Los moderadores de TikTok en España van a la huelga: "Nos hacen una guerra psicológica"

Los moderadores de TikTok en España acaban de comenzar una huelga indefinida. Los empleados de Majorel, la subcontrata que trabaja para la plataforma china, en Barcelona han sido convocados al parón por el sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT). La orden de acabar con el teletrabajo ha sido, según explican, "la gota que colma el vaso", después de meses denunciando "un largo historial de impagos, irregularidades en los contratos, horarios mortificantes" o los "altos costes psicológicos" de este desempeño, donde es habitual el visionado de imágenes violentas. En total, tienen una plantilla de más de 1.100 personas dedicadas exclusivamente a esta red social.

Por ahora, el comité de huelga cifra el seguimiento en un 90% entre los empleados en el equipo de Monetization Integrity, formado por 70 personas y que ha sido el primero en ser llamado a la presencialidad. En unas horas, aseguran que tendrán las cifras totales.

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La movilización había sido prevista a principios de mes, pero se pospuso para intentar llegar a un acuerdo que finalmente no se ha materializado. El Confidencial se ha puesto en contacto tanto con TikTok como con Majorel, sin haber recibido respuesta en el momento en el que se publican estas líneas. El comité de empresa, formado por CCOO, UGT y USO, no ha secundado la convocatoria, ya que "el sindicato convocante no se ha puesto en contacto en ningún momento" con ellos. "Continuamos con las negociaciones que por su magnitud e impacto positivo no queremos poner en riesgo", defienden en su respuesta a este periódico.

En SUT tienen otra versión de lo ocurrido y cargan contra la "inacción" de estos sindicatos, razón por la que se organizaron para crear esta sección sindical y abordar la situación. "Nos dijeron que no había nada que hacer, porque nos exponíamos al despido si no íbamos a oficina", lamenta Cels Campos Vaqueiro, portavoz del comité de huelga, en conversación con El Confidencial. Para organizar la huelga y las asambleas previas, han creado un grupo de difusión en el que hay más de 500 moderadores de TikTok, lo que supone cerca de la mitad del total que hay en España. "Como no nos vemos en el trabajo, ni nos conocemos", puntualiza.

Según el sindicato, Majorel les ha comunicado que la decisión de la presencialidad es cosa de su cliente, TikTok, y que es algo que pueden exigir por contrato. "No hay necesidad de volver al teletrabajo, ni tampoco ha habido problema. La empresa se ha cerrado en banda", critica Campos Vaqueiro, que remarca que cobran "sueldos irrisorios". Según datos aportados por este sindicato, el salario de estos trabajadores es de 15.591,68 euros brutos, apenas un 15% más que el salario mínimo interprofesional.

Para este portavoz, lo ocurrido forma parte de una estrategia para "forzar a la gente para que se vaya de forma gratuita". "El objetivo de la empresa es mantener una plantilla con poca antigüedad, quemando a los trabajadores para evitar que se mantengan en sus puestos de trabajo y ahorrarse así las indemnizaciones por despido", continúa, recordando "la empresa usa contratación temporal fraudulenta, con periodos de prueba prolongados". "Nos hacen una guerra psicológica", denuncia, citando "cambios de proyecto injustificados, denegación de días compensatorios y vacaciones o errores a conveniencia en las nóminas".

El fin del teletrabajo

TikTok abrió sus oficinas en Barcelona a finales de 2020, donde cuenta con equipo propio contratado por la propia empresa. Sin embargo, en ese momento también externalizó este servicio de moderación a través de Majorel, una multinacional especializada en servicios de atención al cliente, que tiene sede en Luxemburgo y en 2019 fue adquirida por el gigante alemán Bertelsmann y el grupo Saham, de origen marroquí. Según publicó Wired, la plataforma china también tiene una subcontrata con esta empresa en Kenia, entre otros países.

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Este aterrizaje en plena pandemia explica que esta plantilla solo haya conocido el teletrabajo. Hace unos meses, pidieron a algunos equipos que empezaran a trabajar en un formato mixto, pero ahora quieren que todo sea presencial. "En lugar de hacerlo de una, la empresa ha fraccionado la vuelta a la oficina en pequeños grupos. Es una estrategia de divide y vencerás", aseguran en el sindicato. En cualquier caso, el trabajo en remoto está siendo limitado por grandes tecnológicas en los últimos meses. De hecho, ahora Amazon ha establecido que podrá despedir a aquellos que no acudan tres veces por semana.

"Volver a la oficina le cambia mucho la vida a la gente", dice Campos Vaqueiro, haciendo hincapié en los "costes económicos y vitales" del final del teletrabajo, donde señalan el transporte, la comida o "la insuficiencia de recursos en las instalaciones", donde hay, detallan, "una cantidad raquítica de microondas y aseos para toda la plantilla".

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De este modo, piden "mantener el máximo de teletrabajo voluntario posible, compensar o mitigar los perjuicios causados". En este sentido, su propuesta pasa porque no haya un modo presencial obligatorio y, como establece el convenio sectorial, que el 30% de la plantilla pueda tener trabajo remoto al 100%, mientras que el resto no pase más de nueve días mensuales por la oficina. Asimismo, piden un plus de 20 euros por día de presencialidad para sufragar los costes y la reducción de la jornada sin bajada salarial.

Las plataformas tienen un problema

En SUT también critican que "la empresa no está dispuesta a paliar de ninguna forma" la parte más delicada de este trabajo: el factor psicológico. "Los moderadores de TikTok en Barcelona tienen entre sus tareas moderar contenido delicado que ha ocasionado y ocasiona daños psicológicos a causa de las cotas de violencia que puede alcanzar. La empresa Majorel no compensa económicamente ni previene los riesgos laborales asociados", dicen.

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Es algo que ya han criticado los moderadores subcontratados por otras grandes tecnológicas. De hecho, una investigación de la Universidad de Nueva York pedía, ya en 2020, que se pusiera fin a la subcontratación de estos perfiles.

Además, los moderadores han adquirido una mayor relevancia ahora en la Unión Europea, ya que la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés), que entró en vigor el pasado agosto, traslada una mayor responsabilidad a las tecnológicas sobre el contenido que alojan. Es algo que ha hecho que Elon Musk se plantee bloquear el acceso a X, antes conocida como Twitter, en los países comunitarios, después de haber despedido a la mayoría de empleados que se dedicaban a la moderación de contenidos.

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Uno de los casos más sonados es el de Meta, que en 2020 tuvo que pagar 52 millones de dólares para indemnizar a un total de 11.250 empleados que se habían sumado a una demanda colectiva por razones similares. También se comprometieron a mejorar ciertos aspectos, como que el material se vea en blanco y negro y con el volumen desactivado o establecer sesiones regulares con psicólogos.

Aun así, los problemas no parecen haberse resuelto. Sin ir más lejos, La Vanguardia adelantaba hace unas semanas que al menos eel 20% de los moderadores en Barcelona —en este caso, la subcontrata es CCC Barcelona Digital Services, propiedad del grupo canadiense Telus— están de baja con diagnóstico de estrés postraumático, ansiedad, depresión e, incluso, intentos de suicidio.

De hecho, la Generalitat ya impuso una sanción de 40.985 euros a Telus por no haber evaluado los "riesgos psicosociales" del trabajo de un moderador de contenidos de carácter violento. Según el informe psiquiátrico, presentaba un cuadro clínico "grave" y todo había sido derivado de su trabajo.