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Una tarde en Madrid con el creador de ChatGPT: la IA en persona aún no tiene respuestas
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ALTMAN VISITA ESPAÑA, PERO REPITE DISCURSO

Una tarde en Madrid con el creador de ChatGPT: la IA en persona aún no tiene respuestas

Altman protagoniza una visita exprés a Madrid, donde se ha reunido con Pedro Sánchez. Después, ha dado un discurso lleno de lugares comunes y dudas sobre el futuro de una tecnología que está en el punto de mira de los reguladores

Foto: Sam Altman, CEO de OpenAI, durante su visita a Madrid. (IE University)
Sam Altman, CEO de OpenAI, durante su visita a Madrid. (IE University)

"Esto es nuevo para mí, esta mañana he estado reuniéndome con políticos". Esas han sido las palabras con las que Sam Altman, el CEO y cofundador de OpenAI, ha comenzado su charla en Madrid. Lo ha hecho en un auditorio del IE Universtiy abarrotado de estudiantes en el que apenas ha dicho algo que no se le hubiera escuchado decir antes. Antes, el responsable de ese fenómeno llamado ChatGPT ha visitado el Palacio de la Moncloa, donde se ha entrevistado con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. Todo en un viaje relámpago —no ha estado ni 24 horas en la capital— que se ha desarrollado sin la habitual fanfarria mediática que suele acompañar a este tipo de apariciones. Todo se ha llevado en un perfil sorprendentemente bajo, teniendo en cuenta el interés que despierta el personaje.

Lo corto de su agenda no ha sido impedimento para que Altman, antes de poner rumbo a Bruselas, haya manteniendo una cita con empresarios, desarrolladores y otros profesionales del gremio de la IA en España. "La IA es lo más divertido que he hecho, mucho más de lo que podía imaginar", ha indicado el responsable de OpenAI al poco de comenzar el encuentro en la sede del IE, ataviado de un traje que lo aleja de su habitual estética informal. Allí ha estado acompañado de Mo Bavarian, investigador de OpenAI: así como de Joe Haslam y Elena González Blanco, profesores de esta universidad, que le han ido lanzando preguntas durante cerca de una hora.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantiene un encuentro con el consejero delegado y cofundador de OpenAI, Sam Altman (d), en el Palacio de la Moncloa. (EFE)

La visita del CEO de OpenAI a España ha llegado en un momento crucial para la inteligencia artificial. Apenas unos días después de que se presentara el primer borrador de la ley europea de IA, Altman tuvo que acudir hace una semana al Congreso de Estados Unidos, donde fue interpelado por los reguladores sobre los puntos críticos de esta tecnología, como su regulación o los riesgos que puede suponer, que van desde la desinformación a una previsible destrucción de puestos de trabajo. La visita a la Moncloa, por cierto, no es baladí: España tiene su turno en la presidencia del Consejo de la Unión Europea a partir de julio, en unos meses clave para la futura regulación.

"¿Cuántos de los que estáis aquí creéis que los próximos modelos de ChatGPT deben estar regulados?", ha preguntado Altman al auditorio, que se ha llenado de manos alzadas. Después, ha preguntado si estas novedades deberían ser de código abierto. Ahí la audiencia ha estado más dividida, pero inclinada hacia la respuesta afirmativa. "Creo que no estamos de acuerdo", ha dejado caer.

En realidad, el jefe de OpenAI apenas se ha salido del guion establecido y de lo que ya se le podía haber escuchado decir tiempo antes, en un discurso en el que ha ido jugando a partes iguales con la grandilocuencia y la responsabilidad respecto al control y regulación de la IA. Curiosamente, el único momento en el que se le ha notado algo tenso ha sido cuando le han preguntado si ha usado Bard, el chatbot que acaba de lanzar Google. "No lo he probado y no quiero hablar de competidores", ha dicho en tono cortante.

placeholder Sam Altman, durante su intervención en IE University. (M. E.)
Sam Altman, durante su intervención en IE University. (M. E.)

Como ya había indicado la semana pasada en el Congreso de Estados Unidos, Altman considera que debería existir un organismo internacional que fuera el encargado de otorgar licencias de IA a las empresas para evitar malos usos. "Tenemos que tener el mismo cuidado con las armas nucleares", ha afirmado tajante, reconociendo que "las consecuencias pueden ser catastróficas a nivel mundial" si no se pone ningún tipo de control.

"Es justo ser escéptico con Silicon Valley, porque lo hemos hecho mal en el pasado", ha dicho el que también fue presidente de YCombinator, la aceleradora de startups más importante del mundo. "Pido que nos juzguéis por nuestros actos y no nuestras palabras", ha dicho, recalcando que estuvieron ocho meses trabajando en que ChatGPT fuera seguro antes de su lanzamiento.

Eso sí, ha matizado que las leyes tienen que aplicarse sobre los grandes modelos, "porque son los que pueden hacer un gran daño", y no tanto sobre los pequeños, ya que considera que eso "ralentizaría" su capacidad de innovación. "La regulación tiene que ser para nosotros", ha insistido, como es habitual, en su papel de directivo responsable. Bavarian, por su parte, ha sido más claro y ha asegurado que la normativa de protección de datos europea "ha beneficiado a los grandes", por lo que esperan que esta vez sea distinto. “No solo vamos a depender de la regulación, lo que nos importa es hacer lo correcto. Probablemente, la cagaremos algunas veces", ha indicado.

Foto: Mark Zuckerberg, en una imagen de archivo. (Getty/Samuel Corum)

"Queremos ser un buen socio para los gobiernos, pero más aún queremos hacer lo que la gente quiere. Intentaremos escuchar tanto como podamos y asegurarnos de que funcione para los usuarios", ha contrapuesto el CEO de OpenAI, que también ha destacado los que, a su juicio, son los "tres milagros" que han conseguido en este tiempo. El primero, que su IA haya sido capaz de aprender por sí misma, algo que, ha recordado, "muchos expertos dijeron que no iba a funcionar". El siguiente, el hecho de que su algoritmo mejore con la escalabilidad. Y, por último, que "con pocos datos se puede hacer que estos modelos funcionen como se quiera, de forma que añaden valor". También ha vaticinado que, con el desarrollo de estas herramientas, podremos ver dentro de un año unicornios llevados por una sola persona.

"El objetivo es que ChatGPT se convierta en un superasistente que tenga una buena perspectiva general de todos los datos que tienes, y sea capaz de realizar una serie de tareas en tu nombre", ha comentado Altman, que ha destacado que lo utilizan "para un montón de cosas de programación" en OpenAI, pero también para hacer traducciones en algunos viajes, como ha sido este caso.

Puede parecer que ha pasado una eternidad, pero no hace ni medio año que OpenAI recibió una inversión de 10.000 millones de euros por parte de Microsoft, pese al momento de recortes y contención de gasto que viven las grandes tecnológicas. Es algo que ayuda a explicar cómo Altman ha pasado de ser una figura conocida en Silicon Valley a convertirse en la cara visible de la empresa en la que están puestos los ojos de medio mundo.

Es lo que ha llevado a embarcarse en una gira mundial en la que acabará visitando un total de diecisiete ciudades. Ya ha pasado por Washington y Toronto en Estados Unidos, además de Río de Janeiro (Brasil) y Lagos (Nigeria). Ahora llega el tramo europeo, donde (además de Madrid) va a pasar por Bruselas, Múnich, Londres y París. Después, hará lo propio en Tel Aviv (Israel), Dubái (Emiratos Árabes Unidos), Nueva Delhi (India), Singapur, Yakarta (Indonesia), Seúl (Corea del Sur), Tokio (Japón) y Melbourne (Australia).

Como todo jefazo de toda gran tecnológica que se precie, Altman también ha querido mantenerse en todo momento con un perfil humilde, aunque aquí ha querido llevarlo más allá del plano meramente estético. En el Congreso de EEUU insistió en que no tiene ni una sola acción de OpenAI, algo inusual en un sector en el que los fundadores suelen reservarse un porcentaje más o menos importante y los pagos en stock options son el pan de cada día. "Hago esto porque me encanta", dijo ante la sorpresa de los congresistas.

La reunión con desarrolladores y 'startups' de Altman

Altman también ha asegurado que el motivo de su visita es conocer "cómo se está usando la tecnología y qué se aprende de ella", razón por la que ha querido "tener el feedback de los desarrolladores". De hecho, ha aprovechado para lanzar un guiño y destacar "la gran cantidad de talento europeo" que trabaja en OpenAI. "OpenAI no existiría sin europeos. Punto", ha insistido.

Foto: Un empleado trabajando en las oficinas de Idoven, una de las 'startup' españolas de IA que más dinero ha levantado. (Cedida)

Durante ese encuentro privado, en el que también ha estado presente El Confidencial, una treintena de personas han interrogado al jefe de la responsable de ChatGPT, abordando cuestiones como los sesgos de esta herramienta, las pruebas de nuevas versiones o sus siguientes pasos. Sobre esto último, ya ha adelantado que están trabajando en un asistente de voz. "Siendo optimistas, lo podremos ver este año", ha indicado.

"Hemos tenido la suerte de estar ahí, porque en los últimos meses están pasando cosas maravillosas. Por fin ha salido a la luz lo que muchos llevamos mucho tiempo desarrollando", celebra González Blanco, que ha estado presente en el escenario junto a Altman, en conversación con este periódico. "Es interesante saber hasta dónde llega la IA y cómo utilizarla. Se está generando un hype muy grande, pero también un desconocimiento muy potente sobre hasta dónde puede llegar, a lo que se une la velocidad de los cambios. Todos los días salen noticias, pero la mayoría de la gente no sabe ni por dónde empezar o cómo llevarlo a su terreno. Estamos en el momento de admiración, pero ahora vendrá la adopción", prevé.

Además de profesora de IE University, también es fundadora de Clibrain, una startup que crea herramientas, como puede ser un chatbot, que integran y mezclan distintos modelos de lenguaje y librerías. Su enfoque tiene dos pilares: el uso del castellano y la privacidad. "Uno de los problemas de la IA es que hay una brecha entre inglés y el resto de lenguas, así que la oportunidad de mercado de tener una tecnología que hable español es grande", continúa esta especialista, que asegura que el potencial de este idioma es clave para que Altman se haya decantado por visitar España. "El otro punto está en que las personas escriben datos privados, como los de la empresa, en un chatbot sin saber qué va a pasar con ellos, por lo que ofrecemos un entorno en el que se eviten peligros como las potenciales filtraciones".

Altman: "Deberíamos tener envidia por lo que se experimentará en el futuro"

Precisamente, fue eso lo que provocó la prohibición temporal de ChatGPT en Italia. Es un punto que Altman ha tratado de forma más superficial durante el evento: "La privacidad es muy importante en estos modelos. Trabajamos con gobiernos de todo el mundo sobre este asunto". Otro de los aspectos más polémicos sobre esta tecnología está en la propiedad intelectual, un punto que Altman no ha tratado durante su charla.

Eso sí, ha aprovechado para cerrar el evento asegurando que la IA será "la tecnología más habilitadora que la humanidad haya visto jamás". "Deberíamos tener envidia de lo que la gente llegará a experimentar en el futuro", ha zanjado. Sin embargo, y al menos por ahora, ni ChatGPT ni él mismo tienen respuesta para abordar los grandes dilemas que ya está planteando la inteligencia artificial.

"Esto es nuevo para mí, esta mañana he estado reuniéndome con políticos". Esas han sido las palabras con las que Sam Altman, el CEO y cofundador de OpenAI, ha comenzado su charla en Madrid. Lo ha hecho en un auditorio del IE Universtiy abarrotado de estudiantes en el que apenas ha dicho algo que no se le hubiera escuchado decir antes. Antes, el responsable de ese fenómeno llamado ChatGPT ha visitado el Palacio de la Moncloa, donde se ha entrevistado con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. Todo en un viaje relámpago —no ha estado ni 24 horas en la capital— que se ha desarrollado sin la habitual fanfarria mediática que suele acompañar a este tipo de apariciones. Todo se ha llevado en un perfil sorprendentemente bajo, teniendo en cuenta el interés que despierta el personaje.

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