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Estos dos hermanos son los nuevos capos de la IA que amenazan el imperio de OpenAI
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Estos dos hermanos son los nuevos capos de la IA que amenazan el imperio de OpenAI

Los hermanos Daniela y Dario Amodei se fueron de OpenAI hace dos años para montar Anthropic. Ahora se han convertido en su principal competidor y Amazon ya les ha dado 4.000 M$ para hacerles frente

Foto: Los hermanos Daniela y Dario Amodei, fundadores de Anthropic. (Anthropic)
Los hermanos Daniela y Dario Amodei, fundadores de Anthropic. (Anthropic)

A mediados de 2019, los hermanos Daniela y Dario Amodei comenzaron a sospechar que a OpenAI le quedaba una sola cosa de proyecto abierto: el nombre. La guinda la puso la llegada de Microsoft, que aquel verano había hecho una inversión de 1.000 millones de dólares, algo que le convertía en socio preferente de cara al futuro. Ambos habían entrado en el proyecto animados por unos valores fundacionales que veían que se estaban quedando aparcados, pero decidieron irse en 2020 para montárselo por su cuenta. Fue así como nació Anthropic, fundada por los hermanos junto a otros extrabajadores, y que ahora se ha convertido en la mayor rival de la creadora de ChatGPT.

Para muestra, los 1.300 millones que acaba de invertir Amazon en esta startup, pero comprometiéndose a alcanzar los 4.000, a cambio de una participación en la empresa que no ha sido revelada. Lo curioso es que aquí ya estaba antes Google, que se dejó 300 millones el pasado marzo, convirtiéndose en propietaria del 10% de la firma. No es lo único llamativo de esta firma, que en lo que va de 2023 ha levantado cuatro rondas que suman 2.150 millones. Curiosamente, uno de los primeros inversores de Anthropic fue Sam Bankman-Fried, el fundador de la quebrada FTX, que en abril de 2022 desembolsó 580 millones, algo que ahora podría ayudar en la recuperación del dinero de clientes y acreedores.

Foto: Jensen Huang, CEO de Nvidia. (Reuters/Ann Wang)

Sin embargo, eso no parece suficiente para hacer frente a OpenAI, que el pasado enero recibió 10.000 millones de Microsoft de una tacada. Apenas unos días más tarde, The Information reveló que Anthropic estaría buscando una financiación extra a la de Seattle. En concreto, unos 2.000 millones de dólares con los que conseguirían alcanzar una valoración de entre 20.000 y 30.000 millones de euros, casi cinco veces más que a principios de año. Y la sorpresa fue que, entre la lista de candidatos a darles ese dinero, volvía a aparecer el nombre de Google.

No es raro que las grandes tecnológicas pongan sus huevos en diferentes cestas —entre 2017 y 2022, Microsoft y Google adquirieron 12 y ocho startups de IA, respectivamente—, pero sí que una cesta ponga huevos en las tecnológicas. "El mundo de las startups de inteligencia artificial es muy curioso. La idea original de OpenAI era ser independiente, abierto... Pero los costes de una empresa de estas características hacía que no pudieran seguir con ese modelo", comenta Joe Haslam. "Los hermanos Amodei se fueron porque no les gustaba Microsoft. Lo curioso es que sabían que no tenían alternativa si querían competir", desliza.

placeholder Foto: Reuters/Iván Alvarado.
Foto: Reuters/Iván Alvarado.

El problema es que, para poder mirar de tú a tú a los grandes modelos, Anthropic tiene que asumir una cantidad ingente de gastos en entrenamiento, que van desde los centros de datos a los chips especializados, pasando por un gran consumo energético. En este sentido, cabe recordar que OpenAI ya está buscando más financiación para alcanzar la valoración de 90.000 millones de dólares (en marzo, su valoración era de 29.000).

Eso sí, no solo es una cuestión de dinero: "Para entrenar los modelos, también necesitas unas cantidades enormes de datos, y eso también lo tienen los grandes. La batalla va a estar en quién consigue talento, financiación y datos. Esa es la competición", enfatiza Haslam. De hecho, como parte del acuerdo, Anthropic aprovechará la capacidad de computación de la nube de Amazon Web Services y los microprocesadores con los que quieren reducir la dependencia de Nvidia —AWS Trainium y AWS Inferentia—, mientras que la firma fundada por Bezos podrá utilizar sus modelos de lenguaje para mejorar productos como Alexa o el buscador de su tienda, algo para lo que el verano pasado ya creó un departamento de IA.

El mercado de fichajes de las 'startups' de IA

Sea como sea, no deja de sorprender que una de las empresas de IA más pujantes reciba inversión, al mismo tiempo, de dos contendientes en la carrera por llevarse el trono de esta tecnología. "Me gusta comparar lo que estamos viendo con el fútbol, donde hay equipos y jugadores. Aquí tenemos claro que hay cinco equipos y que el resto son jugadores", explica Joe Haslam, de IE. Por si alguien se ha despistado, esos equipos son Microsoft, Google, Amazon, Apple y Meta, mientras que los jugadores son las startups como OpenAI, Anthropic o DeepMind.

"Estamos en el mercado de invierno y hay jugadores que pueden cambiar de equipo", extrapola Haslam sobre el caso de Anthropic. Sin embargo, eso no es tan sencillo, ya que la inversión de Google en marzo les daba ciertos derechos que pueden complicar su convivencia. "Google tiene mucho dinero y puede hacérselo muy difícil a Amazon, donde el negocio de buscador se está fortaleciendo, y eso les convierte en enemigos", comenta.

Foto: Un superordenador de IA en un centro de datos en California. (Reuters/Cerebras System)

En su caso, tiene claro que los de Mountain View "van a seguir con sus derechos, incluso si tienen que llegar a los tribunales". "Quieren estar cerca de Anthropic el máximo tiempo que puedan, pero a medio plazo será imposible. Ellos están con Deepmind y Amazon con Anthropic", defiende. Con todo, es algo que muestra hasta qué punto las necesidades de financiación y de búsqueda de negocio prevalecen sobre los propios conflictos internos que puedan generar las inversiones.

En este sentido, también hay que recordar que ni siquiera OpenAI está teniendo suficiente. Sam Altman ha estado en conversación con Jony Ive, exjefe de diseño de Apple, para construir un dispositivo enfocado íntegramente a la IA, algo que podría acabar siendo competencia de los gadgets de Microsoft, que es dueña del 49% de la creadora de ChatGPT tras su inversión de principios de año. Al mismo tiempo, los de Redmond participaron, junto a Nvidia, en la ronda de 1.300 millones en otra de las firmas de IA más pujantes, Inflection, de Mustafa Suleyman, fundador de DeepMind.

placeholder Foto: Reuters/Amir Cohen.
Foto: Reuters/Amir Cohen.

Apple, por su parte, se ha movido en silencio, pero lo cierto es que entre 2017 y 2022 adquirió 21 startups de inteligencia artificial, según los datos recogidos por Pitchbook. "Apple ha comprado un montón de empresas pequeñas, porque en vez de hacer adquisiciones más grandes, prefiere hacerlo con pequeños e ir formando su equipo. Es su manera habitual de operar, además de hacerlo en secreto", enfatiza Haslam.

En ese mismo periodo, Meta se hizo con 11 empresas de este sector. Por ahora, su enfoque ha pasado por las políticas de código abierto, lanzando un buen puñado de herramientas de IA en asuntos tan dispares como la traducción de voces, la generación de música sintética o la creación de stickers. "Más que construir una alianza en particular, Meta parece querer facilitar que cualquiera pueda deshacerse de las demás", dejaban caer hace unos días en The Information.

"Van por caminos diferentes, aunque se parezcan"

Lo que ofrecen por ahora tanto ChatGPT como Anthropic está muy alineado, como el chatbot Claude, con un funcionamiento muy similar al de ChatGPT. "Van por caminos diferentes, aunque técnicamente sean parecidos", comenta Haslam, que recalca que la diferencia es que el modelo de los hermanos Amodei adquiere tintes de mayor carácter académico, enfocándose en que los resultados que ofrecen sean más seguros y la conversación más fluida. Aquí cabe recordar que Daniela era la vicepresidenta de Políticas y Seguridad de OpenAI y, antes, había trabajado como analista de riesgos en Stripe.

Darío, por su parte, es un perfil totalmente científico, con un doctorado en biofísica por la Universidad de Princeton y experiencia como investigador en Google o Baidu. De hecho, el último cargo que ocupó en OpenAI fue como jefe de investigación, donde lideró el equipo que construyó los modelos GPT-2 y GPT-3. Antes, había tenido un rol similar al que luego adquiriría su hermana, ya que estuvo liderando los equipos de seguridad en la IA durante dos años.

Foto: El guionista Travis Adam Wright tras el anuncio del acuerdo. (EFE/David Swanson)

Pero no es solo eso. "Los Amodei son de padre italiano y tienen un enfoque más europeo, así que también están viendo qué pueden hacer con esta tecnología. Es un enfoque parecido al de las armas nucleares, donde se defiende aquello de que, si es posible, tienes que crearla antes de que lo hagan los malos y pueda pasar cualquier cosa", desarrolla, recordando que "hay quien hace coches para venderlos y quien los hace porque les gustan".

De hecho, ahora mismo Anthropic es la empresa más favorable —entre las grandes— a que los modelos tengan una auditoría independiente de terceros, incluyendo gobiernos. OpenAI, aun estando por la labor de una mayor regulación, se ha limitado a aceptar que las empresas tengan aprobación gubernamental antes de operar. Microsoft, por su parte, ha ido en la línea de la regulación europea en ciernes, donde las empresas tendrían que obtener licencias para operar. Google, por su parte, no se ha pronunciado claramente, mientras que Meta ha rechazado que, en el estado actual, sean necesarias estas medidas.

Haslem, además, considera que el uso de redes de computación en la nube puede darles cierta ventaja técnica —sobre todo, estando asociados con el líder del sector—, pero eso no lo es todo para ganar. "El enfoque de ChatGPT es mucho más comercial. No hay dudas de que su manera de ver el mundo es ganar dinero, y eso es lo único que les vale. Por mucha imagen de humildad que quiera dar, Altman quiere ser famoso y tener un yate. Eso hará que OpenAI sea más útil, porque quiere buscar soluciones para problemas y así hacer negocio con las licencias", concluye.

A mediados de 2019, los hermanos Daniela y Dario Amodei comenzaron a sospechar que a OpenAI le quedaba una sola cosa de proyecto abierto: el nombre. La guinda la puso la llegada de Microsoft, que aquel verano había hecho una inversión de 1.000 millones de dólares, algo que le convertía en socio preferente de cara al futuro. Ambos habían entrado en el proyecto animados por unos valores fundacionales que veían que se estaban quedando aparcados, pero decidieron irse en 2020 para montárselo por su cuenta. Fue así como nació Anthropic, fundada por los hermanos junto a otros extrabajadores, y que ahora se ha convertido en la mayor rival de la creadora de ChatGPT.

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