"Me llegó un 'fotopene' en el metro": así retuercen algunos una de las mejores funciones de Apple

Apple no se conforma con venderte solo un iPhone o uno de sus Mac. Quiere venderte todo el equipo. Por eso creó un reloj, auriculares y localizadores que solo son compatibles con sus productos o, en caso de que puedan utilizarse con un móvil Android, están trufados de funciones que solo sus usuarios pueden disfrutar. Pero la compañía no quiere únicamente que tus dispositivos se entiendan mejor entre ellos, quieren que todo lo que lleve un logo de la manzana lo haga, independientemente de si te pertenecen o es de un amigo, compañero de trabajo o familiar. Con ese fin, ha creado una serie de herramientas exclusivas para su comunidad.

La más útil de todas probablemente sea AirDrop, presentada en 2011. Se trata de una función que combina tecnología wifi con tecnología Bluetooth para conseguir que los archivos se envíen inalámbricamente de forma mucho más rápida que por otras vías, además sin perder calidad. La única condición para usarla es que tanto el emisor como el receptor utilicen un dispositivo iOS (o su variante para iPad), macOS o tvOS. La competencia, aunque lo ha intentado, no ha conseguido clonar o al menos no lo ha logrado con tanto éxito.

Un uso inesperado

La cuestión es que con el paso de los años, algunos usuarios le encontraron una nueva utilidad y la convirtieron en una suerte de Tinder, ya que muchos utilizan este sistema para el coqueteo en todo tipo de lugares, desde el metro o el autobús hasta una discoteca o la terraza de moda. El problema, como sabrá cualquiera que haya usado o use aplicaciones de citas, es que hay algunos usuarios que se pasan el buen gusto por el arco del triunfo y aprovechan para colar algún desnudo no solicitado y otras imágenes subiditas de tono.

“Yo no sé si aquello fue un troleo o quien fuese pretendía algo más, pero a mí me enviaron un fotopene en el metro”, cuenta Lucía, una madrileña de 29 años. Lo recuerda entre risas, mientras intenta recordar cómo aceptó la imagen. “Creo que estaba mandando un mensaje en WhatsApp y le di al aviso sin pensar mucho, creyendo que era algo de la batería o similar. Ahora me río, pero fue bastante desagradable”, cuenta. Segundos más tarde, la foto ya había sido eliminada de su galería y configuró el teléfono para que solo sus contactos pudiesen utilizar esta vía de contacto y no cualquier persona. “Había bastante gente en el vagón, así que fue imposible saber quién había sido el lumbreras”, recuerda.

Urko, un joven de Bilbao de 25 años, reconoce que alguna vez ha enviado desnudos por esta vía. “A un desconocido nunca. Pero sí que lo utilizaba con mi pareja, antes de ser novios. Estábamos tomando algo con más gente y lo hacía a modo de juego, de tonteo, para calentarnos”, relata. Aunque la mayoría de desnudos que enviaba eran para su novia reconoce que alguna vez algún amigo “se ha comido alguno”. “Era un rollo vacile. Te pedía las fotos que os acabáis de hacer y le colabas pues algo así”.

En estos casos, la situación no ha ido a más. Pero no fue así hace unos meses en un vuelo de Southwest Airlines que cubría una ruta entre Houston y Cabo San Lucas en México donde el piloto estuvo a punto de abortar el despegue. ¿La razón? Que había un usuario que estaba enviado aleatoriamente desnudos al resto del pasaje.

“Si esto continúa mientras estamos en tierra, retrocederé hasta la puerta, todos tendrán que bajarse, avisar a la seguridad y las vacaciones se arruinarán”, dice el comandante en un video que una usuaria allí presente grabó y colgó en TikTok. Aquello era carne de cañón para viralizarse, cosa que no tardó en ocurrir. “Sea lo que sea eso de AirDrop, dejen de hacerlo y vamos al Cabo”, remataba. No era ni mucho menos la primera vez que algo así sucedía. En Texas, en 2018, un hombre fue detenido acusado de lo que se bautizó como cyberflashing, que es como se conoce esta práctica de exhibicionismo digital. En el estado de Nueva York se han presentado hasta iniciativas legislativas para penar esta práctica. El pasado año esta función también fue protagonista de una polémica en Israel después de que nueve personas fuesen arrestadas, después de que un vuelo comercial que debía despegar tuviese que volver a la terminal. En este caso lo que causó el revuelo entre el pasaje no fueron desnudos, fueron imágenes de accidentes aéreos.

Un control 'antinudes'

Estas prácticas pueden tener los días contados porque la propia Apple ya ha puesto sobre la mesa una solución para evitar que AirDrop pueda seguir siendo una suerte de rasca y gana donde cualquiera pueda estar enviando fotos en pelota picada.

Entre las muchas novedades que presentó hace un par de semanas en su WWDC, su conferencia anual de desarrolladores, enseñó una nueva función de iOS17 que se llamará Advertencia de contenido sensible. Este nombre es bastante explícito y resume a la perfección su finalidad: si alguien te envía una fotografía de estas características se recibirá un aviso señalando lo que te vas a encontrar si aceptas recibir el archivo.

Apple introducirá en AirDrop y otras funciones un aviso de contenido sensible

Este control no difiere mucho del que ya tienen redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram, que emborronan la visualización de estos contenidos y colocan un aviso cuando alguien sube algo así a su perfil. Si el usuario quiere verlo de todas formas debe clicar en un botón para desactivar esa protección. Apple ha insistido en que ellos no podrán acceder en ningún momento al contenido ya que este control se ejecutará localmente en el iPhone, el iPad o el Mac de turno y no enviará contenido alguno a la nube. La función se aplicará a AirDrop, pero también a la app de mensajes, las tarjetas de contacto o FaceTime así como apps de terceros. La otra mejora que Cupertino presentó para AirDrop es que ahora también permitirá compartir contactos entre dispositivos Apple.

“Cuando tienes una imagen original de un desnudo concreto y puedes crear una firma a raíz de esa imagen es muy fácil comparar y rechazar el contenido”, explica Román Ramírez, experto en ciberseguridad y cofundador de la RootedCon. “El problema es cuando no tienes esa firma y quieres hacer el escaneo en el lado del cliente, en su dispositivo y no en el servidor”, añade. Al no poder comparar con una referencia conocida, la opción que queda es aplicar algoritmos de identificación de elementos, como ya ocurre en el iPhone cuando “sacas una foto de alguien y el móvil te lo clasifica en un álbum junto a otras imágenes de la persona”.

“Creo que al principio empezarán fallando bastante, con falsos positivos o cosas que no detecten. Con el paso del tiempo lo irán mejorando y refinando la red de algoritmos”, añade Ramírez, quien avisa de que “quien quiera seguir puteando enviando estas cosas, podrá hacerlo”. “Bastará con editar las fotos alterándolas con un texto o pintando algún elemento de forma que el algoritmo no lo identifique como un pene o como otra cosa”.

Este experto explica que esta medida no es más que un capítulo más del “escaneo de los contenidos y las conversaciones”. “Es un asunto que lleva en discusión constante. Las empresas grandes y dominantes siempre te ponen en la falsa dicotomía de renunciar a algo de libertad en pro de la seguridad”, reflexiona.

Este experto asegura que en el marco de esta discusión se han visto posturas enfrentadas en torno al cifrado de extremo a extremo, por parte de los defensores de las libertades civiles y las fuerzas de seguridad del estado. “La cuestión es que el cifrado de extremo a extremo es intocable y por eso toca trabajar con otras alternativas como el escaneo de contenido mediante el reconocimiento de elementos”, añade Ramírez. “Es una opinión personal, pero creo que lo que Apple pretende con esto de los desnudos es testar y refinar todavía más su sistema contra la pornografía infantil de cara a lo que venga porque Europa y Estados Unidos van a obligar a tomar medidas”.

Tinder sorpresa

A lo que Apple no meterá mano, aunque no haya diseñado la herramienta con esos fines, es a la posibilidad de utilizar AirDrop como una forma de tirar la caña. “Me encanta cómo convertimos cualquier cosa en una forma de ligar”, comenta Raúl, un joven canario residente en Madrid desde hace años, cuando se le pregunta por este asunto. Admite que él lo ha hecho varias veces, sobre todo en el metro o en el avión. “Abro la app de notas y escribo un mensaje y lo envío. A veces cuando voy a subir en un vuelo pongo mi número de asiento a ver si hay suerte. Pero nunca nada subido de tono, porque me parece una forma muy agresiva de hacerlo”.

Raúl cuenta que lo del AirDrop tiene mucho de Tinder sorpresa. “A la hora de utilizarlo, rezo y juego con el azar porque efectivamente no sabes si es realmente esa persona”, explica. Para que el match se produzca tienen que darse varias circunstancias. La primera es que el destinatario tenga el iPhone desbloqueado, porque si no lo está no aparecerá como disponible. La segunda, y tan importante como la primera, es que esté configurado como “visible para todos”. Si solo está disponible para contactos o la función está deshabilitada no hay partido. De todas formas, esto cada vez es más difícil, ya que en una actualización reciente lanzada en enero, Apple limitó a 10 minutos el tiempo en el que permanece activa la opción de estar disponible para cualquiera.

Si se cumplen los requisitos, solo queda tener fortuna al escoger el o los destinatarios. “Muchos suelen tener el iPhone bautizado con su nombre. En mi caso selecciono los que tienen nombre de chico y se los mando a todos, a ver si hay suerte. Si no, alguien que lo habrá recibido por error le habrá sacado una sonrisa. La clave es esa, hacerlo con ingenio y con gracia”, recuerda Raúl.

Incluso cuando el flechazo se produce, la historia no pasa muchas veces de lo virtual. “Estaba en una carpa de fiestas y cuando fui a pedir, me entró un aviso de que un iPhone con el nombre de un chico quería enviarme una foto. Acepté por las risas”, cuenta Emma, diseñadora de 25 años. “Era la imagen de un chaval con un texto que ponía a ver si me gustaba ese chico”, recuerda. “Estuvimos dando una vuelta a ver si lo veíamos, pero fue imposible”.

En ocasiones, el encuentro puede dar pie a situaciones incómodas. “Volvía en el metro a casa y me entró una imagen en la que me pedía si le daba mi cuenta de Instagram. Solo había una persona más, así que era fácil identificarla”, recuerda IoIana, una estudiante de diseño de moda de 23 años. “Lo intentó como 10 veces y las rechacé todas. De repente el tío se acercó y me lo pidió en persona poniendo el móvil delante”, cuenta a Teknautas. Salió del paso como pudo y cuando llegó su parada le dio esquinazo. “Me cagué bastante, la verdad”.

"A la hora de usarlo, juego con el azar, porque no sabes si es realmente esa persona"

Otras veces la situación fluye de forma mucho más natural. Es lo que le ocurrió a Eddy una tarde en un bar donde estaba tomando algo con compañeros de trabajo. “Empezamos a mandar selfis y hubo suerte, porque unas chicas que estaban al lado nos mandaron un video suyo bailando y acabamos juntándonos con ellas”, cuenta.

“No lo suelo utilizar mucho, solo si me acuerdo. Me hace gracia el rollo de aleatoriedad, el no saber quién me está mandando qué, pero a la vez sabiendo que tiene que estar cerca”, añade este joven, que también lo suele utilizar para mandar memes o imágenes “un poco siniestras” para generar mal rollo. Eso mismo le pasaba a Raúl, cada vez que iba a montar en el metro en la parada de Santo Domingo. Alguien le enviaba un dibujo de una serpiente. “Yo siempre pensaba que era alguien intentando ligar conmigo, iluso de mí”.