Es noticia
Ucrania puede haber dado con la tecla secreta contra los drones: ingenio 'low-cost' para un derribo masivo
  1. Tecnología
amenaza ubicua y barata

Ucrania puede haber dado con la tecla secreta contra los drones: ingenio 'low-cost' para un derribo masivo

Los drones pillaron por sorpresa a ambos bandos, forzados a improvisar soluciones más o menos acertadas. A falta de tiempo y medios, están aguzando el ingenio para contrarrestar una amenaza ubicua, de bajo coste y alto potencial de daño

Foto: Sistema móvil anti-drone con ametralladora. (Reuters/Gleb Garanich)
Sistema móvil anti-drone con ametralladora. (Reuters/Gleb Garanich)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Entre los muchos motivos por los que el conflicto ucraniano entrará en los libros de historia militar, una será sin duda por ser la primera guerra con un empleo tan intensivo de drones. Estos ingenios, autónomos o controlados en remoto, han irrumpido con una fuerza creciente en el frente y la retaguardia que ninguno de los propios contendientes esperaba. Esta falta de preparación ha obligado a improvisar soluciones más o menos acertadas. A falta de tiempo y medios, ambos bandos están aguzando el ingenio para contrarrestar una amenaza ubicua, de bajo coste y alto potencial de daño al enemigo.

El éxito de estos sistemas altamente versátiles (tierra, mar y aire) ha hecho que algunos analistas hablen del preludio de una nueva era, donde las armas no tripuladas van a ser los protagonistas absolutos de los conflictos. Puede que sí. La tendencia hacia la automatización y control remoto de las armas es clara. Pero la historia de la guerra nos enseña que la ventaja que han dado los avances tecnológicos suele ser transitoria, hasta que se desarrolla la contramedida. Siempre ha sido así.

Falta de preparación

Lo que está pasando en Ucrania está cambiando la percepción –y la doctrina– de la guerra en muchos ejércitos. Pero en esta fase tan incipiente del uso militar de esta tecnología se recomienda precaución antes de sacar conclusiones apresuradas y erróneas. El primer factor que explica la eficacia de los drones en este conflicto responde a que ninguno de los contendientes estaba mínimamente preparado para defenderse de tales armas. Ni existían medios adecuados, ni doctrina, ni adiestramiento. El segundo se deriva del primero: la eficacia. Si se ha encontrado un arma que funciona, causa grandes daños y, además, es barata, se utilizará en grandes cantidades.

La falta de medios adecuados para defenderse de estas nuevas armas es patente en ambos bandos. Por parte rusa, es un dato objetivo que han sido incapaces (al menos hasta este momento) de defenderse de los de tipo naval o USV ucranianos, como los Magura. La prueba son los buques hundidos, con una relación coste/eficacia brutal. También los pequeños y baratos FPV (First Person View) están causando tremendos estragos entre las tropas rusas. Hablamos de esos minúsculos aparatos voladores, controlados por jóvenes soldados ucranianos con unas gafas de realidad virtual y un mando que parece de consola de juegos.

Foto: Señuelo inflable de un blindado. (Reuters/Eva Korinkova)

Pero los de Kiev no salen mejor parados. La ausencia de medios adecuados está obligando a gastar un elevado número de misiles de alto valor –económico y estratégico– para derribar estas 'municiones' suicidas. Los misiles antiaéreos se diseñaron para derribar aviones enemigos, donde la 'rentabilidad' tiene sentido al disparar un misil de cientos de miles de dólares contra un avión de varios millones. Pero si no hay más remedio que utilizar uno de estos misiles contra un dron de unas decenas de miles de dólares, las cuentas no salen. El resultado es que, a la larga, las reservas de misiles se agotan.

Si tenemos en cuenta lo anterior, ambas estrategias de empleo funcionan. Son letales para ambos bandos y causan grandes daños, bien por lo que destruyen bien por lo que obligan a emplear para neutralizarlos. Los rusos, con sus ataques con los baratos y poco sofisticados Shahed consiguieron reducir la defensa antiaérea y, con ello, dar un buen respiro a su maltrecha aviación. Los ucranianos, por su parte, están dejando el parque blindado ruso bajo mínimos, por más que sigan reponiendo con escaso material nuevo y mucho obsoleto.

placeholder Operador ucraniano de drones FPV. (Reuters)
Operador ucraniano de drones FPV. (Reuters)

Soluciones básicas

Podríamos decir que hay dos formas de defenderse de los drones o, al menos, contrarrestar su eficacia. La primera pasa por soluciones muy sencillas, como tratar de engañarles o impedir que impacten contra su objetivo. La segunda, mucho más sofisticada, apunta a interferir en la base de su funcionamiento: el guiado y el control. En este caso no queda otra que recurrir a la tecnología y, por ello, no ha sido lo primero en utilizarse.

Para engañarles el mejor método es el de colocar señuelos. Sobre esto ya hablamos en detalle hace unas semanas, pero insistiremos que se trata de un método sencillo, muy eficaz y que tiene dos grandes ventajas. Salva un activo real obligando a gastar un dron y, además, contribuye a evitar que el enemigo realice una correcta evaluación de los daños producidos.

Foto: Tanques israelíes cerca de Gaza, con la 'boina' metálica. (Reuters/V. Santos Moura)

Para evitar que impacten, la solución más extendida es el empleo de las famosas cope cages o jaulas antidrón. Algunas son en extremo elaboradas, tanto que ponen en duda si de verdad compensan, ya que restan mucha visibilidad a los tripulantes de los vehículos disminuyendo su conciencia situacional. Además, por lo que se ha visto en algunos casos, son tan grandes y complejas que es posible que resten también movilidad o que acaben desbaratadas en poco tiempo. Al final, su eficacia es bastante dudosa, pues se trata de estructuras endebles que son penetradas sin demasiada dificultad.

Ingenio (y experiencia) al poder

Contrarrestar un ataque de drones pasa por una serie de fases: detección, identificación, inhibición o hackeo y, en su caso, destrucción. Lo ideal es disponer de un sistema defensivo integrado que englobe todas estas fases o capacidades. Sin embargo, en Ucrania, y ante la ausencia de este tipo de equipos, se ha tenido que recurrir al ingenio y la experiencia.

placeholder Bayraktar TB2 ucraniano armado con un misil MAM-L. (Min Defensa Ucrania)
Bayraktar TB2 ucraniano armado con un misil MAM-L. (Min Defensa Ucrania)

Localizar uno de estos aparatos no tripulados es posible mediante el radar, pero hay que tener en cuenta que es muy diferente enfrentarse a uno de gran tamaño —un UCAV (Unmanned Combat Air Vehicle) como puede ser un Bayraktar turco—, que a uno pequeño —como un Lancet e incluso los más diminutos FPV—. Un radar preparado para detectar objetivos grandes no sirve para los pequeños. Además, unos y otros actúan desde distancias muy diferentes. El problema es que los radares son caros, escasos y se han convertido en objetivos prioritarios (siempre lo fueron).

Para suplir esta carencia, los defensores han recurrido a una táctica muy imaginativa —que no nueva— para localizarlos: el sonido. Para ello, han desplegado una red de micrófonos acoplados a miles de teléfonos móviles colocados sobre postes de unos dos metros. El trasfondo técnico de la idea ya fue empleado por los británicos durante la Segunda Guerra Mundial para intentar localizar los aviones alemanes en sus incursiones nocturnas.

Foto: Así son los Shahed 136, los 'drones kamikaze' que ha enviado Irán a Israel (Tasnim News Agency)

El funcionamiento de este sistema es muy simple. Los micrófonos captan el sonido y el teléfono transmite a un centro de control la posición y escucha. Una vez detectado el paso de uno de ellos, por triangulación es posible calcular su rumbo. Incluso se podría ir más allá y, comparando con una librería de sonidos, identificar el tipo. El coste sería relativamente barato, unos 500 dólares por unidad.

Esta información luego es transferida a unos equipos móviles dotados de ametralladoras pesadas sobre vehículos ligeros que, conocido el rumbo del enemigo y por tanto, más o menos por dónde va a pasar, se preparan para derribarlos. Esta táctica resulta muy eficaz contra modelos como los Shahed, que son grandes, lentos y con trayectorias predecibles. El resultado es que se estima que más del 85% es abatido con un coste mínimo.

Los rusos tienen un problema diferente. Su verdadero quebradero de cabeza son los pequeños drones FPV armados con todo tipo de granadas y explosivos. Detectarles con antelación es muy difícil y casi solo es posible cuando ya están encima. Volvemos a lo mismo, a falta de sofisticados medios técnicos, la imaginación toma el mando.

Foto: Tanques rusos destruidos en Bohorodychne. (Reuters/Vladyslav Musiienko)
TE PUEDE INTERESAR
La mayor 'masacre' de tanques rusos de la guerra, en tres actos: "Fue pura locura"
Enrique Andrés Pretel Mónica Redondo Infografía: Marina G. Ortega

En este caso, la ocurrencia de los rusos ha sido utilizar cartuchos de escopeta dotados de gruesos perdigones unidos por alambre o hilo fuerte. Tampoco es nuevo y ya había un precedente en las balas encadenadas de los navíos de vela que buscaban acabar con jarcia y arboladura de sus enemigos. Incluso ya hay municiones de este tipo a nivel comercial.

El efecto es interesante. Al ser aparatos muy ligeros, cualquier daño puede resultar fatal y el efecto de la perdigonada se ve acrecentado por los alambres que unen los proyectiles. Se cubre un área mucho mayor y es mucho más fácil dañar al dron. Aquí la dificultad estriba en darse cuenta de su presencia y darse prisa en coger la escopeta, pero según parece les está funcionando.

placeholder T-72 ruso (derecha) con equipo de interferencias. (Brigada Azov)
T-72 ruso (derecha) con equipo de interferencias. (Brigada Azov)

Tecnología, siempre la tecnología

El UAV, bien sea autónomo y de un solo uso, como los drones suicidas, o remotamente tripulados o controlados, tienen una cosa en común: se basan en una tecnología de comunicaciones o guiado. Ese debe ser uno de los caminos —el principal— para contraatacarlos.

Por aquí también han avanzado los rusos y han puesto en funcionamiento unos sistemas inhibidores en algunos de sus blindados. Estos equipos lo que hacen es interferir la señal mediante un emisor de alta potencia, algo parecido a lo que llevan, por ejemplo, nuestros blindados que patrullan en escenarios como Líbano, para anular señales que pudieran activar un artefacto explosivo a su paso.

Foto: Sistema Cervus. (TRC)
TE PUEDE INTERESAR
El camino del ciervo: cómo España desarrolló el sistema militar puntero que ahora todos necesitan
Enrique Andrés Pretel Infografía: Marina G. Ortega Infografía: Sofía Sisqués

Cómo de bien les funcionaba a los rusos era un misterio, pero el riesgo era tal que los ucranianos planificaron una compleja operación durante tres noches solo para capturar uno de estos artefactos. La oportunidad surgió a principios de abril, cuando un T-72 dotado de uno de estos extraños equipos sobre su torre, participaba en un ataque. Durante el avance no pudo evitar chocar con un blindado de infantería BMP, quedando atascado con daños leves. Al final consiguieron llegar a él y llevárselo.

Los informes ucranianos dicen que tan solo se trata de un equipo de interferencias fabricado de forma artesanal, aunque estaba dotado de seis antenas y seis módulos que operaban cada uno en una frecuencia. Con ello pretendían cubrir e interferir las frecuencias más comunes de operación.

Por el momento hay tranquilidad. Sin embargo, esto no durará siempre. Los rusos harán más intentos y tal vez consigan librarse de la incómoda presencia de los pequeños drones enemigos. En cualquier caso, este es el camino y la tecnología se impondrá a otras medidas, por muy imaginativas que sean.

Entre los muchos motivos por los que el conflicto ucraniano entrará en los libros de historia militar, una será sin duda por ser la primera guerra con un empleo tan intensivo de drones. Estos ingenios, autónomos o controlados en remoto, han irrumpido con una fuerza creciente en el frente y la retaguardia que ninguno de los propios contendientes esperaba. Esta falta de preparación ha obligado a improvisar soluciones más o menos acertadas. A falta de tiempo y medios, ambos bandos están aguzando el ingenio para contrarrestar una amenaza ubicua, de bajo coste y alto potencial de daño al enemigo.

Defensa Tecnología militar Conflicto de Ucrania
El redactor recomienda