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Emboscadas y misiles de EEUU: así se las apaña Ucrania para reventar blindados rusos
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La guerra del Javelin

Emboscadas y misiles de EEUU: así se las apaña Ucrania para reventar blindados rusos

Está siendo la guerra de las armas contracarro y de las emboscadas y, de momento, Ucrania va ganando gracias a una estrategia de defensa inteligente, práctica y efectiva

Foto: Disparo de un misil Javelin por tropas norteamericanas. (US Army)
Disparo de un misil Javelin por tropas norteamericanas. (US Army)
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En esta guerra en Ucrania estamos viendo decenas de vídeos, algunos de ellos muy explícitos, sobre la destrucción de carros de combate y blindados rusos, por no hablar de los cientos de imágenes de otros tantos vehículos literalmente reventados. Está siendo la guerra de las armas contracarro y de las emboscadas. Y, de momento, Ucrania va ganando.

Si bien es cierto que Rusia ha tenido la iniciativa en esta guerra, algo muy importante en la estrategia militar, los ucranianos, lejos de verse condicionados por los movimientos rusos, han planteado una defensa inteligente, práctica y efectiva. Al invasor no se le puede ganar en campo abierto, pues goza de superioridad numérica, pero es vulnerable en su avance y en sus débiles líneas de suministro.

Foto: Tropas rusas con equipos NBQ. (Kovalenko Alexander)

A esta acertada táctica también han debido contribuir los países que apoyan a Kiev, no solo con el envío de armas y material, sino con algo menos tangible pero casi tan importante: inteligencia. No es ningún secreto que todos los movimientos rusos han estado monitorizados de forma permanente por los países de la OTAN, además de otros como Finlandia y Suecia.

placeholder Soldado ucraniano adiestrándose con un RPG-7. (Ucrainian MoD)
Soldado ucraniano adiestrándose con un RPG-7. (Ucrainian MoD)

Esta información, que habrá fluido hacia los mandos ucranianos, les ha permitido anticiparse a los movimientos rusos, evitar que unidades completas hayan sido copadas y destruidas y, sobre todo, atacar sus puntos débiles y líneas de suministro preparando emboscadas. Es entonces cuando entran en acción lo que se está convirtiendo en una pesadilla para todos los comandantes rusos: las armas contracarro. Ucrania ya tenía un buen arsenal de ellas, muchas heredadas de su etapa como parte de la Unión Soviética, algunas desarrolladas de forma autóctona y otras suministradas por Occidente.

Una herencia muy útil

Algo bueno tenía que tener el haber pertenecido a la URSS. Seguramente es lo que pensarán muchos soldados ucranianos a la hora de enfrentarse a los blindados de sus vecinos, porque el arsenal que les quedó tras su separación e independencia es considerable. Como armas contracarro, de las que disponen de numerosos modelos, hay que destacar aquellas que existen en grandes cantidades, ya que el resto no pasa de la anécdota.

En enormes cantidades disponen del famoso y omnipresente RPG-7, el arma más conocida y utilizada por todo tipo de insurgentes, paramilitares, señores de la guerra y terroristas. También por tropas regulares, por supuesto. Es un arma sencilla, que consta de un lanzador reutilizable sobre el que se acopla el proyectil, que por lo general es perforante de carga hueca.

Pesa unos 7 kg y se puede disparar de pie por cualquier soldado. Su manejo es sencillísimo y, aunque no se trata de un arma muy precisa ni potente, utilizada a muy cortas distancias puede ser letal contra blindados poco protegidos —como casi cualquiera de origen ruso— e incluso destruir un carro de combate si lo acierta en algún punto vulnerable, dejándolo dañado o inmovilizado como mínimo. Es sencilla de fabricar y su coste es de unos 1.000 dólares el lanzador y alrededor de 300 cada proyectil.

placeholder Soldado bielorruso, manejando un lanzador de misiles Konkurs. (Mil.ru)
Soldado bielorruso, manejando un lanzador de misiles Konkurs. (Mil.ru)

Más sofisticados son los RPG-18 y RPG-22, de diseño más moderno y similares al español C-90 o al americano M-72. Se trata de sistemas de un solo uso que disparan un proyectil perforante. El RPG-22 pesa unos 3 kg y su granada (de 72,5 mm) alcanza los 200 metros. No tiene una elevada capacidad de penetración, pero al estar disponibles en grandes cantidades, pueden ser muy eficaces a cortas distancias, en combate urbano o emboscadas.

Los misiles contracarro son un capítulo aparte. Si bien los anteriores sistemas son baratos, ligeros y sencillos, se deben usar desde muy cerca y su proyectil no es guiado, por lo que acertar no está garantizado y no lo tienen tan fácil a la hora de inutilizar un carro. Los misiles son otra cuestión. Mucho más caros y con sistemas de guiado bastante precisos, se pueden deshacer de un blindado enemigo a grandes distancias, pero no son tan fáciles de mover y requieren que la tropa que lo utiliza esté bien adiestrada.

Aquí tenemos un modelo del que los ucranianos disponían de unos 500 ejemplares al inicio de las hostilidades. Es el 9M113 Konkurs, un misil de 14,5 kg de peso y 135 mm de diámetro. La cabeza del misil es del tipo HEAT o carga hueca, que al explotar genera un chorro de calor que funde el metal del blindaje penetrando al interior del vehículo destruyéndolo. Tiene un alcance de unos 4.000 metros y su sistema de guiado es del tipo Saclos, por lo que el operador debe mantener el objetivo centrado en su visor durante el vuelo del misil.

Armamento autóctono

Con acierto —o suerte—, dada la amenaza que suponían las fuerzas acorazadas rusas, la realidad es que el Ejército ucraniano ha prestado mucha atención a las armas contracarro. También la tensión diplomática (y militar) existente con Rusia, que cerró los suministros de armas a Ucrania, motivó el desarrollo de algunos modelos autóctonos muy interesantes.

placeholder Imagen de la pantalla de control de un Stugna-P. (Luch Design Bureau)
Imagen de la pantalla de control de un Stugna-P. (Luch Design Bureau)

Los más importantes son el denominado Skif y, sobre todo, el Stugna-P. El primero es un misil desarrollado a mediados de la década de 2000 pero que utiliza componentes bielorrusos, en concreto su sistema de guiado. Su misil tiene ojivas en tándem, lo que le hace idóneo contra los blindajes reactivos, tan comunes en los carros rusos. Es de guiado Saclos con imagen térmica para utilización nocturna, pero también incluye un modo de lanzamiento con guiado autónomo ‘dispara y olvida’ que se basa en iluminación láser. Es eficaz y con buen alcance (alrededor de 5,5 km) pero tiene el inconveniente de que es pesado (cerca de 100 kg) lo que hace que se necesite un vehículo para su transporte y un equipo de cuatro personas.

El Stugna-P se ha hecho famoso por algunos vídeos donde se mostraba su eficacia al destruir un carro enemigo a una distancia de 5,6 km, lo que supone un fantástico alcance. El sistema deriva del Skif pero es íntegramente ucraniano. Consta de un trípode lanzador y un módulo para control con pantalla, siendo algo más ligero que el Skif, con cerca de 60 kg el sistema completo con misil incluido.

Puede utilizar varios tipos de misil, incluyendo los de ojivas en tándem, pero también hay un tipo de ojivas para carga termobárica, lo que le hace muy eficaz contra posiciones fortificadas. En esta función se une la precisión del misil, que permitiría colocar la carga en el punto deseado —un punto fortificado es un objetivo fácil al estar inmóvil— con la potencia destructiva de la carga termobárica. El misil pesa cerca de 30 kg y tiene un sistema de guiado similar al Skif.

La ayuda extranjera

Gracias a los envíos de armas que muchos países han decidido enviar a Ucrania, sus combatientes se han hecho con un verdadero arsenal de estos aparatos contracarro, algo que los rusos están padeciendo a tenor de sus numerosas pérdidas. Hay modelos de lanzagranadas contracarro y también misiles y se han hecho con una verdadera colección de modelos diferentes, por lo que nos centraremos en los más numerosos e importantes.

placeholder Lanzador de misiles Spugna-P. (Luch Design Bureau)
Lanzador de misiles Spugna-P. (Luch Design Bureau)

De los primeros los más interesantes son el Panzerfaust 3 alemán, el M72 LOW americano / noruego y el C-90 español. El modelo alemán es un diseño de finales de los años 80 pero que sigue siendo muy eficaz. Es un lanzagranadas de concepto similar al RPG-7 soviético, con lanzador reutilizable, aunque de mucho mejores prestaciones. Pesa 15 kg con su proyectil en situación de disparo y es sencillo de manejo. Como todos los de este tipo, se debe usar a distancias cortas al no utilizar ningún sistema de guiado, pero puede hacer mucho daño incluso a unos 300 metros. Los ucranianos podrían haber recibido cerca de 1.500 de estas armas.

El M72 LAW (Light Anti-Tank Weapon) es del tipo de ‘un solo uso’, muy sencillo de manejar, liviano con apenas 2,5 kg y barato. Es eficaz tan solo a distancias muy cortas, alrededor de 150 metros como máximo, pues a partir de ahí la probabilidad de impacto en el objetivo es escasa, pero los más de 4.500 ejemplares que se han enviado hacen de este modelo un arma peligrosa. Similar, aunque de mejores prestaciones, es el español C-90, del que ya les hemos hablado ampliamente hace unos días.

En cuanto a los misiles, tenemos en primer lugar el americano FGM-148 Javelin. Es un misil contracarro, moderno y muy efectivo, preparado para penetrar las corazas de los carros modernos, incluidos los blindajes reactivos tipo ERA, por lo que es letal contra cualquiera de los carros rusos que se mueven por la zona. Es un sistema fácil de transportar y de bajo peso, menos de 30 kg el conjunto (basta comparar con los equivalentes ucranianos) y alcanza hasta los 4 km según versiones. Su guiado es por infrarrojos de tal manera que, una vez el soldado ha localizado un objetivo y el sistema lo ha fijado, se lanza el misil y éste se guía de forma autónoma y con gran precisión hacia el blanco.

Foto: Carros T-72B. Al fondo, un BMP-2. (Mil-ru)

El otro misil es el MBT LAW (Main Battle Tank and Light Anti-tank Weapon), más conocido como NLAW. Es un arma más ligera que el Javelin, con tan solo 12,5 kg y muy sencilla de empleo. Su desventaja es su corto alcance, no siendo eficaz más allá de los 600 m debido a que su guiado es por línea visual predictiva, es decir, el blanco debe estar a la vista y el misil va a donde el soldado apuntó con su visor, haciendo un cálculo interno para objetivos en movimiento.

El Javelin es mortal para cualquier carro. Su cabeza de guerra dispone de dos ojivas en tándem, de tal manera que la primera abre hueco en las primeras capas de blindaje, o hace explotar los blindajes reactivos, e inmediatamente explota la segunda en el hueco creado. El NLAW es menos preciso y potente, pero es muy barato y se han suministrado a Ucrania más de 2.000 de estas armas. Del Javelin se estima que los ucranianos habrían podido recibir más de 1.200 ejemplares.

Con toda esta panoplia de armas contracarro no es de extrañar que para los rusos, moverse en zona enemiga —aunque no siempre sean conscientes de ello— supone un enorme riesgo. Desde cualquier grupo de árboles al lado de un camino, en cualquier esquina de un pueblo o casa de campo, no hablemos de combate urbano, pueden recibir mortales disparos que acaben con sus blindados o desbaraten la organización de sus columnas. Un panorama desalentador para Putin.

En esta guerra en Ucrania estamos viendo decenas de vídeos, algunos de ellos muy explícitos, sobre la destrucción de carros de combate y blindados rusos, por no hablar de los cientos de imágenes de otros tantos vehículos literalmente reventados. Está siendo la guerra de las armas contracarro y de las emboscadas. Y, de momento, Ucrania va ganando.

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