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200.000 $ al año por no hacer nada: la otra cara de los despidos en las tecnológicas
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"Nos acaparaban como si fuéramos 'Pokémon"

200.000 $ al año por no hacer nada: la otra cara de los despidos en las tecnológicas

Exempleados de Google y Meta están reconociendo que apenas tenían tareas que hacer. En realidad, fueron contratados para proyectos que nunca llegaron o para evitar que trabajaran en la competencia

Foto: La sede de Meta en Menlo Park, California. (EFE/EPA/John G. Mabanglo)
La sede de Meta en Menlo Park, California. (EFE/EPA/John G. Mabanglo)
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Aceptar una oferta de empleo de una empresa como Google o Meta e incorporarte a tu puesto. Y después, tras un tiempo de aprendizaje, desempeñar el rol para el que te han fichado. Eso es lo que esperaría cualquier persona que empieza a trabajar en una tecnológica de ese calibre. Sin embargo, sorpresa, no siempre es así. En los últimos días, exempleados de estas dos empresas han reconocido que les pagaban un dineral por estar todo el día de brazos cruzados. "No tenía nada que hacer", explica una antigua trabajadora de Meta en un vídeo que se ha viralizado en TikTok, donde estas confesiones alcanzan ya cientos de miles de visualizaciones.

¿Por qué las grandes tecnológicas han estado pagando a profesionales que no necesitaban? Hay dos explicaciones. La primera es que les ficharon para un hipotético proyecto futuro que nunca llegó, algo relativamente habitual en grandes compañías. La otra deja entrever una operativa más cuestionable: les contrataron solo para que no se fueran a la competencia.

Foto: Foto: Reuters/Shannon Stapleton.

"Simplemente, no contratábamos a nadie y, aun así, nos pagaban", comentaba hace unos días Madelyn Machado, que trabajaba como reclutadora de Recursos Humanos de Meta, uno de los departamentos más afectados por la segunda ronda de despidos en esta firma, que ha recortado ya 21.000 puestos. De hecho, ella fue una de las afectadas por este recorte.

Según su relato, la propia empresa le había dicho que no esperaba que contratara a nadie durante el primer año, pese a que cobraba 190.000 dólares anuales. El sueldo, eso sí, era fruto de una oferta para que dejara su trabajo en Microsoft, donde cobraba 70.000 dólares menos. "Lo dejé por la retribución. Meta me ofrecía mucho más dinero: salario base, bonus, stock options...", detalla en el vídeo, donde dice que habló con compañeros que llevaban dos años trabajando sin hacer un solo fichaje. "Era como... ¿están contratando a más reclutadores para que no contraten a nadie? Pero me decían que no me preocupara por eso".

Sin embargo, esa tendencia no se limita únicamente a lo ocurrido en la empresa de Mark Zuckerberg, quien ya ha reconocido que se excedió con este tipo de contrataciones. "Trabajé en Google en una época en la que estaban paranoicos con que Facebook se hiciera con los mejores talentos y, sí, había un montón de gente en esa situación", explica una exempleada de Marketing de Alphabet en Estados Unidos, que ha pedido el anonimato para aparecer en este artículo. "Era de sobra conocido que, una vez finalizaba un proyecto, Google mantenía a sus empleados en puestos con cargas de trabajo comparables, porque no existían en ese momento. Ahora me pregunto si era para evitar que se fueran a la competencia", dice tras haber visto estos vídeos.

Lo cierto es que es un asunto sobre el que ya habían advertido inversores de renombre, como Marc Andreessen, del fondo Andreessen Horowitz, o Keith Rabois, fundador de PayPal y exdirectivo de LinkedIn, entre otras firmas. Hace unas semanas, Rabois definió esta tendencia como la "métrica de la vanidad", ya que se contrataba a personas que "no tienen nada que hacer": "¿Qué están haciendo estos trabajadores? Van a reuniones". De hecho, fueron estas declaraciones las que desataron los testimonios de los trabajadores.

"Trabajo en una empresa de Amazon y ocurre lo mismo. Literalmente, hay reuniones sobre reuniones", respondía otra usuaria al vídeo que prendió la mecha de estos relatos. "Todos los demás tenían que trabajar en algo, pero yo no", apunta Britney Levy, otra exempleada de Meta, cuya experiencia se ha viralizado en redes sociales. "Nos sentábamos allí y básicamente teníamos que pelear para encontrar algo que hacer. Era un ambiente muy raro. Me pareció que estaban contratando gente para que otros no nos ficharan. Nos estaban acaparando como si fuéramos cartas de Pokémon".

"No siempre era evidente que otros empleados carecieran de carga de trabajo, porque Google es extremadamente bueno en asegurarse de que sus empleados tienen una tonelada de reuniones diarias", dice por su parte la exempleada de Alphabet, que incide en que el hecho de "que sus agendas estaban llenas no significaba que estuvieran haciendo mucho en realidad".

Foto: EC.

En este sentido, contrapone esta situación a la que fue una de las grandes bazas de las big tech; es decir, "ser capaz de hacer mucho más con menos empleados", de modo que podían "desarrollar productos de forma ágil y eficaz, mitigando la burocracia". "Eso cambió a partir de 2012, cuando Google y Facebook empezaron a competir de forma agresiva por las redes sociales", considera.

De anticipar proyectos a fastidiar a los rivales

"Es algo que ha ocurrido sobre todo en grandes empresas, porque no todo el mundo se puede permitir contratar a quien no necesita", comenta Jonathan Hazout, director de Talento en la consultora GeeksHubs, que recalca que la pandemia fue un acelerador para este tipo de dinámicas. "Se pensaba que el despegue de la digitalización iba a mantenerse y empezaron a contratar a gente que no necesitaban, pero que preveían que podían necesitar. Se estaban preparando para el pelotazo, porque esperaban que tendrían que duplicar plantillas", desarrolla.

Sea como sea, la situación no es tan novedosa como pueda parecer. Alejandro Valdezate, doctor en ingeniería informática, no es la primera vez que ve algo así. "Hace ya más de 10 años, algunas empresas contrataban personal con antelación a tener los proyectos conseguidos, de cara a tener agilidad y empezar rápido en el momento en que el proyecto estuviera aprobado y operativo", cuenta en conversación con este periódico. Aquello sucedió poco después de la recuperación de la crisis de las puntocom en España, allá por 2005.

Foto: Foto: EFE/EPA/Axel Heimken.

"El mercado se empezaba a recuperar y para algunas empresas era factible tener personal contratado sin carga productiva", explica. El problema, en cualquier caso, es que esos proyectos tardaban en llegar, si es que lo hacían. "Esas personas tenían que esperar haciendo tiempo con otras tareas o en sus casas, sin nada que hacer durante semanas o meses", continúa este desarrollador. "En algunos casos, ese momento no llegaba y habías sacado del mercado a alguien para nada", comenta, antes de recalcar que, entonces, "no se trataba tanto de retirar piezas del tablero para evitar que las capturara la competencia como de anticiparse".

Sin embargo, esa es la situación que se ha dado en los últimos años, en que se ha desatado una guerra por los fichajes en el sector tecnológico. Como explicaba hace unos días El Confidencial, es algo que ha llegado hasta el punto de que algunas empresas hayan tenido que ofrecer recompensas de hasta 10.000 euros por la captación de talento. "La otra cara de la captación de tantos perfiles ha sido quitar ese talento a las empresas en las que trabajaban o, incluso, en las que podían trabajar", destaca Hazout.

Lo más llamativo es que esta dinámica ha ido mucho más allá de perfiles técnicos, como desarrolladores o analistas de datos, los más demandados. Ahí está el caso de la exempleada de Recursos Humanos de Meta con que comenzaba este artículo. "La idea es captar reclutadores con una gran base de datos que han trabajado en grandes tecnológicas. No solo contratan al empleado, porque en esta profesión tu red de contactos es algo que puede interesar más que la experiencia", continúa este especialista, que aclara que da igual que fichen nuevo personal o no: "Al menos, así no llevan talento a la competencia. Puede parecer un poco rastrero, pero es así como funciona".

Aceptar una oferta de empleo de una empresa como Google o Meta e incorporarte a tu puesto. Y después, tras un tiempo de aprendizaje, desempeñar el rol para el que te han fichado. Eso es lo que esperaría cualquier persona que empieza a trabajar en una tecnológica de ese calibre. Sin embargo, sorpresa, no siempre es así. En los últimos días, exempleados de estas dos empresas han reconocido que les pagaban un dineral por estar todo el día de brazos cruzados. "No tenía nada que hacer", explica una antigua trabajadora de Meta en un vídeo que se ha viralizado en TikTok, donde estas confesiones alcanzan ya cientos de miles de visualizaciones.

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