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Lo que la guerra de Amazon contra el teletrabajo dice sobre la próxima bronca con tu jefe
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LOS COLETAZOS DE LA PANDEMIA

Lo que la guerra de Amazon contra el teletrabajo dice sobre la próxima bronca con tu jefe

El teletrabajo, en muchas empresas como las tecnológicas, ha muerto. La siguiente gran batalla va a ser la de organizar los modelos mixtos y ver hasta dónde llegan la libertad y flexibilidad para la plantilla

Foto: Andy Jassy, CEO de Amazon. (Reuters/Mike Blae)
Andy Jassy, CEO de Amazon. (Reuters/Mike Blae)
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Que la vuelta a la oficina se ha convertido en algo esquizofrénico en Silicon Valley no es nada nuevo. Solo hace falta echar un vistazo a los últimos bandazos de Google. Un día saca la vara y su responsable de Recursos Humanos lanza una amenaza velada en un correo asegurando que las evaluaciones de desempeño tendrán en cuenta la asistencia a la oficina. Al día siguiente saca la zanahoria y ofrece descuentos en un hotel junto a su sede para seducir a sus empleados y que abracen la presencialidad. El cebo para tan jugosa oferta: evitar los atascos matutinos.

Mientras tanto, por cierto, siguen presentando herramientas idóneas para el trabajo en remoto, como una función de inteligencia artificial que sustituye al usuario en una videollamada cuando no puede acudir porque se le solapa con otra o porque está ocupado con otras tareas.

Foto: Sundar Pichai, CEO de Google, durante una presentación. (Google)

Este es solo un ejemplo más del choque de trenes que se está viviendo en el corazón de la industria tecnológica. Cómo se ha llegado hasta aquí es una película bien conocida. Se declara la barra libre de teletrabajo sin letra pequeña por culpa del covid, y muchos empleados se organizan de una forma impensable hasta ese momento o se mudan a lugares con alquileres a precios asequibles. Pasa el tiempo, se recupera la normalidad y las empresas deciden recoger el cable. La cuestión es que no saben cómo hacerlo, porque no hubo condiciones estrictas, y muchos de los trabajadores no quieren renunciar a la libertad ganada o tener que mudarse a zonas mucho más caras.

“Este debate les afecta más que a otros sectores porque su actividad y negocio son mucho más propicios para trabajar a distancia, pero requiereN innovación y colaboración constante”, explicaba a este periódico recientemente Gleb Tsipursky, CEO de Disaster Avoidance Experts, consultora que asesora en esta materia a varias empresas del Fortune 500.

A la oficina o a la calle: se confirma la mano dura

Este pulso se está viviendo con especial intensidad en Amazon. La compañía decidió hace meses que era hora de volver a la oficina varios días por semana. El movimiento desató un enfrentamiento con parte de su plantilla, que ha recogido miles de firmas en contra de la decisión e incluso ha llegado a organizar manifestaciones frente a los cuarteles generales de Seattle.

Si alguien pensaba que la presión iba a hacer mella en Andy Jassy, sustituto de Jeff Bezos al frente del gigante del comercio electrónico, estaba equivocado. En un audio filtrado hace unos días, el líder de la compañía rechazó esta posibilidad, recordando que la decisión es irrevocable y que quien no se ajuste a ella no avanzará en la multinacional. "No es momento de estar en desacuerdo. Hay que comprometerse", afirmó. "Si no puedes hacerlo, lo entiendo, pero probablemente no encajes bien en Amazon. Vamos a volver al menos tres días por semana y eso puede no ser adecuado para todos".

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

"Las empresas tuvieron pocas opciones durante la pandemia. El problema surge porque, desgraciadamente, muchas fueron ingenuas acerca de las desventajas de trabajar completamente de forma remota. Por alguna razón, crearon expectativas poco realistas de que tales prácticas podrían continuar. Esto debería haberse previsto en 2020, como lo hicieron algunos expertos", comenta a este periódico Michael Gibbs, profesor de Economía de la Universidad de Chicago, que no se muestra en absoluto "sorprendido" por estas decisiones.

Gibbs es coautor de una investigación que dio mucho que hablar en 2021 sobre cómo afectaba el trabajo remoto a la productividad en una empresa de tecnología asiática con más de 150.000 empleados en todo el mundo. "Las investigaciones académicas, incluyendo la mía, ofrecen razones para preocuparse de que el rendimiento se ve afectado cuando se adopta un modelo 100% remoto", asegura.

¿Hay cifras o no que lo avalen?

Una de las cosas que más han recriminado a la dirección de Amazon ha sido no respaldar su decisión con datos, y sus detractores la acusan de tomar esta decisión basándose únicamente en impresiones y preferencias personales. Un alto ejecutivo de Prime Video reconocía a principios de agosto, en una reunión interna con empleados, que no había estadísticas que respaldaran la vuelta a la oficina. El propio Jassy, en el audio filtrado, argumenta que ha hablado con decenas de CEO y que todos comparten su apuesta. El directivo también asegura que cuando se envió a todo el mundo a casa en 2020, tampoco se presentaron datos y no hubo quejas. En cuanto a la emergencia sanitaria, eso es cosa del pasado.

Foto: Onlyfans se afianza después de la pandemia. (Reuters/Andrew Kelly)

En este sentido, Gibbs argumenta que este asunto no se puede resolver únicamente teniendo en cuenta "la productividad de los empleados a corto plazo" y menciona otros desafíos "intangibles" como la colaboración, la innovación, la formación de los nuevos empleados, el desarrollo de los trabajadores más júnior y las relaciones con los clientes. "Muchos de estos aspectos son difíciles de cuantificar, si no imposibles", justifica el docente.

La investigación de Gibbs es solo un ejemplo de la literatura científica que ha surgido en torno al teletrabajo y la pandemia. Trabajos que en muchos casos sostienen que el regreso a la oficina no se trata de un simple "ordeno y mando" porque el jefe de turno haya tenido un mal día. Un estudio realizado por la Universidad de California en una empresa de estadísticas en La India encontró que los empleados que trabajaban siempre desde casa eran un 18% menos productivos. Otro artículo, publicado por el Banco de Nueva York y elaborado por dos doctoras de Harvard, afirmaba que la eficiencia de los empleados de una plataforma de comercio electrónico había disminuido un 4% después de observar un aumento en el número de llamadas y el tiempo de espera de los clientes.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

También existen estudios en la dirección contraria, aunque son menos numerosos. Un informe de la consultora Envoy, que entrevistó a 1.000 directivos y gerentes de empresas en EEUU, aseguró que el 80% de ellos se "arrepentía" de algunos aspectos de sus planes de regreso a la oficina.

Sea como sea, este episodio y otros similares en compañías como Apple (que llegó a amenazar con amonestaciones ante las quejas de algunos empleados) parecen confirmar que se ha impuesto la mano dura y otro golpe al modelo de trabajo remoto completo que la pandemia obligó a adoptar. Los nómadas digitales seguirán existiendo, pero difícilmente en este tipo de multinacionales y organizaciones. Ahora solo queda que la resistencia vaya desapareciendo, ya sea porque se acepten las nuevas condiciones o porque se busquen otras alternativas. También cabe señalar que hay compañías de cierto tamaño, como Zoom, que han tenido algo más de mano izquierda. El acudir en persona dos días por semana solo se aplicará a aquellos que residan a menos de 80 kilómetros de una de sus oficinas. "Pocas empresas, en ocupaciones poco comunes, van a adoptar completamente el modelo de trabajo a distancia en el futuro", concluye Gibbs. "El nuevo debate, el que se abre en este momento, es el alcance y la forma en que se utilizará el trabajo híbrido".

El trabajo híbrido no es el final

En resumen, que los gerifaltes decidan que es hora de volver a la oficina no significa que el asunto esté ni mucho menos resuelto. Es necesario determinar cómo y en qué condiciones se llevará a cabo este retorno. Se avecina un proceso de negociación en el que la plantilla podría perder aún más de la flexibilidad ganada en los últimos años y, por lo tanto, podrían surgir nuevos conflictos al respecto.

La pregunta evidente es: ¿se pueden recuperar los días de oficina a la vieja usanza o hay que transformar los procesos de arriba abajo? ¿Hay que imponer un horario y un calendario estricto o hay que dar más flexibilidad a los empleados?

Algunas empresas quieren ahora ajustar el modelo híbrido que impusieron a sus empleados

En el seno de muchas empresas se optó por un modelo más libre en un primer momento, pero muchos se están arrepintiendo y cambiándolo por un sistema mucho más rígido, en el que todos vayan a la oficina los mismos días de la semana y puedan trabajar desde casa los mismos días. Hace unas semanas, quien verbalizó esta tendencia fue Óscar Pierre, fundador de Glovo, ahora propiedad de Delivery Hero. El directivo aseguró que se ha vuelto un "crítico del actual modelo híbrido" porque genera "poco compromiso" con el lugar de trabajo, convertido ahora en un "lugar lleno de sitios rotativos".

La empresa de Barcelona ha impuesto una vuelta al trabajo en persona de tres días, sin capacidad de elección. Algo que les ha obligado, tal y como contó Pierre en el pódcast Itnig, a realizar obras en su sede. No hay que olvidar que durante la pandemia estas compañías siguieron contratando y aumentando su fuerza laboral.

placeholder Óscar Pierre. (EFE)
Óscar Pierre. (EFE)

El emprendedor catalán también aseguró que entre "un 5 y un 10%" de la plantilla no están contentos con la decisión y eso se ha traducido en cierta "pérdida de talento". Para suavizarlo, algunas empresas, como Amazon, están haciendo concesiones.

Los de Seattle, por ejemplo, ofrecen una bolsa de 20 días de libre disposición cada año para trabajar desde donde se quiera, además de los dos días de trabajo remoto permitidos cada semana. Sin embargo, existen muchas dudas al respecto. ¿Se podrán tomar cuando se desee? ¿Es una medida temporal para aliviar el descontento o se mantendrá a lo largo de los años?

"Esto es un edulcorante para reducir la ira de los empleados", analiza en conversación con El Confidencial Nicholas Bloom, economista de la Universidad de Stanford, considerado uno de los grandes expertos en teletrabajo, una materia que ha estado estudiando desde 2004. Pero este experto explica que este tipo de medidas pueden ser un arma de doble filo. "Esos 20 días de Amazon serían bastante perturbadores si los miembros de los equipos se los toman en días diferentes. Sospecho que se animarán a tomarlos, digamos, en julio y en agosto”.

Foto: El cubículo ideado por los de Zuckerberg. (Carolyn Fong/Redux)

Bloom asegura que, hasta la fecha, el 30% de los trabajadores en Estados Unidos quiere trabajar completamente de forma remota, mientras que el 20% prefiere un modelo completamente presencial. Sin embargo, sus investigaciones (puedes consultarlas aquí) indican que el modelo híbrido es el que más consenso genera, con un 50% de personas que lo prefieren. "Con estos datos, cualquier decisión en una empresa grande será impopular entre gran parte de la plantilla y cientos y miles de empleados se quejarán".

Bloom cree que el modelo mixto prevalecerá, pero asegura que es necesario empezar a hablar de un "trabajo híbrido coordinado". "El motivo de venir a la oficina es trabajar cara a cara, no simplemente llenar la oficina. Esto no puede suceder si cada empleado elige sus días".

El frente de los horarios

El otro gran frente es el de los horarios. La duda es, nuevamente, si se puede recuperar la situación previa a la pandemia. En España, no hay datos que permitan conocer la situación, pero en Estados Unidos ya se ha empezado a investigar este asunto. Hace unos días se publicó un informe elaborado por Basking, una empresa que se dedica a analizar la ocupación de las oficinas. El documento afirmaba que la mitad de los empleados monitorizados apenas pasa seis horas seguidas en la oficina. La cifra antes del covid era del 84%.

¿Significa esto que están trabajando menos? No. Lo que ocurre es que se toman más libertad a la hora de organizar su trabajo. Se comienza en casa, se va al gimnasio, se va a la oficina, se busca a los niños o se realizan gestiones y se termina nuevamente en casa. Lo que antes era una excepción, ahora parece la norma. Bloom explica que esta situación ya está teniendo efectos medibles, como la reducción de los picos de tráfico en autopistas o en el transporte público.

placeholder Interior de una oficina de Google. (Reuters)
Interior de una oficina de Google. (Reuters)

Bloom destaca otro factor a tener en cuenta a la hora de predecir cómo terminará todo este asunto: la cultura de los altos directivos. "Suelen ser personas muy trabajadoras y muy enfocadas en ello. Mucho más que sus empleados, quienes valoran y prefieren una mayor conciliación entre vida personal y laboral. Por lo tanto, los directivos prefieren pasar más tiempo en la oficina, y eso es algo que influye".

Cuando se le preguntó sobre este tema, Gibbs pronostica que la mayoría de las empresas "no ofrecerán total libertad" en la elección de días u horarios, y anticipa que habrá restricciones, como la obligación de asistir ciertos días cada semana, así como días con citas y reuniones importantes, entre otras.

Además, menciona que se reintroducirán otras obligaciones que han caído en desuso en muchos casos, como la necesidad de reunirse con clientes en persona durante un mínimo de horas o la implementación de procesos de monitoreo y tutoría de empleados, "especialmente en el caso de los más jóvenes". Precisamente, uno de los argumentos del CEO de Salesforce para revertir el trabajo 100% remoto es que la productividad se había visto afectada, entre otras cosas, por el gran número de personas que se habían incorporado de forma remota, especialmente los más jóvenes, quienes no habían recibido la formación necesaria.

Que la vuelta a la oficina se ha convertido en algo esquizofrénico en Silicon Valley no es nada nuevo. Solo hace falta echar un vistazo a los últimos bandazos de Google. Un día saca la vara y su responsable de Recursos Humanos lanza una amenaza velada en un correo asegurando que las evaluaciones de desempeño tendrán en cuenta la asistencia a la oficina. Al día siguiente saca la zanahoria y ofrece descuentos en un hotel junto a su sede para seducir a sus empleados y que abracen la presencialidad. El cebo para tan jugosa oferta: evitar los atascos matutinos.

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