos y estabilizador. Y el gran angular es de 10,8 megapíxeles. Sobre el papel no parecen son grandes diferencias frente a la configuración del Pixel 7 Pro por lo que podemos esperar resultados similares.

El Pixel Fold compite con ser un capricho en absoluto barato. Obviamente, a 1.800 euros en Google ya deben saber que no van a vender muchos. Pensar lo contrario sería una locura. Parece más una aproximación para tantear un mercado que todavía está en pañales y ver por dónde van los tiros antes de que explote.

Una tableta diferente

El precio, la arruga y otros detalles han hecho que, aunque el Pixel Fold fuese el actor revelación en este Google I/O en lo que se refiere a los dispositivos, no me haya entusiasmado suficiente y no haya podido dejar de fijarme en la Pixel Tablet, que probablemente llegue a España a finales de 2023 o principios de 2024 si nada se tuerce.

¿Por qué una tableta de Android a estas alturas me ha llamado la atención más que un plegable? Entre otras cosas porque es el retorno de Google a este mercado después de varios años, lo que puede ser sinónimo de que va a intentar dar un impulso a su sistema operativo en estos dispositivos. Hay que recordar que en estos úultimos años Android en tabletas ha sobrevivido, básicamente, gracias a Samsung y Lenovo.

Hay una cosa que sorprende desde el principio. Google no intentará venderte un teclado con esta tableta. Entiende que la gran mayoría de personas no utilizan estos dispositivos como un sustituto a un portátil, sino que lo usan para navegar, jugar y ver videos de manera más o menos intensiva dependiendo el hogar. La compañía quiere reforzar este concepto, de pantalla doméstica. Ojo, que a la Pixel Tablet se le podrá conectar un teclado BT si se pretende trabajar con ella, pero no será uno creado expresamente por Google. Lo que sí ha creado la compañía ha sido una base magnética que convierte esta tableta en una pantalla inteligente para el hogar o la oficina mientras se carga.

La peana incluye un altavoz bastante potente que mejora el sonido lo suficiente como para utilizarlo en un salón medio para escuchar música o para ver la televisión, porque además de contar con Chromecast integrado, este dispositivo también incluye Google TV, así que se puede convertir en una pequeña tele para el cuarto o para la cocina. ¿El fin de los altavoces inteligentes con pantalla? Es difícil pronósticarlo, pero no es una locura viendo esta propuesta.

La Pixel Tablet no es barata, pero tampoco es un producto de lujo. En EEUU sale por 499 dólares, aunque es cierto que en Alemania se comercializará por 600 euros. Cuenta con una LCD de 11 pulgadas con 1600 x 2560 píxeles y una relación de aspecto de 16:10. La pantalla particularmente me ha parecido lo suficientemente buena para el precio que ofrece con colores brillantes y brillo suficiente.

El sonido estéreo me ha parecido bastante potable cuando se utiliza como tableta, pero cuando realmente suena bien es cuando se conecta a la base. Cuando esto ocurre puedes seguir manejando como una tableta o manejarla como un Nest, pidiendo al Asistente de Google que haga esto o aquello. Sobre el papel, es una propuesta bastante redonda. Habrá que ver cómo lo reciben los usuarios.

El Tensor G2 también es el encargado de mover este aparato, que se apoya en 8GB de RAM y 128 o 256GB de almacenamiento. Como es un dispositivo muy enfocado al hogar no hay, por ahora, versión 5G, solo con Wifi 6E. Funciona con Android 13 por ahora. Hay un detalle importante y que ha sido destacado en la sesión en la que se nos ha dejado trastear con el dispositivo.

El sistema operativo de Google permite la creación de perfiles de usuario diferentes, cosa que no se puede hacer con los iPads. Esto refuerza la idea de un dispositivo pensado para el hogar, que sirva como altavoz o para controlar la domótica cuando no se está utilizando, pero que sirva a cualquier miembro de la familia cuando la necesite.

Las cámaras, ambas de 8 megapíxeles, dan la suficiente calidad como para mantener una buena videollamada o sacar una foto decente, sin grandes alardes de ningún tipo, tal y como se le puede pedir a un dispositivo así. Con 493 gramos no resulta en absoluto pesada y su material, aunque a simple vista parece plástico, en realidad es aluminio recubierto de cerámica. La batería es de 27 Wh.