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Furor por el ChatGPT legal: crecen las herramientas de IA jurídica 'made in Spain'
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La acogida está siendo un éxito, aseguran

Furor por el ChatGPT legal: crecen las herramientas de IA jurídica 'made in Spain'

El éxito de OpenAI ha servido de inspiración a varios emprendedores españoles, que ya desarrollan soluciones similares dirigidas específicamente al sector legal

Foto: Empresas españolas lanzan su ChatGPT legal. (EFE/Andreu Dalmau)
Empresas españolas lanzan su ChatGPT legal. (EFE/Andreu Dalmau)
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A pesar de que ya han pasado casi seis meses de que OpenAI lanzara su herramienta, la fiebre por ChatGPT sigue muy presente en todos los sectores, y el legal no es ninguna excepción. El amplio potencial que ofrece la inteligencia artificial al mundo jurídico ya ha convencido a muchos para adaptar esta plataforma a su día a día e, incluso, algunos despachos han lanzado herramientas internas enfocadas a ayudar a sus abogados en sus labores más tediosas, como es el caso de Allen & Overy con su asistente Harvey. No son los únicos. La irrupción del popular chat ha servido de inspiración para algunos emprendedores españoles, que actualmente están desarrollando diversas plataformas enfocadas única y exclusivamente a los profesionales del derecho.

Una de ellas es FindIur, creada conjuntamente por la jurista extremeña Vyctorya Lima y el ingeniero informático Josep Chulvi, de Valencia. Desde enero de 2023, ambos trabajan en una plataforma muy similar a la de OpenAI, aunque orientada al sector legal. Por el momento, está todavía en fase de desarrollo, aunque prevén poder lanzarla el próximo 25 de mayo. La idea original le surgió a Lima hace un par de años. "Estaba trabajando en un despacho de abogados y me di cuenta de que se perdía mucho tiempo en trámites burocráticos, buscando normas, jurisprudencia… Sabía que hacía falta una plataforma así, pero no sabía cómo hacerlo", detalla. La irrupción de ChatGPT ayudó a Lima a aterrizar el planteamiento del proyecto, y fue entonces cuando decidió aliarse con Chulvi, con experiencia en el ámbito de la IA.

Foto: Sede de Allen & Overy en Madrid.

La plataforma ofrece tres funcionalidades. La primera, un asistente virtual con el que el usuario puede conversar para trasladar dudas jurídicas o pedirle argumentos jurídicos para su caso. En segundo lugar, una base de datos con información legal que permite a los letrados encontrar el precepto exacto de una normativa o una sentencia que puede ser de relevancia para su caso. Al contrario que la versión gratuita de ChatGPT, la base de datos de FindIur se apoya en el BOE y ofrece información que se actualiza con regularidad.

Pero no solo eso. "Al principio lo enfocamos como un mero asistente, pero luego nos dimos cuenta de que hay muchos otros problemas a los que podíamos dar solución", cuenta Lima, y agrega que FindIur también permite automatizar ciertos procesos mecánicos, como las notificaciones a juzgados o la emisión de requerimientos previos. Esta tercera funcionalidad, explica, surgió tras su paso por el bufete. "Estaba especializado en pleitos masa, principalmente temas de tarjetas revolving. Todo era bastante manual, y calculé que perdía una media de entre dos o tres horas al día en labores que se podían automatizar", evoca. Ahora, su plataforma es capaz de analizar un contrato, comprobar si hay usura y enviar el requerimiento previo sin necesidad de intervención humana.

Aunque el proyecto todavía no ha sido lanzado al mercado, Lima asegura que la acogida está siendo inmejorable. "En marzo publicamos un formulario para que quien tuviera interés de probar la herramienta, se apuntara. A día de hoy, tenemos más de 1.000 abogados en nuestra base de datos", celebra, y agrega que la herramienta será de pago y, si bien aún no han fijado cuál será el coste exacto, rondará entre los 50 y los 120 euros al mes. "Los primeros meses serán gratuitos y luego ya ajustaremos", puntualiza.

Foto: Varios abogados utilizan esta herramienta con asiduidad. (EFE/WU Hao)

Actualmente, están a punto de cerrar su primera ronda de inversión y ya han conseguido involucrar a una empresa de venture capital y una editorial jurídica "líder en el sector". Al menos, así la describe Lima, que descarta concretar nombres, pero sí adelanta que están en conversaciones con esta compañía para incorporar su base de datos jurisprudencial a FindIur. En la misma línea, también confiesa que un despacho de abogados relevante con presencia nacional ha contactado con ellos para contratar su servicio de automatización de procesos. "La idea es que una vez estemos plenamente operativos y se evidencie el buen funcionamiento, entren en nuestras rondas de inversión", explica.

Lucentum

La de Lima y Chulvi no es la única iniciativa centrada específicamente en abogados y desarrollada por emprendedores españoles. Andrés Torrubia es ingeniero de telecomunicaciones y cofundador del Instituto de Inteligencia Artificial, una institución privada con sede en Alicante que presta formación a empresas sobre el desarrollo de la IA. "Muchos de nuestros alumnos son abogados, así que cuando irrumpió ChatGPT en diciembre de 2022, nos pidieron que creáramos algo que estuviera enfocado a su trabajo", narra.

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Pantallazo de Lucentum.

El resultado es Lucentum, una herramienta actualmente en fase de desarrollo —lo lanzarán en las próximas semanas— orientada a convertirse en un ayudante personal del abogado. Se presenta como un chat virtual, pero a diferencia del chat de OpenAI, no está alojado en una página web externa, sino que se integra dentro de Office. "Está pensada para introducirse en Microsoft Word, ya que los profesionales del derecho trabajan día a día con él", aclara Torrubia. Su uso es triple. En primer lugar, ayuda a la redacción de textos legales. Segundo, resuelve consultas básicas (un artículo de una ley o una referencia a una sentencia, por ejemplo). Y, por último, analiza el documento sobre el que se está trabajando para identificar lo que el usuario le pida. "Por ejemplo, en un contrato alquiler, el usuario puede preguntar si hay cláusulas potencialmente abusivas para un inquilino", aclara.

Por el momento, la base de datos de Lucentum se compone del Código Penal, el Civil y la normativa en materia concursal, y se actualiza diariamente. Ahora bien, su creador adelanta que planean ampliar tanto la información con la que nutren a su herramienta como las funciones que pueda ofrecer. "Estamos hablando con muchos despachos para ver qué necesidades existen y priorizar las de mayor interés", señala.

De nuevo, la acogida de Lucentum ha sido muy buena. "Tenemos el calendario saturado para probar la demo", declara el ingeniero. Un éxito que resulta sorprendente teniendo en cuenta la tradicional resistencia del sector a la hora de abrazar cualquier cambio tecnológico, por menor que sea. Ahora bien, en opinión de Torrubia, hay una clave en la irrupción ChatGPT que explica este cambio de paradigma por parte de los profesionales del derecho, y es el dominio del lenguaje. "Hay sectores, como el legal, que son muy exigentes con el uso de tecnologías. Hasta ahora, la IA funcionaba muy bien en lo que se refiere a lo matemático, pero fallaba en el lenguaje, y eso mantenía la desconfianza del mundo jurídico, que trabaja con palabras y razonamientos lógicos", reflexiona. Al superar la barrera del lenguaje, el recelo histórico de los abogados se ha rebajado considerablemente, lo que explica su mayor aceptación hacia plataformas tecnológicas que, hasta hace no mucho, hubieran sido profundamente rechazadas.

IureChat

Desde Oviedo, el informático Ramón Vila también se ha visto inspirado por el potencial que ofrece ChatGPT al mundo del derecho. Desde hace un mes, y junto con otro compañero también informático, prepara su particular herramienta, bautizada como IureChat. Todavía no ha sido lanzada al mercado, si bien su creador asegura que será una realidad en los próximos días. "Estamos yendo con cuidado por temas de protección de datos", matiza. El funcionamiento es prácticamente idéntico al de ChatGPT (incluso, visualmente resulta similar): se trata de un asistente virtual que responde las dudas que le plantea el usuario utilizando un lenguaje sencillo y claro. Su base de datos está compuesta por toda la información publicada en el Boletín Oficial del Estado.

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IureChat. (cedida)

A diferencia de los proyectos anteriormente descritos, el de Vila está enfocado para profesionales legales y ciudadanos sin conocimientos jurídicos. Esta fue, de hecho, su idea inicial. "Yo no tengo ninguna relación con el mundo del derecho, pero siempre he sido curioso. De vez en cuando, consultaba leyes por dudas que me surgían y se me hacía imposible entender muchas cosas", detalla. Sin embargo, al ver el interés suscitado entre los letrados al anunciar el lanzamiento de la herramienta por redes sociales, decidió ampliarla para ofrecerles funcionalidades específicas, como la redacción de contratos u otros documentos legales o consulta de jurisprudencia sobre un tema determinado.

Foto: Foto: Reuters/Dado Ruvic.

"Cuando todavía estaba en fase inicial, publiqué un tuit ofreciendo probar una demo a quien estuviera interesado. En menos de 24 horas tenía más 300 peticiones. Y a día de hoy nos siguen llegando correos", cuenta. Es por ello que han decidido convertir IureChat en una herramienta de pago. El precio dependerá del perfil del usuario, y rondará los 55 euros al mes para profesionales y 20 para el resto.

Más allá de este proyecto, el informático quiere seguir explorando la combinación de IA y derecho, y adelanta que, a largo plazo, planea crear un chat orientado a opositores de carreras jurídicas en el que el usuario le plantee el tema y la herramienta genera un texto bien redactado, resuma las ideas más relevantes y tenga en cuenta los cambios normativos que se van produciendo. "El potencial es infinito", defiende.

A pesar de que ya han pasado casi seis meses de que OpenAI lanzara su herramienta, la fiebre por ChatGPT sigue muy presente en todos los sectores, y el legal no es ninguna excepción. El amplio potencial que ofrece la inteligencia artificial al mundo jurídico ya ha convencido a muchos para adaptar esta plataforma a su día a día e, incluso, algunos despachos han lanzado herramientas internas enfocadas a ayudar a sus abogados en sus labores más tediosas, como es el caso de Allen & Overy con su asistente Harvey. No son los únicos. La irrupción del popular chat ha servido de inspiración para algunos emprendedores españoles, que actualmente están desarrollando diversas plataformas enfocadas única y exclusivamente a los profesionales del derecho.

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