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"Hay que aumentar el dolor": Biden pide a Europa resistencia para frenar a Putin

El presidente americano pide en Bruselas a sus socios de la OTAN y de la UE que resistan y muestren unidad. “Aumentar el dolor. Eso es lo que detendrá” a Putin, ha asegurado

Foto: Joe Biden. (Reuters/Evelyn Hockstein)
Joe Biden. (Reuters/Evelyn Hockstein)
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Es el momento de mantener el pulso. Y no va a ser uno corto. Los líderes europeos y de la Alianza Atlántica tienen que estar mentalizados para sostener la presión económica y diplomática contra Rusia si de verdad se quiere frenar a Vladímir Putin. Ese ha sido el mensaje enviado por el presidente estadounidense, Joe Biden, tras un maratón diplomático —OTAN, G-7 y Consejo Europeo— este jueves en Bruselas. Hay que estar dispuestos a mantener las sanciones "no solamente el mes que viene y el siguiente, sino todo este año. Eso es lo que le detendrá".

"Si eres Putin y crees que Europa cederá en un mes, en seis semanas o en dos meses, podrían aguantar cualquier cosa por meses. Pero por eso tenemos que demostrar que vamos a seguir totalmente unidos", subrayó el presidente norteamericano en rueda de prensa. "No dije que las sanciones le fueran a disuadir. Las sanciones nunca disuaden. Es el mantenimiento de las sanciones, el aumentar el dolor. Por lo que pedí esta reunión de la OTAN es para tener la seguridad de que (...) mantendremos lo que estamos haciendo. Lo más importante es mantenernos unidos", prosiguió.

Foto: Líderes del G7 durante la cumbre de la OTAN. (Reuters/Henry Nicholls)

Fuentes diplomáticas explicaban que no habría anuncio de nuevas sanciones en esta cumbre y que probablemente no se tomarían nuevas decisiones sobre esa materia. Pero la delegación estadounidense llegaba con la idea de afianzar el terreno y asegurarse de que lo que se ha hecho hasta ahora —una serie de sanciones sin precedentes, desplegadas de forma rápida y unida contra Moscú— se mantiene en pie incluso cuando los propios aliados empiecen a notar sus efectos adversos. El objetivo ahora es cerciorarse de que no hay 'grietas' por las que el Kremlin pueda evadir la presión e insistiendo a China sobre el riesgo de ayudar a Moscú a amortiguar las mismas.

Pero ese sigue siendo el primer paso. Con la invasión en una sangrienta fase de estancamiento que se prevé larga, Estados Unidos y los halcones de la Unión Europea no renuncian a ir más allá y atacar la energía, el pilar principal de la economía rusa y motor financiero de la propia invasión. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, el más duro del club comunitario contra Moscú, volvió a insistir el jueves en que sus socios europeos corten las importaciones de petróleo y gas ruso.

Por el momento, la mayoría de los Veintisiete no tiene apetito por esas medidas radicales. Algunos, como Alemania o Italia, son muy dependientes del gas ruso. El 40% del gas importado consumido en la Unión en 2021 provenía de Rusia. Los líderes de Luxemburgo o Bélgica solicitaron mantener cierta calma, explicando que los socios europeos ya han hecho suficiente. Alexander de Croo, primer ministro belga, habló abiertamente en contra de sanciones en el campo de la energía de manera dura. "No estamos en guerra con nosotros mismos", explicó cuando entraba en la reunión de líderes europeos. "La intención no es tomar sanciones que debilitarían innecesariamente nuestra economía", argumentó.

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Polonia cuenta con el respaldo indirecto de Estados Unidos, que ya cortó su limitado suministro energético procedente de Rusia. Ningún líder europeo duda de que la Casa Blanca querría más mano dura con Rusia, algo que tarde o temprano desemboca en la energía. Clavar el diente al corazón económico ruso, como pide Varsovia. Y este viernes está previsto que Biden dé un empujón a los europeos en esa dirección al anunciar con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, un acuerdo con el que Washington quiere reforzar y aumentar el suministro de gas natural licuado (GNL) a la Unión Europea.

El objetivo es facilitar esa autonomía energética europea que permita frenar la maquinaria de guerra rusa, que se alimenta de los miles de millones de euros que los europeos han pagado durante décadas a Moscú por su energía. Casi 20.000 millones pagados desde que Putin lanzara su invasión de Ucrania.

El mensaje central de Biden en las últimas horas en la capital comunitaria fue luchar contra lo que un ministro de Exteriores del este advertía esta misma semana: la "fatiga" europea ante las sanciones. Los Veintisiete empiezan a quedarse sin margen de maniobra, la guerra sigue y la frustración aumenta. Nadie mejor que el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, resumía este jueves esa fatiga, esa sensación de estar rebuscando ya en el fondo de la caja de herramientas y no encontrar nada que no sea demasiado espinoso. "Creo que ya hemos hecho mucho", aseguró el luxemburgués.

Ese es un mensaje en el que insisten muchas fuentes diplomáticas: intentar mantenerle el ritmo de Estados Unidos puede hacer perder la perspectiva de que la Unión ya ha adoptado sanciones sin precedentes contra el Kremlin y asumido posiciones históricas, como la financiación del envío de armas a Ucrania. Biden tienen claro que esto es un pulso de aguante y desgaste contra Putin y ese mensaje que sugiere cierto estancamiento preocupa en Washington.

Bettel también pidió ser gradual con las medidas. "Si queremos adoptar nuevas sanciones, debe ser como reacción a algo", señaló, verbalizando la preocupación de varios jefes de Estado y de Gobierno europeos. Si se adoptan todas las sanciones ahora, como pide Polonia, ¿qué hacer cuando la situación empeore todavía más? Una pregunta que genera mucha inquietud a EEUU y también en la OTAN, cuando la inteligencia occidental considera posible el uso de armas químicas en Ucrania o cuando el portavoz del Kremlin declara a la CNN que Putin estaría dispuesto a utilizar armas nucleares ante "una amenaza existencial". Por el momento, nadie tiene claro cómo se reaccionaría ante esta potencial amenaza.

Es el momento de mantener el pulso. Y no va a ser uno corto. Los líderes europeos y de la Alianza Atlántica tienen que estar mentalizados para sostener la presión económica y diplomática contra Rusia si de verdad se quiere frenar a Vladímir Putin. Ese ha sido el mensaje enviado por el presidente estadounidense, Joe Biden, tras un maratón diplomático —OTAN, G-7 y Consejo Europeo— este jueves en Bruselas. Hay que estar dispuestos a mantener las sanciones "no solamente el mes que viene y el siguiente, sino todo este año. Eso es lo que le detendrá".

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