Qué hay realmente tras el boicot que sufren Amazon y 'Los anillos de poder' en internet

Amazon vuelve a estar a la gresca con las reseñas. Es habitual, cada cierto tiempo, escuchar noticias sobre cómo la compañía combate ese entramado oculto de empresas que con alevosía y nocturnidad han creado una red con el único fin de inflar y adulterar las valoraciones y los buenos comentarios sobre determinado producto para aumentar sus ventas. Todo a cambio de pagos en efecto o incluso en especie ('Pon un buen comentario y te lo regalo') a los que se presten a hacerlo. Pero en esta ocasión, el campo de batalla no es su plataforma de comercio electrónico. El centro de gravedad se ha trasladado a páginas como Rotten Tomatoes o Metacritic, webs donde básicamente se puede calificar películas o series, entre otras cosas. Ese es el escenario donde se está produciendo por parte del público una campaña de acoso y derribo contra 'El señor de los anillos: los anillos de poder', la producción más ambiciosa de la historia de Prime Video, una ficción basada en los libros del 'Legendarium', una suerte de mitología que sienta las bases del universo de la Tierra Media.

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Pues bien, los responsables de la plataforma de streaming de Amazon han detectado una campaña de lo que se conoce como 'review bombing', que en castellano, en una traducción gruesa, vendría a llamarse 'bombardeo de reseñas'. Una práctica consistente en poner votaciones a la baja con el fin de tirar por los suelos la calificación de un producto, servicio o contenido, incluso antes de que esté disponible en internet. Y a diferencia de los que buscan posicionar mejor sus productos o simplemente lo hacen por las risas (como cuando Forocoches reventó una votación popular de la Armada Británica) aquí el motivo es puramente ideológico: se busca el puro y mero boicot. Es decir, el troleo como batalla cultural.

Es cierto que la crítica especializada y el público no siempre coinciden en algunas webs, pero cuando se producen estas acciones las diferencias son generalizadas y abismales. No hay que olvidar que el estreno ha sido el más exitoso En Metacritic, por ejemplo, 'Los anillos de poder' tiene una nota media de 71 sobre 100 entre los especialistas. Si se baja al detalle, esa puntuación sale de cruzar 28 análisis positivos, nueve 'mixtos' y ninguno negativo.

Si vamos a las calificaciones de la comunidad, el resultado es de 2,5 sobre 10. Las calificaciones negativas se disparan casi hasta 1.800 reseñas, hay 449 positivas y 102 mixtas. En Rotten Tomatoes, el panorama no es mejor. Su cálculo de la crítica especializada arroja una aprobación del 85%. Del público general, solo el 39% da su bendición (un voto de al menos 3,5 sobre 5) a la ficción. En IMDB, propiedad de Amazon, tiene un 6,2/10 con un 25% de reseñas de una estrella.

"Basura marxista"

Si uno recorre el apartado de quejas que se recogen se encuentra rápidamente comentarios como "basura marxista" o "desperdicio progresista". "Atroz. Insultante. Grotesco. No hay suficientes adjetivos para describir lo repugnante que es el 'fanfiction' cursi de Amazon. Esto no tiene nada que ver con nada de lo que escribió Tolkien (muy al contrario) y todo que ver con el odio ideológico moderno hacia la belleza y los valores clásicos y trascendentes". Esta es una de las muchas conclusiones de corte duro que se puede leer. También es cierto que muchas otras de las quejas más severas también hacen referencia a los guiones o el ritmo narrativo.

No es la primera vez que una producción de esta u otra plataforma es víctima del 'review bombing'. La mecha que prendió este polvorín cultural, mucho antes de su estreno, fue la declaración de la dirección de 'Los anillos de poder' de tener un reparto paritario e inclusivo con elfos racializados. Algo que a un sector no sentó bien y empezó a mostrar su descontento aludiendo a que esto era poco más que un atentado contra la obra original de J.R.R. Tolkien.

Además, esta sublevación ha encontrado un altavoz en Elon Musk, fundador de Tesla y PayPal, que tuiteó hace pocos días que el escritor "debe estar revolviéndose en su tumba". Realmente es complicado identificar si este es el motivo real o, como muchos denuncian, lo que hay detrás es un fuerte sentimiento de racismo o xenofobia. O directamente, una ensalada de todos estos motivos. Las quejas van desde que Galadriel ya no se presenta como una elfa con aires de hechicera, sino como una mujer armada hasta personas que se han ofendido porque un grupo de personajes que tienen acento irlandés se hayan representado como rasgos propios de la etnia gitana.

Una práctica habitual de difícil solución

El 'bombardeo de reseñas' no es nuevo. Hace pocas semanas el blanco era 'She Hulk', la serie que Disney+ ha creado en torno al personaje de la prima de Hulk que apareció en los cómics de Marvel ya en 1980. Daba igual que esta superheroína tuviese más de cuatro décadas para encontrarse críticas en la red que acusaban a la multinacional del entretenimiento de crear "basura feminazi" y preguntarse si lo siguiente era ver "un Pinocho transexual".

En sitios como IMBD se cebaron especialmente con esta última ficción del estudio responsable de 'Los Vengadores'. 'Loki' tuvo la peor nota en el 1,5% de los casos; 'Wandavision' en el 2,2%; 'Ojo de Halcón', 1,5%: 'Caballero Luna', 4,8%; y 'Falcon y el Soldado de Invierno' se quedó en una desaprobación del 3%. En el caso de 'Ms. Marvel', también bastante atacada, el porcentaje se disparaba hasta el 22,2% de reseñas resueltas con una estrella. Con 'She Hulk' se batían todos estos registros con un 35,8%. Si uno consultaba cómo se repartían las votaciones por género, los hombres eran los más críticos (y los más numerosos) con un 3,3 de nota media sobre 10, mientras que las mujeres daban un 8.5 de media.

También hemos visto acciones así en el mundo de los videojuegos. En 2020, cuando se estrenó la segunda entrega de 'The Last of Us' se vivió algo similar con el desarrollo de Naughty Dogs, al que parte de la comunidad le afeaba una serie de inclinaciones políticas y referencias, entre otras cosas, al colectivo LGTBI. En Metacritic, las reseñas de los medios especializados le daban un 95 sobre 100. Los votos anónimos le dejaban en un paupérrimo 3 sobre 10. Un suspenso que se apoyaba en opiniones que se quejaban de que el juego estaba "inundado por la agenda SJW [Social Justice Warrior]". Lo llamativo es que en este y otros casos estas quejas llegan el mismo día del lanzamiento, por lo que las dudas sobre si estos internautas realmente han podido meter mano al juego son más que sospechas fundadas.

El problema aquí es donde se pone la frontera. Esa es la cruda realidad de todo esto. Nadie sabe exactamente qué hacer para evitar que esto ocurra. Amazon optó por cortar las 'reseñas' durante 72 horas para comprobar si las críticas son lícitas. Lógico teniendo en cuenta que se estrenó hace apenas unos días. Esta medida ya estaba activada en realidad desde el pasado verano, pero no siempre han necesitado activar el mecanismo.

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¿Cuál es el problema? Que la multinacional de Seattle, no hay que olvidar que es dueña de IMDB, se convierte en juez y parte. ¿Cómo se comprueba que una opinión es correcta? Porque al final en la tienda online de Amazon puedes chequear que el que opina realmente ha comprado el producto o si una reseña está mal formulada (por ejemplo, poner una estrella a un producto porque el mensajero llegó tarde).

Pero ¿esto es efectivo en casos como el de 'El señor de los anillos: los anillos de poder'? Es posible, pero es imposible no especular con que la compañía puede manipular las votaciones, silenciado quejas lícitas. Realmente este no es más que una arista más de un problema de corte ideológico que ninguna red social sabe gestionar y cualquier paso que se dé, sea en la dirección que sea, va a herir sensibilidades. Otros ejemplos es lo que se vio con Twitter y el veto a Donald Trump o con Facebook e Instagram y su particular pulso contra los pezones femeninos.

Otras plataformas han intentado erradicar el problema. La mencionada Rotten Tomatoes no deja votar nada antes de su estreno. Netflix, por ejemplo, hace mucho tiempo que adoptó una solución dura y radical como acabar con la opción de escribir opiniones sobre los contenidos. YouTube, por ejemplo, oculta el recuento de votos negativos. Un botón, el de 'no me gusta', que durante mucho tiempo se ha especulado con que hiciese su aparición en plataformas en otras redes sociales, cosa que no ha sucedido. El problema de esconderlo, dicen los detractores de esta solución, es que se abre la puerta a la proliferación de titulares engañosos y falsos con tal de ganar 'views'.

En el mundo de los videojuegos, Steam, la mayor plataforma de descarga y distribución de juegos para ordenador, excluye las valoraciones que "están fuera del tema". Este mismo verano, Epic Games, propietaria de Fornite, instaló también un nuevo sistema de votación para evitar estas campañas orquestadas. La compañía no deja votar a todo el mundo que tenga un juego, sino que se seleccionan aleatoriamente una vez han pasado varias horas jugando. Sus opiniones, en una escala del 1 al 5, se cruzan con otros datos para crear un índice de referencia. El invento se puso en marcha hace semanas y habrá que darle tiempo para saber si, lo de no dejar opinar libremente, es la solución para evitar 'review bombing'