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Apple por fin arregla su error más absurdo en años
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Y NO, NO ES EL USB TIPO C DE LOS IPHONE

Apple por fin arregla su error más absurdo en años

Apple siempre se mueve más lento de lo que todos esperan. En la WWDC lo ha vuelto a demostrar. No solo por no enseñar sus gafas de realidad virtual, sino por los cambios que anunció para sus iPad

Foto: Tim Cook, este lunes, tras la apertura de la WWDC. (EFE/EPA/John G. Mabanglo)
Tim Cook, este lunes, tras la apertura de la WWDC. (EFE/EPA/John G. Mabanglo)

En 10 de cada 10 'keynotes' de Apple se presenta menos de lo que dicen las quinielas. La WWDC de 2022 no ha sido una excepción. Durante semanas, los mentideros especializados dieron por supuesto que tendríamos noticias sobre el próximo gran 'hit' tecnológico de la compañía, el aparato que 'mataría' al iPhone como estandarte de la innovación de la casa. También es de ley decir que ese honor ya debería recaer en los Apple Silicon M2, los procesadores diseñados en Cupertino y que han supuesto un terremoto en el mercado de la informática al crear una alternativa solvente (y muy potente) a la arquitectura x86 de Intel. A pesar del músculo de estos nuevos chips, no pocos se sintieron un poco decepcionados al ver que finalmente no había sobre el escenario ni gafas de realidad aumentada, ni visor de realidad mixta ni tan siquiera el sistema operativo que moverá estos nuevos dispositivos. El globo ya llevaba unos días perdiendo aire, pero la de este lunes es la enésima muestra de que, salvo en las ventas, Apple se mueve mucho más lento de lo que el gran público espera.

De esto último, el ritmo caribeño a la hora de afrontar ciertas tareas, hay muchos ejemplos. ¿Cuánto tardó Apple en poner una pantalla de 120 Hz a algunos de sus teléfonos? ¿Cuántos años habrá que esperar finalmente para ver el conector USB tipo C? Es cierto que en otras ocasiones, como implementar funcionalidades de privacidad o en el caso del Face ID, han llegado primeros, pero por norma los californianos siempre han sido retocando y mejorando lo que hay en el mercado que inventando, aunque eso suponga llegar más tarde de lo que cabría esperar del fabricante que más dinero hace en el mundo con dispositivos móviles. Las tabletas de la casa (o parte de ellas) también podrían sumarse a la lista de estos 'agravios' y retrasos de la manzana.

Foto: Nuevo MacBook Air.

Pero parece que, por fin, empiezan a arreglar uno de los errores más absurdos que han tenido en la compañía en los últimos años: las incomprensibles limitaciones que tenían los mejores iPad, esos que vienen acompañadas de la coletilla Pro o Air.

Engordando a la bestia... ¿para qué?

Hace dos años, Apple presentó en sociedad su primera generación de procesadores propios para ordenadores, los M1. Los primeros en cabalgar gracias a ellos fueron un MacBook Air, un MacBook Pro y un Mac Mini. No tardaron en disipar dudas y demostrar que rendían francamente bien en términos de potencia sin perder eficiencia energética. No tardó tampoco el M1 en aparecer en el corazón de un nuevo iMac, que recibía un profundo rediseño aprovechando la ocasión. El procesador poco después llegó a un iPad. Era abril de 2021.

Y concretamente lo hizo con el último iPad Pro. El chip, en esa ocasión, tenía ocho núcleos en la CPU y ocho núcleos de GPU, exactamente los mismos guarismos que presentaba el MacBook Air. El 'software' de aquella tableta, sin embargo, era una correa corta que no permitía al dispositivo exprimir al máximo estos componentes. La misma sensación de frustración se repetía para muchos con el último iPad Air, lanzado el pasado otoño. De nuevo teníamos un M1 (algo más modesto que el del Pro) y de nuevo iPadOS volvía a ser una jaula que dejaba a la criatura poco margen de movimiento.

Llevamos cuatro años viendo iPad sobrados en potencia pero atados en corto por el 'software'

Pero este asunto viene de antes. El iPad Pro que se lanzó en 2018 ya superó a los MacBook Air de aquel año en los 'benchmarks', esos pseudo test de estrés que sirven para medir las capacidades de los dispositivos. Y todavía quedaban prácticamente dos cursos para ver los M1. Lo que llevaba entonces la máquina era un Bionic A12X, una iteración de los procesadores para los iPhone, vitaminada para soportar las exigencias de este formato. En definitiva, que llevamos cuatro años viendo iPad con mimbres para ser buenos portátiles, pero incapaces de serlo porque su 'software' los ataba en corto.

¿Qué ha hecho Apple ahora?

Antes de empezar a enumerar los propósitos de enmienda que ha hecho Apple en este asunto, está bien intentar encontrar el por qué de esta política. Los iPad nacieron, en su día, como la tercera vía. Como un espacio entre el iPhone y el ordenador. El propio Steve Jobs vino a decir que, en un futuro, la mayoría de acciones las ejecutaríamos en una tableta y que los ordenadores serían como los camiones y estarían reservados para las tareas más pesadas.

placeholder Tim Cook, CEO de Apple. (EFE/J. G. Manglabo)
Tim Cook, CEO de Apple. (EFE/J. G. Manglabo)

¿Cuál ha sido el problema? Que en lo que se refiere al 'hardware', el iPad ha conseguido acercarse a esta profecía, mientras que con el 'software', no. Y eso se traducía en detalles y limitaciones que a muchos les impedía cambiar su portátil por uno de estos dispositivos. No hay que olvidar que el ser humano es un animal de costumbres. El resultado de todo esto ha sido que, salvo ocasiones contadas, el iPad más básico es más que suficiente para el uso que le dan muchísimos de sus usuarios por muy rezagado que esté en el aspecto técnico. No se puede obviar que los iPad Pro y, en menor medida, los iPad Air, conllevan una inversión que confronta directamente en precio con ordenadores de ciertos quilates.

Las concesiones de Apple, que parece que ha hecho equilibrios para los iPad más poderosos, no acaben canibalizando a los MacBook más básicos, han llegado con cuentagotas. Se creó una app de 'Archivos', que también llegó al iPhone. Se permitió conectar dispositivos externos. Se permitió emparejar un ratón. Pero a la hora de la verdad eran cambios insuficientes.

La nueva multitarea resuelve una de las grandes cuentas pendientes de los iPad

Este lunes han dado dos pasos en la buena dirección, que parece reafirmar la intención de que los iPad pata negra se empiecen a comportar más como un portátil que como un dispositivo móvil. El primero de ellos es una vuelta de calcetín a la multitarea. Por fin, la manzana se acerca a una experiencia de escritorio. Lo ha hecho permitiendo dividir el espacio a nuestro gusto entre ocho aplicaciones. Pero no se ha quedado ahí. Las ventanas, por primera vez, tendrán la posibilidad de estar superpuestas, como puede hacerse en cualquier portátil del mundo.

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No es lo único. Si tienes un iPad que se mueva con un M1 (un iPad Pro o un iPad Air) y lo actualizas a iPadOS16, al conectarlo a un monitor externo se adaptará al formato de la pantalla en cuestión. Hasta ahora Apple mantenía su relación de aspecto, con lo que dejaba dos franjas negras a los laterales y desaprovechaba una parte importante del espacio de trabajo. Yo mismo he intentado utilizar el iPad Pro y el iPad Air en mis 'reviews' como equipo principal de trabajo y he de decir que este extremo era uno de los que más me desquiciaba cuando llegaba a la oficina y me conectaba al aparato externo.

Queda por hacer

Estos cambios ayudarán a que el iPad por fin supere sus complejos. El iPad Mini tiene un papel muy definido por su tamaño compacto. Y respecto al iPad básico es lógico que tenga esas limitaciones. Lo que no es compresible que aparatos que rondan los 1.000 euros en sus versiones más baratas y superan los 2.000 euros en sus versiones más completas sufran esas mismas dolencias. Por cierto, a ese precio hay que añadirle el de los accesorios para poder exprimirlo al máximo.

placeholder Foto: Apple.
Foto: Apple.

A Apple todavía le quedan deberes pendientes para lograr ese escenario ideal en el que el iPad Pro pueda que cualquiera pueda utilizarlo como una tableta cuando el momento lo requiera y utilizarlo como un portátil cuando así se quiera. Si en el iPhone (o incluso en el Apple Watch) el margen para avanzar es cada vez menor debido a la madurez y el buen hacer en esos productos, aquí todavía hay margen para la sorpresa y la mejora.

Lo próximo debería ser un cambio profundo a la aplicación 'Archivos'. A día de hoy está concebida más para usarse en un iPhone. A la hora de trabajar en un entorno de ventanas, se pierde frescura y agilidad si se compara con las facilidades que tenemos con 'Finder' en macOS.

Mejorar la gestión de archivos y el 'software' son claves del futuro del iPad Pro

La manzana muestra su iPad Pro como una herramienta ideal para creativos, como editores de vídeo o diseñadores gráficos, que quieran un equipo muy potente que no renuncie a portabilidad. Estos profesionales suelen ser personas que muchas veces requieren más pulgadas para trabajar o varios monitores externos para completar su trabajo. Este frente lo han conseguido cubrir consiguiendo que se adapte al formato de la pantalla externa a la que se conecte.

Pero estos perfiles también tienen muchas necesidades de 'software' que no se ven cubiertas. Un buen ejemplo es la suite Adobe, cuyos programas llegan desnatados a iPadOS si los comparamos con los de macOS. Pero hay más. A estas alturas de la película, es incompresible que no haya un Final Cut Pro, la app de videos para profesionales creada por Apple, creado y adaptado para los iPad Pro. Son estos puntos y estas dudas las que en general condenando a los iPad más potentes a ser un producto de nicho o, en el caso de muchos que los compran, un producto desaprovechado.

En 10 de cada 10 'keynotes' de Apple se presenta menos de lo que dicen las quinielas. La WWDC de 2022 no ha sido una excepción. Durante semanas, los mentideros especializados dieron por supuesto que tendríamos noticias sobre el próximo gran 'hit' tecnológico de la compañía, el aparato que 'mataría' al iPhone como estandarte de la innovación de la casa. También es de ley decir que ese honor ya debería recaer en los Apple Silicon M2, los procesadores diseñados en Cupertino y que han supuesto un terremoto en el mercado de la informática al crear una alternativa solvente (y muy potente) a la arquitectura x86 de Intel. A pesar del músculo de estos nuevos chips, no pocos se sintieron un poco decepcionados al ver que finalmente no había sobre el escenario ni gafas de realidad aumentada, ni visor de realidad mixta ni tan siquiera el sistema operativo que moverá estos nuevos dispositivos. El globo ya llevaba unos días perdiendo aire, pero la de este lunes es la enésima muestra de que, salvo en las ventas, Apple se mueve mucho más lento de lo que el gran público espera.

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